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¿Recuerdas? por Aketsukino

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Notas del fanfic:

¡Hola! Esta vez vengo con un IwaOi.
¡Mamá! ¡Siéntete orugllosa! al fin pude escribir un FF IwaOi que me deje xomplacida [aunque la verdad no me dejó 100% satisfecha](?).

Sigo sin poder redactar buenos resúmenes, lo siento por eso uvu.

 

IMPORTANTE: Esta es la primera vez que publico un IwaOi y ellos son una especie de desafio para mí, agradecería que me hicieran saber en qué debo mejorar c:.


Sin nada más que decir: ¡Disfruta tu lectura!.

Se podía oír la risa de dos mujeres que estaban en la sala de estar de una casa. Una de ellas (la que visitaba a la otra) era la madre del famoso setter de Aoba Johsai y la otra (que era dueña de la vivienda) era la madre del vice-capitán del mismo equipo de volley.

 

-              ¿Y recuerdas la vez en que Hajime-kun dijo que quería casarse con Tooru? – comentó la madre del chico de cabellos castaños claros, la otra mujer dejó escapar una risita mientras asentía.

 

-              Después se dio cuenta que era un niño y no una niña; dejó de hablarle un buen tiempo – en el rostro de la madre de Tooru se instaló una expresión de nostalgia.

 

 

-              Tooru no quería aceptar que Hajime-kun dejase de hablarle, cada vez que podía; intentaba hablarle pero no recibía respuesta. En esos días volvía llorando a casa “Mamá, no quiero que Hajime-kun me deje de hablar”.

 

-              Sí… - en el rostro de la madre de Hajime también se instaló la misma expresión de nostalgia – Pero, finalmente volvieron a hablarse – sonrió – Aunque aún creo que Hajime está molesto porque Tooru-kun no es una chica.

 

 

-              Maldita sea, Oikawa – murmuró viendo el pacífico rostro que el nombrado tenía mientras dormía -  ¿Vienes de visita o a dormir en mi cama? – de respuesta recibió un leve quejido de parte de Oikawa, además, aprisionaba un poco más la almohada que tenía entre los brazos y le daba la espalda a Hajime – mierda – murmuró con un leve sonrojo instalándose en sus mejillas, colocó una mano sobre su rostro en señal de que se sentía algo avergonzado “¿Por qué tenía que dormir de esa manera tan tierna?” pronto quitó su mano de su rostro para poder observar con detenimiento a Tooru – Si tan sólo fueras una chica… - murmuró.

 

Luego de pensar detenidamente lo que haría, se inclinó sobre el capitán del equipo de volley, antes de siquiera rozarle los labios con los propios el otro abrió los ojos, parpadeó un par de veces para alejar el sueño de sus parpados, luego observó con confusión a Hajime.

 

-              Oikawa… - murmuró con algo de dificultad, le habían pillado ¡y ni siquiera había logrado su objetivo! .

 

-              ¿Iwa-chan? – su pregunta venía acompañada de una mirada dudosa - ¿Ibas a hacer lo mismo que te hago yo cuando duermes? – preguntó con inocencia, aún no notaba lo que había dicho.

 

 

-              ¿Lo… mismo? – Hajime no tardó mucho en caer en cuenta de lo que el otro le había dicho, en ese preciso momento parecía como si en el cerebro de ambos algo hiciese click, Oikawa automáticamente rodó fuera de la cama - ¡Maldita sea! ¡BASUKAWA! – antes de que Hajime terminase de decir el apodo que le puso el nombrado salía de la habitación corriendo tan rápido como podía.

 

Iwaizumi dio un brinco y ya estaba de pie sobre la cama la cual abandona rápidamente para ir tras el de cabello claro. Oikawa bajó lo más rápido que pudo las escaleras, pasó de largo por la sala de estar en dónde las dos mujeres compartían una animada conversación sobre el pasado de sus hijos.

 

-              ¿Tooru? – preguntó su madre.

 

-              ¡Ya vuelvo mamá! ¡Tía, gracias por la invitación! – chilló, se colocó las zapatillas tan rápido que fue casi imperceptible al ojo humano, abrió la puerta la cerró tras de sí y siguió corriendo.

 

 

-              ¡ESPERA! ¡Oikawa! – gritó el as de Aoba Johsai saltándose los tres últimos escalones de la escalera.

 

-              ¿Hajime? – esa fue su madre.

 

 

-              Mamá, tía, ya vuelvo – se calzó las zapatillas a la misma velocidad que el otro lo había hecho y repitió los mismos pasos que Tooru había realizado anteriormente - ¡Espera! ¡Oikawa!.

 

Una vez que ambos amigos de la infancia abandonaron la residencia las madres de ambos se miraron con algo de preocupación, la cual duro poco, pronto se sonrieron.

 

-              Esto será un gran recuerdo – comentó la madre del último joven que salió corriendo, la otra mujer asintió y sonrió.

 

-              De verdad que sí lo será.

 

 

Oikawa seguía corriendo como si la vida se le fuese en ello “Mierda, mierda, mierda, se lo dije, va a matar” era lo que se repetía en su mente motivando a sus piernas para que no se detuviesen.

 

-              ¡Ooikaawaa! – la voz de Hajime se hizo presente tras él.

 

-              ¡Iwa-chan! ¡No me mates! – con ello aceleró un poco más su paso.

 

 

-              ¡DEJA DE CORRER! – le gritó.

 

-              ¡NO!.

 

Siguieron corriendo un buen tiempo más hasta que, cansados, se echaron en el verde césped del parque en el que solían jugar cuando eran pequeños – y que de vez en cuando aún iban allí para practicar un poco de volley o solo charlar -. Oikawa se echó en el césped un tanto (un buuuuueeen tanto) alejado de Iwaizumi, ambos estaban regulando su respiración.

 

-              Oikawa – llamó, el nombrado sintió que había dejado de respirar cuándo oyó su nombre, cuando logró recuperarse; intentó levantarse lo más imperceptiblemente posible sentándose en el césped – Ni lo intentes – la voz de Iwaizumi sonó cercana, alzó el rostro y se lo encontró de pie frente a él.

 

-              I-Iwa-chan – murmuró.

 

-              Vamos a hablar de eso, ahora – ni por muy dolida que fuese la expresión que colocó el setter, ni siquiera los leves quejidos de cachorro que hizo lograron hacer cambiar de opinión al de cabellos oscuros.

 

 

-              Iwa…

 

-              ¿Es verdad lo que dijiste? – Oikawa se sintió intimidado al punto que buscó refugio mirando el suelo – Oikawa – el nombrado alzó el rostro con timidez.

 

 

-              Sí, es verdad – cerró los ojos esperando que el puño del vice-capitán se estrellase sobre su mejilla. El golpe no llegó, abrió lentamente sus ojos topándose con un Hajime en cuclillas mirándolo con detenimiento – ¿Iwa-…

 

-              ¿Desde cuándo lo haces? – interpuso.

 

-              Desde que éramos pequeños e iba a dormir a tu casa sentía ganas de hacerlo – confesó, los orbes del otro se ensancharon – Pero lo hago desde que ella terminó conmigo – Iwaizumi pestañeó confuso.

-              ¿Por…

 

-              Me gustas, Iwa-chan. Sé que está mal, pero me gustas tanto que incluso la vez que dijiste que querías casarte conmigo estaba tan feliz que me dormí con una sonrisa en el rostro, pero no sabía que creías que era una niña, cuando supiste que era un niño dejaste de hablarme por bastante tiempo ¿lo recuerdas? – hizo una cortísima pausa – No sé si lo recuerdas, en ese entonces éramos sólo unos niños – parecía que Iwaizumi hubiese olvidado cómo hablar – Cada día, después de dejaste de hablarme intentaba hablar contigo ¿lo recuerdas? – su voz se quebró un poco – y cada vez fracasaba, volvía a casa llorando preguntándome “¿Hajime-kun me odia?” siempre he tenido miedo a que la respuesta sea “Sí”, incluso desde esa edad – rodeó sus piernas con sus brazos apegándolas a su pecho – Me costó dejar de intentar hablar contigo, de verdad que me costó – unas lágrimas amenazaron con deslizarse por sus mejillas – No pensé que volverías a hablarme, mucho menos pensé que me defenderías de los otros niños – ese fue el momento en que su amistad había vuelto, volvieron a hablarse desde ese momento. Pero Iwaizumi se mostraba lejano con cosas tan básicas como el haberle dejado de llamar por el nombre, Tooru no protestó nunca sobre eso, pero comprendía un poco cómo pensaba el otro, por ello le comenzó a llamar “Iwa-chan” –  No quiero que me odies – colocó su frente sobre sus rodillas dejando que sus lágrimas corrieran por su camino – No quiero perderte – murmuró, al otro le costó asimilar un poco aquello, pero cuando lo hizo; suspiró.

 

-          Oikawa – su voz sonaba gentil, dirigió su mano hacía los cabellos del setter y los acarició con una ternura que sorprendió al nombrado, luego alzó el rostro del de cabellos claros - ¿Sabes? – bajó su mano en dirección a las mejillas del otro, le limpiaba con suma suavidad las lágrimas con su pulgar – El que no fueses una chica fue impactante, siempre había pensado en cómo pedir la mano de la hija de los Oikawa, pensaba en cómo le pediría que fuese mi novia, pensaba en cómo trataría a Tooru cuando aceptase ser mi novia – sonrió levemente – El saber que no eras una chica hizo que mis planes se fueran por el caño, nunca había pensado en cómo decirle a la tía que su hijo me gustaba y que quería que fuese mi compañero de vida. Cuando acomodé esas respuestas una duda más grande vino a mí: “¿Y si le gustan las chicas?” con esa idea en la mente me alejé de ti, o al menos lo intenté – Tooru oía cada palabra con suma atención – El día en que vi que esos niños te estaban molestando entendí que no podía dejarte solo, pero también sabía que no podía estar muy cerca de ti porque podía no corresponderme ese lugar.

 

-              ¿Entonces t-tú? 

 

-              Sí, Tooru, me gustas – con esas palabras apegó sus labios con los ajenos.

 

 

-              ¿Desde cuándo no me llamabas así? – preguntó con una sonrisa a penas el contacto finalizó.

 

-              No lo sé.

 

 

-              Desde que volvimos a ser amigos, recuérdalo –Iwaizumi frunció el entrecejo.

 

-              Ya no somos amigos – la expresión de Oikawa se descompuso – Estamos saliendo.

 

 

-              ¿Ahora? – preguntó incrédulo.

 

-              No estúpido, ayer ¿Por qué eres tan lento? – preguntó algo molesto – Es obvio que estamos saliendo desde ahora.

 

 

-              ¡Tú! ¡maldito virgen1! ¡no me digas lento!.

 

-              ¿Dijiste algo? – preguntó una venita marcada en la frente.

 

 

-              Qué me gustas mucho, Iwa-chan – respondió con una sonrisa recibiendo un bufido suave de respuesta con una leve sonrisa de parte de Hajime.

                                                                            Fin.

Notas finales:

1: Referencia a uno de los trabajos de la grandiosa Shishou o Gusari o Kizu Natsuki.

¡Muchas gracias por haber leído!

P.D: Di de baja momentaneamente este FF, pero ya volvió , lamento si causó algún inconveniente(?).


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