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Gafas. por Aketsukino

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Notas del fanfic:

"¡Bienvenidos al Himalaya! ¿Helado?" bueno, no xD.

Esta vez traigo un UkaTake, no sé por qué, pero me llamó la atención esta pareja y sentí unas ganas tremendas de escribir un FF de ellos (a eso hay que sumarle que en el lugar en dónde vivo ha estado lloviendo ¡HERMOSA LLUVIA!).

Ah, el UkaTake también es de las nuevas parejas que escribo cualquier comentario, critica, sugerencia es bien recibida c:.

En fin, esperando que el resumen -o el titulo- no les haya espantado: ¡Disfruta tu lectura!.

Era un día de invierno, las nubes reinaban en el cielo y la lluvia se derramaba sobre la ciudad de forma tranquila. Cierto entrenador estaba saliendo del gimnasio de Karasuno, cuando se disponía a caminar bajo el techado pasillo su vista se topó con cierta figura que tenía apoyadas las rodillas en el camino pavimentado mientras su cabeza se empapaba con la lluvia mientras que, con sus manos, tanteaba el húmedo piso con desesperación.

-          ¿Sensei? – preguntó, la figura se sobresaltó y volteó su rostro en dirección a la cuál oyó la voz del actual entrenador de Karasuno. Allí fue cuando éste notó que el mayor no traía sus anteojos.

-          ¿U-Ukai-kun? -  preguntó con voz temblorosa.

-          ¿Qué ocurre sensei? Pensé que ya se había ido – fue hacia el profesor, abrió su paraguas y cubrió su cabeza que hace unos momentos atrás recibía el agua que caía de las nubes.

-          O-oh… lo que pasa es que… - se levantó con cuidado lentamente, cuando el profesor estuvo bajo el techo Ukai cerró su paraguas, mientras que una vez que el maestro Takeda estaba de pie; sacudió de sus manos el lodo que se había pegado a ellas – Ukai-kun, no te rías de lo que diré – le dijo son seriedad viéndole al rostro, en ese momento el semi-rubio observó esos orbes marrones y no pudo evitar sentirse algo avergonzado.

-          Claro, claro, lo prometo – dijo mientras apartaba la vista de los ojos del joven maestro. Keishin ya tenía una idea de lo que el profesor le diría.

-          Cuando salí del gimnasio – dijo con seriedad, el otro asintió – me resbalé con el lodo – el otro volvió a asentir – y se me cayeron las gafas – admitió con un leve sonrojo invadiendo sus mejillas.

-          Ah, creo que las veo, iré por ellas – sonrió, el rostro del profesor se iluminó.

-          ¿En serio? – el otro dejó salir un “sí” casi inmediato, el castaño sonrió – gracias Ukai-kun.

 

Keishin grabó esa imagen en su mente para luego abrir el paraguas y salir del pasillo techado caminó con cuidado; la tierra se había mezclado con el agua haciendo difícil caminar sin resbalar.

-          Uhh – casi cae al lodo, el profesor se alarmó.

-          ¡Ukai-kun! ¿Estás bien? – se asomó fuera del techo esperando poder ver al semi-rubio

-          S-Sí… No pasa nada – asegura, vio en donde estaban las gafas - unos tres pasos más - calculó en un susurró, avanzó un paso y resbaló – ¡WAH! – salió de sus labios, cayó de espaldas con el paraguas junto a él.

-          ¡¿Ukai-kun?! – exclamó avanzando, el nombrado apoyó sus palmas para poder levantarse y bajo su mano derecha sintió una patilla de las gafas.

-          Estoy bien, sólo resbalé - respondió sentándose mientras tomaba las gafas, sacó su pañuelo del bolsillo y les quitó el lodo - ¿Sensei? – preguntó observando en dirección en dónde lo había dejado - ¿¡Sen…!?.

Antes de si quiera poder acabar su frase sintió como alguien -que venía de frente- caía sobre él, alzó las gafas para que no fuesen aplastadas mientras sentía como su espalda volvía a chocar contra el suelo y sus labios eran presionados contra algo suave, haciendo que ambos fuesen protagonistas de un beso accidental. Estuvieron así por un poco de tiempo, les costaba asimilar lo recientemente ocurrido, a penas el maestro lo procesó levantó el rostro de los labios del otro.

-          L-Lo siento... – murmuró con un sonrojo parecido al que Keishin tenía en sus mejillas – Y-yo... – en ese momento el semi-rubio le colocó los anteojos y rodeó el cuello del otro.

-           No importa – lo atrajo a sí mismo y pegó sus labios con los del otro.

 

En un principio Takeda quería alejarse, pero pronto desistió a esa idea y comenzó a corresponder el beso. Cuando finalizó el contacto alejaron sus rostros un poco para poder observarse, se sonrieron levemente.

-          ¡Oh no! ¡Ukai-kun te refriarás! – el nombrado sonrió.

-          Valdrá la pena – dijo acariciándole el rostro.

 

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-          ¡Buenas! -  exclamó Tanaka llegando al gimnasio.

-          Hola Tanaka – respondió Daiichi mientras que Sugawara le sonreía en gesto de saludo.

-          ¿Y el entrenador? – preguntó tras mirar a su alrededor.

-          No vendrá, está resfriado – contestó el peliplata.

-          ¿Y el profesor?.

-          Se tomó el día libre, le surgió un asunto muy importante – respondió Daiichi.

 

 

Ukai estaba sentado en un sofá de su sala de estar cuando de pronto estornudó, en ese momento Ittetsu llegaba con un par de tazas en una bandeja.

-          ¿Estás bien Ukai-kun? – preguntó Takeda extendiéndole una taza.

-          Sí – contestó bebiendo de ella mientras Ittetsu dejaba la bandeja sobre una mesita y le observaba – Sensei, no era necesario que vinieras – mencionó tras alejar la taza de sus labios.

-          Nada de eso Ukai-kun, es culpa mía que estés resfriado – Keishin sonrió, dejó la taza junto a la otra que estaba en la bandeja y rodeó la cintura del mayor atrayéndolo, una vez cerca apoyo su frente en el torso del castaño.

-          Te preocupas mucho por mí, sensei – una sonrisa se instaló en sus labios mientras que las mejillas del otro se instalaba un sonrojo – eso me gusta – dijo mirándole.

-          Ukai-kun… - sonrojado, rodeó la cabeza del semi-rubio – tú también me gustas – susurró.

 

                                                                   Fin.

 

 

Notas finales:

UkaTake it's so cute. 

Bueno, no me queda más que decir:


¡Gracias por haber leído!.


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