Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un nuevo comienzo por LimoncitoM98

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Todos los personajes de esta serie pertenecen a Shungiku Nakamura

-T-Takafumi...no es lo que parece…-exclamó, tras la que podríamos llamar escena de infidelidad descarada o cambio inmediato y rotundo del restringido estilo de vida pacifico que llevaba hasta ese entonces.
-No puede ser...-llegué a balbucear.

En ese instante mi mente estaba al tope de pensamientos como: “¡Que hijo de p***! ¡Lo mato!”. Pero me limité a quedarme perplejo ante aquella imagen inverosímil que mis ojos no podían dejar de observar.
-Déjame que te lo explique-se acercó rápidamente a mi.
-No tienes nada que explicarme, Shun-retrocedí algunos pasos hacia atrás-¡Me largo, que la pasen bien!-dije irritado, viendo como su amante asomaba la cabeza desde la habitación, supuse que con la intención de, por lo menos, ver el rostro del idiota al que han engañado.

Me largué inmediatamente de aquel lugar, creo que el idiota de mi ex me gritó algo, pero no me esforcé en escucharlo.
Me encontraba abatido, furioso y confundido. La persona que se hacía llamar mi novio no era mas que un extraño para mí, el hogar que ambos compartíamos se había convertido en un burdel barato, así que, para colmo, no tenía lugar al que regresar.

En medio de mi desasosiego, recordé algo.

Los únicos a los que podía recurrir en esos momentos eran, nada menos, que a mis viejos amigos de secundaria, en los que estaba seguro de que podía confiar (además, porque su casa quedaba a pocos pasos de la mía y no tenía a nadie más en todo Tokyo).

Me llené de valor y sin nada más que perder, regresé, recogí la poca ropa que tenía, la guardé en un viejo bolso (arrojándola y guardándola con furia, cabe recalcar) y sin voltear la vista hacia el idiota traidor de mi actual ex, me largué.
Al salir del edificio, pude conseguir rápidamente un taxi, que me dejó justo en la entrada del departamento de mis amigos.

Estuve unas 1000 horas tratando de encontrar el estúpido timbre de su hogar (exageré, por supuesto), al parecer ellos no eran los únicos que vivían ahí, tardé un tiempo en encontrar un nombre familiar entre tantos otros.
-Ono...onodera...-buscaba con la vista, un tanto apresurado-¡Aquí está! ¡Onodera!-presioné el botón junto a su nombre.

Aguardé un momento a que alguien atendiera, rogando por no caer en un mal momento. De pronto, se oyó una voz del otro lado de aquel aparato:
-¿Si?-casi inmediatamente, lo reconocí.
-¿Kisa? ¿Me puedes abrir?

-¿Eh? ¿Quién es?

-¿De verdad necesito decírtelo?-pregunté, un tanto molesto.

-Hum, lo siento, no tengo permitido hablar con desconocidos-dijo en un tono burlón-¡Adiós!

-¡Espera!-me rendí-Soy yo, Yokosawa.
-Oh, amigo, haberlo dicho antes jaja, ¿Qué te sucede? ¿Y esos modales de dónde vienen?-dijo algo divertido.

Bien, me cansé, ahora si lo mato”, pensé. Había sido un día agotador para mí y definitivamente no estaba de humor para juegos.
-¿¡Puedes abrir de una maldita vez?!-grité a viva voz.

Guardó silencio un momento, al parecer entendió que no era momento de bromear.
-Okey, okey, ya voy…

Unos minutos después, oí pasos provenientes de la escalera, y Kisa apareció frente a la puerta. Lucía exactamente igual a la última vez que nos vimos, lo cual me pareció un tanto extraño. “¿Acaso este chico no envejece?”, pensé, mientras se apresuraba por abrir la puerta del edificio.

De pronto, notó mi bolso y exclamó:

-Oye... ¿Qué diablos llevas ahí?
Yo, algo molesto por su, no tan calida, bienvenida, respondí:

-En este bolso llevo un cadáver y necesitaba que me ayudaras a enterrarlo.
-Ja...ja…-rió sarcásticamente-Por lo visto no has perdido tu sentido del humor…Sígueme.
Me guió hacia su residencia, que se encontraba en el tercer piso del enorme edificio. Lo compartía junto con Ritsu (el dueño legal del departamento) y Chiaki.

Al llegar, Kisa les llamó la atención a sus compañeros, que no despegaban la vista de la ventana. Pude notar que sus miradas estaban llenas de curiosidad, pero al notar mi presencia, dejaron de lado su actividad anterior, y se acercaron en mi dirección.
-Yokozawa-san-me saludó al fin Ritsu, dándome un calido abrazo
-¡Hola, Yoko-san!-le siguió Chiaki
-¿Que llevas ahí?-preguntó el ojiverde, a quien le había llamado la atención mi bolso.
-Lleva un cadáver-respondió tranquilamente, Kisa-y quiere que le ayudemos a deshacernos de él.
-...-Chiaki puso los ojos en blanco.
-¡¿Qué?!-respondió impactado, Ritsu.

Mis amigos si que son algo idiotas”, recordé.
- ¡¡No quiero ir a prisión!!-gritó el ojiazul.
-¡Silencio!-exclamé, tapando su boca-No hay ningún cadáver.
-Es cierto-respondió Kisa-...En realidad… ya nos deshicimos de el...
-¡¿Como?!
-¡No quiero que vayas a prisión, Yoko-san!
-¡¡¡Pffff!!!-dejó escapar Kisa, antes de partirse de risa ante la reacción de sus compañeros.
Si que estábamos haciendo un alboroto, y en realidad, esa no era mi intención en un principio, así que respiré hondo y, más tranquilamente, proseguí:

-Era una broma, tranquilícense…Hoy no ha sido un buen día para mí, podrían ser un poco mas condescendientes…

Se quedaron en silencio un momento, puede notar la curiosidad en sus rostros, así que nos dirigimos a la sala de estar (si es que a un par de sillones y a una mesa de café puede llamársele así) y posteriormente, me dispuse a relatar la serie de acontecimientos desagradables que me guiaron en busca de su ayuda. 

Era doloroso recordarlo, pero no podía permitirme llorar (mas allá de que casi nunca lo hiciera), lo que menos quería en ese momento era darles lastima, en absoluto.

Terminado el relato, el ojiverde rompió el silencio:
-No veo por qué no puedas quedarte aquí, después de todo, nos sobra espacio y nos hace falta ayuda.  

Me alivió recibir esa respuesta, puesto que no tenía otro lugar a donde ir, pero de todas formas lucía sorprendido al respecto.
-¿Creíste que te dejaríamos a tu suerte en un momento como este? Por favor, no somos tan crueles.-rió el pelinegro.
-Cuenta con nosotros para lo que necesites-concluyó Chiaki.

Los miré agradecido y solté:
-Les agradezco mucho este favor, chicos.
-Eso sí…-continuó Ritsu-Tendrás que compartir la habitación con Chiaki.
-No hay problema, pero...-hice una pausa-Procura no estar dibujando hasta después de media noche, si  valoras tu vida.
-¿Qué quieres que haga?-protestó-Es mi trabajo.
-Hablando de eso…-.me dirigí hacia Ritsu-¿Ya has encontrado empleo?
-Así es, al fin decidí trabajar en Marukawa, bueno...en realidad, Kisa me convenció.
-Era necesario, me aburro allí y no tengo a nadie con quien conversar-se quejó-. Lo mas cercano a alguien amistoso allí es un sujeto llamado Mino, que siempre esta sonriendo, pero la verdad asusta un poco…
-El trabajo no es una reunión social, Kisa-lo regañó (Ritsu más que un amigo se parece a una madre quejumbrosa).
-Eso suena bien.
-¿Por qué no entras al departamento de ventas?-propuso Chiaki-Siempre fuiste bueno en temas como esos.
-Además, ganarías lo suficiente como para pagar un buen piso en el centro-dijo Ritsu.
-¿Acabo de llegar y de pronto me echas?-bromee.
-Me refiero a que deberías aprovechar la oportunidad-aclaró sonriente.
-Si...quizás funcione.

Nuestra conversación se vio interrumpida, puesto alguno de los vecinos se había puesto a oír música a todo volumen.

-Al parecer les gustaban Red Hot Chily Peppers-dijo Kisa.

-¿Siempre es así?-pregunté con curiosidad, mientras tapaba mis oídos.

-No, deben ser los nuevos vecinos-respondió Ritsu.

-¿Nuevos vecinos?

-Llegaron en la mañana y son todos hombres-aclaró Chiaki-.Antes de que llegaras observábamos la mudanza por la ventana.

-Además, son extremadamente atractivos-agregó Kisa, con una sonrisa maliciosa.

-¿Y eso qué?-dije-No es escusa para ser tan desconsiderados con el resto de los que viven aquí.

-Tal vez tengas razón-contestó Ritsu-, pero seguramente es porque no conocen las reglas de convivencia del edificio, y lo más probable es que alguien los haga callar pronto. Limitémonos a dejarlos un momento, después de todo, es su primer día.

Quise quejarme, puesto que sentía que mis tímpanos no soportarían mucho más, pero guardé silencio.

Por desgracia, fue un error, continuaron molestando con su música por aproximadamente unas 2 horas. Y para ese entonces, todos estábamos con los nervios de punta.
-¡Listo! ¡No lo soporto más!-grité-¡Kisa, al parecer si tendrás que ayudarme a esconder un par de cadáveres!

-A esta altura, estoy completamente de acuerdo-respondió.
-¡¡No me puedo concentrar en mi trabajo!!-se quejó Chiaki.
-Chicos, cálmense…-intervino Ritsu-Hablaré con ellos para que bajen el volumen.

Como siempre, súper sereno, correcto  y maduro...Estas actitudes solo duran como máximo 5 minutos.
Salió por la puerta y se dirigió al lugar de que provenía la música, el resto de nosotros, nos acercamos a la entrada a observar. Ritsu tocó la puerta, con un semblante severo pero elegante, pero nadie respondió.

Decepcionado, el ojiverde estaba a punto de irse, cuando uno de ellos abrió la desgastada puerta de madera.

Apareció la esbelta figura de un joven. Era alto, de pelo negro, ojos marrones, piel blanca...muy blanca (creo que era un vampiro), de lentes, y, como había dicho Kisa, era extremadamente atractivo. Iba vestido con unos jeans azules, una camiseta negra de manga corta y unos zapatos color marrón oscuro.

Pude notar que Ritsu lo contemplaba de arriba abajo, con suma atención, y que también era observado de la misma manera por el hombre frente a él.
-¿Si? ¿En qué le puedo ayudar?-preguntó el muchacho.
Ritsu titubeó al regresar a la realidad, pero se veía incapaz de dejar salir palabra alguna. Estaba paralizado.
-Masamune, ¿Quién es?-apareció detrás otro joven, de cabello castaño claro y pircings. En pocas palabras, en cuanto a su aspecto, lucía como el típico “príncipe” de manga shojo.

-¿Alguien mas ve los brillos? ¿O es solo la falta de descansó?-preguntó Chiaki.

-Shh, Chiaki…-Lo hice callar.

Continuamos oyendo la conversación, a escondidas.
-No tengo idea-respondió el pelinegro-Oye… ¿Estás bien?

Posó su mano en la frente de mi amigo, pero solo consiguió que se pusiera rojo hasta las orejas. El joven parecía sorprendido.
-Desgraciadamente…-exclamé, viendo a mis compañeros-Tenemos que ayudarlo.

Marchamos en su auxilio, los tres lo sujetamos, y nos volteamos diciendo:

-Con permiso.

Los muchachos se quedaron perplejos.

-¡Ritsu! ¡Despierta!-gritaba Chiaki, sacudiéndolo.

-¿Eh?-reaccionó.
-La música-le contesté.

-¡Ah, si!

Se volteó con un semblante serio y tomo la mano del muchacho de cabello oscuro.
-Me presento, mi nombre es Onodera Ritsu, soy su vecino de al lado.
-Mucho gusto, Takano Masamune-se quedaron un momento observándose en total silencio.

 El acompañante del joven, que seguía parado detrás, aprovechó para romper el silencio y presentarse.
-Y yo soy Yukina Kou.
-Mucho gusto-sonrió Ritsu y nos presentó.
-¡Es un placer conocerlos!-hicimos una reverencia Chiaki y yo.
-¡Amo tu rostro!-soltó Kisa, observando a Yukina, pero luego reaccionó y se sonrojó-¡Q-quiero decir…!

El muchacho dejó escapar una sonrisa, tomó la mano de Kisa y respondió:
-El placer es mío.
-Entonces... ¿Qué los trae por aquí?-se dirigió el ojimarrón a Ritsu.

El ojiverde carraspeó y dijo:
-Vinimos para preguntarles si pueden bajan un poco el volumen de su música, molesta al resto de los vecinos.
-Claro, no es problema….-contestó Takano-Un momento, ya regreso.

Dicho esto, se adentro al departamento.

-Oh, no…-exclamó Yukina.
Acto seguido, se escuchó una especie de conversación entre Takano y otro hombre:
-¡¡Oye!!¡¡Tú!!-gritó furioso.
-¡Masamune!-contestó, alegremente, el otro-¿Ya trajeron las pizzas?
-¿¡Cuántas veces te he dicho que apagues tu música?!¡Pedazo de idiota!-se escuchó un golpe, con lo que supuse fue un libro, y un quejido de dolor.
-¡¡Auch!!¿¡Cuál es tu problema!?
-¡Ve por lo menos a disculparte con los vecinos!
-Pareces mi madre, pero ni ella es tan insoportable como tú-se burló. Por lo que, según se escuchó, recibió otro golpe por parte de este, esta vez más fuerte-¡¡Ah!!¡¡Eso duele!!
-¡Ve, ahora!
-¡¡Okey!!¡¡Okey!!¡¡Ya voy!!

Se oyeron pasos acelerados en nuestra dirección, nosotros habíamos quedado con la mente en blanco por la discusión que acabábamos de escuchar.

De pronto, apareció otro joven y nuestras miradas se cruzaron. Tenía el cabello rubio, ojos color miel, vestía una camisa blanca (algo desabrochada), unos jeans azules y unas zapatillas blancas con negro.

No quería admitirlo en ese momento, pero lo primero que pensé fue: “Es mi tipo”.

Eso habría sonado un tanto desubicado en aquel instante, debido a que acababan de romperme el corazón y no tenía tiempo para otro romance. Así que traté de desviar la vista a otro lado y hacerme el desentendido.
-Lamento mucho por el alboroto que acaban de escuchar-miró algo molesto a su amigo.
-N-no hay problema, no era nuestra intención causar un conflicto-respondió Ritsu.

 -Pero si le hubieran bajado al volumen hace un par de horas, no habría habido necesidad de un conflicto-exclamé.
-No seas tan directo, Yoko-san-dijo Chiaki.  
-Descuida-me sonrió levemente el ojimiel-. Me agradan las personas directas.

Me sonrojé y fruncí el seño.

-Kirishima Zen, un gusto en conocerte-tomo mi mano y la besó.

Bien, ya estaba seguro de que mi rostro estaba completamente rojo, pero, de mala gana, respondí:
-Y-yokozawa Takafumi-retirando mi mano con fastidio.
-Okey, problema resuelto, creo que ya es hora de irnos-dijo Chiaki.
-¡Ah! Casi lo olvido…-habló Yukina-Esta noche haremos una fiesta aquí ¿Les gustaría venir?
-¡Claro! ¡Nos encantaría!
-¡Kisa!-contestamos sorprendidos por la actitud de nuestro amigo.

-Bien, entonces los estaremos esperando-finalizó sonriente.

Estábamos acorralados, nadie parecía poder negársele a ese rostro. “Lo que me faltaba”, pensé.
-Comienza a las 22:00hs-dijo Takano, sin perder la seriedad.
-Al parecer, aquí estaremos-contestó Ritsu, fulminando a Kisa con la mirada.
-Entonces, nos vemos.
-¡Adiós! -nos saludó Yukina, sin perder la sonrisa.
-Adiós-contestamos al unísono, retirándonos a nuestro departamento.
Al cerrar la puerta, nos quedamos parados en la entrada.
-¡¿Por qué les dijiste que si?!-le grité a Kisa.

-¡No pude evitarlo! ¿Acaso no vieron su rostro?-respondió-Podría jurar que vi flores y brillos a su alrededor.

-¡Lo sabía!-exclamó Chiaki.

Nos detuvimos al no escuchar a Ritsu, que seguía parado frente a la puerta, observando el vacío.
- Ricchan... ¿Estás bien?
-¿Ngh?-reaccionó.

-¡¡Haaa!! Al parecer todos cayeron ante el hechizo de los nuevos vecinos-suspiró Chiaki-Momento, ese es buena idea para un manga….
-No sé de que hablas-respondí.

-Si, claro, las protagonistas siempre niegan su amor al principio.
-¿Q-qué? ¿A-amor?-dijo Ritsu-Acabamos de conocerlos.

-A veces hace falta solo un instante-se burló Chiaki.

-Bien, ya me cansé…-dije-Iré a desempacar el resto de mis cosas.
Las horas restantes transcurrieron de manera tranquila, al menos para mí. Me emocionaba un poco la idea de asistir a una fiesta, debido a que había pasado un tiempo desde la última vez que estuve en una, pero a diferencia de mis amigos, yo me encontraba relajado leyendo un libro, para matar el tiempo.

-¿Acaso no te vestirás para la fiesta?-preguntó Chiaki.

-De hecho, pensaba ir así.

-¡Vamos, Yoko-san!-me animó-¡Es una fiesta con los vecinos nuevos y seguramente el resto del edificio! Parece una buena oportunidad para hacer nuevos amigos ¿No crees?

-¡Tsk! Está bien…
-¡¿No han visto mi camisa verde?!-exclamó Ritsu, azotando la puerta de nuestro cuarto.

-Creo que…-empezó a decir Chiaki.

-¡¿Mi camiseta gris?!-interrumpió Kisa.

-¡¡Cálmense!!-grité-Aún faltan como 3 horas para que empiece, tienen tiempo suficiente para prepararse en paz.
-Pero…mi camisa…

-Yo los ayudaré, de todas formas tampoco sé como vestirme-dijo Chiaki.
-Okey, iré a tomar un baño, avísenme si me necesitan-dije, soltando el libro mientras salía de la cama, dirigiéndome hacia el baño.

Tardé unos 15 minutos allí, y para cuando salí, mis compañeros estaban listos.

Ritsu estaba vestido con una camisa manga corta color beige, con una camiseta color celeste debajo, unos jeans azul oscuro y unos zapatos marrón claro. Kisa vestía una chaqueta negra, con una camiseta gris debajo, pantalones verde oscuro y tenis negros. Chiaki tenía una camiseta de manga corta con capucha color beige claro, sobre una camiseta manga larga rayada gris con púrpura, unos jeans azules y unos tenis azul oscuro.

Me apresuré y me vestí. Me puse una camisa azul claro, unos pantalones negros y unos zapatos del mismo color. Ya todos estábamos preparados, así que partimos rumbo al evento.

Al entrar, nos encontramos a más gente de la que esperábamos encontrar. El lugar estaba decorado con luces de color blanco por todas partes, vasos de plástico tirados en el piso con pequeños restos de cerveza y, lo más importante, buena música.
Extrañaba ese ambiente fiestero, por lo que me quedé un momento observando y contemplándolo, pero eso no duró mucho.

Pude notar que los propietarios del departamento se acercaban hacia nosotros.

-¡Vinieron!-exclamó Yukina. *Ya enserio, esa sonrisa no puede ser natural*.

-No nos lo perderíamos-dijo Chiaki.

-¿De verdad se mudaron hoy?-pregunté-Parece estar muy bien amueblado.

-Si, de hecho, trajimos todo temprano y ayudó el que fuéramos tantos.

-¡Oigan!-se escuchó decir cerca de nosotros y al rato apareció otro muchacho, de ojos azules y cabello castaño oscuro.

-Oh, olvidamos presentárselo-dijo Yukina-.Él es Hatori Yoshiyuki, vive aquí con nosotros.

-Así que ustedes son los vecinos que me mencionaron-dijo este-.Encantado de conocerlos.

-El gusto es nuestro-respondimos todos y luego nos presentamos.

Nos quedamos charlando y bebiendo casi toda la noche, al parecer luego de un par de tragos todos eran un poco más sociables.

-Ricchan…C-creo que ya bebiste demasiado…-dijo Kisa.

-¡Cállate! ¡Yo sabré cuando es suficiente!-se defendió este, a pesar de que saltaba a la vista su obvio estado de ebriedad.

-Es suficiente-dijo Takano, Ritsu se puso rojo-Ven conmigo, te llevaré por un vaso de agua-finalizó tomando su mano y alejándose de nuestra vista.

-Ugh, debería haberles pedido que me trajeran algo de comer-se quejó Chiaki-.Estoy muerto de hambre…

-Creo que hay algunas papitas en la cocina-dijo Hatori.

-¡¿De verdad?!-exclamó emocionado-¿Puedo ir contigo?

-Claro.

-¡Genial!-dijo tomándolo del brazo-¿Puedo decirte “Tori”?

El rostro del más alto se sonrojó levemente y se alejaron.

-¿Ambos tienen la misma edad?-dijo Kisa- Pero Chiaki parece menor jaja.

-Eso no es algo que tu deberías decir, Kisa-me burlé.

-Kisa-san, ¿Te gustaría bailar conmigo?-le preguntó Yukina.

Mi amigo escupió lo que estaba bebiendo, debido a la sorpresa, y con la cara completamente ruborizada, alcanzó a balbucear:

-¿Q-qué?

-¡Vamos! ¡Será divertido!-sin dejarlo responder se lo llevó, pero creo que Kisa no objetó nada al respecto.
Antes de que me diera cuenta, solo quedamos Kirishima y yo.

Genial, lo único que me faltaba”, pensé.

Estuvimos un rato largo sin hablar, generando una atmosfera un tanto incomoda.
-¿Quieres bailar?-se atrevió a preguntar Zen, rompiendo con el silencio.
-¿Qué te hace pensar eso?
-¿El sonrojo de hoy por la tarde?...Por ejemplo-esbozó una sonrisa burlona.
-Tenía calor, eso es todo-me defendí.
-Como digas-se burló.

-No soy bueno bailando.

-No te preocupes, yo te guiaré.

De verdad, a pesar de su atractiva apariencia, tenía una personalidad sumamente exasperante. Estaba cansado, ya me había divertido por un momento, así que decidí no seguir soportando esa molesta actitud suya.
-Es hora de irme, ha sido un largo día-dije con el rostro inexpresivo, incorporándome de mi asiento.

Con un movimiento veloz, pude sentir que me tomaba del brazo, acercándome a él, dejando una escasa distancia entre nuestros rostros.
-Solo una canción y te dejaré ir ¿Okey?
Su aliento olía a alcohol, aunque resultaba, de manera irónica, ligeramente embriagador.

Fruncí el ceño y suspiré.

-Haz lo que quieras.

Nos unimos al resto de los invitados en, lo que vendría siendo, la pista de baile (que era la sala de estar). Como supuse desde un principio, no sería solo un baile, así que, en conclusión, bailamos durante toda la noche. Durante los momentos en los que no bailábamos, bebíamos, y eso duró un tiempo, hasta que comencé a sentirme realmente mareado.

-¿Te sientes bien?-oí que mi acompañante decía, parecía preocupado.

-Solo…Creo que necesito recostarme…-balbucee.

En retrospectiva, seguirlo hasta su habitación en aquel momento, solo podía significar que nada bueno se aproximaba. Pero, estaba ebrio, no me percaté de las circunstancias hasta una vez que las viví.

Me ayudó a recostarme sobre su cama y luego dijo:

-Te traeré un vaso con agua-y se marchó.

El techo sobre mí, parecía un carrusel y al cerrar los ojos, la sensación era peor. Tomé la decisión de recostarme boca abajo, no era mejor, pero me distraje con el aroma de las almohadas. Olían al perfume de Kirishima.

Fue bastante amable al ayudarme”, pensé, “Tal vez…No sea tan malo

 Estaba demasiado relajado, pero logré sentir algo calido sobre mí.

-La posición en la que te encuentras es un poco peligrosa-me susurró al oído-.Alguien en tu estado podría ser atacado en cuanto baje la guardia.

Alcé la vista en su dirección, nuestros rostros estaban a un roce de distancia.

-Inténtalo, te advierto que si lo haces corres riesgo de muerte-me burlé.

Se rió un poco y me sonrió, yo me perdí en sus ojos color miel.

-Me gustan los retos-exclamó y, acto seguido, me besó con intensidad.

Fue un beso extraño, no estoy seguro si por los efectos del alcohol, pero resultó ser tierno en un principio, suave y relajado,  volviéndose mas apasionado conforme el tiempo trascurría. Comencé a sentir sus manos sobre mi cuerpo, cada parte que rozaba se calentaba lentamente, podía sentir mi rostro sonrojado. Hice un esfuerzo por abrir mis ojos y ver las expresión de su rostro, también estaba sonrojado, pero en menor medida, dirigiéndome una mirada de deseo.

Y eso es lo último… Lo sucedido después de eso, es solo una laguna difusa en mi memoria…

Pero, eso si, recuerdo lo que ocurrió la mañana siguiente.

Desperté en una cama, que sabía que no era la mía, sin ropa (por razones desconocidas y que no quería averiguar), todo parecía apuntar a una sola cosa:

-Kirishima…-susurré, analizando mis recuerdos.

-¿Si?-respondió el descarado, recostado sobre el marco de la puerta.

-¡Tú! ¡¿Qué fue lo que me hiciste?!-grité furioso.

-No tanto como hubiera deseado-se burló.

-Infeliz…

-¿Quieres que te refresque la memoria?-dijo sacudiendo el teléfono celular en su mano.

-No me digas que…-empalidecí-¿Fotos?

-¿Tú que crees?-lanzó el celular hacia arriba y lo tomó en el aire, girándose para darme la espalda.

Mirándome de reojo dijo:

-Te las enseñaré en cuanto lo recuerdes-con una sonrisa burlona.

Se marchó y yo me quedé sentado, intentando reflexionar, tome mi cabeza entre mis manos y pensé:

 

“Este será el comienzo de una serie de cambios”


Continuará...
Aquí están algunos de los temas tocados en la fiesta:
https://www.youtube.com/watch?v=wO6EeBCWuzI&index=8&list=PLiiq1aTY5Tf9AcwggagtVbsiYrKHfB_6-
https://www.youtube.com/watch?v=vZv9-TWdBJM
https://www.youtube.com/watch?v=e7nkA7Ue5yg
https://www.youtube.com/watch?v=ZTmfO6vkInw
https://www.youtube.com/watch?v=GnQcMBzhr8E
https://www.youtube.com/watch?v=IQTzlGLvCAU

Notas finales:

Esta es mi segunda historia, espero que les guste :D
Ah, y tengo un canal en Youtube, ahí subo en su mayoría AMV, por si quieren seguirme o ver algo sabrozon :3  

 

Canal de Youtube: LimoncitoM98


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).