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NO TODO ES LO QUE PARECE. por Chainysong

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Notas del fanfic:

Es algo que se me ocurrió de golpe, espero lo disfruten.

Ese día había querido ser perfecto, todo iba bien, el show… el concierto de todos juntos, su solo y más que eso, la atención que sentía de las fans. Era como estar en otro mundo, cada vez que salía al escenario Lee Taemin era completamente feliz. Pero no era una felicidad normal, sino que se sentía completamente pletórico y lleno de vida. Eso era cuando estaba ahí, porque cuando bajaba del escenario, las luces se escondían y la “intranquilidad” volvía a regresar al epicentro de su mundo, ya las cosas eran diferentes.


Porque ahí estaba él, Choi Minho. Uno de sus amigos y compañeros de grupo, aquella persona que siempre estaba con él cuando él quería y cuando no también. Y debía de decir que al comienzo era agradable y lo fue, fue agradable ser novios por un tiempo, incluso todo lo que le había enseñado el mayor lo era, a pesar de que en este momento las cosas habían acabado, para mal.


Él, siempre era dedicado con sus fans, incluso la sonrisa de la cara nunca se le apagaba. Pero para el maknae, esa sonrisa guardaba cosas que no le agradaban del todo. Porque cuando Choi MinHo era agradable con él solo podía significar una cosa, que quería algo. Y ese algo lo iba a conseguir costase lo que costase, porque su flaming carisma si era fuego, pero no del que hace brillar sino del que hacer temblar del miedo. Al menos para él.


- Felicidades, Taem… lo has hecho realmente bien, ¿qué es eso que usaste para bailar, un brazalete? – le preguntó la diva del grupo, toqueteando la muñeca del maknae para así sonreírle, con la mirada fija en esa pulsera de color plateado que había tenido que llevar si o sí.


- Ah, bueno es un… regalo.


- ¿Y de quién? – insistió, ahora mirándole con las cejas levantadas así como las madres hacen esperando saber bien lo que les ocurre a sus hijos, pero lo único que consigo es darles pánico; y eso es lo que había hecho.


- De Minho. – respondió rotundamente y sin dar más rodeos, quitando la mano rápidamente para esconderla, no porque sintiese vergüenza de llevar aquello, sino porque le daba pánico que pudiera romperse. Si, ese pánico que sientes cuando sabes que debes llevar algo por obligación y que encima, ese algo tiene que quedar intacto sino deseas pagar las consecuencias.


Porque él, era así.


- ¡Vamos, hongo feito!... ¿Por qué eres así de arisco con tu hyung favorito? – espetó Key con un mohín en sus labios, no sabía la razón de porqué su bebé siempre estaba de esa manera, como a la defensiva. De modo que llevó uno de sus brazos hasta el ajeno, para así tomarlo de la muñeca y acercarlo un poco a su cuerpo en busca de un abrazo. – Ven… no quiero que estés así, ¿qué es lo que te pasa, Minnie? A mi puedes decirme.


- No es nada, te digo que no es nada… - No quería decirle, ni pretendía hacerlo ni por muy loco que estuviese, sino tendría problemas y más porque esa mirada que le decía “por favor, por favor”, le estaba dando ganas de hacerlo. Pero no.


- ¿Está seguro señorito? – le miró de nuevo, aferrándose más a su cintura y tratando de que el menor estuviese cómodo con él. Porque Key era una persona tierna, aunque algo arisco con quien quería, menos para el maknae y el pollo, para ellos dos era total y completamente como un angelito. – mira que si alguien te hace mal deberá arreglárselas conmigo, ¿uhm?


- Seguro, Key. – respondió con una sonrisa fingida en su rostro, así era como ahora lo hacía, antes no le costaba nada pero ahora cuando no estaba actuando en el escenario, sus sonrisas eran fingidas, su rostro de “no pasa nada”, también lo era y su forma de ser mucho más cohibida que de costumbre.


A pesar de lo que le había dicho el culpable de ello.


“Vas a actuar como haces siempre, lo harás… y si veo que se te nota algo, estarás en problemas Taemin”.


Estarás en problemas…


No pretendía quedarse para averiguar a qué se estaba refiriendo Minho aquél día, cuando su compañero de toda la vida, cuando su exnovio le estaba atacando de esa manera cuando él no había hecho nada para que lo hiciese. Nunca se había portado mal con él, incluso siempre había sido agradable.


Desde que se conocieron, habían sido uña y carne, sol y sombra. Pero eso no era suficiente para el mayor, se ve. Eso no era lo que tenía pensado para el maknae cuando cada vez que lo miraba se quedaba como hipnotizado, como le miraba los gruesos labios y como se relamía por querer tenerlos a su merced durante todo el día.


Estaba obsesionado de Lee Taemin, y eso lo sabía solo él. Y bueno, el menor también. No le había quedado otra más que contárselo y de la peor de las maneras, atacándolo a escondidas, marcándole en lugares donde solo él podía hacerlo, porque era de su propiedad. Y nunca iba a dejar ni a permitir que nadie pudiese tocar algo que era suyo, tan siquiera desear.


- ¿De qué va todo esto? – se escuchó una voz detrás de ellos,  y de golpe apareció el moreno con una toalla pequeña enroscada en la parte inferior de su cuello, quitándose el sudor de aquella zona y arrojándola de golpe a una de las sillas del camerino donde aguardaban otras prendas del resto de miembros.  – Hey, Minnie… lo has hecho perfecto hoy.


El menor desvió su mirada y se alejó de Kibum al escuchar aquella voz, no porque quisiese sino porque si seguía de esa manera lo normal era tener después problemas, porque no quería ser marcado de esa manera ni tampoco castigado como la última vez. Esa vez… no, de nuevo no.


- Gracias, ha sido divertido la verdad, no he podido disfrutar mucho de todas formas porque solo he bailado “press your number”…


- ¿Querías más de una?


- Si.


- ¿Y por qué? – le dijo ladeando la cabeza y mirándole con suma atención.


Mierda, se suponía que ese tipo de respuesta debía de contentarle no de hacerle fruncir el ceño de esa manera que estaba haciendo justo ahora y que le estaba removiendo el estómago por dentro.


- Porque sí.


Error. Los nervios, el cansancio y la presencia de Kibum observándoles con detenimiento no le dejaban actuar con naturalidad, cosa que debía hacer. Porque sí, le tenía un miedo aterrador a Choi Minho desde hacía aproximadamente un año.


Desde que comenzó a comportarse como un enfermo acosador.


 


…………


 


- Oye, ¿qué haces todavía aquí, Taem?


- Estoy practicando para un último toque personal, me gustaría que fuese más… de mi estilo.


Enredando los dedos de sus dos manos entre sí, partiendo que tenía que todavía ducharse y porque lo estaban esperando para cenar fuera, y que Minho no lo dejaba en paz durante todo ese día… se podría decir que estaba agobiado, y bastante.


- ¿Qué…?


- ¿No te puedo mirar? – cuestionó Minho mientras se sentaba sobre la alfombra del suelo, con las piernas cruzadas y apoyando sus codos sobre éstas, no dejando de ver en ningún tipo de detalle al menor como se contoneaba. Y es que lo adoraba, pero era algo más que eso, siempre lo tenía en su mente y estaba demasiado molesto ese día porque “su bebé”, había tenido que quedar con otra persona. Y eso le hacía estar enojado, debía hacer lo máximo para que el menor llegase tarde y eso contaba con molestarle.


- No, no puedes porque tú ya estás listo para irte y yo tengo que llegar pronto a mi cita.


- Tu cita… - bufó y su cabeza echó hacia atrás, mirando al suelo y tratando de tramar algo para conseguir su propósito. – Yo creo que hoy no vas a ir a esa cita.


Un traspiés hizo que el maknae cayese de costado al suelo, haciendo una mueca de dolor y notando como un pequeño dolor en su muñeca derecha, lo que hizo que el mayor se levantase rápidamente y fuese a ayudarlo, tomándolo de la mano con suma delicadeza.


- ¿Bebé, qué tienes?


- No… me llames así. – Aun con dolor, quitó su mano del agarre del mayor para así levantarse con la ayuda del otro brazo, separándose de él. ¿Por qué se atrevía a llamarlo bebé ahora? Eso solo se lo decía cuando era novios pero había quedado claro, que todo había terminado entre ellos. Las continuas pataletas del mayor sobre los celos sin sentido que tenía con sus amigos no eran normales, incluso con sus amigas.


Taemin no había podido más y lo habían dejado apenas hacia dos semanas, y lo extrañaba en ese aspecto pero no más.


- Dime… Taem, como puede ser tan borde conmigo y con todos los demás tan agradable. ¿Me lo quieres explicar de una maldita vez?


Ese tono no le había gustado para nada, no porque ya lo conocía, y era cuando el mayor se ponía tan celoso que incluso llegaba a ser algo agresivo en sus actos. Y cuando eran novios, aún pero ahora que no eran absolutamente nada no lo iba a permitir. Así que ya de pie, fue a coger la toalla para secar su cara y así mirarlo, con una cara de pocos amigos que llegaba de ahí a Lima.


- En primer lugar, no eres mi novio y no te debo ninguna explicación, y en segundo lugar, necesito que te vayas, no te necesito aquí para nada me pondré una pomada para el dolor y me reuniré con mi cita… - respiró en profundidad y se alejó, llegando hasta el portal donde se dirigía a las duchas. – así que por favor, vete, Minho.


“De ninguna manera”.


Pensó el mayor, y en vez de caminar hacia la salida fue justamente para la dirección en dónde había desaparecido el menor sin mayor contemplación. Sus pasos eran largos, por razón de sus largas piernas y su postura al caminar era firme y decidida. Algo extraña para lo que se podía ver de él, bastante agresiva.


Taemin ya había encendido la ducha, las gotas caían sobre su espalda y pecho y estaba templada, le relajaba. Su pelo ya estaba húmedo y la respiración comenzaba a calmarse después de la pequeña discusión que había tenido con su hyung. “por qué… por qué tiene siempre que amargarme los días donde estoy más feliz”. Pensaba, y re-pensaba porque no admitía que le malograsen aquél agradable día con su amigo: Oh Sehun.


Y no es que desde primeras hubiera tenido mucho roce con aquél chico del grupo amigo, sino que a veces coincidían y otras veces hacían por coincidir, algo de química había y se notaba y esa vez, él fue quien tomó las riendas del asunto atreviéndose a pedirle de salir. Una simple cita al cine, mientras ocultaría su rostro con una capucha y unas lentes oscuras para que no le reconocieran o tendría problemas.


Estaba ensimismado, pensando en lo que debería hacer cuando el eco de algo cayendo en el mismo recinto donde se encontraba le hizo despertar de su aturdimiento.


- ¿Eh… ?.. – Se preguntó mientras terminaba de enjuagarse, asomándose un poco por la puerta de la ducha y no divisando nada más que el pasillo completamente vacío y su ropa, a un costado en la parte de fuera del baño, no había nadie allí. “Quizás sean las tuberías”, pensó y de nuevo pasó aquella mano por su flequillo para terminar de enjuagarse el cabello, justo en el momento en el que sintió como alguien lo tomaba de su desnuda cintura y era atraído hacia el cuerpo de otra persona, dejándolo completamente asustado y apoyando ambas de sus manos sobre la pared de mármol del baño.


- Shh, shhh… tranquilo, que soy yo.


- ¡Minho! ¿Qué haces aquí? Qué haces… - Su pecho subía y bajaba, el susto que se había llevado no era para menos, y saber el destinatario de tales sucesos tampoco es que fuese para nada tranquilizador.


- Sólo cállate, estás tan resbaladizo… bebé.


“Bebé”…


Las manos del mayor comenzaron a subir y bajar por el blanquecino pecho del maknae, sin dejar de tocarle por todas partes, no debía hacer eso porque era el cuerpo de otra persona de la que no tenía derecho a hacerlo pero lo hacía, y no se estaba cortando ni un pelo. Ni un palmo, nada.


- No, quítate… no quiero esto, tengo una cita y tú… - pegó un respingo cuando fue acorralado totalmente contra la pared, con el cuerpo del mayor en su espalda y su cuerpo totalmente desnudo, empapando seguramente la ropa del contrario. – Tú, ¡qué es lo que haces!


- Enseñarte que siempre vas a ser mío, y que no puede tocarte nadie más que yo.


. . .


CONTINUED (?)


 


 


 


 


 


 

Notas finales:

Bueno pues aquí la idea, si les ha gustado seguiré y sino me quedaré aquí, así que me gustarían opiniones y... 

Hasta la próxima. ¿?


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