El joven que se encontraba en frente suyo bostezo con cansancio, mientras se estiraba. Por su apariencia se diria que apenas acababa de depertarse. Su ropa estaba por ningun lado, estaba descanzo y su cabello parecia ser las hojas de una palmera desarreglada.
Vegeta aun seguia quieto en su lugar, no sabia como reaccionar ante ese hermoso humano y parecia que se le habia olvidado como respirar. Dio un paso hacia atras y vio como el chico de cabellos alborotados se dirigia hacia un pasillo que, seguramente, dirigia hacia la cocina. Vegeta por fin reacciono, parpadeando vairas veces y respirando lentamente.
Tarble se habia quedado en su lugar, su sorpresa no tenia comparacion con nada. Su hermano se habia quedado congelado en frente de un insignificante humano, lo esperaba de el mismo pero no de su hermano. La sorpresa dio lugar a la preocupacion al ver como su hermano mayor bajaba la cabeza y dirigia ambas manos a su pecho. Se le acerco hasta quedar a su lado y coloco su mano en su hombro.
-¿Hermano?-Susurro cerca de su oido, esperando alguna reaccion que le dijera que su hermano se encontraba bien, pero lo que recibio fue todo lo contrario a una buena reaccion. Las mejillas de Vegeta estaban pintadas de un fuerte color carmesi, sus manos temblaban sobre su pecho, su respiracion era iregular y estaba sudando. -¿Que sucede? ¿Estas bien?-De nuevo solo recibio silencio. -¡Ey, contestame!-Se desespero un poco y le quito su antifaz a su hermano, encontrandose con una mirada asustada.
-Y-yo...-Bajo su mirada, encontrandose con sus manos temblorosas y su pecho que subia y bajaba rapidamente, "¿Que me sucede?". -N-no me siento bien...-Respondio en un suspiro, sintiendo como su respiracion cada vez se hacia mas pesada, convirtiendose en jadeos. Sentia como si un enorme peso se le colocara sobre la espalda, y tambien sentia una horrible punzada en su pecho que poco a poco se hacia mas y mas molesta.
Vegeta se volteo hacia su hermano, aun con esa expresion asustada que incluso preocupaba aun mas a Tarble, pero antes de que siquiera pudiera decir una sola palabra todo se torno borroso y de un instante a otro su cuerpo se sintio tan debil que sus piernas flaquearon, dejandolo caer directamente al suelo. Su vision empeoro a tal grado en el que ya no veia nada. Sus oidos aun podian escuchar la voz preocupada y distorcionada de su hermano.
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"¿Que... Que paso?" Su cabeza dolia demasiado, parecia que faltaba poco para que estallara y sus cesos quedaran esparcidos por el suelo. Intento abrir sus ojos pero sus parpados parecian estar unidos con pegamento. Sus extremidades las sentia pesadas, como si la gravedad que tenian fuera mucho mas fuerte de lo habitual.
No entro en panico, sabia que si entraba en panico podia terminar con resultados fatales. Conservo la calma, de nuevo hizo el intento de abrir sus ojos, esta vez mas despacio. Cuando lo logro pudo percibir la tenue luz que se encontraba sobre el. Entonces fue que sus oidos comenzaron a funcionar, haciendole escuchar unas voces que se oian lejanas, casi parecian murmullos poco entendibles.
-Hermano~-Escucho la lejana voz de Tarble, mientras sentia que lo movian con suavidad. Abrio por completo sus ojos, encontrandose con la mirada entre preocupada y aliviada de su hermano, los sonidos ya los escuchaba mas claros y su vision se hacia cada vez mejor. -¿Como te encuentras?-Tarble se encontraba sentado a un lado de la cabeza de su hermano, sobre lo que parecia ser una cama matrimonial.
Vegeta seguia adolorido, y sobre todo confundido, ¿Que habia sucedido? ¿Por que de la nada se sintio tan debil hasta el punto de desvanecerse? Se sintio completamente estupido por eso, ya ni en su primer dia de trabajo se habia puesto de esa manera. Se enderezo hasta quedar sentado, e intento decir algo, pero su garganta estaba tan seca que lo unico que salio de ella fue silencio y un carraspeo.
De la puerta de la habitacion, se veia como se adentraba la figura de un hombre, seguramente dueño de la casa en donde se encontraban en ese momento. -No intentes hablar ni te esfuerces de mas, principe-Se apresuro a decir el hombre calvo, mientras se dirigia al azabache con una copa llena de vino, la cual Vegeta no se nego a tomar. -¿Como sigues? Estuviste dormido durante casi 5 horas-Se sento a un lado de Vegeta quien casi se ahoga con el vino que tenia en su boca al escuchar cuanto tiempo se habia desmayado.
-¡¿5 horas?!-Grito bastante alterado, provocando que el dolor en su cabeza volviera y con el doble de fuerza. Sus manos temblaron y la copa, ya sin vino, cayo directamente hacia el suelo, provocando que esta se rompiera. Nappa lo empujo suavemente para que quedara de nuevo acostado, aun seguia debil y tenia que descansar, alterarse no era una opcion en esas situaciones.
-Vegeta-El hombre curpulento tenia una expresion seria y algo preocupada, tenia muchas dudas que resolver y tenia algo de temor de pensar que sus suposiciones eran acertadas. Volteo su mirada hacia el rostro del mensionado. -¿Que paso? Por lo que me cuenta Tarble, te miraste temeroso ante ese humano, tus reacciones me son dificiles de interpretar... Y te desmayaste sin ningun motivo-Su mirada cambiaba de la seriedada a ser una llena de unicamente preocupacion. -Vegeta, ¿Que paso por tu cabeza al ver a ese hombre?-
La pregunta lo habia tomado por sorpresa, tanto que sus ojos se mantuvieron abiertos y su boca no dejaba salir ninguna respuesta coherente. ¿Que habia pasado por su mente ante ese sujeto?, lo unico que habia pensado era que se veia igual a un angel, con un aura que demostraba inocencia, alegria y que se veia totalmente desprocupada a comparacion de otras auras humanas.
Vegeta apreto con fuerza las sabanas de dicha cama, miro hacia el techo, buscando algo que decir. -Pues... S-solo pense que se veia como un angel... Su belleza me encandilo por un momento-Murmuro sintiendose apenado por tal cofesion. Se dio la vuelta, dandole la espalda a su hermano y a Nappa, quien se mostro aun mas preocupado que antes.
-Tarble-Llamo al menor que, al igual que el, se encontraba sumamente preocupado por el estado de Vegeta. El menor lo volteo a ver, esperando lo que le diria el mayor. -Necesito hablar a solas con Vegeta, por favor, necesito que lo esperes afuera-La voz del hombre calvo le habia causado una ligera corriente helada que paso por toda su espian dorsal, ¿De que queria hablar ese hombre con su hermano?
-Esta bien, supongo-Se levanto de la cama y, antes de dirigirse a la salida de la habitacion, le dedico una ultima mirada a Vegeta. -Nos vemos en casa, hermano-Y dicho esto salio del cuarto, para despues dejar la casa y a ellos dos solos en ella.
Una silencio, bastante incomodo para Nappa, se formo entre ambos. Vegeta aun seguia dandole la espalda, mientras sentia como todo su cuerpo se retorcia en dolor, en su pecho aun seguia esa fuerte y molesta punzada de dolor. Nappa, despues de ese largo silencio, respiro hondo, tratando de encontrar las palabras mas adecuadas para explicarle lo sucedido a Vegeta. Conocia su orgullo, y sabia que tal vez, al enterarse de lo que le pasaba, este pudiera reaccionar mal.
-Escuchame, Vegeta-Llamo la atencion del azabache, quien, por fin, se enderezo hasta quedar sentado a un lado de Nappa. -Lo que te paso es algo muy poco comun... O mas bien, algo imposible de suceder-Junto sus manos, en un intento de calmar sus nervios. -Veras, el que un demonio se enamore de un humano es practicamente imposible, ya que la posibilidad de que un demonio encuentre atractivo a un ser humano es simplemente imposible-Hizo una pausa para respirar hondo. -Sin embargo... Me parece ser que el alma que te embeleso no fue la de un simple humano...-Intento conservar una mirada tranquila, para asi no alterar a Vegeta. -Sino la de un angel-
La sorpresa que asoto el sistema de Vegeta se vio reflejada en su asustada mirada. Sus manos comenzaron a temblar de nuevo, mientras que ese dolor se hacia cada vez mas fuerte, hasta el punto en el que sentia que el respirar ya era molesto.
-Pe-pero... Eso es tecnicamente imposible... Ademas...-Se estaba comenzando a alterar, su frente sudaba y una poco de fuego comenzaba a rodearlo. -¡Me llamaron para separar a una pareja! ¡Y es... Es imposible que en esa pareja uno de los dos sea un angel!-Grito sin contener su desesperacion. Para un demonio, el alterarse era algo que no se debia hacer, aunque fuese inevitable. -¡Ni siquiera se les tiene permitido a los angeles el rondar entre los humanos y mucho menos forjar una relacion con alguno de ellos!-
Nappa, al notar que Vegeta estaba perdiendo el control de sus emociones, se adelanto a abrazarlo con fuerza, para asi calmarlo un poco. Vegeta, casi de inmediato, comenzo a respirar mas lento, el fuego que lo comenzaba a rodear se desvanecio, sus manos aun temblaban pero con menos intensidad. De la nada sintio como sus ojos se llenaban de algunas lagrimas.
-Tranquilo, al igual que tu yo estoy bastante confundido-Se separo un poco del abrazo, solo para mirar a los ojos a Vegeta. -No entiendo que hace un angel en la tierra... Y tampoco entiendo como es que le tienen permitido relacionarse con los mortales-Miro hacia la puerta, pensativo, sin comprender la situacion.
Vegeta bajo la mirada, encontrandose con sus manos cubiertas por sus guantes. Lo que estaba pasando era algo tan complicado, y no solo por el simple hecho de que un angel se encontraba viviendo en la Tierra junto con alguna o algun mortal... Sino que ese angel, el cual apenas podia recordar su rostro medio dormido y su cabello totalmente desarreglado, habia captado su atencion. Lo habia tomado por sorpresa, habia logrado hacerle bajar la guardia y que sus sentidos se sintieran debiles ante el.
Nappa se levanto de la cama y se volteo para dedicarle una tranquila sonrisa al azabache. -Puedes dormir mas si asi lo deseas, despues de todo aun no te ha llegado trabajo-Volteo al frente, debia de hacer algo, que un angel se encontrara sobre la Tierra era lo de menos, pero que un demonio se interesara en ese angel... Entonces eso se podia considerar como algo muy grave, y mas si ese demonio era uno de sangre real.
-¡Espera!-Tomo a Nappa de la manga de su camisa color negro, este volteo encontrandose con la mirada aun asustada de su principe. -Bueno... D-despues de que me desmaye, un dolor... O mas bien una punzada, demasiado dolorosa, no ha querido dejar en paz mi pecho-Solto la camisa del hombre calvo y espero una respuesta que lo ayudara a apasiguar el dolor tanto en su pecho como en su mente.
El mayor se quedo un segundo mirando al mas chico, sabia que clase de dolor era ese, sabia que se debia hacer en ese caso... Pero no estaba seguro de si decirle el como eliminar el dolor o mejor decirle que descansara hasta ya no sentirlo. "Es como aquella vez..." Penso algo nostalgico, mientras bajaba un poco la mirada.
-Aahh~-Suspiro, debia decirle, no podia ocultarle algo como eso. -Bien, conozco la razon de ese dolor, y si te lo explico ahora creo que me tomara todo el dia y mitad de la noche-Se volteo completamente para ver a Vegeta, quien se sento en la orilla de la cama y le hizo señas a Nappa para que se sentara a su lado. No protesto nada, el simplemente se sento a su lado y agacho un poco la cabeza. -¿De verdad quieres saber?-Lo miro de reojo, sinseramente esperaba un "No" por parte del mas bajo.
Vegeta asintio, en el fondo se sentia algo dudoso, pero no podi negar que se sentia bastante curioso por saber la razon de su dolor y el como poder curarlo.
-Bien, primero te dire como curar el dolor en tu pecho-Una incosciente sonrisa se coloco en su rostro, "Hace mucho que no digo esto", penso sintiendose extrañamente emocionado. -Primero, debes de matar al angel del que claramente te enamoraste-
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-¿En serio? ¿Te encontraste con uno? ¿Y no hizo nada aun estando en frente de ti?-Su asombro era tan grande, casi como su sonrisa burlona, no podia creer que a su hermano se le habia aparecido un demonio y ese demonio no hubiera hecho nada para completar su trabajo. Bebio un poco de agua de su vaso y espero la respuesta de su hermano mayor.
-Tal y como lo oyes-Coloco sus brazos detras de su cabeza, usandolos como si fueran almuadas. -Era un demonio pequeño, su mirada se veia tan asustada que me tuve que aguantar las ganas de reir-Rio con gracia y sobre todo burla. -Lo unico que hice fue esperar a que me dijera algo para, ya sabes, comenzar a pelear con mi pareja, pero al aparecer el niñato ese se quedo mudo e inmovil, asi que aproveche para resolver las cosas con Lazuli-Miro a su hermano, el cual se encontraba mirando el techo.
-Asi que un Demonio del Amor... Nunca me habia topado con uno, hasta el dia de hoy-Tomo un poco mas de agua, y despues dejo el vaso sobre la mesa que tenian en frente suyo. -Dicen que son atractivos y que les encanta el sufrimiento ajeno, a pesar de que son demasiado sensibles en cuanto a sus propios sentimientos-Sonrio, recordando el rostro de aquel demonio que, al igual que el demonio que habia visitado a su hermano esa misma tarde, se habia paralizado al tenerlo en frente de el.
-Si, todos son fisicamente atractivos, pero su defecto mas grande es ese, son muy sensibles-Volvio su vista al techo, su mirada se encontraba seria, casi neutra. -Pero gracias a ello son faciles de atacar, ya que si bajan la guardia aunque sea un segundo, pueden perecer-
El menor de los dos miro pensativo el techo, ¿Podian llegar a perecer por culpa de sus sentimientos? Cerro un segundo sus ojos, recordando el rostro de aquel demonio, no habia visto sus ojos, lo que habia visto era su antifaz de color oscuro. Al principio cuando lo vio se sorprendio por su belleza, pero tuvo que disimular que no lo habia visto y fingio bostezar para relajarse. Paso de largo y se dirigio a la cocina para tomar algo de agua, entonces no pasaron ni 5 minutos cuando escucho el sonido de alguien cayendo y la voz preocupada de alguien, seguramente ese demonio venia acompañado.
"Un Demonio..." Se sentia tan intrigado por ese hermoso y misterioso rostro que sentia una fuerte necesidad de verlo de nuevo, ver sus ojos sin ese elegante antifaz, de poder tocar su piel y poder comprovar si todos los rumores que habia escuchado sobre los demonios eran ciertos. Queria saber si su piel no tenia comparacion con nada, queria saber si su cuerpo parecia una estatua de marmol y, sobre todo, queria escuchar su voz... Habia tantos sumores sobre ellos, queria comprovar si todos eran ciertos. Sin importarle el precio, iba a provar si esos rumores eran verdad o simples mentiras inventadas por los ancianos de las nubes.
CONTINUARA...