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El hermano de mi amiga. por Mc-19051

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Notas del capitulo:

Muchisimas gracias por leer y comentar! Me anima mucho a la hora de escribir <3 Espero este capitulo tambien les guste :'3

El oji-morado simplemente miro como la figura del moreno desaparecía tras atravesar una puerta que posiblemente era la de su recamara, dirigió su curiosa mirada hacia la morena que empezaba a sacar los víveres de las bolsas para preparar las dichas arepas.

—Jamás había oído de  esas cosas. —Comentó  Arturo con total tranquilidad, pero al ver como la morena detenía de una manera totalmente abrupta sus acciones para girar la cabeza de una manera que hasta al mismo exorcista le daría envidia, al pelirrojo le dio un escalofrió al sentir la mirada de Michelle escudriñarle hasta el alma.

­— ¿Qué has dicho? — La voz de la trigueña sonaba de una manera tan extraña como aterradora, lo cual causó que Arturo tragase con cierta dificultad.

— Q…—Trago nuevamente intentando no sentirse tan atemorizado por esa mirada que le dedicaba su mejor amiga. —Qué jamás había oído…D-de esas…—Tibuteó un momento en sí decir nuevamente ‘’cosas’’, sonrió con nerviosismo. — Digo, jamás había odio de esa comida.-Sonrió con más nerviosismo sintiendo el sudor frio en su nuca al percatarse como la morena entrecerraba los ojos.

— Por un momento llegué a pensar que habías llamado ‘’cosas’’ a mis adoradas arepas. — Completó la morena mientras giraba nuevamente la cabeza y reanudaba sus actividades en el mesón, ante esto, Arturo simplemente dejó botar un suspiro de alivio, se había salvado de un buen sermón por parte de su amiga, peor no saber que era una condenada arepa ¿Y qué sí a él se le había olvidado qué eran? No era su culpa que se le pasaran de largo algunas cosas ¡Solo era comida!

— Sería incapaz de insultar tus gustos, mi buena amiga. — Dijo mientras se acercaba al mesón y ayudaba a la morena poniendo algunos víveres en las alacenas y mesones superiores.

La mirada que le dedico Michelle hizo que se pusiera ansioso por unos segundos, pero Arturo al ver como ella relajaba el ceño y sonreía de manera algo picara hizo que se pusiese aun peor. — Y dime, adorado amigo mío, ¿Qué tan suave es Oscar contigo en la cama?­ Arturo al oír tal pregunta su cara se puso de todos los colores, y la miro sumamente ofendido.

—Mira que si te soy sincero… — Empezó, a Michelle le dio un extraño brillo en los ojos, así que el pelirrojo optó por proseguir. — ¡Él es tan suave como tu a la hora de hacer preguntas carentes de algún sentido! — Gritó o más bien chilló el más alto de los dos presentes.

La morena hizo un puchero cruzándose de brazos. — ¡Y yo que me había ilusionado! Y a la larga ¿Cómo es que estas caminando ahora mismo? Según las exs de mi hermano, este la tiene bastante larga y rellena. — Culminó con una sonrisa gatuna en el rostro y la mirada que tenía en esos momentos  representaban con total claridad lo divertida que estaba con la ‘’armoniosa’’ conversación.

­—Mira, Michelle, como amiga que te considero, amiga a la cual creo que tiene más de una neurona funcionando en su sistema nervioso ¡Yo a duras penas y conozco a tu hermano! ¡¿Cómo se te ocurre pensar que he tenido más que conversaciones con él?! — Chilló Arturo con la cara del mismo color que su cabello.

La morena retomó sus actividades, empezando a echar un paquete de harina sobre una taza más o menos grande con agua, para poco después empezar a amasar. — Solo estaba bromeando, no hay necesidad de ponerse tan agresivo. — comentó más que divertida la trigueña mientras seguía amasando. — Deberías de ir a refrescarte un poco, tienes el rostro del mismo color que el pelo.

Arturo hizo de su mano un abanico intentando refrescarse en vano, al final botó un resoplido y miró a la morena. — ¿Qué posibilidades hay de que me salga agua fría en vez de agua hirviendo de los grifos? — Se puso ambas manos a cada lado de la cadera  mirando con desconfianza a la morena. — La última vez que me intenté refrescar el rostro aquí, casi se me borran las pecas por lo caliente que estaba el agua. — Frunció levemente el ceño recordando esa horrible experiencia.

—Pues coge agua de la nevera.

—Esa está demasiado fría.

La morena se arqueó de hombros mientras le daba forma a las arepas. — Bueno, entonces no sé  qué podrías hacer, cariño. — Comentó mientras dejaba la arepa cruda en un plato y tomaba otra bola de masa para empezar a hacer otra. — ¿Vas a comer?. — Preguntó cambiando un poco de tema.

El pelirrojo sintió su estómago gruñir, sonrió algo nervioso. — Sí no es mucha molestia.

—Para nada, jartas muchísimo menos que Oscar, apuesto que con una sola de mis cariñosas arepas quedarás más que satisfecho. — Le sonrió con tranquilidad mientras seguía con su labor de hacer arepas.

—     ­Treinta minutos después. —

El mayor de los tres había llegado y automáticamente se dispuso a ayudar a la morena a poner las arepas en la plancha, para luego pasarlas al horno, aunque las famosísimas arepas luciesen sencillas, llevaban su cierto nivel de trabajo al igual que cualquier plato de comida, el pelirrojo se encontraba haciendo los huevos revueltos, era una tarea fácil de hacer, ya que estos tardaban menos de diez minutos en estar listos, miro de reojo a su amiga, y esta le sonrió mientras abría las arepas a la mitad y empezaba a untar mantequilla dentro de estas.

— ¿Ya están listos los huevos? — Cuestiono Michelle mientras echaba queso rallado dentro de las arepas junto a la mantequilla.

—Eh… S-Si. — Respondió algo distraído Arturo mientras le entregaba la sartén con los huevos revueltos a la morena. — Cuidado te quemas, todavía está caliente…

La morena automáticamente empezó a rellenar las arepas con huevos revueltos, Arturo la miró dudoso. — ¿Qué?

­ —No creo poder por lo menos comerme una de esas. — Ante tal comentario, Michelle simplemente sonrió algo divertida.

—Ya veras, que pese a que estés lleno, pedirás otra. — Le comentó al pelirrojo sin quitar esa sonrisa divertida del rostro.

—     ­Treinta minutos más tarde. —

—Ay, siento que voy a explotar, no me pasa ni el aire. — Se removía Arturo sobre el sofá con demasiada llenura como para poder al menos levantarse.

Oscar lo miro curioso y luego pasó de mirar a su hermana menor la cual miraba con cierto nivel de culpabilidad al pelirrojo tumbado en el sofá. — ¿Cuántas se comió?

La morena botó una risa nerviosa para luego responder. — Unas tres…

Oscar abrió los ojos algo sorprendido. — Eso explicaría porque no quedaron arepas, y yo que quería comerme una quinta.

—Eres un ser demasiado glotón como para ser considerado por lo menos humano ¡¿Cómo alguien podría comerse cinco cosas de esas?! — Se quejó el pelirrojo que seguía tumbado en el sofá boca arriba y con las piernas flexionadas.

—Trabajo todos los días subiendo y bajando escaleras, carreteando materiales de aquí a allá, sudando como cerdo y explotando edificaciones, merezco un premio y algo de descanso durante el fin de semana ¿No? — Se defendió Oscar cruzándose de brazos.

—Eso no es excusa para jartar tanto. — Comento Michelle mirando divertida las reacciones de su hermano.

—Bueno, tengo una ingesta algo elevada ¿Y que con eso?

—Qué fácilmente se te podría clasificar como un cerdo. — Comentó Arturo sacando la lengua con expresión aburrida.

El mayor simplemente presiono su dedo índice con algo de fuerza contra el estómago del pelirrojo haciendo que este diese un respingo e intentara alejar la mano de allí. — ¡No sabes aceptar la realidad! — Chilló Arturo sintiendo la presión sobre su estómago, en verdad que estaba lleno y el mayor venía a hacerle bullying presionando su inflado estomago por la comida que recientemente había comido.

—Mira que si Arturo vomita en el sofá, el que limpiarás serás tú. — Sentenció la morena firme, eso fue más que suficiente para que el moreno dejase de hacer presión allí y se alejase un poco del pelirrojo. — Así me gusta.

Arturo botó un quejido mientras se sobaba el estómago, Michelle miro de mala gana al trigueño a lo que este simplemente se arqueó de hombros. — No es mi culpa que él haya decidido comer más de lo que pesa.

La morena simplemente desistió de seguir con esa extraña conversación mirando la hora en su celular. — Bueno, ya son las diez de la mañana, supongo que pronto tendré que empezar a hacer el almuerzo. — Recibió un ‘’Ugh’’ por parte de Arturo y  de su hermano un ‘’Ñeh’’. — Bueno, ¡Luego no se quejen de que los tengo descriados!

—Tranquila, sí tal yo hago el almuerzo, pero es que ahora nadie tiene hambre y aparte que es fin de semana, tu vete a ver tu porno gay.

— ¡Que no es porno gay!

—Ujuh. — Asintió con cierto sarcasmo el mayor.

La morena gruño demostrando su descontento, desvió la mirada hacia su mejor amigo. — Vamos, Arturo, vamos a jugar videojuegos. — Tironeo del pelirrojo el cual negó con la cabeza. — Eres toda una diva del drama, no es para tanto.

—Estoy que reviento, mujer, déjame vivir.

—Bueno, te dejaré descansar, pero tendrás que pagar por dejarme botada. — Dichas estas cosas la morena se fue ‘’ofendida’’, un portazo se escuchó dando a entender que la morena había dejado tanto al trigueño como al pelirrojo solos en la sala.

—Quiero pensar que no está molesta en realidad y solo se fue a esperarte en su cuarto. — Susurró Oscar mirando de reojo al pelirrojo al que este simplemente se arqueó de hombros en el sofá. — Hazte un lado, entonces. — Antes de  recibir alguna clase de respuesta, el trigueño se adelantó y movió con brusquedad al menor, casi tirándolo en el proceso del sofá.

—Eres un cerdo brusco con cara de mandril abortado. — Susurró el menor mientras se acomodaba a un lado del sofá, sintiendo nuevamente la pesadez invadir su cuerpo, más el horrendo calor de la mañana, se sintió rápidamente ahogado, e intentó nuevamente abanicarse en mano. — ¿En Latinoamérica vivían con estos calores todo el tiempo?

—Facilmente llegábamos a temperaturas de 42ºC, actualmente solo estamos  a 39ºC nomas, relájate, que con el tiempo te acostumbras.

—Me siento demasiado sofocado como para contradecirte.

—Te sentirías menos sofocado sí te quitaras esa horrenda franela, la tela de esa bicha está diseñada especialmente para hacerte sudar.

—No es mi culpa que sea de poliéster, y aparte, sí me quito esta franela, quedaré parcialmente desnudo, y me temo, aborto de mandril, que no lo haré.

—Pues ahógate. — Respondió simplemente mientras veía la televisión.

El oji-morado recostó su cabeza en el espaldar del sofá mientras veía con desinterés lo que el moreno veía. —¿Te gustan esas series que relatan asesinatos y quienes fue el asesino? — Soltó de repente ganándose fácilmente la tención del moreno.

—Si, son interesantes ¿A ti no?

—Me gustan, pero rara vez las veo.

— ¿Por qué?

Arturo se sonrojó levemente, la razón era en sobremanera simple pero le daba demasiada vergüenza decirla. — Es que… Bueno, yo no tengo televisión…—Más que responderle al trigueño, susurró más para si mismo, pero aun así lo escuchó.

— ¿Te da vergüenza decir eso? — Al ver como el menor asentía, decidió seguir hablando. — Sí te sirve de consuelo, cuando Michelle y yo llegamos aquí, vivíamos en los edificios esos de anti-drogas,  a esos a los que van los drogos cuando ya no quieren inhalar más perico, a esos, tuve que inventarme la excusa de que tenía un problema con las drogas y golpeaba a mi hermana, un montón de cosas raras más, al final al ver ‘’lo bien que me desenvolvía sin drogas’’ me dieron un trabajo de mesero mientras Michelle estudiaba en una escuela pública, posiblemente allí fue donde se conocieron ¿No? — El menor simplemente volvió a asentir mirando expectante al mayor. — A la larga, nuestros documentos reaparecieron, ya que aparentemente se habían perdido o algo así, el caso es que nos echaron del club de ex – drogos y yo termine trabajando como albañil para meses después trabajar para food n’ care como ‘’demoledor’’.

—¿Demoledor? — Cuestionó curioso el pelirrojo.

—Si, conoces a la super compañía llamada ‘’Food n’ care’’ ¿No? Pues dicha compañía es un pulpo, esta en todas partes, el caso que tienen a una compañía de demolición en la cual yo trabajo, y si supieras que esa dichosa compañía vive demoliendo las fábricas de sus contrincantes, las compran, las demuelen, las reconstruyen, las ponen en funcionamiento otra vez y reciben el triple de millardos de los que gastó demoliendo dicha fabrica. — Hizo una pausa, recordando algo. — Me han mandado varias veces fuera del estado a trabajar en otras demoliciones.

­—No me digas que dejas a Michelle sola mientras te vas a demoler cosas. — Cuestionó Arturo algo preocupado.

—Claro que no, por lo general la dejo con Andru o Jhonathan y rarísimas vez con Segundo… Ese vergo me da muy mala espina algunas veces.

Arturo parpadeó un par de veces intentando procesar la información ¿Oscar conocía a Andru, Jhonathan y a Segundo? ¿Por qué Michelle jamás le había dicho algo al respecto? Al fin y al cabo, él conocía a cada uno, a Andru lo conocía por el funeral, que al final ambos quedaron como amigos y el peli-azul tenía cierta manía con protegerlo como un hermano pequeño, lo cual no molestaba en absoluto al pelirrojo; a Jhonathan lo conocía no de una manera tan amena es más ¡Lo odiaba inclusive! Ese asqueroso oji-verde era frio y sumamente ordinario ¡Una vez le quebró el brazo solo porque creyó que estaba intentando robar su camioneta! Solo entablaba conversaciones con ese ogro cuando iba a hablar con Max; y claro, Segundo era ver una imitación de Andru con mucha más testosterona, esteroides y metros de altura ¡La altura de ese bicho simplemente era descomunal! Seguro y tenía gigantismo o algo por el estilo, con él casi no entablaba conversaciones, solo cuando iba a visitar a Javier que ese mastodonte andaba cerca, porque de resto, le daba algo de pavor al menos acercársele.

— ¿Te sientes mejor? — La pregunta del mayor desconcertó un poco al oji-morado a lo que este simplemente botó un ‘’ ¿Uh?’’ en respuesta. — O sea, que si ya digeriste, mijo.

Arturo simplemente asintió de una manera algo infantil lo cual le causó cierta ternura al de ojos dorados, le revolvió el cabello de manera juguetona y volvió a hablar. — Deberías de ir a hablar con Michelle, porque cuando se  ofende ni el porno gay que ve, le quitará el descontento.

—Vale. — Fue lo único que atinó a decir el menor mientras se acomodaba un poco el cabello con las mejillas sonrojadas, se levantó del sofá, pero su acción se vio interrumpida cuando pasó de empezar a caminar a escuchar el ruido  proveniente del pasillo, miro de reojo al moreno que también miraba expectante el pasillo, un ‘’mierda’’ con ruidos de algunas cosas cayéndose, daban a entender una simple cosa: La morena los había estado espiando todo el rato.

Ambos suspiraron algo entretenidos, Arturo le dedicó otra dulce sonrisa al mayor mientras se encaminaba al pasillo a posiblemente ayudar a su amiga con el desastre que había hecho.

 

Notas finales:

Gracias por comentar, espero les haya gustado <3


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