Desde acá, puedo sentir tu aroma…
Desde está posición puedo recordar tu delgada silueta; tus ojos verdes y tu piel tan blanca como la mía.
Por mi parte, limito a estar con estas pupilas cerradas admirando en un abstracto lugar, tu figura; tus largos cabellos lavanda y tus dos lunares, cuales locos me traían.
Llevarte en remembranza es a lo minino que logró llegar; has imposibilitado cualquier acercamiento, cualquier excusa para al menos darte un saludo.
Siempre desde un ventanal, admiro tus facciones; respiro el aire que tu inhalas y suspiro en el, pensando que, al menos esa es la forma de estar a tu lado.
Puede que todo sea una simple obsesión, quizá simplemente quiero pensar que siempre estaremos juntos y que todas las cosas que tenemos serán eternas.
Y aunque todo lo que cavilo es una mentira, quiero seguir imaginando…
Pensar en una noche cualquiera, bajo las estrellas jugando con tus caderas, compartiendo esos jadeos imprescindibles para dicha ocasión.
Y golpeo, golpeo la cosa más sólida que se halle a mí alrededor; la ira, si, la furia recorre mis venas y arterias. Obligándome a desahogarme y que mejor manera…
Mis pupilas verdosas se abren y muevo mi cara, para ver la ruptura que mi blanca mano provocó; siento el dolor; una mezcolanza de odio, amor y tristeza…
Tres sentimientos, tres emociones que jamás pensé verlas mezcladas; mas ¿qué importa?; no admiras este malestar, no aprecias mi amor. Te dedicas a ignorarme, optas por esconderte como un simple cobarde que se que no eres.
Lo sé, no eres y nunca llegaras bajar a tan poca cosa; mi mente me engaña, teje los mantos cuales me impiden tener una visión que no pase, de tu cobardía.
Y nuevamente muevo mi rostro; a ambas direcciones; negando todo, tratando de olvidar…pero, mi corazón quiere seguir soñando.
Dormitar y encontrar tus labios. Y mi cabeza, actúa en viceversa. Pide a gritos sordos y mudos que te odie, que te diga cuan débil eres para mí…
Mu, cuantas cosas se han perdido. Cuantas caricias hemos dejado atrás. Cuantas excusas, palabrerías se han quedado sin despolvar, en una estantería imaginaria.
¿No hay vuelta? ¿Todo termino? ¿Por qué?
Y de mis labios, salen irónicamente risas. Carcajadas inoportunas inundan mi estancia y ¿por qué?, por que simplemente te perdí por soberbia; te deje ir por mi inútil capacidad de ambición.
Sed de poder, hambre de venganza y hambruna de deseo. Fuiste el juguete, que en su momento no supe valorar, fuiste el trapo cual nunca supe cuidar y e aquí los resultados; Saga caballero de géminis, sentado en un sofá, con lágrimas cristalinas recorriendo sus mejillas y con risas haciendo eco en su habitación.
Mi mano, antes empleada para romper la pared; ahora se dedica a sostener mi cara -prácticamente demacrada-. Tanto tiempo, después de mis días de Arles han pasado y ahora que Hades a regresado a su vasija; después de tanto, solo me limito a desearte e insultarte.
Lo lamento, me arrepiento… ¿no hay vuelta atrás? ¿Todo termino?
Quizá aun te sueñe, tal vez aun suspire y esperaré que la brisa, lleve consigo aquel resoplo.
Quizá me limite a imaginarte, a lo mejor aun te mezcle con injurias. Y quien diría que el santo de géminis, sería así. Cobarde por no ir a besarte y darte tanto amor, ese amor que mereces.
Dejar de lado, el protocolo.
Dejar de lado el pasado…
Y ¿todo termino?
Todo es confuso; mi mente pide a gritos denigrarte y mi corazón ruega, soñar con tu regreso. La conciliación entre tú y yo, parece tan cerca y tan lejos que solo opto por esperar…
Ser confidente del tiempo y el de mí.
Mis ojos, verdes como los tuyos…emanando turbación, suplicando un perdón; disculpa cual parece haberse escondido en el lugar mas recóndito de la cúpula sagrada.
Mis manos, blancas fornidas y tersas, pero, no tanto como las tuyas.
¿Todo termino?
Así parece; todo termino en la realidad, únicamente queda la quimera, queda la utopía a realizar.
Quizá mi mente siga intentando rechazarte y mi alma, te siga buscando hasta el más allá.
Esté sueño, parece solo quedarse en ello: un sueño y ¿por qué?
¡Por ser tan idiota, por no apreciarte y perderte! Y sobre todo… ¡por no ir detrás de ti, para darte si quiera, la explicación de mi actuar!
Sin embargo no hay vuelta atrás. ¿Todo termino?
Así parece, quedo esto en un sueño, ¡quimera de mis maldiciones!
Castigo de un ángel de nombre sencillo y sensual.
Hombre tierno, amable y fuerte de corazón:
Mu…
Fin