SOLO
… NO ES UNA ALTERNATIVA
Estamos en la cama, él ni siquiera me saluda cuando entra al cuarto, pero ahí está. Frio como siempre, cuando de repente se tira encima de mi cuerpo y comienza a quitarme la ropa interior sin siquiera preguntarme si yo tengo ganas. Intenta introducir su miembro y como si fuera mi obligación permitírselo, le abro las piernas para su mayor comodidad. Entonces lo siento, introduciéndose en mí sin el menor cuidado, sin el menor cariño de por medio. Y asi comienzan las embestidas, algo flojas, luego algo más efusivas. Le llamo por su nombre, le pido que me mire, soñando que con eso recuerde que me ama, que yo le amo…Pero no sucede y asi como empezó, termina, sin siquiera importarle si estoy o no bien. Se retira bruscamente de mi interior, se hecha al lado que le corresponde de la cama y con un buenas noches se despide de mí.
“¿Esta es la vida con la que había soñado?”
Me siento solo, vacío, ya no queda nada, nada más que eso, que un revolcón pasajero solo por necesidad más que por amor.
Me levanto con cuidado, no deseo despertarlo, me encierro en el baño, mi reflejo en el espejo de aquel cuarto de baño me mira con desprecio, preguntándome quizás, que me paso y yo deseo llorar, pero no lo hago,… porque yo,… no hago eso,… porque yo,… no tengo motivos para hacerlo.
“¿Soy feliz?, ¿debo pensar que soy feliz y seré feliz?”
Entonces vuelvo a la cama e intento acomodarme junto a él, aun si siento su rechazo absoluto. Y sueño, sueño con que todo sea diferente, sueño con que al dia siguiente el me vuelva a mirar con amor.
“Pero sé que no será asi, porque lo nuestro murió hace mucho tiempo atrás”
Voy tarde al trabajo, pienso en el dia de mierda que tendré si es que le doy una nueva escusa a mi jefe y entonces escucho una tonada. Me detengo en seco, un muchacho baila en medio de la calle con una radio a sus pies, su función es patética, más la canción por alguna extraña razón me recuerda mejores tiempos y antes de que me dé cuenta las lágrimas ruedan por mi rostro y avergonzado huyo del lugar.
“Nuestra canción, ¿acaso la tuvimos, pudo ser aquella quizás, porque no lo recuerdo, porque?”
Tropiezo con varios pero solo uno me pregunta que me ocurre y aunque en su voz la preocupación es sincera, le mando al diablo, pues no estoy de humor para sentir lastima por parte de nadie, mucho menos de uno de aquellos que por tanto tiempo me ha hecho la vida imposible.
“Todo pasara, siempre pasa, siempre. El dolor se desvanecerá y todo seguirá igual que siempre, todo, como siempre”
Y me encierro en el baño del ministerio, intentando de controlarme, pero me es imposible, sé que llegare tarde al trabajo, sé que mi dia como mi semana será un infierno, mas no me importa, porque no puedo frenar mi dolor, aquel que parte mi pecho y me dificulta respirar. Y lloro, lloro con desesperación, lloro con angustia, lloro porque no sé si el aún me ama, lloro porque mi futuro jamás será lo que soñé, lloro porque me siento solo, lloro porque él es mi única familia, lloro porque aunque lo deseara no puedo alejarme de él, porque lo amo y eso, eso rompe mi corazón.
“La peor maldición de esta vida es el amor y la peor tortura… el no poder arrancar este sentimiento de mi pecho”
El dia termina, aun si parecía interminable, termina y como cada dia que esto ocurre voy al mercado pero no compro nada, no porque no necesite algo, sino porque estoy cansado y no me siento con fuerzas suficientes para exigir mi derecho a comprar unos simples nabos a alguien que ha perdido un ser querido en la guerra y que me ve como un monstruo. Entonces decido regresar a casa, mi casa, aquella que con tanto esfuerzo logre comprar en los que creí eran buenos tiempos para encontrarlo junto a ella.
“Acaso aquella no es la cama en la cual me amabas hasta el amanecer. Acaso no es la misma en la cual decías hacerme el amor, acaso no es la misma que compraste para perpetuar nuestro amor, entonces si lo es, que hace ella ahí, que hace ella corrompiendo todo lo puro que quedaba de nuestra relación”
Mi corazón se rompe, se hace añicos y en vez de escucharle pedir perdón de suplicarme porque no lo deje…el simplemente me ordena que cierre la puerta del cuarto…….Y lo hago.
“Respeto, dignidad, amor propio, donde se han ido cuando has perdido lo más preciado de tu vida, acaso importa ya, no, ya no”
Pasan minutos, horas, no lo sé. Creo escucharlos, deseo que paren, deseo que se callen, que se marchen, no, que ella se marche. Ya no puedo más, no más, me grito, pero no puedo moverme, no puedo. Y ahí estoy, asi me encuentra el, apostado frente a la puerta como una estatua esperando por una explicación que jamás llega.
Ella ríe, se burla de mí con la mirada y soporto todo con total estopor, todo, todo con excepción a la gran noticia que tienen que darme.
“…..y nuestra familia…que paso con ella…que fue de ella…”
Estoy solo, solo como al principio, solo como jamás desee estar, solo, solo como mi padre me advirtió pero ya no me importa, porque el estará a mi lado por siempre, por siempre conmigo, aun si no me toca, aun si está furioso, estará conmigo, porque no le queda otra alternativa y porque ella al igual que él han desaparecido del mundo mágico y ni siquiera su esposo se molesta en buscarles, porque al igual que yo, prefiere estar solo que mal acompañado.
Y es asi como el comienza a visitarme, a hacerme compañía, a cenar conmigo, a reír conmigo, a bailar conmigo, hasta que un dia él dice basta, toma mi mano y me obliga a dejar mi hogar para formar lo que será nuestro hogar.
“Oh fortuna, cuan grata eres ahora con este pobre y vil ciervo de la desgracia perpetua”
Solo miro una vez más atrás, solo una vez, solo para despedirme de ellos que miran desde la ventana del segundo piso con ira iracunda, pues a diferencia suya, yo sí puedo abandonarlos y dejar atrás aquel hogar al cual ellos están anclados por toda la eternidad.
Fin