Kuroo los había visitado la vez anterior en la noche, cuando Hinata había llegado a Tokio, habían pasado toda la santa noche jugando en el PS4 del setter e incluso el capitán había dormido allí con ellos.
Eso de cierta forma hacia molestar a Kenma, claramente su amigo parecía andar gritándole con insinuaciones que esa no iba a ser una noche amorosa, acaso se pensaba Kuroo que el iba a hacerle algo a Hinata? eso era ofensivo, demasiado, nunca haría algo en contra del cuervo a menos que estuvieran en un partido de voley y por ende no le dejaría fácil las cosas.
-Kenma, ¿de que trabaja Kuroo-senpai? —arqueo la espalda hacia atrás para que su cabeza pudiera verlo al inclinarla atrás también.
-Como mesero en jornada de medio tiempo—Explicaba sentado en la cama sin apartar la vista de su PSP— en un bar
-¡¿UN BAR?! —Exclamo acercándose rápido a la orilla de la cama
Kenma asintió, de alguna forma ese acercamiento infantil le parecía... ¿tierno? Hinata todavía no se creía el cuento ya que según el, kuroo no podía trabajar en un lugar así por su edad, pero allí estaba el asunto. Kuroo ayudaba a un familiar apurado que no encontraba un buen empleado, a la vez que se ganaba un dinero extra.
-Tampoco es como si se notase mucho su verdadera edad —Acoto Kenma dejando a un lado su PSP después de apagarlo.
-Es verdad... —Torció un poco la boca a un lado-- ¿y como es el lugar? ¿haz entrado?
Hinata comenzó a ametrallar a Kenma con muchas preguntas acerca del dichoso local, de la casa de Kuroo que estaba al lado e incluso de que actividades hacia el mismo en el tiempo libre disponible. Entre tanto Kenma solo miraba al peli naranja algo irritado y ya se le notaba en la frente o mejor dicho, en toda su cara.
Kuroo era su mejor amigo, siempre estaba allí para él ya sea para hostigarlo o no, tenían una amistad desde la infancia súper inquebrantable y Kenma no podía negar que todo ese tiempo juntos tenía un gran valor sentimental.
Pero justo ahora, odiaba a Kuroo, o lo envidiaba de tantas veces que Hinata lo había nombrado en menos de una hora mientras que en la pantalla del televisor un Rathalos corría en dirección al cazador Hinata para llevárselo por el medio y mandarlo a otra área. Y es que si, el peli naranja quería jugar Monster Hunter y por alguna razón verlo así y con esa "conversación" que llevaban le causaba cierta molestia al setter.
-Shouyo... te quedan cinco minutos —Recordaba Kenma señalando la pantalla.
-¡Rayos! ¡y no le he hecho casi nada! —Regreso su vista a la pantalla tras acomodarse.
Después de un par de horas donde Hinata intentaba matar al dragón, lanza fuego y de cola venenosa muriendo de diferentes formas graciosas y lastimeras, Kenma decidió responder todas sus preguntas y por ultimo termino invitándolo a ver el lugar para complacerlo.
-¡Oh! ¡Es grande!
Hinata y Kenma se encontraban allí frente a una edificación muy moderna, al pasar lo primero en resaltar eran las diferentes tonalidades cafés, dando así una apariencia madura, elegante y con mucho confort. Hinata comenzó a temblar de los nervios al estar en un lugar así con ropas tan casuales como sus jeans y una franela turquesa, Kenma ni siquiera se inmutaba por eso y solo busco con la vista al gato negro callejero para terminar hallándolo atendiendo a un señor.
-Kenma.. es incomodo estar aquí... —Dijo escondiéndose detrás del mencionado.
Quizas le agradaba demasiado el lugar ahora ya que provocaba ese panico en el pelinaranja como para refugiarse en el.
-Es un lugar tranquilo en el día, no te preocupes —Informaba— además allí viene Kuroo
-¡Vaya! ¿En serio no estáis de citas? como para venir aquí —Dijo con una gran sonrisa.
-Para nada —Mascullo entre dientes Kenma desviando la vista a cualquier cosa.
-Me estaba enseñando donde trabajabas, ¡pareces como un mayordomo vestido así!
Kuroo empezó a dar unas carcajadas, solo era un simple uniforme de camarero y ya Hinata comparaba dos mundos distintos pero unidos por la complejidad.
-Bueno quédense a tomar algo en una de la mesas.
-¡¿Beber?! —Palideció de sorpresa y luego se acercó a Kuroo susurrando— ¡pero somos menores..!
-Shouyo, hay otras bebidas —informaba Kenma al haberlo escuchado
Kuroo les llevo a una mesa y allí sentados, Kenma lamentaba no haberse llevado su consola portátil mientras Hinata veía todo el lugar con curiosidad y muy maravillado. No tardó mucho en aparecer Kuroo con te helados para los dos y luego se fue a atender otra vez al señor que ya había atendido antes para saber que quería ahora.
-Kuroo-senpai se ve acostumbrado —Decía Hinata tomando de su bebida.
-Siempre ha ayudado aquí —Contaba Kenma— esa es la razón —Bebía su te.
-Eh... que genial es...
Hinata veía el vaso de las bebidas con cierto brillo, kenma no lo paso desapercibido e intrigado de aquella expresión serena dejo de tomar su bebida.
-Shouyo, ¿te gusta Kuroo?
-¿Eh?
Se miraron en total silencio, Hinata no decía nada pero su rostro expresaba sorpresa y un cumulo de pensamientos y divagaciones en conflicto, Kenma solo miraba con una expresión más seria de la usual y con interés. Para el eso era algo que debía saber, aunque su corazón parecía dispararse de los nervios y también debilitarse de solo imaginar que Hinata le respondiera afirmativamente.
-No —Respondió al fin— no miro de esa forma a Kuroo-senpai ya que...
-¿Eh? —Irrumpió Kenma sorprendido
-¡Nada! —Se pegó a beber el té helado
Kenma volvió a su típica expresión de Poker aunque en realidad estaba mucho más intrigado que antes. ¿Que significaba lo que dijo Hinata? si no le gustaba Kuroo, ¿podría ser el o algún otro chico o chica? y si era lo último, ¿de donde seria? Nekoma, Karasuno, Fukuroudani, Datekou, Shiratorizawa o ¡¿hasta del Aoba Jouhsai?!
Habían muchas posibles opciones aunque fuesen increíblemente descarriladas.
Después de hablar de otras cosas, pagar y esperar a Kuroo al final, regresaron a la casa del rubio teñido y allí pasaron la tarde jugando voley hasta sudar y terminar cansados en el suelo del jardín de la casa de Kenma.