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Altura por LordDria

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Notas del capitulo:

Holi!!! (bueno, la mayoria no lee esto, pero igual xD)

Pues esta es una historia 2min... algo rara. Quienes sean otakus, quizás puedan distinguir de dónde surgió la inspiración para esta historia pequeña. 

No es un gran relato, aunque planeaba serlo. Pero igual creo q merece salir a la luz. 

¡Espero que les guste!

pd: sé que quizá no sea un dato relevante, pero si alguien por allí se pregunta el porqué del título del fic, es debido a que esta historia se creó cuando pensaba en las construcciones que se hacen. Los edificios que están por tarrajearse. Me pareció una idea perfecta de una lucha allí, allí sobre el asfalto, los carros sadkjgaskg /momentofangilr/. Creí que era una buena idea. Solo eso xD

 

Minho apareció de alguna parte que no pudo distinguir Taemin con claridad. El viento violento y nada indulgente, desordenaba los mechones negros que caían sobre la frente. Avanzaba con paso lento y sereno cada vez que un pie lo colocaba un poco más lejos de esa penumbra. Taemin lo observó analizándolo con temor en las pupilas. No llevaba pañoleta, pero al parecer no le importaba demasiado ya que amaba la sensación al sentir el líquido rojo y viscoso cayendo de sus labios rosados.

Una sonrisa surgió de esa boca bañada en pecado, pero se limitó solo a mirar a su adversario, a devorarlo con la mirada. Taemin no podía precisar si Minho lo ansiaba como cena.

-          El dinero, peque. Sabes que de una manera u otra lo obtendré.

Taemin suspiró y contempló el vacío profundo e infinito delante de él. Se inclinó unos segundos, pero sabía que no podría escapar o darse por vencido sin dar una buena pelea, aunque esta fuese la última. Su vida no podía acabar de una mejor forma.

-          No pensé que lo harías de verdad –una mirada de pena fue la que dirigió a Minho en esos momentos. Lo lamentaba, y en cierta parte atribuía esa desgracia a sus actos egoístas y avariciosos.

El chico pasó un pulgar sobre la comisura de sus labios y la saboreó, pero esta vez sin una satisfacción que se reflejase en sus facciones.

-          Al final no pude resistirme, es agradable, ¿verdad? El sabor en el paladar es una mezcla algo salada, algo dulce. Revitalizante. Casi creo sentirme más enérgico.

-          Sabes que no huiré, Minho.

El pelinegro miró a Taemin con una sonrisa que explicaba que sería la despedida. No habría más irises  fulgurosos mirándolo con amor, admiración o deseo. No existirían más caricias, palabras dulces que se escaparían en la nada luego de una sesión de amor, no más de diferentes tonalidades de cabellos sueltos y regadas por el cuarto de baño.

-          Eso esperaba de ti, Taemin-ah.

Minho notó como Taemin corrió vertiginoso adentrándose en la penumbra de la gran habitación de concreto abierta y sacó su arma lista para dispararle. Sin embargo, aún con el  poder obtenido era imposible alcanzar la velocidad de su pequeño. Las balas pasaron cerca de su traje negro sin rozarlo siquiera y observó con rabia, cómo el ladroncillo se perdía en la oscuridad. Escuchó ruidos algo dolorosos y sintió la metamorfosis en el cuerpo contrario. Los quejidos de dolor que escapaban al soltar su verdadera naturaleza. Taemin se movía inquieto mientras adquiría su forma real y fue trepando sobre el concreto, aferrándose con sus garras y ayudándose con la cola. Minho se encontraba debajo de él, con esos ojos platinados adquiridos producto de su evolución y buscaba con desespero a su presa. El niño  retrocedió sigiloso y se escondió detrás de una de las grandes tuberías del techo mientras observaba al otro chico. Quedaban pocas opciones. El naciente necrófago poseía además de, ahora, un cuerpo capaz de obtener movimientos casi imposibles en una persona normal y una fuerza increíble, un habilidoso don de leer a las personas y calcular los movimientos erróneos en ellas. Prácticamente un arma letal, pero no se daría por vencido. Él podía seguir hasta el último suspiro.

El ladroncillo se excitó ante la idea de la sangre corriendo a la vez que los golpes llegaban uno contra otro, los cuerpos agotados y algunos huesos rotos regenerándose. Ahora que sabía que Minho podría estar a su altura; la idea de probar su carne, se le antojo deliciosa al punto de casi hacerle olvidar su posición y dejar escapar un gemido de satisfacción. Desde su posición esperó a que el chico inspeccionase una pila de basura de construcción olvidada y ordenó a las extremidades a avanzar.

Bajó rápidamente su blanca pañoleta y dejó que se revelasen unos dientes animales conjuntamente con un color acero en los ojos que anhelaban carne tierna y fresca. El cuerpo avanzó como una especie de lagartija y justo cuando vio al policía agacharse un poco, saltó para abalanzarse sobre el cuello. No obstante, Minho advirtiendo el movimiento, volteó y apuntó justo a la cabeza de Taemin. Listo para disparar.

-          Te tengo –sonrió malicioso.

-          No.

Con la cola, arrojó el arma a la otra parte de la habitación y saltó sobre el cuerpo contrario. Minho lo contuvo de la manera que pudo. No recordaba semejante fuerza en los músculos en la forma humana de Taemin, pero este ya no era más su querido y pequeño niño por lo que plantó las garras sobre la cola del ladroncillo, que ahora ahogaba su cuello, presionando hasta dejar que la sangre brotara brillante y liquida. Taemin lanzó un alarido, pero esta vez haciendo honor a su rapidez superior, no dejó que esquivase su golpe  y de un solo puñete lo lanzó varios metros lejos de él.

Observaba como el chico  tosía, tratando de normalizar la respiración, así que avanzó sintiéndose algo victorioso.

-          Levántate –exhortó.

-          Pudiste haberme acabado solo arrancándome el corazón, definitivamente suelo muy descuidado contigo –respondió algo menos agitado –. Tal parece que no puedo vencerte sin romper mi promesa de no inspeccionar dentro de tu mente. Lo lamento.

Taemin negó y de sus labios brotó una sonrisa perversa, algo único y nuevo ante los ojos de Minho.

-          No podría decir que es injusto cuando encuentro divertida y excitante la idea de ver cuánto puedo divertirme  contigo.

-          Entonces sería mejor que cerraras pensamiento alguno. Haces mucho ruido.

El contrario no respondió, pero trató con todas sus fuerzas rendirse a sus instintos naturales y dejarse llevar por las órdenes que dictaba su solamente su cuerpo. Lanzó nuevamente el cuerpo sobre el de al frente, pero Minho aprendía con rapidez de sus errores y esta vez lo contuvo. En sus ojos se reflejaban las posibilidades de Taemin si quisiese ganar, calculaba su resistencia y medía el poder esas garras y cola que resultaban un verdadero problema. Tiró al chiquillo de cola contra una pared de concreto y con la cola propia, clavó directamente cerca a la costilla y en un muslo con saña.  Este solo pudo jadear y dejar que el dolor menguara en algo.

-          ¡El dinero, Taemin!

-          ¡Jódete! –gritó y mostrándole los filudos dientes, se arrojó contra Minho –. No sabes lo que se siente rendirse a tus más bajos y primitivos sentidos. No razonas, solo tienes hambre. Mucha. Puedo oler tu sangre deliciosa llamándome, Minho-ah -respondió jadeante y algo delirante. Difícil para el otro de descifrar y también de detener. Movimientos descoordinantes llegaban una y otra vez, pero no se cansaba. Su cola meneaba amenazante hasta que lo alcanzó, causando una herida cerca del hombro y apretando. El chico se defendió clavando nuevamente su cola sobre otra parte del cuerpo del otro, pero no escuchó algún quejido. Al contrario, los dientes filudos fueron contra el hombro y desprendieron un gran pedazo de carne y piel.

Aulló de dolor mientras que el necrófago tragaba con delicia. No era ni siquiera grave, pero significaba tiempo. Prefería terminar con el trabajo en vez de los otros. No lo merecía, pese a todo.

Vislumbró la cara hambrienta de Taemin y suspiró. No quedaba más remedio que también rendirse a esa naturaleza desconocida.  Aunque lo amara, recuperaría ese dinero robado.

Notas finales:

¿Les gustó?

La verdad que algún día espero poder alargarla, porque de verdad tenía muchas ideas para seguir la historia.

Bueno, no se olviden que pueden visitar la página de facebook y darle un "me gusta" o simplemente leer otra de nuestras locas ideas. 

Pues... nada, ¡gracias por leer!

Bye!!

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