En una ciudad llamada Launceston ubicada en Australia, se encuentra un chico llamado Yuki Cavasawa, el tenía 25 años y trabajaba en una libreria cercana a su hogar. Vive con su hermana menor Angeline Cavasawa de 15 años. Sus padres murieron en un accidente marino debido a un fallo mecanico en el barco que trabajaban.
Su vida se había convertido monotona desde que su mejor amigo se marcho al extranjero, de eso ya hacen 6 años.
Desde que era muy joven, él se hizo cargo de su hermana, ya que vive por y para ella.
Ya se había vuelto una costumbre el levantarse, prepararse para ir a su trabajo, desayunar con su hermana y marcharse juntos, cada uno a su respectivo destino. Luego del trabajo, se dirigia a su casa. Al llegar, se encontraba con su hermana. Ambos charlaban sobre su día mientras ella preparaba la cena. En definitiva, su vida ya no tenía color, mientras esperaba en las noches por un misero mensaje de su gran y loco amigo.
Su amigo era Kisaragi Tomoya, un joven japones de 27 años que se mudo a Australia con apenas 7 años. Desde ese momento, se volvieron inseparables.
Este estaba secretamente enamorado de Yuki desde los 15 años, pero cuando decidio declararse, sus padres se separaron y debio regresar con su madre a Japón. Desde entonces, mantienen contacto a través de internet y algunas veces, llamadas telefonicas.
Un día, Yuki recibe una llamada de su amigo el cuál le informa que volvera, pero lo que no sabía Yuki, era que este volvera a revolucionar su mundo de nuevo como cuando eran jovenes. Yuki,amablemente le ofrece su casa a Tomoya para que este se hospedase cuando llegara. De esto ya hace un par de semanas.
Al llegar el día pactado, Yuki y su hermana Angeline fueron a recoger al aeropuerto a Tomoya. Cuando llegaron a su hogar, su hermana sale con unas amigas y los deja para que platiquen sobre todo lo que sucedio en la ausencia del otro.
Tomoya se instala en la habitación que le prepararon y decide tomar un baño para relajarse mientras tanto Yuki prepara bocadillos para la conversación y un café bien cargado como le gustaba a Tomoya.
-Como es la vida allí en el extranjero?.-Le pregunto mirando a Tomoya.-
-Este lo miro extrañado y le contesta-Común, sin embargo extrañaba mi pueblo y en especial a una persona.-
-Hahaha.-Se rió falsamente tratando de ocultar su molestia.-Y dime, quien es esa chica que te hace perder la cabeza? O mejor dicho, los pantalones? Nunca me dijiste que estabas enamorado.-
-Hahaha.-Rie energeticamente.-No es chica, es chico, nunca te lo he dicho?.-
-Yuki lo mira sorprendido.-Nunca me has dicho de tus gustos, pense que eramos amigos, viejo.-Se sintió ofendido y un poco molesto. Algo dentro de él se removio, que creía superado.-
-Él miro a Yuki intensamente, con algo que este no supo desifrar. Seriamente le dijo mientras miraba sus ojos, perdiendose poco a poco en esas esmeraldas con un brillo curioso.-Es que acaso nunca lo notaste?.-
-De que estas hablando?.-
-Yuki,debo confesarte algo.-
-Que sucede?.-
-Yo, desde hace mucho tiempo, he querido decirte algo muy imporante para mi. Yo desde siempre...-En ese momento, la hermana menor de Yuki entra violentamente interrumpiendo el gran momento esperado por Tomoya desde hace mucho tiempo, asustandolos así a ambos hombres.-
-Onii-San,he hecho las compras!.-Anuncio sonriente.-Aprovechemos que Tomoya regreso para cenar todos juntos.-
Hubo un asentimiento por parte de ambos pero en su interior cada uno pensaba en los sentimientos que pasaban justo en ese momento. Yuki con curiosidad y miedo. Tomoya sin embargo sentia unas increibles ganas de matar a la hermana menor de Yuki por arruinar el tan ansiado y soñado momento.
Entre anecdotas divertidas de los 3, pasaron la cena y se fueron a dormir.
Al día siguiente, Yuki tenía el día libre en el trabajo, por lo que decidio ir de compras con Tomoya y de paso, mostrarle cuanto había cambiado la ciudad en su ausencia.
Pasaron el día entre risas y juegos olvidando así la conversación que tenían pendiente desde la noche anterior.
Más, al llegar la noche, Yuki recibe un mensaje de su hermana informandole que se quedaría en lo de una amiga a terminar un proyecto pendiente para Química, una materia que realmente le dificultaba. Al informarle esto a Tomoya, este sonriendo viendo así la oportunidad perfecta para terminar la conversación pendiente que tenían.
Él sonrio agradeciendo internamente lo genial que era la Química a pesar de ser dificultuosa.
Así empezo la charla.
-Ahora que no hay más interrupciones, podremos terminar nuestra conversación pendiente.-Reitero Tomoya.-
-Que conversación?.-Pregunto con total inosencia pero como un rayo llegaron los recuerdos de lo ocurrido la noche anterior. Al entender de lo que hablaba, solo miro sorprendido a Tomoya el cual comenzo a hablar.-
-Mirame atentamente y escuchame bien. Yo desde hace mucho tiempo, antes de irme al extranjero, siempre he querido decirte que te amo con locura y pasión...Te deseo con el alma y por más que tu no me correspondas, quiero lograr demostrarte que esto puede funcionar. Quiero enamorarte día a día y si es posible, permiteme estar a tu lado, amarte y enseñarte a amar como yo te amo a ti.-
-Yuki solo pudo mirarlo más que sorprendido, algo volvía a moverse dentro de él, su corazón latia mil por hora imaginando todas las noches que lo extraño, ese extraño sentimiento que nunca pudo definir al estar al lado de Tomoya recibir sus llamadas cada día hacíendo así que rompiera un poco la rutina. El vació que sentía al no tenerlo a su lado, siempre creyo que era porque eran mejores amigos y estubieron siempre juntos desde el momento en que se conocierón, por eso creyo que el día en que Tomoya se marchó, su corazón se fue con él. Él siempre se excuso con que eso era provocado por la amistad, hermandad y cariño que sentian mutuamente. Nunca quiso admitir que él estaba enamorado de Tomoya porque él creía, que si lo descubria, lo perderia. Por eso al escuchar tal confesión, no pudo hacer más que tirarse encima de este, estrecharlo en un abrazo y llorar en su hombro.-
-Que sucede?.-Pregunto Tomoya preocupado por la reacción del chico.-Si quieres puedo marcharme y no regresar nunca. Solo es necesario que digas que te desagrado para marcharme y no volver jamás.-
-Entre sollozos, Yuki le respondio con todo el valor que tenía.-Yo también te amo, tonto! No sabes cuanto he esperado este momento.-
Tomoya lo toma entre sus manos y le da un tierno beso.
Y así comienza una gran historia de amor...