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Mi dulce tormento por karimetsinaji

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Notas del capitulo:

Bueno, hoy toca doble capitulo, por mi retraso, lo siento… así que dejare el tercer capítulo.

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Eiichiro Oda-san.

 

Espero que sea de su agrado.

¿Sabían que soy lectora fantasma?, sí, yo…. lo siento, algún día les dejare RW, lo  juro…. Y la mayoría de los FF que leo me encantan.

Ando de ship ZoLu… no se la razón.

¡¡¡MY LADY!!!

A LEER HERMOSAS PERSONAS, SERES VIVOS Y NO VIVOS QUE OJEAN ESTA HISTORIA.

¡¡Kyouuu~~~!! =w)/

El  clima era agradable, ambos  se encontraban a la orilla  del mar, descalzos, tocando cada grano de arena la cual pisaban sus pies desnudos, no lograba  recordaba aquel sentimiento desde hace tiempo, a su lado se encontraba un hombre rubio de cabello largo y un flequillo que cubría sus ojos, el cual tenía puesta una camisa negra y unos bermudas.

-¿regresaras con él, hoy?- pregunto el rubio dejando a un lado la copa de líquido rojo que se encontraba bebiendo.

El hombre de tez nívea, alto, fornido, labios carmesí, unos intrigantes ojos ámbar y cabellera roja lo miro e hizo una mueca.

-claro que regresare, estaba aún despierto hace unos momentos.

La luna iluminaba el mar, testigo de aquellos hombre a la orilla del mar, observando a ambos que se encontraban parados, sobre la arena  una botella llena de un misterioso liquido carmesí, el manto celeste era oscuro, tal cual como el pasado de ambos hombre que se encontraban compartiendo un trago, las estrellas vislumbraban.

 

-No crees que ha pasado mucho tiempo, él tiene su vida- pronuncio el rubio.

 

El pelirrojo chasqueo la lengua y bebió el líquido de su copa, una gota resbalo por sus labios, mordió su labio inferior y sonrió hacia la nada.

-Cada vez vale la pena, cada noche, cada momento lo aprovecho, aunque sea de ese modo, me gusta estar con él, aunque no lo sepa… -

Las estrellas iluminaban los ojos ambarino de aquel hombre, una muestra oculta de un ser desconocido, su cuerpo bien formado era bañado por los rayos de la luna, lo cual lo hacía ver aún más pálido de lo cual era, una sonrisa formada por aquellos labios carmín los cuales incitaban a cual ser y un corazón ocupado por una persona desde hace tiempo atrás.

¿Cuántos años han pasado?

Cada  “travesura” realizada tiempo atrás por el pelirrojo hacia la persona, lo necesitaba, más de lo que el creía, le era necesario con el agua a un pez, aquella persona era su droga, su sangre y un poco más.

El rubio solo miraba la luna reflejándose en el mar, imaginaba a la luna, como el hermoso adonis de Narciso, el astro celeste, como si intentase besar su reflejo,-Oh, hermosura dada por los dioses, alejada de los mortales, dañada y apartada en un dulce tormento de noche, acompañada por sus dulces súbitas la cuales se suicidaban noche tras noche, desapareciendo a causa de la incomprensible agonía de la lejanía, apartada y puesta en un  terreno lejano, noche tras noche aquella odisea, aquel castigo.-  como un Narciso, será bella y admirada por todos, pero lo único que puede hacer noche tras noche es ver su reflejo en aquel líquido que se encontraba bajo el, deseando besar su reflejo, aunque eso lo llevase a la muerte.

 

El rubio suspiro y coloco la  copa a un costado de él, se sentó en la arena, se encontraba descalzo, así que sintió la arena debajo de él. El sentimiento era extraño, comenzó a cavar un  pequeño hoyo a sus pies, volvió a observar al pelirrojo que se encontraba  a su lado. Ambos estaban sumergidos en sus propios pensamientos, no había espacio para nada mas, excepto para todos aquellos pensamientos, racionales o no, tenían más importancia de lo que tendría cualquier otra cosa.

-¿Hasta cuándo lo decidirá?- pensó el rubio el cual continuaba escavando en la arena como un pequeño chiquillo alegre.

La noche seguía su transcurso, como días atrás, semanas,  meses, años, décadas, siglos… siempre aquella trayectoria, una y otra vez, observando como todo cambiaba de un momento a otro, miradas, vidas, todo cambia de un día para otro, nada seguiría igual, excepto ella, testigo de tantas cosas a las cuales callaba, solo observaba desde  la bóveda celeste a la lejanía de otras, solo observaba y callaba.

-no es muy temprano…- pronuncio en rubio.

-Fue un día largo para él, quiero que piense…-

¿Pensar qué?

El sonido de las olas chocando con la arena y las piedras era uno una dulce canción para ambos hombres, la marea y ese delicioso vaivén de las olas, el moviente que hacia constantemente, como si quisiera hablar y formar parte de aquella tenue conversación entre  ambos hombre.

-uhhm-

Fue lo único que pronuncio en otro y continúo escavando en la arena.

Continuaban ambos  en silencio.

La marea continuaba moviéndose constantemente, 5, 6, 9 pequeñas olas golpeaban contra la orilla, como si tratare de decir algo, como palabras de personas olvidadas, el mar besaba con sigilo a la arena que se encontraba a la orilla, esperando a que su amado regrese, cada moviendo con ímpetu para desear abalanzarse sobre el cuerpo formado de pequeños granos de arena, rozar con delicadez cada parte, de manera dulce como  si se tratase un amante con miedo a romper el cuerpo ajeno, pero aun así lleno de pasión desmedida, se entregaban en cada abaneo, en cada oscilación de las olas, el mar y la arena se amaban profundamente, blandiendo sus cuerpos sin forma alguna,  como si fueran uno del otro y un sentimiento mutuo entre ambos, se mantenían unidos desde hace mucho tiempo, así era su amor.

-me tengo que marchar…- informo el pelirrojo hacia el rubio que paro por un momento su actividad y lo miro.

-nos vemos-

-¿volverás mañana…?-

-sí, Killer… nos vemos-

-Kid, no tardes mucho…- interrumpió en paso del pelirrojo.

Kid, se detuvo a unos pasos del rubio y saco algo envuelto en un papel decorativo azul con franjas blancas, era largo, lo sostuvo y lo lanzo hacia el otro que se encontraba en la arena.

-Un regalo, por tu cumpleaños-

Killer sonrió hacía la luna, mientras que se encontraba sosteniendo aquel presente, su cumpleaños hacia sido noches atrás, pero aun así se sentía feliz.

 

El pelirrojo se llevó la copa en su mano de derecha, una nube cubrió la luna y el pelirrojo se marchó como una sombra en la oscuridad.

-Gracias, Kid…- volvió la mirada hacia el de piel nívea- ¿uhhn?

Se marchó…  Ahora Killer  se encontraba solo…

 

Eran las 3 de la mañana, se encontraba acurrucado en su antigua cama, Bepo estaba a su lado, un dulce aroma se respiraba en el ambiente, entre abrió los ojos y miro hacia la ventana, observo una silueta, pero se encontraba demasiado cansado para hacerle caso alguno y volvió a dormir.

 

 

Desperté como era de costumbre, me sentía agotado, bueno, quien no lo estaría si solo hubiese dormido unas cuantas horas, la luz entro por la ventana de mi habitación, el canto de las aves se escuchaban, solo quería seguir acostado, así que me cubrí el rostro con las cobijas, hasta que un dulce grito mi despertó completamente.

-¡cariño, arriba!- era la voz de mi madre detrás de la puerta.

-uuhm- solo solté un gruñido para hacerme en modo fetal en medio de la cama.

-arriba dormilón-

-mama, otro rato, solo 20 minutos-

Escuche el ruido de la puerta de mi habitación abriéndose, unos pasos y unas delicadas manos buscando mi cabeza…

-vamos, arriba Law- pronuncio mi madre nuevamente.

 Solo me acurruque más entre mi cama y las sabanas.

-¡¡¡ARRIBA!!- y sentí como me arrebataban las sábanas de sobre mi cuerpo.

-¡¡NO MAMA!!- chille al ver que la luz del sol de la mañana me daba en mis ojos, los cerré para comenzar a abrirlos lentamente.

 

-arriba, ve abañarte- y me beso en la frente, -rápido dormilón, voy con Lami.

Y salió de mi cuarto, estaba dispuesto a dormir unos 20 minutos, pero observe algo…  una nota en mi mano.

 

“Te tengo una sorpresa debajo de la cama, espero y te guste, me costó mucho atrapar a ese renacuajo…

    Con cariño ´K´”

Aquel recado me hizo saltar de la cama para comenzar a buscar debajo de la cama, hasta que palpe algo, una caja, la arrastre fuera y una sonrisa de dibujo en mi rostro… era una rana Goliat, aún estaba algo tibia, quizá lleva 1 horas muerta.

-gracias K…- no se  de quien se trataba, de un principio sospeche de mis padres, pero cuando vieron mi gorro moteado supe que no eran ellos.

El éxtasis se subió a mi mente, así que fui corriendo al baño para ducharme.

 

Baje a la cocina, mi padre se encontraba con un folder en la mano, sabía que tenía ser del hospital, Lami estaba desayunando mientras tarareaba una canción y  mi madre se encontraba en la cocina, preparando mi desayuno, me observo y sonrió hacia mí.

-listo para el día de la foto Law…-

-si- tome haciendo frente a Lami y le sonreí.

Un plato de arroz estaba frente a mí, comencé a comer.

-bien niños, al auto- informo nuestro padre.

Termine mi desayuno y fui por mi mochila  para ir a la escuela, me despedí de mi madre, le di un beso en la mejilla. 

-ten lindo día, Law- pronuncio mi madre en la puerta, moviendo su mano mientras que nos marchábamos hacia la escuela.

La  vida en Flevance es maravillosa, todo es blanco, el color de la pureza, acompañado de aquel cielo tan azul, como si se tratase de la leyenda de “All Blue”, las nubes formaban cosas, animales, cada nube tenía una silueta diferente, la “ciudad Blanca”, así era conocida por todo el mundo, la hermosa ciudad blanca ubicada en el North Blue.

Mi padre manejaba en coche, mi hermana menor Lami y yo, nos encontrábamos en la parte trasera del auto, yo dedicaba la mayoría del viaje a leer un libro sobre microbiología, Lami se distraía viendo las tiendas de dulces, mascotas o señoras extravagantes en la calle.

Mi lectura estaba interesante, pero tuve la necesidad de apartar la vista del libro y mirar por la ventana, cosa que era extraña en mí.

Eche un vistazo hacia la calle, una señora paseando a un perro de bolsillo, la panadería, odio el pan, así que quite mi vista rápidamente y mire a un niño, aproximadamente de 8 años, pelirrojo de tez nívea sonriendo hacia mí.

 

No podía apartar la mira de aquel niño,  aquel pelo rojo estuvo en mi cabeza por todo el transcurso desde aquella calle, aun enfrente de la escuela, sacudí la cabeza para lograr ubicarme.

 

Mi padre se encontraba despidiéndose de Lami, mientras que me miro sorprendido.

 

-¿sucede algo, Law?- pregunto tocando mi frente.

Mire hacia afuera, nos encontrábamos fuera de la escuela.

-No, no sucede nada- respondí lo más sereno que pude, aunque estaba sorprendido de aquel chico.

 

 

El sonido de la puerta ser golpeada lo despertó, se tallo los ojos con las muñecas y se enfundó nuevamente con las cobijas.

-Law, sé que estas despierto-

Hizo caso omiso a las palabras de la chica que se encontraba  del otro lado, agarro su móvil,  se colocó los audífonos, puso su reproductor de música en marcha, miro la hora 10:20 am, cerró los ojos  y se decidió a descansar 20 minutos más,

 

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡LAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAW!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!-

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡LAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAW-NIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!-

Fue lo último que escucho Law antes de caerse de la cama por tales gritos.

Sabia quienes habían sido los culpables, se levantó del suelo donde se encontraba y salió corriendo hacia el pasillo…

-¡¡VENGAN PARA ACA, PAR DE ZOPENCOS!!-  grito en moreno hacia las dos personas.

Las dos siluetas eran distintas, una era grande, y un pequeña…era lo único que pudo observar ya que sus ojos no veía bien, ya que aún se encontraba algo dormido.

Llego a las escaleras, las bajo rápidamente y se dirigió hacia el comedor  donde se escuchaban unas risas, así que decidió ir a ejecutar a aquellas dos personas.

-grrrr…- gruño Law para entrar a la habitaciones, observo la mesa y los adornos, cruzo la mirada con Doflamingo, la chica pelinegra, una marmota verde, otro rubio y una pequeña niña de cabello aguamarina de nombre Sugar.

 

-¿Law?- pronuncio Doflamingo

-buenoos días…-

-¿sucede algo?-

-¡Baby… podrias agarrar a esos tres…!- pronuncio Law con una aura maligna, señalando al rubio descocnocido, la marmota verde y la niña

 

La chica asintió y los detuvo antes de que estos hicieran un movimiento.

Doflamingo miraba como Law caminaba hacia su lado… algo habiapasado antes de que estos entraran jadeando, estaba curioso el saber el cambiode humor del morenos.

 

-fufufu…-

El rubio hizo una mueca, para agarrar a la pequeña niña entre sus brazos.

-Así, que… podrían decirme… la razón por la cual estoy sordo- dijo apaciblemente con un timbre de voz lento y sádico.

 

Ambos temblaron.

-¿acaso dijo: “… estoy sordo”?- pensaron todos

Notas finales:

Y así termina este capítulo… ¿Qué pasara con el sordo de Law?

¿Qué le regalo Kid  al sensual rubio?

¿Quién era el hombre rubio?

¿Qué hace una marmota verde? ¿Y por qué está sentada?

¿Dejaran un comentario?

¿El resumen ya no tiene sentido?

¡¡¡hasta la próxima!!!, cuídense, dejen sus comentarios, puntos de vista, regaños, demandas, cartas de divorcio, suicidio, amor o de lo que guste, unas sensuales imágenes de Sanji…

Cambio y fuera… ¡¡KYOOOOOOOU!! <3

HASTA LA PROXIMA SEMANA, LO JURO POR DOFFY!! 

 

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