La noche al fin habia llegado, claro que con lo nublado del dia ni siquiera se notaba la diferiencia del dia ni de la noche. Aun se encontraba acostado en la suave cama de Nappa, desde que tuvo esa platica con el hombre calvo no se habia levantado de ahi, es mas, hasta se habia envuelto entre las sabanas de color carmesi y acomdo su cabeza sobre la suave superficie de una almuhada rellena con plumas de cuervo.
Sus ojos se encontraban cerrados, pero su mente estaba tan revuelta que ni siquiera lo dejaba dormir. No habia hecho su trabajo en todo el dia, y comenzaba a sentirse culpable, de alguna manera, el dolor en su pecho siguio con menos fuerza, pero aun asi le resultaba bastante incomodo y, demasiado, molesto.
Abrio sus ojos, encontrandose con la ventana, la cual estaba siendo cubierta por las cortinas de color rojo fuerte, casi parecian de color cafe. Poso sus manos sobre su pecho y estrujo con fuerza su impecable camisa blanca. "No podre dormir..." Penso algo frustrado y con su ceño frunsido por el dolor.
Entonces se dio vuelta sobre el colchon y quedo boca arriba, contemplando el techo, el cual tenia como adorno un bonito candelabro sencillo pero elegante. "Entonces... No fui el unico"Cubrio sus ojos con su brazo derecho, mientras recordaba la historia que solo hace un par de horas le habia contado Nappa.
~FalshBack~
-¿Eh?-De nuevo, su sorpresa se vio reflejada en sus ojos, los cuales estaban abiertos como platos, ¿De verdad tenia que matar a un angel? Que el supiera era imposible asesinar a un alma pura como lo era un angel. En toda la historia de la humanidad, o al menos la que le han contado a el, ningun angel habia logrado ser asesinado por ningun arma ni por ningun ser vivo o un ser del otro mundo. -P-pero... Los angeles son almas blancas, almas sin manchar, en pocas palabras... Pues, son almas puras. Y no se pueden asesinar, eso es lo que siempre me han dicho-
Nappa sonrio con calma, de verdad que aun era joven y aun no sabia nada del mundo celestial ni del inframundo. Tomo aire, esa seria una historia, tal vez corta, pero dificil de entender, o a lo mejor demasiado sencilla para el gusto de un demonio como lo era Vegeta.
-Los angeles son seres poderosos, y tal como lo dijiste, son puros en su totalidad, y por esa misma razon me atrevo a decir que son mas poderosos que los demonios-Miro a Vegeta, y aguanto una fuerte risa al verlo molesto por decir tal cosa. Los demonios, ademas de ser sensibles, todos poseian un orgullo demasiado fuerte. -Y por eso es que nos cuidamos de ellos, ellos pueden asesinarnos en cualquier momento si asi lo desean-Volvio su mirada a sus manos, las cuales jugaban entre ellas. -Pero, aun siendo criaturas sumamente fuertes... Son debiles cuando ceden ante los encantos naturales de un demonio-
-¿A que te refieres?-Esa platica, mas que resolver sus dudas, lo estaban revolviendo mas de lo que ya estaba. -¿Los angeles se enamoran de los demonios? ¿Con eso se puede matar a un angel? ¿Desde cuando?-Habia tantas preguntas en su mente que, si las apilaba, podria contriur una mini montaña.
-Jejeje ten paciencia, para alla voy-Sonrio ante ese infantil rostro que pronto se tranquilizo y espero ansioso a que le respondieran sus dudas. -Bien, esto paso casi en los inicios de la humanidad, esta historia solo la llegaron a escuchar algunos angeles y algunos demonios que a la fecha de seguro son ansianos-Hizo una pausa. -Jovenes como tu o como Tarble solo saben que los angeles son inmortales, y que ninguna arma es capaz de hacerles daño... Pero lo que desconocen es que hace millones de siglos, incluso antes de que existieran los seres primeros humanos, hubo una epoca en la que existio un angel el cual se llego a enamorar de un demonio-
Vegeta se sentia intrigado, y a la vez sentia como las ansias de saber mas se hacian mucho mas inquietantes. Se acomodo mejor en su sitio, esperando con la autentica curiosidad de un niño de 5 años la historia sobre ese angel y ese demonio.
-Bueno, esto sonara como la tipica historia de Rome y Julieta con toques mas dramaticos y todo eso-Rio levemente al recordar toda la historia en su cabeza. -Esta bien, hace millones de siglos, incluso mucho antes de que existieran los primeros humanos, existian un angel y un demonios. Entre ellos habia una relacion que iba mas alla de la rivalidad que se tiene lo puro contra lo impuro-De nuevo, hizo una pequeña pausa. -Entre ellos existia una conexion tan fuerte que ninguno podia vivir sin la compañia del otro, lo sabian y trataban de ocultarlo-Volteo su mirada, para ver la mirada curiosa de Vegeta. -En el cielo veian normal una relacion entre dos hombre y el infierno, pues, sinceramente le daba igual... Pero lo que ninguno de los dos mundos podia aceptar era que esa relacion "hombre-hombre" Fuera una relacion "angel-demonio", lo veian como el acto mas desagradable del mundo...-
-Espera, todo esta muy interesante pero... ¿Cuando viene la parte en la que me dices como matar a un angel?-No pudo evitar interrumpir las palabras de Nappa, quien rio divertido y le sacudio el cabello a Vegeta.
-Tranquilo, ya falta poco para llegar a eso-Se acomodo mejor en su lugar, para poder proseguir con la historia. -Bien... Entonces, como los angeles y demonios desprovaban esa union profana, los persiquieron para terminar con sus vidas, y ellos se vieron obligados a escapar... Lo que no sabian era que mientras mas tiempo pasaban el uno con el otro, ellos mismos se iban matando de a poco-Se volteo hacia Vegeta, quien tenia una mirada desubicada, ¿A que rayos se referia con eso?. -A lo que me refiero es a que, el angel, al ser un ser puro, su perfecta alma blanca se manchaba con la impureza de un alma oscura como la de el demonio, y por esa razon, cuando menos se daban cuenta, el angel iba muriendo lenta y dolorosamente desde adentro, sus alas comenzaron a teñirse de negro al mismo tiempo en que sus plumas se caian una por una-Miro hacia el suelo, recordando, tal vez, algo doloroso. -El demonio, en su desesperacion, quiso apartarse del angel, antes de terminar de matarlo... Pero el angel le imploro que no se fuera de su lado-Regreso su vista hacia el techo, tantas cosas se le venian a la mente que incluso sentia como su cabeza comenzaba a punzar. -Los dos permanecieron juntos hasta el final, los ultimos dias del angel le resultaron dolorosos tanto para el como para el demonio, quien, desde que su angel comenzo a perecer, un fuerte dolor se instalo en su pecho, matandolo a el tambien... Al final-
-Los dos murieron...-Concluyo Vegeta, asombrado por ese relato tan... Tan triste. ¿Tanto se amaban como para permanecer juntos aun sabiendo que ambos se lastimaban entre si?. -Entonces... Un angel, muere al enamorarse de un alma sucia ya que esta manchando su pureza... Mientras que los sentimientos de culpa del demonio ¿Lo van matando a el?-Su cabeza estaba que estallaba por tantas dudas.
-Asi es, los dos se lastimaban al estar juntos... Sin embargo, no les importo y siguieron juntos, pese a todo el sufrimiento que pasaron durante sus ultimos dias-Nappa se levanto de la cama y se dirigio a la puerta. Vegeta ya sabia todo, ahora era su desicion si queria terminar con el dolor de su pecho o si preferia vivir con el.
-Oye, Nappa-Su voz sonaba mas tranquila, algo seria a decir verdad. El mensionado se detuvo en el marco de la puerta, esperando a escuchar las palabras de su principe. -Ademas de esos dos, ¿No han existito otro angel que se haya enamorado de algun demonio?-Y ahi estaba, la pregunta que esperaba no le hiciera, porque la verdad era que si, aun existia una pareja de un angel y un demonio.
-Aahhh~-Suspiro cansado, le diria que si, sin embargo no le diria quienes eran, por varias razones que creia el eran suficientes. -Si, aun en estos dias existe una pareja asi, no te puedo decir quienes son pero te dire algo-Abrio la puerta y saco la mitad de su cuerpo. -No se como le hacen para permanecer vivos despues de 4 siglos de llevar esa insana relacion-Y dicho esto salio de la habitacion, dejando a un confundido Vegeta.
Iba a protestar algo pero el dolor en su pecho solo le dio la oportunidad de dar un gemido de dolor. Apreto con fuerza su ropa y se tiro por completo sobre la cama. "Este dolor, ¿Es como el dolor del demonio de esa historia?" Se pregunto mentalmente, mientras sentia como el palpitar de su corazon cada vez se hacia mas y mas rapido. -Entonces... ¿De verdad me enamore de un angel?-
~FinFlashBack~
Vegeta respiro hondo, ese dolor cada vez se sentia mas y mas incomodo. Con algo de deseperacion se levanto de la cama, no se coloco sus zapatos, ni su chaqueta negra, ni sus guantes y tampoco su antifaz. No sabia como apasiguar el dolor, por lo que saldria un rato a tomar aire fresco, y no se referia al aire contaminado del infierno, sino al aire contaminado, pero igualmente relajante, de la Tierra.
Con sumo cuidado, salio de la casa de Nappa. No lo habia visto al bajar, asi que penso que lo mas provable era que tambien habia salido de paseo o algo por el estilo. Todo se veia igual que los demas dias, las almas seguian penando por ahi, los arboles aun tiraban flores de colores oscuros y opacos, el cielo se veia sumergido en un fuerte y tetrico color negro.
Trono sus dedos y, con la velocidad de un parpadeo, una llama negra lo envolvio. Cuando esta se desvanecio, habia dejado a Vegeta en la tierra de los mortales, o como comunmente los llamaban, humanos. Miro para todos lados, las calles se miraban desiertas, no habia vida de ningun tipo y tampoco habia sonido alguno. Se veia como el inframundo pero sin ese toque sombrio que causaba de vez en cuando escalofrios o la piel de gallina.
Comenzo a caminar, mirando como la oscuridad del cielo hacian que las estrellas resaltaran junto con la Luna. Su vista se fijo al frente, recordaba de memoria la direccion de la casa de ese extraño y divino ser. No perdio mas el tiempo y comenzo a caminar hacia esa direccion. No entendia muy bien el porque su necesidad de ver ese rostro tan radiante, sentia una pequeña necesidad de grabarlo en su cabeza hasta que lo encontrara inclusive en sus sueños.
Camino durante un largo tiempo, al rededor de casi 20 minutos bajo la luz de las farolas y de la Luna. Ya estaba a unos escasos metros de la sencilla casa del que ahora producia ese fuerte dolor en su pecho. Respiro hondo, estaba comenzando a ponerse nervioso ¿Como no se habia fumado un cigarro para calmar sus nervios? Se palmeo la frente sintiendose algo estupido. Pero en fin, la necesidad de verlo fue mas fuerte que su nerviosismo.
Atraveso la puerta, adentrandose a la oscura vivienda. Todo se encontraba en silencio, ni siquiera habia diferiencia entre ahi adentro y alla afuera. Comenzo a caminar con mucho cuidado de no chocar contra ninguna cosa, no queria despertar a nadie a esas horas de la noche, quizas de la madrugada. Pero sus pasos lo traicionaron y choco contra una mesa, la cual encima tenia varias fotos y dos floreros.
Con un rapido movimiento salvo a las fotos que estubieron a punto de caer y al florero que casi tiraba el agua sobre sus pies desnudos. "¡¿Por que cuando debo de ser silencioso debo de tropesar de esa manera tan estupida?!" Se regaño a si mismo, esperando a que nadie lo escuchara.
Dejo las cosas tal y como las habia encontrado. De nuevo comenzo a caminar hacia las escaleras para dirigirse al segundo piso, pero algo detuvo su caminar. El pequeño animalito, del cual se habia encariñado, se estaba despertando. Al verlo, el animal, comenzo a amocionarse, movia su colita con rapidez y se le acerco, con unos pasos demasiado torpes, a Vegeta.
Quien no se resistio a tal tentacion y cargo a la suave criatura, "¿Por que soy tan debil en frente de ustedes?" Rozo su nariz con la del pequeño perrito. Por un momento se olvido a que iba hasta el una punzada en su pecho le hizo recordar a que habia ido. Despues de arrullar, con el mismo cariño de una madre, al pequeño perrito lo dejo sobre lo que parecia ser su cama.
"Es tan lindo..." Penso con una sonrisa. Lo vio unos instantes antes de levantarse, miro las escaleras y ya iba a ir hacia ellas, pero algo le hizo erizar la piel. Una cuchilla, que a simple vista se miraba afilada, se encontraba cortandole el paso, trago saliva. Lo estaban amenazando con un alma blanca, apreto con fuerza su puño, listo para lanzar una llama de fuego, semejante al calor de la lava, pero un susurro lo hizo estremecerse y paralizarse por completo.
-No te muevas...-
CONTINUARA...