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El argumento del amor. por Wermai

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Notas del fanfic:

Shingeki no kyojin no es mío.

Notas del capitulo:

Hola, ¡Gracias por darle una oportunidad a esta historia! Es un One-Shot algo extraño... Peron aún así, pero que te guste :3

...Después de todo, no podía ser diferente.

♦♦♦♦♦♦♦♦♦

No ha pasado más de un par de meses desde que estaban juntos.

Era, al principio, una forma de desfogue sexual… Una atracción casi inimaginable y una ternura ocasional.

Entonces notaron que la dependencia nunca se presentó.

Pero igualmente, unas cosas aumentaron más que otras y, por encima de los estigmatismos, le dieron una oportunidad al amor.

Claro, era evidente la forma para nada convencional en la que ambos concebían tal adjetivo.

Totalmente contradictorias.

Era un día por todos los sentidos… diferente. Algo en el aire mostraba una pesadez –hermosa pesadez- de incomodidad. Era algo un poco extraño, rodeado de ese magnetismo invisible, Eren pudo rememorar los días hace casi doce meses cuando anhelaba  pasar la mayor parte de su tiempo en casa de esa persona.

Pero en ese entonces, los días solían ser soleados y blancos, y el té helado bajaba de forma casi romántica por sus gargantas; y las sombrillas rosas, negras, lilas y rojas de las mujeres, adornaban la ancha y larga calle que podía vislumbrar desde el décimo octavo piso de aquel extraño conjunto de apartamentos, en los cuales residía su actual pareja…

Detuvo repentinamente sus pensamientos. ¿Su actual pareja? Eso sonaba algo… desfavorecedor. No, no era eso exactamente.

Una bala paso muy cerca de su rostro. Se escondió detrás de un gran escombro perteneciente a un gran edificio, posiblemente similar al lugar en el cual residía su pareja. Respiro hondo, mientras su mirada se encontraba completamente roja; cambio los cartuchos del arma de rápido tiroteo, de forma manual, mientras se mentalizaba para asesinar un par de musulmanes.

Su corazón tembló un poco, pero no precisamente por la situación tan compleja en la que se encontraba: Sus aliados habían sido asesinados hace un par de minutos y se encontraba casi completamente rodeado, escuchaba las explosiones provocadas por una granada manual a pocos metros de su localización. Admitía que sus manos sudorosas estaban a punto de soltar el arma, pero intento hacer uso de su escaso autocontrol.

Pero a pesar de eso, la mente humana era un poco más manipuladora que el propio corazón, Levi no abandonaba ni por un segundo sus pensamientos. Admitía que era algo complejo,  algo de lo cual su lenta mente no era capaz de asimilar por completo, mucho menos de aceptar…

Aunque puede que si… que fuese algo más, que ya hace mucho tiempo lo hubiese asimilado y aceptado, gustoso. Tal vez, era que carecía de agallas…

Chasqueo la lengua con frustración, agito su cabeza hacia ambos lados como si estuviese negando algo que no quería reconocer.

Armin había vuelto al campo de batalla, le mando un mensaje rápido para que comenzara a atacar, el aseguraría su espalda. Claro, la situación era visiblemente compleja, pero Eren era de los mejores, el mejor podría decir. Su equipo confiaba al completo en él.

Tomo un profundo respiro, lanzo un asentamiento hacia Armin, y por su mente los bonitos ojos grises de Levi desfilaron afilados y rígidos antes de que sus manos acariciaran la granada de fragmentación con un cariño casi cómplice. Recargo el arma en su muslo izquierdo y salió de su escondite con un grito espartano.

Lanzo la granada hacia el lugar donde más calor había e inmediatamente luego de la explosión una ráfaga de balas adorno el escaso silencio. Sus manos vibraban a la par que cada bala salía de la boquilla del arma. En poco su visión se oscureció gracias al humo de las detonaciones y su corazón se aceleró.

Milagrosamente, la misión había sido más que un rotundo éxito. Estaba a solo un par de metros de llegar al punto de reunión para dirigirse al norte y atacar la base enemiga.

Una gran sonrisa se plasmó en su rostro a la par que sus hombros se relajaban de forma casi visible. Desacelero un poco el ritmo de sus pasos, pero no se permitió bajar su guardia, ocasionalmente  asesinaba unos cuantos francotiradores en los tejados de las pocas casas que no estaban totalmente derruidas.

Un hombre salto justo frente a él, disparándole. Con agilidad esquivo cada balazo y apunto justo a su hombro y tórax, el hombre cayo rápidamente al suelo y Eren se preparó para darle muerte inminente sin un poco de piedad.

Solamente basto un estornudo para que todos sus músculos se tensaran y perdiera por completo la concentración; el casi cadáver en el suelo no dudo y disparo reiteradas veces a su corazón y cráneo.

Eren murió al instante.

-Mierda. –Chillo con frustración a la par que la pantalla del 60 pulgadas de Levi alumbrara con un tétrico “You Lose; Game Over; Retry” E inmediatamente mensajes de odio por parte de Armin, Mikasa y Jean.

Dejo el mando en el suelo, mientras trataba de relajar su respiración.

De nuevo escucho aquel ronco estornudo.

Volteo algo preocupado hacia el sillón tras de sí, y miro como Levi movía con incomodidad su nariz.

-Parece que enfermaste. –Dijo, volviendo su vista al gran televisor.

-Es un día frío. –Respondió él. –Es solo eso. No enfermare.

Eren rio bajo, algo entretenido por la forma de todopoderoso de hablar de Levi. Recito un bajo “Claro, claro” y  comenzó gastar el dinero que gano en su fallida misión en armas de largo alcance.

Si, el día era un poco frío, muy diferente a  lo que estaban acostumbrados. Pero aun así sabía que a Levi le gustaban más ese tipo de días, en los cuales las sombrillas rosas, negras, lilas y rojas de las mujeres adornaban la ancha y larga calle donde se encontraba su apartamento, y gotas hacían un ruido constante por todo lo existente.

Esos días grises y negros, como el mismo Levi. Así lo veía Eren… y repentinamente le gustaban los días de lluvia.

Su cara se coloreo un poco al pensar en los brazos del mayor rodeándole y compartiéndole calor.

Le gustaban, maldición, sí que le gustaban.

Y de nuevo su mente volvió a caer en ese alto precipicio de necesidad. Existía algo que rondaba su mente desde hace mucho tiempo, y esa pequeña molestia había crecido con desesperación.

Levi se levantó con parsimonia dejando el libro que antes leía sobre la mesita de centro llena de golosinas de Eren.

El muchacho alcanzo a escuchar como el otro lavaba un par de vasos antes de volver con un cargado café amargo para él y un chocolate para el joven aun sentado en el suelo.

El chico tomo el chocolate entre sus manos y se llenó de valor a la par que Levi volvía a sumirse en su lectura.

Respiro con agitación varias veces antes de notar como se cernía en él el mero pánico. Contuvo los pensamientos pesimistas y respiro directamente a su diafragma.  Apretó con más fuerza el vaso hirviente entre sus manos e ignoro la cantidad de mensajes que Splinter Cell mostraba para él.

Aun sin voltearse, suspiro por última vez y dijo:

-C-creo que te amo. –Tartamudeo un poco.

El silencio fue lo único que obtuvo a cambio, aunque se supo con toda la atención del mayor sobre sí. Sabía que algo así sería lo único que tendría. Dolió, por supuesto, pero se lo esperaba.

Nuevamente se llenó de valor y dijo con toda la seguridad que pudo.

-Vale, lo sé, no era la manera. –Respiro hondo. –Levi, te amo.

Y antes de que el silencio fuese más penetrante pudo escuchar como hombre guardaba la página del libro y lo dejaba sobre la mesa. Seguido del suave tintinear del vaso de café amargo antes de ser tomado entre las manos de Levi.

-No te creo. –Respondió él. Y Eren bajo la mirada con frustración.

¡Oh, vaya! Si con Levi todo siempre tenía que ser igual.

Ojala que ya le conocía lo suficiente.

-Es la verdad. –Dijo con simplicidad.

Entonces, para complacer sus oídos una ronca risita se escuchó por en medio de las gotas cayendo sobre el pavimento.

-Ese no es buen argumento.

Solo así, supo que tenía la aprobación de su pareja para intentar convencerlo de lo contrario. Se levantó del suelo y apago la tv y Xbox.

Giro sus pies y se sentó junto a Levi en el gran sofá. Tuvo la intención de esconderse entre sus brazos pero se arrepintió a solo unos momentos.

-¿Por qué? –Preguntó, aunque no brillaba el rencor en sus palabras.

-¿Por qué habría yo de creerte?

Entonces el silencio reino antes de que Eren pudiese pensar en algo que contestarle.

-Nunca te he mentido, por tanto, es verdad. Te amo. –Dijo con seguridad.

-No puedo presuponer que todo lo que ha sido en un pasado se repita en un futuro. Es lo que la gente llama “Principio de Uniformidad Natural” y muchísimas veces se ha demostrado que no es real. Que nunca antes me hayas mentido, no significa que no tengas la capacidad para mentirme. Puedes mentirme, por ello tu “te amo” puede ser una mentira.

Eren callo e hizo uso de su mayor esfuerzo para tratar de pensar en algo que hiciera a Levi aceptarle.

-¡Es que no entiendes! –Le dijo al final, algo cohibido.

-¿Qué no entiendo exactamente?

-¡Eso es lo que quiero saber! ¿Es que acaso no sabes que es el amor?

Levi le miro por un par de segundos antes de desviar su mirada a la ventana la cual escurría en agua. Eren llamo en voz baja pero no obtuvo respuesta del mayor. Llevo su mano hasta la larga y huesuda mano de su pareja, y la acaricio sutilmente antes de llevarla hasta su rostro.

Entonces, por fin, Levi pareció volver a la realidad mientras recorría con cariño la mejilla de Eren, rozándola levemente con sus dígitos. Ambos suspiraron sincronizados con tan solo aquel toque.

Sin embargo, ninguno quiso dar su brazo a torcer.

-¿Es que no lo sabes? –Le dijo finalmente aun acariciando su mejilla. –Es más que obvio. –Y su ceño fruncido se relajó. –El amor no existe. 

Aquello había sido mencionado con la mayor dulzura que podía expresar Levi y Eren junto su mano hasta entrelazándola.

-No es obvio. –Rechazo. -¿Por qué lo dices?

Repentinamente Levi rompió el contacto y bufo. No era posible que Eren no lo pudiese entender.

Se armó de paciencia antes de continuar:

-Supongamos que es cierto, que el amor existe. Entonces tenemos que: el amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no es orgulloso, no es ofensivo. No se porta indecentemente, no se siente provocado, no lleva cuenta de daños. No se regocija en la injusticia, sino se alegra en la verdad. Todas las cosas las soporta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo aguanta. Si el amor existe, no existirían el orgullo, la envidia, los celos, las ofensas. Si el amor existe, no existirían la injusticia, las mentiras, el odio o el rencor. Si el amor existiera, no se engañaría, no se buscaría los intereses propios ni se asesinaría. Si el amor existiera, no habría guerra, enfermedades creadas en laboratorios, las bombas atómicas, biológicas o químicas. No existiría el individualismo, la lucha de clases, las guerras ideológicas o la desigualdad. Si el amor existiera el sistema actual colapsaría junto a McDonald’s y los juegos a los que eres adicto. Si el amor existiera, tú, yo y el resto de la humanidad no deberíamos existir. Pero mira, aquí estamos, jugando a ser amantes, mientras te beso cada noche y acaricio tus pupilas cerradas, mientras escuchas The Cure, mientras escucho The Beatles y mi almohada se impregna de tu olor. Mientras ellos juegan al despertar de la aventura… mientras me aventuro en ti. Entonces Pink Floyd resuena y recordamos que cada segundo que me pierdo dentro de ti, otro se aventura bajo una sábana de bombas, y la locura nos sumerge en la irrealidad… siempre ha sido así, el humo hace arder tus ojos. Entonces te escondes donde piensas que estarás seguro, pero es solo un muro que te aísla de la humanidad. Ahí te das cuenta de que estas perdido, extraviado, como esa vez que grite buscando a mi madre… pero ambos sabemos que ella no está. Es imposible, lo sabes. No existe, eso… que la gente llama amor.

La tentación de romper en llanto no era poca. Pero el argumento de Levi era impecable. No se sentía con el intelecto de contradecirle.

Aun así, con las manos de aquella persona entre las suyas, se sintió con la fortaleza suficiente para hacerlo.

-En diferente. –Le dijo, y Levi estuvo tentado rodar los ojos. Hizo el amague de soltar un cínico “¿Por qué es diferente?” Pero simplemente se silenció, esperando que el otro continuara. –Porque eso no es el amor. Es el amor perfecto. Tú sabes, ese que no existe aún, ese que solo pertenece a Dios. Debe haber otra clase de amor, ese que yo siento por ti.

Nuevamente un bufido retumbo por la sala.

-¡Claro que lo existe! Es ese que nos vende Disney. Te he dicho que dejes de ver tanta televisión, te pudrirá el cerebro, mocoso.

Había sido sencillo; Levi solo tenía la intención de acabar con el tema que ya consideraba zanjado. Hizo un comentario algo ofensivo y desprestigio a su pareja, y pudo sentir algo de remordimiento. Al ver la mirada levemente gacha de Eren, llevo sus manos hasta revolver sus cabellos castaños y con dulzura le susurro: -Vamos, quédate hoy conmigo.

Eren se agazapo un poco contra su mano, similar a una mascota buscando un premio. Pero pensándolo un poco se tensiono y decidió alejarse un poco.

Pudo escuchar como el otro gruñía molesto y antes de que se levantara, Eren se lanzó sobre él.

-¡No! –Le dijo. –No lo acepto.

-Ereeen –Le dijo algo fastidiado, forcejeando un poco para quitarse al castaño de encima. Quiso hacer un comentario algo subido de tono, pero hoy no tenía ganas de ir por todo el edificio buscando al mocoso y menos salir como loco buscándolo por la calle antes de que algo malo le pasase.

-Te he dicho que no lo acepto. –Reprocho. –Si es verdad que no te amo, entonces ¿Qué siento yo por ti?

Inmediatamente, el cuerpo entero de Levi se tensó. ¿Qué sentía Eren por él? ¿Qué sentía el mismo por Eren? Algo muy similar al miedo se alojó en la boca de su estómago, tenía miedo a descubrir la repuesta. Pero más que a sus propios sentimientos, sentía miedo porque Eren notara algo, algo que siempre estuvo allí.

-M-me necesitas, supongo. –Entonces algo muy dentro tembló. Su voz sonó algo insegura y no quiso escuchar nada más de aquello. –Yo también lo hago en alguna medida, es algo así como que nos acostumbramos a estar juntos, nos necesitamos en alguna medida.

La sentencia de Levi había comenzado a cobrar fuerza a medida que hablaba, pero igualmente fue muy poco convincente para Eren.

-Eso bastante tonto. –Le dijo frunciendo el ceño. –Yo necesito a mi madre y mi padre. También necesito en parte a Mikasa; y estoy muy acostumbrado a estar con ellos, los conozco desde mucho más tiempo que a ti y aun así no tengo las ganas de estar cada minuto de mi vida junto a ellos ni mucho menos hacer es- Eren se detuvo antes de terminar con lo que tenía pensado, poniéndose visiblemente rojo. –T-tú me entiendes.

Levi asintió con una leve sonrisa.

-Que tú quieras tener sexo conmigo y no con tu familia es una mera sensación biológica. Sientes atracción por mí y eso responde a una primaria sensación animal de reproducción. Es la reproducción lo que obliga a cualquier criatura a buscar una pareja y perpetuar la especie, entonces la gente quiso llamar a eso amor.

Levi se encogió de hombros simplemente, sin siquiera voltear a mirar a Eren.

-Pero entonces eso no tiene sentido. –Dijo el castaño. –Es fácil, tu y yo no podemos estar únicamente por reproducción, si eso fuese verdad, ahora mismo usted estaría con una mujer más baja, con pechos más grandes y un poco mayor que yo… alguien como Petra… pero aquí estoy, a su lado cada día, tarde, noche… A menos que me diga que me es infiel con ella… o que la desea más que a mi… -Eren había dicho eso en broma, algo seguro de sí mismo, pero aun así se encontraba ansioso por escuchar la respuesta de Levi. Demasiado ansioso, y eso era más que evidente.

Con un golpecito en la cabeza de Eren, Levi se vio en la necesidad de aceptar su premisa.

-No seas tonto mocoso. Llevo más de un año en el que mi cabeza no asimila el cuerpo de alguien que no seas tú. Parece que prefiero más tu huesudo cuerpo que los pechos grandes de Petra.

Y mientras Eren reía entre aliviado y entretenido, Levi pudo armar un nuevo argumento.

-Es posible que lo hayas asimilado como algo más social. –Dijo con simplicidad. –Ya sabes, la sociedad implanta en las personas la necesidad de buscar pareja y estabilizarse. Son solo estrategias de Marketing; esas mismas que te venden una familia ‘feliz’ y estable desde los años 50’; esa que va muy de la mano con el concepto de sueño americano. Ese donde tienes un auto, una gran casa blanca y los vecinos más amables que te pueden vender Hollywood… Lo sabes ¿no? La mayoría de trastornos mentales son a causa de las condiciones en las cuales ha vivido una persona, la depresión, los TOC, la ansiedad o el pánico, los trastornos pos traumático… Es posible que el amor sea algo así.  

-¿Eso me llevaría a explicar lo que siento por ti? No es que yo tenga algún complejo con mi padre o haya tenido una experiencia traumática viendo a dos hombre coger… en realidad, recuerdo ser lo suficientemente heterosexual antes de conocerte.

Levi se quedó callado por unos momentos antes de continuar.

-Química, mocoso. ¿Sabes que eso es lo que causa la atracción? Son diferentes olores que estimulan las hormonas del sistema límbico, entonces allí tenemos el amor.

 Escucho como Eren se carcajeaba.

-Puede que la primera vez que nos hayamos visto tu olor me fascinara. Pero eso no quiere decir que cada que tus manos quedan impregnadas con ese molesto olor a cloro y desinfectante que hace arder los ojos deje de quererte menos hasta que cambies de olor. Además de que en este momento siento algo mucho más fuerte que la primera vez que te vi, no es posible que solo sea un olor.

Una nueva mueca apareció en los labios de Levi. Intentando buscar casi de forma desesperada un nueva justificación.

-¿Polos opuestos? –Dijo algo dudoso. –Puede que nuestras cargas sean diferentes gracias a nuestros estados de ánimo.  Tú eres putamente dulce, friki y vago. Yo no.

-Es cuestión de ánimo. –Eren se encogió de hombros. –Yo le te visto trasnochar varias veces jugando en la Xbox.

El amargo café abandonado de Levi, sabía delicioso cuando lo acerco a sus labios para beberlo frío, no supo que más decirle a Eren, y a pesar de que había sido prácticamente humillado por un mocoso que no sabía nada de la vida, se sentía algo feliz e infinitamente emocionado.

-Posiblemente soy tu capricho de mocoso.

-Nadie podría tratarte como un capricho, no después de haberte tratado por más de un año.

Levi hizo una mueca compungida. –Más respeto, mocoso.

Eren rió.

-Discúlpeme, Levi-san. –Dijo torciendo los ojos.

Levi dejo  sobre la mesa de centro el café helado y atrajo a Eren a sus brazos, acuno con dulzura sus mejillas antes de recorrer con su pulgar su labio inferior.

-¿Entonces? –Le susurro en voz baja y cargada de deseo.

Y con un visible sonrojo y el inicio de una respiración acelerada gracias a la cercanía, Eren le respondió. –Es fácil. –Atrajo la mano de Levi hasta su pecho, justo sobre su corazón.

Levi le sonrió.

-Eres un mocoso pervertido.

-¡Levi! –Chillo Eren. –No es eso.

El muchacho tenía las manos temblorosas pero aun así no soltó a su pareja. Acercándose un poco más, susurro: –Solo siente.

Levi junto su frente con la de Eren, haciendo aún más íntimo el contacto con el muchacho.

-Siento… el corazón de un mocoso al punto de una taquicardia.

Eren rio bajo y, sin soltar la mano de Levi la llevo al otro pecho.

-¿Y ahora?

Levi hizo una mueca antes de responder.

-¿El corazón del gran Levi-sama?

Eren estallo en carcajadas.

-Hoy estas más hablador que de costumbre, Levi.

-Quien te entiende, eso es lo que buscabas ¿no?

-Sí, exactamente. Pero… -Ahora el muchacho había tomado la otra mano del azabache poniéndola en su propio pecho; y duraron así un par de minutos, con las blanquecidas manos de Levi siendo apresadas entre ambos pechos y las manos de Eren, con sus frente unidas y sus respiraciones aceleradas. Un rato casi eterno.

-Es solo una casualidad. –Respondió el mayor sin apartarse, luego de notar lo que Eren tanto quería mostrarle.

-No, es causalidad. ¿No lo entiendes? Tú lo causas.

Ambos corazones estaban sincronizados.

-Yo no causo nada… Esto… nunca antes lo había… sentido.

Eren volvió a reír bajito.

-Es cierto. Tu solo no lo causas. Tú lo causas cuando yo te miro.

Liberando sus manos, Eren trepo sobre el regazo de Levi y le abrazo por el cuello, pegando sus pechos, a la par que era correspondido por los delgados brazos de Levi en su cintura.

-Esto… no es físico, químico, biológico o psicológico… es algo que va mucho más allá.

Separándose un poco, recargo nuevamente su frente en la de Levi y bebió de esa dulce mirada grisácea que le dedicaba el mayor.

-Y el amor no es algo físico, químico, biológico o psicológico.

Y sintiéndose tentado por las manos de su pareja en su rostro, suspiro.

-Y esto, que no es físico, químico, biológico o psicológico, solo lo puedes hacer tú cuando yo te miro.

Por fin, el espacio entre ambos había desaparecido. Fue un roce mínimo, un pequeño beso casi tierno, de esos que Levi solía robarle a Eren mucho antes de comenzar a salir, solo para ver su cara avergonzada y roja. Aun así eso basto para llevarlos a ambos más allá del séptimo cielo.

Para hacerlos volar con una cálida sensación en el pecho acelerado y un calor capaz de llenar de luz aquel día.

-L-lo ve. –Dijo Eren. Con la voz entrecortada. –El amor somos nosotros.

Y ante ellos Levi volvió a cerrar el espacio, besando con delicadeza los labios de Eren, rozándolo tímidamente una y otra y otra vez… Acariciando sus brazos y deslizando su rostro por todo lo largo de su cuello.

Levi… pudo sentir algo así; una contundente explosión de felicidad, de placer, confort y aventura. Pudo ver la realización completa de sus pesadillas, y las abrazó con fuerza, con la misma fuerza que abrazaba al cuerpo de su pequeña pareja. Entonces supo que todo de sí mismo quería pertenecer a Eren, sin un argumento, sin una razón. Solo detener el tiempo, desgarrar la existencia y habitar para siempre con el dulce labio de Eren entre los suyos, sintiendo cada uno de los vellos de su cuerpo erizarse.

-Si… -Susurro. –Sí, si…

Entonces la gloria se ciñó sobre lo más profundo de su alma y le importo muy poco el rápido fluir de sus sentimientos. Pensó en su pasado como un escrito borroso y su presente como aquello que ya no importaba. Solo existían ellos dos.

Jugando a ser amantes.

Amándose por encima de la propia lógica.

Jugando a amarse con desesperación e infinita adoración, a dieciocho pisos por encima de las señoras con sombrillas rosas, negras, lilas y rojas desfilando por una larga calle que se perdía en el semáforo que tardaba demasiado para cambiar de rojo a verde.

Jugando a pedir perdón a dios por amar a un humano por encima de cualquier cosa.

Pidiéndole a Eren y así mismo perdón por no notarlo antes.

Llegando al clímax de su propia cadena de pensamientos, noto algo que por mucho tiempo ignoro; no era completamente nuevo, claro que no. Lo había sentido, posiblemente desde que ese friki mocoso hackeo la computadora de Hanji, desde que le vio. Pero ahora… lo entendía, era más fuerte más profundo.

Posiblemente fue solo él quien jugo a ser un mocoso mientras Eren crecía más de lo que le gustaría aceptar.

Pero eso no le importaba. El mocoso era suyo y lo sería hasta que la muerte los arrastrara, entonces lo sería en el más allá.

Un miedo que apreso su cuerpo desde hace muchos años, agito su cuerpo queriendo salir, y se hundió en el cuerpo de Eren. Entonces, ese dolor, ese pánico, la soledad y depresión, gritaron por salir.

Eren acaricio sus negros cabellos de Levi.

-Seré aún más paciente, te lo prometo. Te mostrare cada día mi parte más bondadosa, no te celare no porque no me importes sino porque confiare ciegamente en ti; Suprimiré la envidia y yo mismo pisoteare mi orgullo y estaré en igualdad de condiciones que tú; Frente a ti seguiré mostrando mi indecencia y seré tan pervertido como quieras… pero nunca lo hare sin aprecio y sin pensar en ambos; No buscare pasar por encima de ti, olvidare mis propios intereses… contralare mi temperamento evitando que me provoques… demasiado. Olvidare cada vez que me hayas hecho enojar y perdonare cada error tuyo cada día. Seré sincero… Todo lo soportare, todo lo creeré, todo lo soportare, todo lo aguantare.  

Las manos de Levi estrujaron el cuerpo de Eren, y sus uñas se enterraron en su cuerpo.

-Puede que no sea capaz de todo… -Dijo aun acariciando sus cabellos. –Pero hare lo mejor que pueda, te lo prometo. Así que por favor, ¿puedes aceptar que te amo?

La mandíbula de Levi había apresado el hombro de Eren y poco a poco su cuerpo completamente tensionado comenzó a relajarse, mientras más y más sollozos escapaban de su garganta.

Levi solo podía pensar en que finalmente había conseguido lo que tanto busco, cuando finalmente se rindió.

“Oh Eren… si supieras. No importa ya. Lo acepto, lo hago, lo juro.”

Entonces Levi prometió que viviría para Eren y formaría un amor tan imperfecto que sería perfecto… solo para Eren.

-Si… -Susurro entre sollozos.

Cada tanto escapando su frustración, su soledad, dolor… los recuerdos de un pasado sin nombre.

Pudo ver entonces cuanto amor tenía para Eren.

Puedo ver entonces que era la primera vez que se sentía verdaderamente amado.

Y entre los brazos de su joven amor, pudo notar que siempre fue él el único que jugo.

El único que jugo a ser un adulto en el décimo octavo piso de aquel complejo de apartamentos, mientras las sombrillas rosas, negras, lilas y rojas, desfilaban.

Y Eren jugaba a ser un mocoso.

Notas finales:

¡Gracias por terminar de leerlo! Sé que es algo raro, solo espero que haya gustado...

¡Cualquier comentario es felizmente bienvenido! 


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