Luego de aquel suceso debería sentirme la chica más afortunada del mundo, después de años de sufrir en silencio, al fin ella me correspondió, pero, por que no me siento así, debería estar saltando de alegría como se suele ver, cuando aquello pasa, pero… simplemente estoy en mi cama boca arriba con un extraño malestar en mi estómago, me sentía culpable y estúpida, a pesar de sentirme feliz, aquel sentimiento de culpabilidad lo superaba con creces, acaso ¿era masoquista? Al parecer me gustaba sufrir, al cerrar los ojos a veces se me venía la imagen de lucia, me senté en la cama y me raque fuertemente la cabeza.
- Maldición… me gusta sufrir- dije
No entendía, ahora que al fin tengo a la chica que supuestamente amo, no hago más que pensar en la chica que no me dejo tocarla. Soy una idiota…. Acaso ¿me gustaba tener lo que no estaba a mi alcance? Mire el suelo y observe una pelota de colores fuertes, era parecida a la de tenis pero un poco más grande, rojos a los costados y azul al medio, tome con una mano y sonreí tontamente, lucia se la había comprado a Sam, luego de sin querer romper la pelota de Sam, al ver los ojitos brillosos de Sam mirándola con pena por su pelota, se sintió tan culpable que al siguiente día le trajo un juego de pelotas, venían tres en una bolsa. Yo estalle en risa puesto que a pesar de decirle que no se preocupara, que su pelota ya estaba rota y que igual se iba a romper tarde o temprano, ella decidió no hacerme caso.
Amanda le temía a Sam y a él no le agradaba a Amanda, pero por alguna razón, le gustaba lucia, desde el primer momento que la vio, se le tiro encima para darle besos.
Estaba recorriendo los pasillos de colegio con algo de pereza, me la pase el día anterior pensando en lo ocurrido y en lucia, así que al encontrarme con Aarón.
- Aarón… necesito que me golpees- exclame mirándolo seriamente
- ¿qué?- pregunto confundido, ciertamente era una petición extraña viniendo de Robín
- Solo hazlo, me lo merezco- dijo Robín
- Ok- sin más rodeos apretó su puño y le dio un gran golpe en el rostro de robín, al recibirlo, Robín voló unos treinta centímetros y se estrelló contra los casilleros, varios alumnos que pasaron por ahí, se quedaron observando sorprendidos la escena, Robín se llevó la mano a su rostro, le había dolido, pero, ya se sentía un poco mejor, se levantó y se limpió la sangre que salía de su nariz, tal vez debería ir a la enfermería.
Aarón algo entusiasmado tomo a robín y le dio un golpe en el rostro.
- Si me pides estas cosas, debiste hacer algo grave, apuesto que merecías un segundo golpee-
- Duele- dijo bajito- si puede ser- toco la parte lastimada del segundo golpe y noto que salía sangre y dolía al tacto
- Vez, te conozco- sonrió Aarón, luego la tomo de los hombros y le dio un rodillazo en las costillas- y este también
- Ya valiste…. ese no me lo merecía hijo de puta- dijo enojada Robín, se lanzó contra Aarón y lo golpeo en el estómago con una patada, luego le devolvió el golpe en la nariz con un cabezazo en su cara cuando se inclinó por la patada
Ambos empezaron a golpearse con brutalidad, ambos se habían enojado por los golpes y se lo devolvían con más fuerza cada vez, hasta que se cansaron. Adoloridos fueron a la enfermería, a curarse y en el caso de Robín a parar el sangrado.
- ¿q-que te paso?- una voz femenina extrañamente conocida
- Eh… ¿Natalie?- pregunte
- Natalia- corrigió
- Cierto-
- ¿Qué te paso? – insistió
- Em… un juego que se salió de control ¿verdad Aarón?-
- S-si- dijo
- Me apena que ambas hayan terminado, de verdad se veían muy bien juntas-
- Esas cosas son inevitables- dije sonriendo nerviosa
- Lucia a veces habla de ti, pero de quien más habla es de tu perro- sonrió
- Ah… ¿sí? De ¿Sam? – levante una ceja
- Si-
Una gruesa mano se puso en mi cara para que me hiciera a un lado.
- Hola… veo que aún no nos presentamos… mi nombre es Aarón a su servicio-
- He… hola- sonrió nerviosa- un gusto, mi nombre es Natalia
- ¿he? ¿a su servicio?- dije mirando a Aarón extrañada- que mosco te pico, desde cuando tu tan servicial, apuesto que apenas se distraigas le robaras el celular… Natalia cuida tu celu…- no pude terminar ya que Aarón me había golpeado en la cabeza
Natalia rio ante lo que había pasado.
- Por cierto… ¿Qué te paso para estar acá?- le pregunte
- Me sentía un poco mareada, es que no desayune hoy- dijo algo avergonzada
- ¿qué? No deberías saltarte la comida más importante del día- dije cruzando mis brazos ¡Aarón! Dame tu billetera- dije demandante
- ¿Qué? No- dijo
- Vamos… no seas maricon… es para ella- dije lo mire fijamente hasta que el suspiro resignado y me lanzo su billetera, mire a Natalia y le dije- vamos a comer auspiciado por Aarón- dije feliz la tome de la mano y la lleve a la cafetería donde le pedí un café y un sándwich, pero al cabo de cinco minutos sentí un aura algo misteriosa detrás mío, al voltear vi a Amanda y a lucia, la primera estaba ¿molestas? Y la segunda me miraba entre confundida y curiosa, sonreí y le revolví el pelo a Natalia- tengo que irme otro día seguimos hablando- mire Amanda le guiñe el ojo y le di un beso en la mejilla y me marche
Camine hasta encontrarme nuevamente con mi amigo quien enojado me reclamo del por qué no lo había esperado y también me hablo de lo linda que era Natalia y de porque no se la presente antes y aun que le dije que ni lo intentara, que no lograría nada con ella, el simplemente me ignoro.
Ahora que estoy con Amanda a escondidas, ella se ha vuelto tremendamente celosa, debía cortar con eso o nos descubrirían antes de que ella le dijera todo a Nathaniel. Debía controlarse y seguir con su rutina normal, no la quería pegada a mí todo el día en el colegio, aparte aun debía solucionar un tema con lucia.
Tome mi celular y escribí “tome una decisión, se lo diré todo a Amanda… le diré que me gusta y de el plan si quieres hablar te espero mañana temprano en la azotea” aun que era mentira decidí engañarla para hacerla venir sí o sí.
Estaba asustada, maldición, sabía que si le daba la minina posibilidad de abrir la boca, ella lo aria, debía hablar con ella, al recibir el mensaje sentí un escalofrió, Amanda estaba rara, sabía que Robín había hecho algo, pero no sabía que. Robín era capaz de hacer muchas cosas, atractivo y carisma no le faltaba, pero el ser demasiado impulsiva y temperamental le jugaba en contra. Fue justo lo que paso entre ambas, sin falta iría a hablar con ella, hace bastante que no cruzaban más de algunas palabras entre ellas, aun que le diera vergüenza admitirlo extrañaba eso, sin decir que extrañaba a su perro a Sam, sentía una especie de vacío cuando no estaba con ella, era algo del cual se había acostumbrado, cuando estaban juntas.
Al día siguiente lucia se presentó sin falta a la azotea, al entrar la vio sentada fumando un cigarro, se le veía tranquila, al verle, apago el cigarro y se levantó.
- ¿porque?- pronuncio lucia- ¿porque se lo dirás?
- No lo are- dijo Robín mirándola fijamente- sabía que si te decía eso vendrías, porque estarías asustada, pero, en realidad quiero hablarte de otra cosa, esta vez te devolveré la pequeña manipulación que hiciste aquella vez, te diré algo y simplemente no podrás decir nada-
- Te escucho…-
- Logre parte del plan- exclamo colocando sus manos a los bolsillos
- ¿qué?- dijo sorprendida
- Me acosté con Amanda- largo como si nada, lucia quedo en blanco, al ver a Robín la noto extraña lo cual la dejaba aún más impresionada
- D-de…deberías estar feliz ¿no?- dijo lucia a penas
- Tú lo has dicho debería- miro hacia un lado- pero por alguna razón, algo no está bien-
- ¿porque?- se aventuró a preguntar lucia
- Porque tengo una sensación extraña, debería estar feliz, Amanda me correspondió, pero…su cariño me hostiga, por alguna razón por más vueltas que le dé algo no está bien y creo saber por qué, sabes lo angustiante que es pensar que cada día que pasa es un día que se acerca a que Amanda termine con Nathaniel-
- Esto era lo que querías ¿no?- dijo lucia acercándose mas a Robín y colocando su mano en su mejilla
- Llegue a la conclusión de que soy una persona masoquista- Robín con su mano toco la mano de lucia
- Siempre pensé que era así, desde que supe que te gustaba Amanda y desde que buscabas que te pegara por aprovechada-
- Si…- Robín sonrió- sabes… esto es tu culpa…-
- ¿mi culpa?- pregunto lucia
- Si… por que no dejas de estar presente en mi mente… ¿a ti no te pasa esto?
- Yo…-