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El hermano de mi amiga. por Mc-19051

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—Un mes más tarde, narra Oscar. —

Desde que el pitufo de cabello rojo se fue sin decir palabra alguna, Michelle se ha deprimido demasiado, y Amanda está que brinca en una sola pata; y aunque le suelo consolar, simplemente no es suficiente, cree que es su culpa que Arturo se haya sentido amenazado y haya huido tal cobarde; técnicamente hablando no es su culpa... Es de Amanda por lo que tengo entendido a ella se le removió el apellido e intentó asfixiar a Arturo antes de que yo llegase y las separase a ambas, ese día se armó otra trifulca entre esas dos y terminaron peleándose en plena calle.

Andan reñidas como cuaimas necesitadas, no pueden verse sin que la una o la otra empiece a insultarse; y no me ha quedado de otra que mandar a Michelle a un lugar donde sé que Amanda no tiene los coj-, bueno, ovarios para llegar: La casa de mi alcohólico amigo Jhonathan, aunque ese maniaco de los números y cervezas jamás está cien por ciento sobrio no lo hace un mal amigo, es frio y calculador, pero es buena gente, siempre está allí cuando se le necesita aunque a veces se le remueve el yo no sé qué y empieza a hablar de incoherencias sobre masacres.

Lo malo de haberla mandado con mi extraño amigo es que allí también vive Max, una ternurita de compadre, bastante necio cuando se lo propone, que es el ''ex'' de Michelle o algo así, y aunque las cosas también estén algo reñidas entre ellos dos, sé que eso no le molestará a mi pequeña hermana amante al porno gay porque sé que los grabará cuando hagan sus cosillas, ay pero que buen hermano mayor soy.

El día que me entere que esos dos tenían una relación más o menos estable fue cuando los pille teniendo sexo en el garaje, MI puto garaje, y para colmo rayaron mi hermoso auto porque claro, lo mejor era hacerlo encima de este; iban en plan ''Oh si dame más duro, que se joda el auto de Oscar que casi se prostituye para poder comprarlo'', es que no pego una. Y aunque Max niegue rotundamente que es homosexual yo lo sé, porque los vi teniendo sexo encima de MI auto en MI garaje y en MI casa.

A Jhonathan le da exactamente lo mismo, no lo niega, no lo afirma, están como en el ''trayecto para la relación'' o tal vez Max es el simple gigoló de Jhonathan ¿Quién sabe? Michelle tendrá mucho entretenimiento con esos dos mientras Amanda termina de calmarse.

Amanda es como alguna clase de la reencarnación de una mujer todo el tiempo en sus días, he estado con muchas mujeres en mi vida para saber que cuando les llega el Andrés hay que meterse bajo tierra con una AK-47 y chocolates cargados de analgésicos, solo en caso que la AK no funcione. Con mi más reciente ex, uf, era cuestión de sobrevivir; de por sí que ella era algo /MUY/ celosa, con la menstruación se le removía el apellido y bueno, desconfiaba hasta de la sombra que me seguía, se molestaba por la manera en la que bebía agua, como me sentaba sí me sentaba en el sofá a las dos de la tarde, triste por mí, me tragaba a punta de gritos e insultos como que yo era un vago y un larguísimo etcétera; ya habrán deducido el porqué la dejé ¿No?

Bueno, Amanda es peor porque tiene una extraña obsesión con llamar a todos ''brujos'' ''obradores del mal'', una vez la pillé gritándole incoherencias a un rubio de ojos grises que iba acompañado de un castaño de ojos miel ¿Será que así expresa su homofobia? Y sí no fuera poco por su demencia con los homofóbicos, la muy loca aparentemente va al gimnasio, es normal que una chica quiera verse más delgada, lo extraño de ella es que... Levanta pesas y entrena como un hombre, tiene bíceps y más abdominales que cualquier hombre normal. Aunque yo no me incluyo ya que yo soy por lo general alguien de trabajos pesados y por ende, con el tiempo me he ganado mi figura y mi fuerza; aunque de todas formas me da algo de miedo que esa chica esté desarrollando tanto musculo.

Mi jornada laboral había acabado hacia poco, tuvimos que terminar de desalojar ese conjunto de departamentos, porque existía la gran posibilidad que pistas de un posible crimen se encontrasen allí, al fin y al cabo, era un lugar donde los adictos y pederastas se reunían, lo único que encontramos aparte de armas y drogas, fueron unas cajas con documentos y álbumes que fácilmente pude deducir que eran del pitufo pelirrojo desaparecido ¿Quién diría que ese niño viviese en ese lugar? Guardé con cierto recelo esas cajas por sí acaso ese pitufo volvía a aparecer.

Había sido un día bastante duro, pero al menos habíamos logrado progresar bastante, teniendo en cuenta que tuvimos que esperar como dos semanas para que todos esos bichejos raros desalojaran el lugar completamente y que ese edificio no era precisamente pequeño, se tenía estimado que tardaríamos más de un mes en volverlo escombros totalmente.

Iba caminando para relajarme un poco, la casa se sentía notoriamente sola sin la compañía de Michelle en ella, pero era lo mejor tenerla alejada de Amanda hasta que yo consiguiese una forma de mandarla nuevamente a su hogar.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando escuche una cierta vocecilla chillona a la distancia; era inconfundible, era Arturo que venía corriendo hacia mí como alma que pilló el diablo.

— ¿Pitufo? ¿Por— Antes de que pudiese terminar la frase, Arturo se encaramó encima mío, con sus piernas me rodeó la cintura y con sus brazos me rodeaba el cuello de manera casi asfixiante mientras sentía su cuerpo temblar en mi espalda.

— ¡Solo corre! ¡Me quieren matar y luego violar!

[...]

Cualquiera que nos viera pensaría que solo estamos jugando a los caballitos y a perseguirnos por el parque, detrás de Arturo venía Amanda hecha una fiera y detrás de ella venía un mastodonte con cara de pocos amigos; y pues yo, corriendo también como alma que pilló el diablo con Arturo montado encima; se sorprenderían de lo liviano que es.

Había logrado perder de vista a Amanda y al mastodonte ya que estos se habían puesto a discutir a ver quién se llevaría a Arturo, el interrogatorio sería más tarde, pero por ahora la prioridad sería llegar a mi auto sin ser detectado por esos dos e irme de ese parque y descansar como se era debido.

Empecé a caminar con prisa y cautela hasta estar cerca de mi auto pero había alguna clase ser raquítico de cabello amarillo recostado a este, puta vida ¡¿Es en serio?! ¡¿Cuál es la maldita adicción de recostarse a mi auto?! Arturo me anda tironeando diciéndome que no me acercara a ese raquítico que ese era uno de los que también lo estaban persiguiendo; miré a Arturo por el rabillo del ojo a lo que este predijo la madurada que iba a hacer, me acerqué lentamente rodeando el auto para entrar por el lado del piloto, el rubio ese se veía algo ¿Afligido? Miraba repetidamente su teléfono para luego mirar hacia un punto equis del parque, entré tirando a Arturo al asiento del copiloto, ese rubio se percató cuando escuchó que estaba encendiendo mi belleza; antes de que ese rubio pudiese hacer algo, puse en marcha el vehículo y me largue de ese parque a toda chola.

No habían policías cerca, lo cual sería mucho mejor, admito que soy un conductor osado, pero ¡Vamos! Vengo de Venezuela donde se puede conducir libremente por las aceras. Arturo llevaba una cara de pánico al verme conducir de tal forma a tal velocidad, es que no se percató lo que yo vi el retrovisor; venían varios vehículos negros detrás nuestro; con tal y no hubieran policías cerca, todo sería cuestión de sentarse y observar.

¡Hacia mucho que no me sentía tan excitado! Pasando semáforos a una velocidad increíble e incluso derrapando en algunas curvas; todo parecía sacado de una película ¡Eso era lo asombroso! Logré perderlos nuevamente al tomar tantos atajos. —Asegúrate de no tener un GPS en tu cuerpo. — Comenté más que divertido mientras disminuía la velocidad; pude sentir la mirada asesina de Arturo a mi persona, eso había sido sin lugar a dudas demasiado emocionante.

Llegamos en una sola pieza a mi casa, bajamos del vehículo y Arturo se tiró a abrazar el piso; no pude evitar reír sonoramente al ver su reacción. — ¡No es gracioso! — Chilló algo indignado mientras se levantaba y se sacudía.

—Para mí lo es y mucho. — Sonreí pícaro. — Soy un conductor amaestrado, vengo de Venezuela, conducir allá de esta forma es legal.

—Recuérdame no querer conocer más de tu antiguo país. — Infló sus mejillas de la manera en la que él solo sabía hacerlo, se veía demasiado tierno.

—Tampoco es— Me vi interrumpido por el sonoro derrape de una camioneta explorer 2015 de color negra, después de ese derrape, la dichosa camioneta se estacionó de manera milimétricamente exacta al lado de mi auto, solo había alguien que se estacionaba de esa forma; escuche un ''Mierda'' por parte de Arturo antes de esconderse detrás de mí y usarme nuevamente de escudo humano.

De la dichosa camioneta se bajó Jhonathan con su típica cara de pocos amigos, seguido de Max y Michelle, la cual sonreía algo apenada ¿Era mi imaginación o Max se veía más desarreglado que de costumbre?

— ¿Desde cuándo tu hermana posee esto? — Señaló una videocámara, se le veía que estaba que con su propia mano destruía la dichosa cámara.

—Ah, hablas de ese vejestorio, se la regalé en su doceavo cumpleaños ¿Por qué preguntas? — Aunque me mostraba relativamente neutral, por dentro no aguantaba las carcajadas.

— ¿Sabías el uso que le daba a este ''vejestorio''?

— ¿Se grababa a sí misma? — Pregunté sumamente divertido al ver como una vena se marcaba en la frente de Jhonathan.

Tomó bastante aire al ver que yo estaba ''idiota''. — Tú hermana... Me es desconocida la certeza sí ha publicado algo en internet... Usa esto para grabar momentos íntimos.

—Ah...— Me hice el desentendido por unos segundos. — ¿Te refieres a su hora de sexo salvaje? — Max casi se desmaya por mi /para nada sutil/ pregunta, y Jhonathan estaba empezando a tener tics nerviosos en el rostro.

—Yo no he publicado nada sí les sirve de consuelo, además, con los lugares que hacen ese tipo de cosas casi nunca consigo un buen ángulo, solo escucho los pequeños grititos de placer de Max. — Esa fue la gota que rebasó el vaso /de cerveza/ de Jhonathan, este mando al carajo la cámara y empezó a perseguir a la pequeña alocada de mi hermana por todo el patio con obvias intenciones de matarla.

Max solo se tapó el rostro el cual ya tenía bastante rojo, Arturo solo miraba expectante la persecución de Jhonathan con Michelle, pasó de mirar a esos dos a mirar a Max. — Para la rabia que ella te tiene, tuviste mucha suerte de que no se le hubiese dado por subirlo en internet. — Se cruzó de brazos y miró de manera desaprobatoria a Max.

—Lo se...— Estaba cabizbajo y sumamente avergonzado.

— ¿Y le contaste a Jhonathan sobre lo que tuviste con ella?

—No lo vi necesario. — Vaya, pobre, la vergüenza lo iba a matar y Arturo no parecía querer consolarlo, más bien le estaba regañando; hice lo primero que se me cruzó por la mente, abracé a Max por el hombro y le sonreí con tranquilidad.

—No te pongas así, míralo como algo gracioso, no todos los días se ve a un tipo con cara de sicario perseguir a una morena amante al porno gay de diecisiete años ¿O sí? — Ante mi comentario Max sonrió levemente, hace bastante rato que no lo veo ser el Max que conocí; un chico sumamente extrovertido que disfrutaba de hacer bromas, ahora lo veía como alguien sumamente cohibido, como un animal asustado que teme de hacer algo porque sabe que algo malo pasará, luego hablaré con Jhonathan sobre él; me preocupa, aunque este en una relación con ese sicario frustrado sigue siendo mi amigo, mi compadre de confianza.

—Estoy cansado y tengo sed. — Comentó repentinamente Arturo. — ¿Quieres algo de beber, Oscar? — Me miró de una manera extraña, creo que es la primera vez que me llama por mi nombre, negué levemente, sería más tarde que hablaríamos a solas él y yo. — ¿Me acompañas a la cocina, Max? — Le llamó suavizando un poco la voz, Max asintió tal cual perro faldero, y un simple ''con permiso'' fue lo que dijo antes de entrar con Arturo.

Ahora, yo como todo huevón, intentaré detener la persecución de mi alcohólico amigo y de mi loca hermana menor.

—En la cocina, narra Arturo. —

Soy el peor mejor amigo del mundo al no percatarme como se estaba comportando Max al punto que incluso el despistado de Oscar logró enterarse, le miré a los ojos y él rápidamente desvió la mirada ¿Qué le pasaba? Conozco a Max y sé que es un necio cuando no quiere hablar, pero bueno se vale intentar.

—Seré directo, Max, me preocupas ¿Qué ha estado pasando contigo y Jhonathan? — Me senté junto a él en las sillas del comedor.

—Yo...— Tenía toda la voz quebrada, quería tirarse a llorar, y hacia un año él gritaba ser cien por ciento heterosexual. —No lo sé...E-en realidad no lo se, siento que él solo me ve como un juguete sexual o alguien con quien tener libremente sexo o un simple estrobo, no sé cómo piensa. —Se agarró ambos lados de la cabeza mientras apretaba los ojos para no llorar. — Siento que he mandado todo a caño con mi idiotez, nunca ha demostrado tenerme cariño realmente ¡Todavía la fecha y todavía dormimos en cuartos separados! — Y después de este grito se largó a llorar, no me quedó de otra que abrazarlo a modo de consuelo.

—Ya, ya, tu sabes que cada quien tiene su manera de amar. — Intenté consolarlo mientras sentía mi franela humedecerse.

—Es que y-yo... Yo n-no se sí en realidad... Lo amo... — Se separó de mi franela limpiándose algunas lágrimas, tenía las mejillas rojas y los ojos ya hinchados.

Me mordí el labio inferior con cierto nivel de incertidumbre, sin saber exactamente que decir sin que suene ofensivo o pueda empeorar la situación. — Solo debes encararlo, sería la mejor opción antes de seguirte intoxicando lentamente con tus propias ideas. — Le sonreí de la mejor manera que pude, para que supiera que tenía mi apoyo incondicional.

Él como respuesta me estrujó un poco en un abrazo, lo veía sonreír como solía hacerlo, aparentemente le di ánimos, con tal y pueda volver a mi mejor amigo de nuevo, todo valdría la pena, aunque tuvieran que volverme a quebrar el brazo.

Muy animado se levantó y me volvió a abrazar, susurrándome un energético ''Gracias'', solo sonreí en respuesta.

—En el patio, narra Oscar. —

Finalmente había logrado para la persecución, Jhonathan se encontraba más calmado y Michelle andaba recuperando el aliento después de tal perseguida y la cámara, pues fue destruida. Ahora me encontraba sentado en el piso junto a Jhonathan que aunque estuviese calmado, igual se le notaba la preocupación a kilómetros.

—Entonces... ¿Cómo te ha ido con Max...?— Pregunté lo más directo que pude, tampoco quería que me mandasen un coñazo por ir tan broyero.

Él suspiró con total resignación era extraño que él suspirase así que supongo que nada iba bien. —Tú mismo te has percatado de su comportamiento tan extraño. — Se pasó una mano por el cabello mirado a un punto vacío. — Sé que no soy alguien exactamente dulce, es más, estoy muy lejos de serlo pero no quiero perder otra relación por mi orgullo; es la primera vez en tanto tiempo que no sé cómo afrontar una situación. — Se le veía preocupado. — Tampoco es que dispongo exactamente de mucho tiempo libre, sé que él ha estado teniendo pensamientos erráticos sobre nuestra ''relación''.

— ¿Has decidido hablar con él? ¿O al menos se te ha pasado por la mente comprarle otro detalle romántico aparte de analgésicos para su pobre próstata? — Me miró más feo que la verga ante mi última pregunta, pero esa era la verdad.

—No, en realidad no. — Desistió de estar echándome mal de ojo a poner su mirada en el suelo. — Tal vez hable con él, en realidad no se sí eso resulte.

—Entonces, a partir de ahora se un poco más suave con él, no todos piensan como tú, cada quien tiene sus ideales, dime sí él solo está confundido. — Un día de estos, Jhonathan va a desarrollar un poder especial con el que pueda matar con solo mirar a la gente, y me va a joder pa'r coño.

—Seguiré tus consejos, intentaré ser más suave, y esta noche hablaré con él... Simplemente no quiero perderlo. — Sonreí ante su confesión, Jhonathan no era alguien que titubeaba para cada cosa que iba a hacer pero eso no lo hacía alguien irracional, al contrario era muy metódico, espero que esa metodología le sirva para salvar su tan adorada relación con la ternurita de mi compadre.

—¡Eso ha sido lo más tierno que he escuchado! — Michelle tuvo que aparecer y hacer enojar nuevamente a Jhonathan el cual no dudó ni un segundo en volverla a perseguir, pero esta vez por toda la calle, solo sonreí con tranquilidad, mientras que Jhonathan estuviese cerca, no habrían posibilidades de que Amanda agrediese a mi hermana.

Vi que Arturo y Max salían de la casa con total tranquilidad, Max se veía muchísimo más animado que cuando llegó, eso significaba que Arturo ya había hablado con él. — ¿Todo bien? — Pregunté con tranquilidad.

Max asintió bastante feliz. — Todo bien. — Sonrió como solia hacerlo, le revolví el cabello juguetón.

[...]

Después de que Jhonathan se fuera junto a Max, y a Michelle, aunque conociendo a mi amigo, tal vez la deje tirada en casa de sus amigas para poder estar a solas con Max y hablar amenamente.

Le llame para certificar mi teoría, y estaba en casa de Sofia jugando videojuegos, mire a Arturo que se veía pensativo. — ¿Qué pasa? — Me senté a su lado en el sofá.

—No tengo a donde ir, ya no puedo volver a mi hogar y ya parezco una carga para mis amigos. — Hablaba mientras miraba sus manos como si fuesen lo más interesante del mundo.

—Puedes quedarte tranquilamente a dormir aquí, yo no tengo ningún tipo de problema. — Le sonreí de manera consoladora. Vi cómo se sonrojaba levemente, sinceramente Arturo es muy tierno, mierda ¿Qué coño estoy diciendo? Será mejor que me calme sí no quiero andar de idiota cogiéndome a los amigos de mi hermana.

[...]

—Arturo... Cuando te dije que podías dormir tranquilamente aquí, no me incluí a mi como alguna clase de colchón. — Susurré mientras sentía como Arturo se apretujaba más contra mi cuerpo; aparentemente se quería fusionar a mi persona.

 

—Me negaré a dormir en ese cuarto. — Susurró mientras con sus piernas abrazaba mi cintura por detrás, podía sentir su respiración en mi espalda, era ciertamente relajante, supongo que podré dormir así.

 


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