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Sorprendentemente por Aketsukino

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Notas del fanfic:

¡Buenas! llevo tiempo sin publicar aquí~.

Bueno, bueno, si a pesar del resumen le diste click;¡muchisímas gracias!. Hace un tiempo que no escribía algo así como Fluff y hace mucho tiempo más que no escribo un TsukkiYama x'D, en fin ¡Disfruta tu lectura!.

Era día de práctica del equipo de volley de Karasuno, la práctica llegaba a su fin cuando cierto pelinegro aparece por la puerta del gimnasio, Yamaguchi y el entrenador lo reconocieron enseguida.

 

-          ¡Hola! – saludó el recién llegado con una sonrisa en el rostro, Yamaguchi se acercó rápidamente a él.

-          ¡Shimada-san! ¿Qué le trae por aquí? – preguntó sonriendo, justo cuando nombró al pelinegro Tsukiyama dejó de molestar a Hinata, a quién le alzaba el balón por los aires mientras el último intentaba tomarlo. Tomó el balón entre sus manos a la altura de su pecho para poder mirar en dirección en dónde estaba Yamaguchi.

-          Hey, buenas Makoto -  Saludó el entrenador mientras asentía con la cabeza.

-          Hola Ukai – sonrió levantando la cabeza – Hey, Tadashi – el nombre del pecoso pronunciado por el mayor ingresó en los oídos de Tsukki e hicieron eco y comenzó a apretar el balón que tenía entre las manos.

-          Te llamé, pero no contestaste, supuse que estabas en práctica con el equipo, pasaba por aquí y vine a verte – le sonríe el tutor del número 12 de Karasuno a éste.

 

La sonrisa de Makoto molestaba al rubio, ya no solo apretaba el balón, fruncía el entrecejo y un tic nervioso se había instalado en su ojo derecho que era marcado por cada vez que el “Tadashi” que había oído se repetía en su cabeza. Hinata observaba cómo la pelota que tenía el rubio en las manos rogaba que dejase de apretarle tanto, el pelinaranja observó el rostro del más alto e inconscientemente; retrocedió con algo de temor.

 

-          Hoy no podré ayudarte a practicar.

-          Hey, hey, Makoto, es sólo un muchacho – Kei reprimió, con dificultad, el impulso por lanzarle el balón al entrenador en toda la cara, el pecoso soltó una risita.

-          Está bien, nos vemos entonces - sonrió, se despidió y se marchó hacía en donde estaba el rubio - ¡Tsukki! Hoy caminaré a casa contigo – su sonrisa no dejó en ningún momento su rostro, el nombrado relajó el rostro y le sonrió burlón, luego miró a Hinata.

-          Aquí está tu pelota – y la dejó caer sobre la cabeza de Shouyou quién ya había perdido algunos colores del rostro sólo por temor – Entonces – se giró a observar al pecoso – Vamos a cambiarnos.

-          Claro ¡Tsukki!.

 

Tras cambiarse el equipo de Karasuno abandonó la institución y caminaron juntos, tal y como habitualmente lo hacían, Tsukishima ni siquiera recuerda cuando se despidieron de los otros, ya que en su mente rondaba el: “Yo lo conozco desde hace más tiempo ¿por qué demonios lo llama Tadashi?”. De pronto, el rubio detuvo su paso en seco “No puede ser…”.

 

-          ¿Tsukk…

-          Tadashi – nombró sin verle, el pecoso se quedó pasmado por un buen rato.

-          ¿Tsu-Tsukki? – murmuró, el nombrado se giró y le miró.

-          Tadashi – llamó con firmeza.

-          ¿Qu-qué pasa, Tsukki?.

-          Tadashi, me gustas – un leve sonrojo se instaló en las mejillas de ambos.

-          Tsu…

-          Kei – le cortó, el más bajo lo miró con un nerviosismo extremadamente adorable.

-          K-Kei – si bien le costó decirlo, aquello no le impidió darse el gusto de degustar cada letra que pronunció. El sonrojo de ambos aumentó levemente – T-tú… también me gustas – antes de siquiera terminar de decir aquella corta frase dirigió su mirada al suelo.

-          Tadashi – se inclinó hacia él – hey – le alzó el rostro con delicadeza. Cuando vio esas mejillas repletas de “estrellas” sobre un manto rosa se le hizo imposible no sentir como su corazón le decía “Bésalo, idiota” – maldición – musitó antes de pegar sus labios con los del otro – Sal conmigo – le dijo una vez finalizó el contacto, más allá de sonar como una demanda era una petición, a pesar de estar algo embobado, asintió.

-          Sí, Kei, Sí quiero salir contigo - el nombrado le regaló una sonrisa, una de las que no había visto antes, una llena de emoción y cariño ¿lo mejor? Qué esa sonrisa era sólo para él

 

Y Tadashi besó a Kei sorprendiéndole.

Notas finales:

Esta idea la encontré en uno de mis tantos cuadernos y nunca me había dado el tiempo de digitalizarlo.

Una vez más: ¡Gracias por haber leído!.

P.D: ¡Estoy trabajando en una historia más grande que abarque más parejas de Karasuno! ¡Esperenlo con ansias! (?).


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