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Una reconcileación poco usual por Nadichan

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Notas del fanfic:

Este es original al igual que basado en la apariencia de mi amigo y de cierto chico que el conoce.

Disfruten y dejen su opinion.

tambien estoy pensando en un fanfic de Jack x Chasse, asi que solo digan si lo desean o no.

Notas del capitulo:

Hola, mis queridos felinos.

Bueno en primera gracias por entrar a este fanfic.

Este nacio gracias a una apuesta con mi mejor amigo(Sou), asi que el termino leyendo todo el fanfic, de lo contario tendria que ver una video reacción de cierto anime yaoi (boku no pico).

Asi que termine ganando ya sea que perdiera o ganara.

El y  yo, esperamos sus rewis y asi ver que tan "enferma" estoy.

El sentimiento de culpa no desaparecía, la sensación  de estar sucio aumentaba poco a poco.
Un sentimiento curioso crecía...¿culpa?, si era cierto, era la primera vez que se sentía de esa manera Sou.
Un error y  su lengua suelta causaron muchos embrollos, pero el que más lamentaba el castaño era el haber perdido a su mejor amigo Aki.
Ser como es, no es nada fácil, siempre manteniendo la distancia, siendo discreto y sin apegares a las personas, pero su esquema había sido roto por completo, aquel perfecto e infalible esquema lo destrozo por completo el.
Aquel chico más delgado que el, cabellos como la miel, piel blanca y ojos de un color azul verdoso.
En el momento en el que llego se había apoderado por completo de el, salidas juntos, pláticas absurdas y el contacto que...que aparenté mente no deseaba el castaño.
La amistad se había forjado en muy poco tiempo, los lazos parecían estar muy bien atados...pero las palabras se le escaparon, aquel secreto que debía mantener oculto, fue expuesto a la persona menos indicada.
-me siento horrible- se repitió con arrepentimiento el menor.
El estar en su cuarto sólo y sin hacer nada, lo hacia recordar su amistad con el mayor.
Ya había pasado un tiempo, pero la comunicación entre ellos se había desaparecido, Sou ya no soportaba más este sentimiento.
Necesitaba arreglar las cosas de alguna manera, ya había consultado la manera de remendar el vínculo, pero perecía imposible, preguntas hipotéticas a sus compañeros, sólo lo hacían sentirse con menos fe, pero puede que tuviera una oportunidad de reparar todo o al menos para que el mayor lo dejara de odiar.
-debes tener tacto en tus palabras- recordó la voz de su amiga, mientras le recordaba lo poco delicado que era.
-eso es difícil- se recordó mientras tomaba sus cosas y acumulaba su determinación, para hablar con su ex mejor amigo.
El camino no duro mucho, para desgracia del castaño, había sido sorpresiva mente rápido.
La casa del  pálido chico estaba frente a el, justo frente a sus ojos, sólo necesitaba tocar la puerta y esperar lo peor.
Uno, dos y tres toques, al fin había logrado tocar la puerta el silencioso chico.
Unos pasos detrás de esta sonaron y al momento en el que se abrieron, se encontró con el, hacia mucho que no lo veía y el verlo lo hacia de una forma feliz.
Pero las reacciones del mayor fueron distintas, su mano tomo la puerta tan fuerte que sus nudillos se marcaron más blancos de lo normal, sus brazos tomaban impulso y estaba a punto de cerrar la puerta de un sopetón.
-espera- grito el castaño mientras sujetaba con fuerza la puerta evitando que esta se cerrara.
-no me jodas- replico forcejeando la puerta par cerrarla Aki.
-cinco minutos, sólo eso te pido...por nuestra amistad- dijo el menor mientras lo miraba con un poco de súplica.
La debilidad tentó al mayor, haciendo que soltara la puerta y lo dejara entrar.
-sólo cinco- contesto con frialdad , mientras se metía a la casa y caminaban a su cuarto.
Los nervios estaban dominando al apiñonado,  era la primera vez que sentía esa necesidad de arreglar las cosas con alguien y que alguien fuera importante, sin ser de su familia.
Ambos llegaron a la habitación, en ese momento el mayor se sentó en la cama y le indico al menor hacer lo mismo.
-habla- dijo serió y agresivo el chico pálido.
-yo...de verdad lo siento- dijo arrepentido y con voz lamentable, pero este fue interrumpido por un Aki enojado.
-eso debiste pensarlo antes, de estar jodiendo las  cosas, tu estúpida lengua arruino 5 años de amistad- grito furioso y eufórico.
-no fue mi intención, ya he intentado arreglar las cosas entre tu y Rin- admitió con cierto dolor en su voz
El rostro del mayor se enrojeció de furia y con las mismas energías con las que grito antes continuo
-aya sido o no tu intención, arruinaste mi vida, no es la primera vez que me lastimas, pero esta vez si que te pasaste idiota-
Los ojos del mayor se estaban llenando de lágrimas de frustración y enojo, haciendo que el castaño se sintiera peor.
Mirar aquellos ojos de color azul verdoso, le oprimía el pecho y lo hacia sentir basura.
-yo- hablo con temblor en su voz Sou, pero de nuevo había sido interrumpido
-no tienes idea de lo decepcionado y dolido que me sentí, tu una de las personas que más quería me apuñalo por la espalda, la persona que atesoraba, me acabo destrozando-  hablo hipando y con tristeza, la furia se estaba apagando sólo un poco, haciendo que sus lágrimas de furia, se convirtieran en lágrimas de tristeza y dolor.
-no esperaba eso de la persona que amo- soltó con un sollozo mientras se intentaba limpiar las lágrima ya derramadas.
Aki había dicho algo muy importante, algo que hizo que Sou quedara perplejo y sin entender muy bien.
Unos segundos pasaron antes de que alguno de los dos se moviera o dijera algo.
-Aki...yo, no sabía- contesto con pena y arrepentimiento
-nunca debiste saberlo- replico el pálido chico.
Un ambiente extraño se estaba formando, ambos chicos querían hacer algo pero ninguno se atrevía
"Al demonio" pensó Sou mientras sujetaba a Aki en sus brazos para abrazarlo.
Dicho acto desarmo por completo al mayor, sentir los brazos de aquella persona fría, lo hacia sentir cálido.
-¿no te doy asco?- pregunto curioso y con miedo Aki.
-no, de lo contrario no te estaría abrazando- contesto el castaño mientras sujetaba con más fuerza al mayor.
Sou seguía sin entender como pudo estar sin el calor y el aroma de esta persona, no se sintió asqueado o disgustado por la idea de que Aki lo amara, es más sintió alegría y recupero un poco de la paz que había perdido.
-mentiroso- replico el ojiverde mientras forcejeaba el abrazo.
-sabes que odio tocar a las personas...pero es diferente contigo- admitió apenado el castaño.
Los ojos verdes del mayor lo analizaban e intentaban ver un rastro de mentira en el, pero no lograba encontrarlo.
-si no me crees, puedes hacerme lo que quieras, no pondré resistencia- propuso Sou mientras se dejaba caer en la cama.
El corazón de Aki latía muy fuerte, el que Sou permitiera esto sólo, lo enloquecía y lo hacia querer tocarlo.
Aki se acercó con cuidado a los labios del castaño, ambos labios se juntaron de manera natural, el sabor era dulce y por completo satisfactorio para ambos.
Aki había tenido muchas novias, pero con ninguna había probado un beso tan  placentero.
El primer beso fue corto, el segundo fue más íntimo, ambos labios respondiendo y juntándose, mientras se probaban mutua mente.
Pero en ves de terminar ahí, Aki deseaba más, tanto tiempo deseando esto y no desperdiciaría la oportunidad.
Con toda disposición, el ojiverde, se monto sobre Sou, sacándolo de su pacífica posición.
El ver así al mayor, ponía a Sou por completo nervioso, después de todo, apenas había recibido su primer beso, pero no sería lo único que probaría.
La boca de Aki se acercó más y comenzó otro beso, este no fue como los primeros, estaba lleno de lujuria y deseo.
La lengua del mayor, comenzó a pedir permiso a la boca de menor, para entrar, la cual este le concedió.
Estaban a un nuevo nivel, ambas lenguas se entrelazaban y lamían de manera continúa, sus labios se juntaban mientras que los dientes del mayor daban pequeños mordiscos en la lengua y labios del menor.
La temperatura en ambos subía al igual que su beso, apenas si se separaban para tomar un poco de aire y seguir con la tarea, un pequeño hilo de salía a era lo que los unía, cada vez que se miraban y se separaban en busca de más aire.
El menor tenía los movimientos torpes, pero conforme el mayor lo besaba, este aprendía e intentaba responder de la misma forma.
Los besos no bastaban para satisfacer se, el hambre de tocarse y sentirse creía con cada beso y eso era mostrado por cierta erección en los pantalones de ambos.
Las manos del menor, comenzaron a acariciar por debajo de la playera del mayor, buscando más contacto del que tenían.
Las manos del ojiazul, fueron directo a los jeans del castaño, abriendo con ansiedad el botón y el cierre.
Las respiraciones de ambos estaban aceleradas y deseaban más del uno con el otro. Aki había logrado abrir por completo los jeans del menor y acto seguido se agachó hacia su entré pierna.
El aliento del mayor, hacia que el miembro de Sou se animará más, los pequeños toques que le hacia Aki, lograban sacarle suspiros de placer al castaño.
Con toda la valentía que tenía el ojiverde, saco el miembro del menor y comenzó masturbar lo. Su mano jugaba con el amigo de Sou, como lo hacia con el suyo aveces, toqueteaba algunos puntos que sabía que se sentirían bien, mientras que miraba con deleite la excitación de su compañero. Su mano podía sentir como el miembro se animaba cada vez más, la erección creció y por los sonidos podía notar que estaba a punto de correrse.
-Sou, hazme lo también- suplico el mayor, mientras le susurraba  esas palabras al castaño.
Aki se encargó de sacar su ya viva erección, mientras se quitaba la playera, la cual le estorbaba en el acto.
Las manos de Sou, temblaban, el no estaba acostumbrado a tocar el suyo y ahora estaba a punto de masturbar al mayor. Pero algo en el lo hacia desear ver las reacciones de Aki y el rostro que pondría.
Sou lo sujeto con firmeza y comenzó a másajear el miembro del chico, pero no sólo se concentraba en esa tarea, ahora que Aki no tenía su playera, le permitía ver y tocar otras partes de su cuerpo.
Una mano se encargaba de su miembro mientras que la otra lo acercaba o acariciaba su pecho y vientre planos.
Algo había llamado la atención del castaño, dos pequeños botones rosas que sobresalían de aquella piel de porcelana, algo en el lo estaba incitando a probar aquellos botones, y ver la reacción de este.
Sus labios se separaron del cuello de Aki y comenzó a besarlo, dejando un pequeño camino de marcas moradas, al llegar al pecho comenzó a lamer y probar los botones rosados. El sabor para el eran dulces al igual que sus besos y su piel, pero por las reacciones del mayor, lo incitaban a mordisquear lo o chuparlo con fuerza, haciendo  que el ojiverde gimiera de placer.
-Sou, no...no tan fuerte- suplico entre jadeos exitados el mayor.
Una sonrisa maliciosa se marcó en el rostro de Sou, estaba disfrutando por completo ver de esta manera al ojiazul, sólo para ver más y escuchar más de esa excitante voz, su mano aumentó la fuerza y la velocidad en la que atendía el miembro, mientras que con la otra pellizcaba uno de los pezones y el otro lo atendía con la boca.
Ambos estaban por completo excitados y apunto de venir se, pero Aki sabía que esto no bastaría para dejarlo satisfecho.
-Sou...por favor, entra en mi- dijo en suspiros y excitado por completo.
La proposición desconcertó por un momento al menor, pero al ver el rostro sonrojado y suplicante de su compañero, lo hicieron ceder, sin experiencia o alguna información, se aventuraría en esta tarea.
-Aki...enséñame- respondió jadeante el menor.
Ambos se deshicieron   de  la ropa que los separaba, ahora estaban por completo expuestos uno frente al otro.
El ojiverde se acostó sobre el castaño, sujeto su mano y la comenzó a lamer con ganas.
Su lengua recorría con ansiedad los dedos delgados del menor, la humedad recorría por completo sus dedos.
Al terminar de lamer los dedos, con nervios tomo la mano del castaño y la llevo a su entrada.
-ahora tienes que meter un dedo con cuidado- dijo con voz traviesa el mayor.
Sou obedeció de inmediato, el contacto con la entrada del mayor, le acusaba más excitación, los pequeños jadeos que daba el mayor, ante los movimientos de su dedo, lo hacían reanimar su erección.
Algunos gemidos, no eran de placer, sino de dolor, era la primera vez que Aki hacia esto, pero le impresionaba como Sou se concentraba en su tarea de prepararlo.
El rostro del ojiverde se llenaban de lágrimas involuntarias, al igual que el deseo.
La entrada del mayor reaccionaba gustosa ante el dedo del menor, los suaves movimiento lo hacían sentir bien.
Un segundo dedo tomo por sorpresa al ojiverde, haciéndolo temor más fuerte de dolor, pero con placer en su voz.
Sou lamió sus labios con deleite y de manera lasciva, sus dedos, comenzaron a saber que hacer, entraban y salían,o hacia movimiento de tijeras dentro del mayor.
Los gemidos de dolor comenzaron a cesar  y se con vertieron  en gemidos de placer.
Los espasmos de la cavidad del ojiazul, eran más seguidos, pero los dedos no le bastaban, el ya estaba desesperado, por la atención debida.
-Sou...entra ya- suplico con éxtasis el mayor.
La entrada parecía que estaba lo bastante dilatada y de alguna forma al tocar un punto del interior de su compañero, este soltó un gemido muy fuerte y lleno de placer.
Los nervios se presentaron un momento, cuando Aki se acostó boca arriba y sujeto sus piernas para el momento, al fin había llegado y Sou no negaría que estaba por completo excitado y dispuesto a saciar el apetito de su compañero.
Su miembro fue colocado con cuidado en la entrada, entrando de manera lenta y permitiendo que ambos se adaptarán.
Sou pensaba que el ser tocado ya se sentía bien, pero no había comparación a la sensación que le estaba dando Aki, sus paredes lo aprisionaban y lo hacían gozar por completo, sintiendo la necesidad de moverse dentro de el.
Aki estaba por completo, sumiso, el sentir la penetración de Sou lo hacia pensar en blanco, no se podía concentrar en otra cosa que no fuera lo que estaban haciendo.
El dolor que se sentía en el momento en el que el castaño entraba en el, era agudo, pero gracias a la paciencia del menor, el dolor fue disminuyendo y transformando se en puro placer. Sus propias caderas se movían de manera inconsciente, buscando que el contacto entre ambos se profundizara
-más- gimió Aki mientras sus piernas se enredaban en la cintura del menor, provocando que este deseará moverse.
"Se tiente bien" pensó con perversión mientras miraba el rostro sonrojado y jadeante del mayor.
Una estocada, dos y tres, el acto de mover las caderas para entrar y salir de su entrada, se volvía más deleitan te, las paredes del ojiverde, lo apretaban de manera lasiva. Sou, comenzaba a perder el control, parecía que en cada estocada este se correría dentro de Aki, pero algo en su subconsciente, lo hacia resistir la tentación y disfrutar más de esta unión.
La velocidad aumentó, el chapoteo se podía escuchar en forma de eco, dentro de la habitación, el golpeteo de los cuerpos cada vez que lo penetraba de manera profunda, lo hacían hacer más rápido su tarea, una de sus manos, fue hacia el miembro del mayor, y lo comenzó a acariciar, con la misma constancia que sus penetraciones.
Ambos estaban perdidos por completo en el placer, jadeando y gimiendo entre ellos.
El clímax estaba a punto de suceder, ambos lo sentía. Ya que una contracción en el interior del mayor, causo que ambos llegarán a su límite.
Al fin habían terminado, ambos se corrieron con la última estocada, el castaño dentro del ojiazul, mientras el mayor en el abdomen del menor.
Las ropas estaban esparcidas en el suelo de la habitación, el calor en esta demostraba lo que habían  hecho.
Ambos estaban recostados en la cama y con la respiración acelerada, por alguna razón, habían terminando haciendo algo por completo fuera de los planes.
-Aki...también siento lo mismo- confeso el castaño mientras abrazaba a su compañero. Sus manos acariciaban con cuidado su cabello, estaba un poco mojado por el sudor, pero mantenía su peculiar color miel.
Aki no negó el agarre y las caricias, después de todo al fin se habían cumplido todas sus fantasías, pero algo estaba mal.
-esto no es bueno...tu eres menor y...terminamos haciendo esto- dijo apenado y cubriendo su rostro ya sonrojado.
-fue tu culpa- dijo el castaño mientras miraba el rostro de su pareja.
-mierda, yo no te pedí venir- se quejó en forma de reproche
-lo siento, no me podía quedar así- confeso con algo de pena el menor.
La mirada de ambos se cruzaron y al parecer todo problema se quedo en el pasado, pero con la promesa de no lastimarse así de nuevo.

Notas finales:

Gracias por leer.

 


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