Había llegado más rápido en lo que él creyó, las puertas de la entrada estaban abiertas, así que no espero una invitación y piso el acelerador a todo lo que va, miro todo, cualquiera pensaría que todo parecía tan calmado y tan solo eso esperaba Law, deseaba que adentro de la mansión las cosas se encontrasen igual que afuera, el pelinegro se dirigió a aparcar su coche en la parte trasera de la casa como era su costumbre, se estaciono y respiro profundamente antes de salir de su automóvil.
-Bepo, abajo- ordeno el pelinegro observando como el perro acataba sus ordenes
Law cerro de un portazo la puerta trasera donde se encontraba el animal y se destinó a la puerta que se encontraba cercana al coche, la cual pertenecía al de la cocina, entro y saludo fugazmente a un rubio que se encontraba cocinando algo. Se dirigió al centro de aquel sitio para dirigirse con velocidad hacia la parte superior de aquel lugar, subiendo los escalones de dos en dos, aun no escuchaba nada y pensó que quizá todo había sido una mala jugada o algo por el estilo, dio unos pasos más, estaba enfrente de una puerta de madera y toco con sigilo la madera, sus nudillos hicieron aquel golpeteo hacia la madera que se encontraba frente a él.
Suspiro profundamente y volvió a tocar.
-Adelante Law- se escuchó del otro y con pasos firmes entro, vio a su alrededor y se encontró con un hombre rubio sentado con una copa de vino sobre el escritorio frente a este.
-¿Cómo está?- cuestiono el pelinegro tratando de controlar todo lo que sentía en el fondo de su ser.
-En su habitación, Baby está ahí, rápido, ve con el- La voz del rubio broto una orden, pero más que una orden, fue como una petición, el moreno al escuchar aquella frase apretó los dientes y salió.
Hizo una mueca y camino rápidamente al fondo del pasillo en la cual se encontraba el lugar en el cual por primera vez tuvo miedo de entrar y observar lo que había pasado tiempo atrás, aquella habitación en la cual era como la suya, el recinto en el cual podía leer tiempo atrás, en la cual se sentía como en su santuario y ahora la habitación le daba pánico, como si al entrar encontrará adentro la peor pesadilla que el moreno se podría imaginar.
Mordió su labio inferior, observo la puerta unos segundos, tomo el pomo con su mano, sintió un escalofrió recorrer todo su cuerpo, giro la perilla, entro e inmediatamente presto atención a su alrededor, todo parecía igual de adornado que siempre lo había sido, quizá las manchas de la alfombra o la ropa manchada de sangre le decía algo, por inercia echo un vistazo hacían la cama, comprendió la situación, percibió la herida de su abdomen, quizá una bala alojada en su costado, unas heridas en el pecho, al parecer con un arma punzocortante, golpees en aquel rostro y a lado de aquel machacado cuerpo una pobre chica que parecía mucama francesa, de pelo largo, ondulado, tratando de parar la hemorragia del cuerpo que se encontraba recostado a la orilla de la cama.
Law estaba atónito ante aquella escena que presenciaban sus ojos.
-¡Baby, ve por vendas y agua oxigenada, corre!- Ordeno inmediatamente el moreno a la chica la cual se paró para salir de aquel lugar.
Miro al rostro al sujeto y unas lágrimas brotaron de su rostro, se acercó al hombre que jadeaba por el dolor y le toco la mejilla con suavidad.
-todo estará bien-
La chica entro con todo y poco más de lo que el moreno había encargado.
-Lo anestesié, así que no sentirá nada-
La fémina solo hizo un movimiento de cabeza y ayudo en el moreno en lo más que pudo.
Law se continuaba mordiendo el labio mientras acababa de saturar la herida para colocar un par de vendas alrededor de la herida.
Suspiro y se levantó de lugar.
-Quitemos todo esto- pronuncio el pelinegro hacia la chica que se encontraba del lado contrario. –todo estará bien, Baby.
La chica que se encontraba llorando, sonrió y miro a Law por un corto tiempo.
-bien, lo llevaremos a la habitación de Doflamingo-ya en lo que cambias las sabanas de la cama, así que déjame ir por Doflamingo-ya para que lo llevemos-
-yo lo veré en lo que viene para llevárselo- pronuncio la chica sentándose en un sillón que se encontraba cerca de la ventana.
Y dicho esto, el moreno salió de aquel lugar y se dirigió a buscar al rubio.
Camino hacia la oficina, esperando a que el, se encontrara ahí, como era su costumbre, pero estaba equivocado, bajo las escaleras y se dirigió con rumbo hacia el jardín, escucho unas risas, los ladridos de su perro y camino hacia el lugar.
-Sugar, más fuerte-
-Así que aquí estabas- pronuncio el moreno al observar a un hombre de traje, rubio con lentes de sol y un extravagante abrigo rosa que se encontraba colocado sobre sus hombros.
-donde querías que estuviera-
- Todo está bien, pero necesito que se quede en tu habitación en lo que Baby arregla su habitación-
El rubio tenso su mandíbula y giro su cabeza en dirección a una niña que se encontraba jugando con Bepo.
-Sugar, linda… quédate aquí, ahorita regreso-
Law seguía sumido en sus pensamientos, hasta que algo lo hizo salir de aquellas reflexiones, sintió una mirada clavada en él, pensó que era la mirada del mayor, el cual en ocasiones lo molestaba mirándolo, pero lo busco por todos lados y no pudo observar nada de lo usual aparte de la pequeña que se encontraba jugando, no había nadie a su alrededor… Suspiro y camino nuevamente adentro de la casa.
El moreno se quedó observando en la puerta al rubio, el cual se encontraba sosteniendo al hombre entre sus brazos, se encontraba inconsciente, su tez estaba nívea fue limpiada, aunque aún tenía uno que otro rasgo de sangre, pero algo enigmático asomo en su rostro, lo cual lo hacía ver apacible, bueno y lindo, como si se encontrase fuera de peligro, Law suspiro profundamente y miro al rubio.
-Law, podrías acompañarme-
-si-
Doflamingo salió de la habitación sosteniendo al hombre y atrás de él los acompañaba Law, se dirigieron por aquel corredor, eran 8 habitaciones totales en aquel pasillo, se dirigieron hacia la última y espero que el moreno abriera la puerta.
-Quita lo que hay en la cama-
Law miro sorprendido, ya que por sobre la cama si vislumbraba un enorme mar de papeles, los cuales se encontraban regados con parsimonia por todo el lecho.
-¿Qué es todo esto?- pronuncio mirando y arqueando la ceja hacia el mayor
-Fufufu… papeleo-
Tras la respuesta, camino directo a la cama, se subió a horcada a la cama, la cual era inmensa, bueno, digamos que Doflamingo con aquella altura no le quedaría una cama normal, digamos que 3. 05 metros era una medida demasiado, demasiado… superior a la estándar, pero Doflamingo era alto, muy alto y eso en ocasiones era una molestia para todos, menos para el rubio.
Law acabo de quitar todo aquello, los puso sobre la mesa de noche y miro a Doflamingo.
-Ya, ponlo en la cama, yo me quedare con él, ve a ver a Sugar-
El rubio coloco el maltrecho cuerpo del otro y junto a Law, lo acomodaron como el moreno sugirió, observo al hombre inconsciente y bufo.
-¿Law… podríamos hablar al acabar la cena?- cuestiono al moreno que se encontraba acurrucado al lado del otro.
-Claro-
El mayor salió de la habitación, para ir con la niña que se encontraba con el perro de Law.
El silencio, era algo a lo cual Law no podía resistirse de manera alguna, aquella sensación relajante y llena de tranquilidad se apodero de su cuerpo y su mente, así que por inercia cerró los ojos, suspiro e inhalo aquel aroma, sintió una pesadez sobre él y se perdió por un momento del lugar donde se encontraba, cayendo hacia un viaje extenso hacia Morfeo.
Se movía alrededor de la cama, se sentía excitado por alguna razón, abrió los ojos y todo estaba oscuro, ¿Dónde estaba?
Law no reconocía nada, solo aquella cama sumamente grande en donde tiempo antes se hallaba, pero la incógnita es que se encontraba solo, miro de un lado a otro en busca del hombre herido, pero no había señal alguna de él, hasta que sintió unos brazos y una respiración en su espalda.
-¿Ya estás listo?-
Law trato de hablar, pero no podía, algo lo impedía, ¿Cuál era la razón?, no podía hablar, solo escuchaba sus pensamientos y el movimiento de sus labios, pero no podía articular palabra alguna.
-Sabes que me dan ganas de ir a casa y hacerlo sin frenesí alguno- informo aquella voz.
Frunció el entrecejo y trato de girarse para golpear a la persona que se encontrara detrás de el, pero también fue inútil, no podía mover musculo alguno.
-lo siento pero aquí no puedes hacer nada contra mí- respondió de nuevo aquella persona con un tono de burla.
Cerro los ojos, pensando que todo aquello era un sueño, una pesadilla, hasta que sintió unas manos recorrer su torso.
¿Qué es esto?, acaso una fantasía creada por su agotada mente
Law soltó un pequeño jadeo ante aquella sensación, los movimientos de una mano que recorría su abdomen en un delicioso vaivén.
-¿te gusta, verdad?-
El moreno suspiro al sentir una mano en su entrepierna, mientras que otra seguía recorriendo su pecho, se sentía extasiado, el momento era íntimo para el moreno, mientras sentía la presión que ejercían sobre su miembro, mientras que unos dedos jugaban con sus pezones.
El calor crecía dentro del moreno, aquellos actos lo estaban haciendo perder la cordura, mientras jadeaba.
-nos vemos pronto- pronuncio aquella voz mordiendo el lóbulo de la oreja del contrario.
-¡¡¡LAW..!!!-
-Oye, Law…-
Aquellas voces, Law las reconocía, se levantó sobresaltado, abrió los ojos, se sentía agotado nuevamente, recorrió con su mirada la habitación y observo a la chica en la puerta y sentado junto a él, al rubio.
-¿Doflamingo-ya?-
El rubio se encontraba sosteniendo las manos de Law, aun con los lentes de sol que traía el contrario, sintió la mirada de preocupación sobre su persona.
-¿todo bien?-pregunto el rubio con un tono de preocupación.
-sí, solo que… estoy agotado- dijo recostándose de nuevo, alejando las manos de las del rubio.
Doflamingo miraba a Law.
-¿P-por qué lo preguntas?
-Baby me dijo que te encontrabas gritando, me asuste ya que supuse que había pasado algo, así que viene a ver, te toque y estabas ardiendo- informo el rubio aun con la mirada clavada por sobre el moreno.
-Estoy bien… solo algo cansado-
-Vamos a cenar-
-¿cenar?- pregunto Law, un poco incrédulo ya que según él, no eran más de las 5 de la tarde.
El rubio ladeo la cabeza y agarro nuevamente a Law de la mano.
-Law, son las 10:30 de la noche…-
Se sorprendió por tal noticia y miro al rubio hacia los lentes y sabía que sus miradas estaban una sobre la otras, aparto sus ojos, para luego dirigir su mirada hacia la ventana, observo la penumbra oscuridad del cielo, la oscuridad del infinito, de aquel mundo tan desconocido, tan oculto y tan misterioso y las estrellas brillando tratando de disipar y alumbrar el cielo nocturno de aquel día.
-Tengo que irme a casa- moreno se levantó de la cama, pero fue detenido por una mano familiar.
-Quédate esta noche, le pedí a Baby que arreglara tu habitación-
-tu habitación esta lista- informo una voz que se encontraba aun perpleja en aquel sitio, observando la escena.
-gracias-
-Baby, podrías subir la cena-
-Sí, joven amo- y la chica se quitó del lugar donde se encontraba observando a los hombres.
-¿No cenaras con el resto de la familia?- pregunto Law, incrédulo, ya que Doflamingo no tenía la costumbre de no comer, cenar o desayunar con el resto de la familia.
Doflamingo sonrió y miro a Law.
-Salieron a hacer un “trabajo”- informo el rubio.
Ahora comprendía, salieron a hacer uno de sus misiones de “pesca”, como solían decirles.
-Le avise a Monet… que no iras al hospital, hasta que él se recupere al 100… entendiste, no saldrás de la mansión solo-
Law chasqueo la lengua y miro con enfado al rubio.
-¿me dirás que paso?
Doflamingo sonrió con burla hacia el otro, pero cambio aquella sonrisa por una mueca de enojo y unas venas sobresalieron de su rostro.
-Algún informante del bajo mundo, nos notificó sobre una información… a la cual creímos que era como una leyenda urbana o algo parecido, pero los rumores se hicieron más grandes de lo que nosotros creímos, las 4 familias sospechamos que era una broma de mal gusto por los novatos que tratan de derrocar a las familias, pero sucedió algo, una información que circulaba y sospechamos que era falsa, hasta hace una semana sucedió algo, la noticia es sobre cierta clase de personas a las cuales nadie reconoce como suyos, si nadie tiene información y sin indagación con alguna persona de los otros grupos del bajo mundo… al parecer sin darse cuenta, se deslizaron hacia cada organización de las familias, esos idiotas están matando gente al azar, el bajo mundo y cada capital está en tensión con la otra, ya unos miembros de Baroque, murieron de forma misteriosa… y lo de esta mañana-
¿Murieron?
-¿Cómo esta Mr. Cero?-
-El sigue con vida-
-no pareces feliz por ello…-
El rubio miro hacia otro lado.
-Al parecer por la información de Trébol… aquellos sujetos de los cuales nos sabemos nada, ni información, testigos y mucho menos sin nombre fueron los que lo atacaron y los responsables del ataque hacia Arabasta hace una semana-
Dicho esto, Law se giró y observo al hombre que aún se encontraba a su lado, paso una de sus manos por su cabello y miro nuevamente al rubio.
-¿Crees que esos malditos le hicieron esto?-
Doflamingo asintió.
Habían pasado más de 3 horas en que Law abandono la recamara del rubio, pero antes de eso, atendió al hombre que aún se encontraba dormido, dejándolo en aquella habitación, lo había atendido, pero lo que le conto Doflamingo aun recorría su cabeza… “personas de las cuales no tenemos información ninguna”, el moreno se encontraba en la que había sido su habitación cuando llego a aquella mansión, la mansión Donquixote.
Era cierto, Doflamingo adopto a Law cuando este se encontraba en el orfanato, pero aun así conservaba los apellidos de su familia, ´Trafalgar D. Water Law´, el cual aún quería conserva por memoria de sus padres, aquel hombre se lo había propuesto, convertirse en un miembro más de la familia Donquixote, pero no, no lo acepto, pero aun así, él es y será miembro de aquella particular estirpe.
Se encontraba acostado en aquella bullida cama, miro a su alrededor, cada cosa seguía en su lugar, tal cual la había dejado tiempo atrás cuando se mudó a su casa, regularmente visitaba a la familia o cuando Doflamingo se lo pedía o por cosas de aquellas negaciones que se salían de las manos al Rey de Dessrosa.
Aquella conversación lo había puesto a pensar… las cuatro familias estaban ligadas entre sí:
Primera familia: Donquixote, liderada por Donquixote Doflamingo, director de los hospitales Donquixote, tiene bajo su mando gran parte del Shin Sekai, su reino se encuentra en Dessrosa.
Segunda Familia: Sir, lidera por Sir Crocodile, empresario el cual reside en Arabasta, propietario de unos casinos, lidera parte del Grand Line.
Tercera Familia: Newgate, liderada por Edward Newgate, Propietario de orfanatos en la parte sur del Shin Sekai.
Cuarta Familia: Monkey D., liderada por los legendarios D., una de las de las familias más extrañas del mundo, liderada por tres generación, pero con propósitos distintos, Monkey D. Garp, vicealmirante de la marina, Monkey D. Dragón, revolucionario, hijo del antes mencionado y Monkey D. Luffy, nieto e hijo de los anteriores, ellos tienen bajo su mando parte del Este, Norte y Sur del Grand Line, también una pequeña porción del Shin Sekai.
Eso era lo que Law sabía de cada familia, pero también estaba al tanto que cada una de aquellas familia tenía nexos con el ´bajo mundo´, con motivos diferentes uno del otro, pero cada una tenía relación con la anterior, como si se tratase de un contrato de paz, el cual no sería violado por ninguna de las cuatro partes.