Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Break the rules por N-obodyknows

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

La siguiente historia es sólo ficción utilizando personajes de Free!. Los personajes no me pertenecen.

Capitulo 6

Recibí la carta que Makoto me entregó, nada bueno saldría de ese arcaico método de comunicación y él me observaba queriendo saber qué había en el interior. Yo deseaba lo mismo y abrí el sobre que la guardaba, encontrándome con algo demasiado natural:

"¡Haruka-sempai, nos fuimos de vacaciones! Cuida bien de él mientras no esté. Te lo pido"

PD: Nagisa-kun fue conmigo así que sólo contamos contigo"

No sé por qué me asusté al pensar que en ese sobre abría algo malo, si venía de él, era obvio que me encontraría con algo así. Aunque esta era una mala noticia después de todo, una muy mala y no me conformaría con ello. Intenté llamarlos una vez más, ambos no contestaron, así que decidí utilizar el sistema de ubicación a través del Smartwatch SPI y también fue inútil. El mecanismo estaba hecho para no fallar y así ser de suma utilidad frente a situaciones adversas, pero Rei y sus conocimientos habían ideado un método para dejarlo obsoleto.

Makoto estaba atento a cada cosa que hacía, quería respuestas y no podía ni siquiera dármelas a mí como para responder le a un montón de metal andante. Ellos lo habían pensado muy bien, ¿Qué debía hacer con este androide? Estaba muy confiado en quedarse en mi departamento.

¿Y si le dejaba fuera? No podría hacer un escándalo y llamar la atención de mis vecinos, sobre todo de aquel que se encontraba a mi lado y era insoportable. Lo quería fuera, este no era mi problema y no encontraba forma de expulsarlo de aquí sin causar alboroto. Tenía su atención puesta sobre mí, me molestaba; sus ojos parecían los de un pequeño cachorro rogar por quedarse y tomar un plato de comida, ni siquiera sabía si comían.

¿Qué debía hacer? Nada, absolutamente nada. No era mi problema, ni mucho menos mi responsabilidad, si no le prestaba atención se daría cuenta que nada conseguiría aquí y que cualquier otra persona sería mucho mejor amo que yo, después de todo eso hacían, servir a la gente y aquí no tendría ninguna utilidad.

-¿Qué dice la carta?-me preguntó.

Puse en marcha mi plan, y sin contestar le me dirigí al cuarto de baño como hacía de costumbre, haciendo como si él no existiera. Llevé conmigo la carta, no pensaba entregársela ya que eso significaría un punto a favor para quedarse. Makoto no se quedó atrás, sentía sus pasos seguir los míos mientras me llamaba por la espalda; era bastante alto y sus palabras llegaban desde el cielo. Pretendí no escucharlo, aunque en realidad sus llamados me irritaran poco a poco y de haberme tocado hubiera explotado, pero no lo hizo y yo llegué al cuarto de baño y me encerré.

Cada puerta de mi departamento poseía un codificador para bloquearlas a través de un código, el cual, únicamente poseía yo en mi SSPI y sólo yo podía abrir o cerrarlas. Pese a ello, él se quedó del otro lado intentando abrirla, pero dejó de hacerlo mientras yo llenaba el jacuzzi con agua, se había percatado que no conseguiría nada. Me desvestí quedando sólo con mi traje de baño y cuando el agua fue regulada se cortó por sí sola y adentré mi cuerpo en la calma y transparente agua. Mi lugar favorito, no había día en el cual no disfrutara de este momento como él único que me llenaba, hasta ahora. La tranquilidad del agua era interrumpida por los reiterados llamados de Makoto del otro lado; "Haru-san", "Por favor escúchame, no me dejes así", "Déjame entrar", "¿Estás bien?", "¿Hice algo mal?" eran las palabras que se repetían una y otra vez con su irritante voz. Hundí mi cabeza en el agua por un poco de silencio, el sonido de sus palabras deformándose en el líquido eran mucho mejor e incluso lo hacían parecer hermoso; el agua era realmente fascinante.

Pero la tranquilidad sólo duraba unos segundos ya que debía salir en busca de aire y escucharlo nuevamente, como hubiera deseado poder respirar bajo del agua. No lograba disfrutar de mi momento, pensé en salir e ir a mi habitación por mi reproductor de música y así olvidar que tenía a ese androide en mi departamento, pero no lo hice. Si salía ahora, él habría ganado al sacarme de quicio y lo que yo necesitaba era demostrarle que lo quería lejos, reaccionar ante sus llamados significaría que lo estaba escuchando y le daría esperanzas.

Esperé unas horas, fue difícil pero me focalicé en los ruidos de la ciudad por sobre los suyos -que no se detuvieron en más de dos horas- ojala Rei le hubiera instalado un programa para que aprendiera a callarse. Cuando estuve seguro que pasó el tiempo suficiente, tomé mis cosas, salí de allí con mi traje de baño y una toalla sobre mi cabeza; como acostumbraba a hacerlo. Sus ojos se iluminaron al verme, pero su expresión continuaba siendo la de un pobre cachorro rogando por mi atención, y a mí poco me importaba lo que quisiera, era un pedazo de metal, nada humano.

Primero cociné mi cena, lo único que había en la nevera era caballa y agregados con los cuales acompañarla. No era como si no comiera otra cosa, no, pero prefería comer caballa antes que cualquier otra cosa y así lo había predispuesto hasta que llegara el día en el cual me aburriera o se me antojara algo más, y ese día no sería hoy. Cuando la cena estuvo lista, la serví e ingerí en la pequeña mesa que había en la cocina. Tenía un comedor, pero era demasiado grande para una persona y después debería de limpiarlo, era un desperdicio. Luego de terminar, lavé los platos y tomé una botella de agua del congelador para llevármela a mi habitación. Makoto estuvo todo el tiempo a mi lado insistiendo, no se cansaba, era terco y no se rendía, pero yo tampoco lo haría y ya empezaba a creer que conseguiría pronto lo que esperaba.

Al llegar a mi habitación, él presintió que haría lo mismo que el cuarto de baño y puso su mano entre la puerta y el marco; me estaba retando.

-Haru, por favor espera…-me rogó con su voz quebradiza.

¿Iba a llorar? No, él no podía llorar, no hacían eso, ¿O sí?

No importaba, no dejaría dominarme por una máquina de apariencia humana. Muy decidido, entré a mi habitación, su mano continuaba impidiendo el paso y apostando entre dos opciones, cerré la puerta sin vacilar de un solo golpe. Tal y como pensaba, Makoto extrajo su mano antes de que la puerta se cerrara y le hiciera daño, al menos tenía la teoría del dolor inculcada. Y ahí empezó de nuevo, me llamó desde afuera y yo tomé mi reproductor de música junto a mis audífonos. La música empezó a sonar y me llevó al silencio de su voz, por fin, después de un largo día de entrenamiento, tolerar a mi entrenador y encontrarme con la desagradable sorpresa. La música se apoderó de mis oídos, la canción que se reproducía me llevaba a un viaje al pasado, donde mi corazón se dejaba engañar por los recuerdos llenos de mentiras y sentimientos. Rin apareció en mi mente, sus recuerdos me atacaban cual puñal en el pecho, pero aunque fuese doloroso, no podía negar que volver a esos tiempos me generaba una grata sensación de nostalgia. No dejaba de ser un estúpido, y seguramente mañana despertaría siendo el mismo idiota de siempre.

-o-

A la mañana siguiente, mi SSPI sonó para despertarme a las seis de la madrugada, sentía que no había descansado nada y además debía asistir a mi entrenamiento diario. Continuaba con los audífonos en mis orejas, y eso me recordó que me había visto en la necesidad de utilizarlos para dormir debido al androide que se encontraba en mi departamento. Demonios, debería lidiar con él, al menos que mi plan haya funcionado y se marchara a otro lugar. Makoto no había pasado por el proceso de adopción de mi parte, donde el androide recibía los datos de su dueño; huella digital, grupo de sangre, sonido de voz y muchas otras. Sólo el mismo dueño podía iniciar ese proceso y jamás lo había hecho, por lo tanto, no había ningún lazo creado entre nosotros como para que se sometiera al mal trato que le di el día anterior. Sí su inteligencia era como lo describían en los comerciales, ya no se encontraría aquí y estaría en busca de algún dueño que necesitara de sus servicios. Estaba seguro de mi teoría, los androides funcionaban por normas establecidas de fábrica, no poseían voluntad propia.

Me levanté, preparé mi bolso para ir a entrenar y después me puse la tenida de deporte para asistir al entrenamiento. Debajo siempre llevaba mi traje de baño, y de haber sido por mí sólo iría así, pero las temperaturas eran bajas y la última vez que hice eso, me regañaron de la peor manera y evitaría que eso sucediera otra vez. Listo para partir, tomé mi bolso y vi la hora en mi SSPI, aún eran las seis treinta de la madrugada, si me apresuraba conseguiría desayunar de la caballa que sobró la noche anterior.

Me dirigí a abrir la puerta de mi habitación y al conectarme con el otro lado, me encontré con el androide durmiendo en el suelo. Estaba sentado con su espalda apoyada en la pared, abrazaba sus rodillas, su cabeza se encontraba ladeada hacia un lado y de haber sido humano, despertaría con un terrible dolor de cuello. ¿Había pasado toda la noche allí? Realmente empezaba a creer que algo malo había en él, su comportamiento no era natural y despertó sin que me lo esperara, descubriendo que lo observaba con detención. Me quede paralizado y abrí mis ojos en sorpresa tras ser descubierto, no pude apartar mi vista de él para cuando me sonrió amablemente pese al rechazo que le di.

-Buenos días Haru-san-me saludó con una sonrisa-

No iba a responder, de ninguna manera, y aunque me haya visto observándole, continué mi camino como si nunca hubiese ocurrido nada. Calenté la caballa que había sobrado ayer y la desayuné con Makoto a mi lado observándome detalladamente en silencio. Tal vez sus palabras eran mucho menos molestas que su exceso de atención puesta sobre mí, su mirada me molestaba y se me era más difícil aguantarla que lo otro. Al menos el androide aprendía, ya que no hablaba. Empezaba a pensar que no me liberaría de él hasta que Rei o Nagisa vinieran por él, porque…debían venir, ¿No? Era mi última esperanza, y mientras esta cosa se quedara en mi hogar debería tenerlo funcionando para que no se descompusiera cuando llegaran por él.

Recogí mis platos y los lavé, su atención la sentía en mi espalda y me digné de una vez por todas a romper el silencio.

-Me iré, si quieres comer algo busca en la nevera-le autoricé.

Makoto abrió sus ojos como si hubiera visto algún ovni u otra cosa que lo sorprendiera, salvo por el brillo en su mirada que denotaba que no había temor alguno.

-Muchas gracias por preocuparte por mí-agradeció otra vez con una sonrisa.

Que molesto, tomé mis cosas y salí de mi departamento antes de tener que verlo sonreír por más tiempo.

-o-

Estar todo un día entrenando para llegar a compartir mi departamento con un androide no era para nada alentador, de todas formas no había algún lugar donde pudiera pasar la noche. Tal vez podría ir a algún hotel hasta que él se fuera, era una estupenda idea, pero allí habría demasiada gente y de seguro alguien me reconocería. Era un nadador reconocido, no me interesaba serlo, pero como he participado en varias competencias más de alguna persona me reconocía y me pedía un autógrafo. De comienzo me negaba a darlos y seguía mi camino como si jamás me hubieran hablado, pero mi entrenador me regañaba y me obligaba a darlos si se presentaba el caso. Ese hombre era toda una rareza, ¿De qué serviría mi firma en un pedazo de papel o pertenencia?

Al final acabé regresando a mi departamento, al menos Makoto había aprendido a quedarse callado y eso sería mucho mejor que la gran cantidad de gente en algún hotel.

Antes de abrir la puerta de mi departamento, el aroma de la caballa siendo cocinada se apreciaba desde el exterior. Alguien estaba cocinando y sabía perfectamente quién era el responsable de ello. Intente abrir la puerta sin parecer apurado-que por cierto lo estaba- por ir a ver qué ocurría adentro, y al llegar me encontré con más de una sorpresa. Makoto se encontraba con mi delantal, en mi cocina, cocinando mi comida y ni siquiera me dio una explicación cuando me detuve a verlo, sólo sonrió como si hubiera hecho algo bueno.

-Bienvenido Haru-san, ayer llegaste a esta hora así que estudié el lugar donde ibas, el recorrido y calcule el tiempo para prepararte comida. ¿Tienes hambre?-me preguntó humildemente.

Era un acosador, un enervante acosador de metal en mi departamento.

-¿Qué piensas que estás haciendo?-lo reté sin elevar el tono de mi voz.

-Nada malo, supongo. Bueno probé la caballa que diste en la mañana, guarde su sabor y cocción para repetirla. También limpié, ordené, tiré la basura y el jacuzzi lo programé para que estuviera listo cuando llegaras-

No podía creerlo, y tuve que recorrer cada punto de mi departamento para darme cuenta que era verdad; las paredes, los muebles, el baño, todo, absolutamente todo relucía y olía a limpieza. Este androide había hecho la limpieza que yo hacía cada dos meses en un día. Tal vez no era tan malo después de todo, no, sí lo era, ¿Con el permiso de quién hurgó entre mis cosas? Y cuando me proponía a ir a retarlo, me esperaba sonriente con la cena lista para comer. Era todo un complejo de perro sometido ante su cruel amo.

-¿Cenaras ahora?-me ofreció.

-No-respondí cortante y me fui al cuarto de baño.

Esta vez él no me siguió y pude disfrutar de un baño tranquilamente. Tal y como lo había dicho Makoto, el agua se había acumulado en el jacuzzi-tina en el momento justo para que estuviera agradable al entrar. Cambie el escenario de del jacuzzi por un arrecife, otra de las funciones de esta cosa es que puedes cambiarle los paneles de "cerámica" del jacuzzi, no se que material es realmente y no me interesa. Pese a que tenía hambre y la cena estaba servida, me negaba rotundamente a comer algo que haya preparado él, mi propósito para que se fuera aún no acababa. Eso pensaba yo ya que por cómo habían avanzado las cosas, Makoto había invadido mi espacio sin poder detenerle y yo había perdido mi actitud indiferente sin darme cuenta.

No tuve más opción que comer lo que había preparado Makoto, era caballa y no la desperdiciaría. Me senté y probé cada bocado en silencio, él se encargaba de mantenerse atento a cada gesto sobre mi rostro y esperaba por alguna respuesta que yo no pensaba darle. Pero debía admitirlo, esto estaba realmente bueno y de haber sido un humano, tal vez, le hubiera dado las gracias.

-¿Está bueno…?-preguntó preocupado.

-Uhm, supongo que no está malo-respondí.

-Menos mal, estaba preocupado que lo hubiera hecho mal-confesó en un suspiro.

-No importa, lo puedo hacer solo y…-

-¡No! Déjame hacerlo por ti-me gritó.

-Haz lo que quieras-respondí sorprendido ante su grito.

Y así fue, cada día se repetía de la misma forma; Makoto me esperaba fuera de mi habitación, dormía en el pasillo por su propia cuenta, preparaba la comida, preparaba mi baño, cambiaba de los paisajes de los ventanales constantemente y hacía los quehaceres del hogar. Me empezaba a molestar que hiciera todo, me sentía un completo inútil frente a una maquina y no me agradaba para nada ese sentimiento, pero si intentaba hacer algo armaba un escándalo y prefería ahorrármelo. Pese a que no lo escuchaba llamarme una y otra vez, siempre me hablaba de cualquier tema sin la necesidad de que yo le respondiera. Cualquier persona se abría hartado y se hubiera detenido, pero él continuaba como si supiera que en el fondo lo escuchaba. Escucharlo hablar me hacía recordar a una persona que tampoco se cansaba en hacerlo; Rin. A veces perdía el sentido de la conversación y me perdía en mis recuerdos, Rin jamás paraba de hablarme de cualquier cosa y pese a que yo no respondía mucho, él siempre se esforzaba por apegarse a mí y hacerse un hueco en mi corazón. Un hueco que lamentablemente fue tan profundo que hasta el día de hoy no conseguía superar.

Se parecían, pensaba mientras escuchaba a Makoto hablar, pero no era así. Un androide jamás podía parecerse a él, sólo intentaban llenar tus necesidades sin ninguna emoción de por medio. Y al pensar en ello, me sentía inevitablemente vacío.

No se cuanto tiempo mas pueda soportar. Rei aun no se digna a aparecer, a pesar de que salio en las noticias y diarios del país por un accidente en las pruebas de androides, escandalizando a todo el mundo. No se ha ido de vacaciones ni Nagisa tampoco, pero al igual que el embustero de Rei, no logro dar con el. Ninguno contesta mis llamadas. Nagisa me debe mi puerta y un sistema de seguridad nuevo.

-o-

Llevaba cuatro días, cinco horas y quince segundos viviendo con Haru-san. Al principio no entendía por qué tenía ese comportamiento tan raro, pero después de este tiempo aprendí mucho sobre él. Todos los humanos parecían ser una caja de sorpresas, todos eran tan diferentes, al menos con aquellos que había conocido. Junto a él, me sentía más a gusto que los demás, no sabía por qué, pero deseaba quedarme aquí por siempre.

Me agradaba hacer las cosas del hogar, pese a que Haru-san no lo decía parecía hacerlo feliz, aunque muchas veces podía leer en su rostro señales que me advertían que no lo era. Me encargaba de ordenar, limpiar y hacer la comida, tenía prohibido salir de este lugar según lo que me había dicho Rei-san, y no lo lamentaba, al contrario, deseaba no salir de este lugar jamás. Pero eso sólo ocurría cuando Haru-san se encontraba en casa, ya que cuando me encontraba solo, sentía que mi pecho se comprimía de una manera extraña y mis extremidades deseaban salir y seguirlo.

No solía entrar a la habitación de Haru-san, él dejaba limpio y ordenado, y por lo que me dio a entender la primera noche al cerrar la puerta, no deseaba que lo hiciera de todas formas. Sin embargo, aquella tarde cuando me disponía a cocinar la cena debido a la hora, me percaté que la puerta de su habitación se encontraba abierta y su cama estaba deshecha y desordenada. Quise pasar desapercibido ese detalle, pero mis deseos por servirle eran mucho más fuertes y aunque él se pudiera enfadar, entré a su habitación para hacer su cama.

Su cuarto estaba impregnado de su aroma, no poseía muchas cosas y por cómo se encontraban las sabanas concluí que se debería mover mucho en la noche. ¿Por qué? Haru-san no acostumbraba a moverse demasiado, ¿Qué le hacía hacerlo mientras dormía? No saberlo me generaba un nuevo y extraño sentimiento en mi pecho, como si no hubiera nada allí y estuviera aclamando por llenar ese espacio vacío. Debía salir de ese lugar una vez haber ordenado, pero en el pequeño velador de Haru-san, vi una foto donde se encontraba acompañado por Nagisa-san y Rei-san. Estaban sonriendo y él se mantenía con la misma expresión de siempre, verlos allí me hizo sonreír pero no me sentía bien con eso, ¿No debería estar feliz por ellos? Me di cuenta que la fotografía se encontraba recortada, algo le faltaba y yo quería encontrarlo, tal vez Haru-san se pusiera feliz si recuperaba esa parte de la fotografía.

Busqué en el pequeño cajón de ese mueble, estaba lleno de cosas, y por debajo de todo, se hallaba un álbum de fotografías de hace unos años. No pude evitarlo y lo abrí, debía encontrar esa foto pero me encontré con más que un simple trozo de fotografía. En ellas aparecía Haru-san en su época escolar, con las mismas personas de la fotografía sobre su velador; sonríen, se divierten, juegan y parecen ser felices.

Felicidad, conocía su significado, pero… ¿Qué era exactamente? ¿Algún día podría ser yo como ellos? Ver las fotografías me hacía sentir bien y a su vez, mi pecho ardía y deseaba dejar de ver estas imágenes. Tuve el pequeño deseo de querer ser como ellos, ir a la escuela, tener amigos, jugar con ellos, ¿Era eso posible? Quiero ser como ellos… son tan hermosos. Haru-san se veía más feliz que ahora, pese a que no sonreía su mirada tenía un destello que la fotografía se había encargado de guardar en el tiempo, probablemente era debido a que se encontraba con sus amigos, ellos son capaces de crear ese destello en su mirada. Son tan fascinantes ¿Podría yo hacer lo mismo? Quiero hacerlo, pero yo no soy como ellos y sin embargo deseo serlo.

Mientras me invadía ese gélido sentimiento junto a mil preguntas, veía las fotos una a una, hasta que en una de ellas, apareció una nueva persona. Era un chico de la misma edad que ellos, tenía un pelo rojizo y una mirada entusiasta y rebelde. Aparecía en la mayoría de las fotos sonriendo y abrazando a Haru-san por el cuello, parecían más cercanos y nuevamente el destello en sus ojos aparecía, esta vez más brillante. Esta persona era capaz de hacer brillar su mirada…pensar en ello incrementaba mi temperatura corporal y mis manos empezaban a temblar, y pronto llegué al pedazo recortado de la fotografía en el marco. Era esa persona, la misma que hacía feliz a Haru-san.

-¿Qué haces?-escuché tras mí.

Era Haru-san, me observaba desde el marco de la puerta, estaba furioso lo leía en su rostro, su tono de voz y en sus ojos.

-Yo…Quería arreglar la fotografía-confesé, aunque ahora ya no deseaba hacerlo.

-¿Alguien te lo pidió?-me preguntó con frialdad, su voz se escuchaba más cruda y fuerte. No, no deseaba esto, yo quería hacerlo feliz.

-Yo creí…-balbuceé. Volví a arruinarlo todo.

-¡Nadie te ha dicho que te metas en mis cosas!-me gritó y avanzó hacía mi para arrebatarme las fotografías.

Las guardó con brutalidad, yo retrocedí ante el instinto que me obligaba a hacerlo cuando me hallaba frente a la ira de alguien. Pero yo también empezaba a experimentar un sentimiento que me enloquecía, deseaba hablar al igual que él, me sentía mal.

-¿Por qué recortaste la fotografía?-quise saber, quería saber todo de él.

-Eso a ti no te importa, sal de aquí-

-¡Sí me importa!-grité, si no lo sabía sentía que iba a enloquecer.

-¡No! ¡Me tienes harto! Esperaba a que Rei y Nagisa vinieran por ti, pero no te aguanto más. ¡Vete de aquí!-me echó apuntando son su brazo hacia la salida-

-Haru-san…-

-¡Vete!-me gritó enfurecido.

¿Qué debía hacer…? Yo solo quería ayudar. Lo prometiste...

No debes pensar.

Continuara…

Notas finales:

Hi! :D aquí esta la actualización con un capitulo mas largo y lleno de Feels. No fue tan fácil y es básicamente por la temática del fic. La ciencia ficción no es sencilla. Ojala lo este haciendo bien y no los termine confundiendo.

No odien a Haru D: 

 

Muchas gracias por leer y dejar sus reviews! :3

No duden en dejar un review! :)

Cuídense y nos leemos en el próximo cap!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).