Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El club de los 5 por Ushicornio

[Reviews - 390]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Oikawa está un poco superado por la desgraciada situación de ser copañero de Ushijima... xD

CAPITULO 4

 

Tooru estuvo con un humor de perros los siguientes días. Lo único que lo relajaba eran las llamadas nocturnas de Iwa-chan.

 

—Y no se contentó con echarme a perder las prácticas de volley. ¡Ah, no, no era suficiente! ¡ENCIMA TAMBIÉN ESTUDIA EN LA FACULTAD DE SALUD! —se quejaba Tooru aquella noche durante la charla con Iwa-chan.— ¿Es alguna clase de acosador psicópata o qué?

 

—Cálmate un poco, veamos el lado positivo de todo esto —propuso Iwaizumi con tranquilidad.

 

—¿Cuál sería? —murmuró poco convencido.

 

—Que sólo me llevará un partido derrotarlos a los dos juntos —repuso Iwa-chan.— Es como una oferta de 2x1, qué genial —y se echó a reír con ganas.

 

—¡No es gracioso! —objetó Tooru sumamente indignado.— ¡Ponte en mi lugar! Prometí vencerte cuando nos reencontráramos en la cancha, pero eso significará que haré ganar a ese imbécil. Y si él pierde, lo cual me encantaría ver, ¡significa que yo también perderé ante ti! ¡No gano de ninguna forma! —aquella conclusión solo sirvió para aumentar las carcajadas burlonas del otro lado de la línea.— ¡Dile a esos dos que también los odio y los rebajaré a la categoría de Ushiwaka! —podía escuchar a Mattsun y Makki también riendo de fondo.

 

—Es curioso cómo funciona el karma, pero debo agradecerle —agregó Iwaizumi entre risas.

 

Tooru sentía que nadie lo comprendía en su desgraciada angustia.

 

—Voy a darle los peores pases del mundo hasta que se harte y se cambie de universidad.

 

—Sabes que no lo harás —replicó su amigo.— No puedes no tomarte en serio el volley, Idiotakawa.

 

—Eso solo me enfurece más —suspiró sintiéndose derrotado por todos los flancos.— Te extraño. Quiero verte.

 

Aquello cortó en seco las risas de Iwaizumi. Hubo un breve silencio hasta que habló de nuevo.

 

—¿Vendrás a casa para la Golden Week?

 

—Era mi idea original... pero parece que tendremos prácticas intensivas esos días, porque luego habrá un partido importante para los que no somos titulares —explicó Tooru, desanimado.

 

Faltaba poco para la semana de feriados, no tendrían clases pero sí actividades deportivas; al menos los que quisieran mostrar un compromiso a la altura de ganarse la titularidad.

 

—Y por eso estás en Tokio, así que deja de sonar como si te estuviesen condenado a muerte por quedarte a practicar volley.

 

—Aunque también me extrañas me apoyas en mi sueño —se maravilló Tooru.— Eres tan comprensivo, Iwa-chan.

 

—No, simplemente estamos muy tranquilos por aquí sin ti, no nos molesta que siga así por mucho tiempo —y volvió a carcajearse, coreado por los otros dos.

 

Tooru se fue a dormir enfurruñado. Consideraba que Iwa-chan debía reconfortarlo y animarlo en un momento tan delicado como éste para la salud de su ego. Quería ser abrazado y mimado. Aquella noche soñó que por fin hacía contacto con alienígenas, quienes lo llevaban en un plato volador a la galaxia U5H1W4C4; los habitantes eran todos clones de Ushijima con piel violeta que coreaban “Debiste venir a Planetorizawa”. Despertó gritando y sudando frío.

 

Los días continuaron y el humor de Oikawa no mejoraba. Sobre todo cuando en los entrenamientos no le quedaba más remedio que estar en el equipo de Ushijima. Funcionaban tan malditamente bien coordinando, que lo odiaba cada día más. Por lo mismo fue ajustando su rutina para cruzárselo lo mínimo posible, por lo menos fuera del gimnasio. De vez en cuando se encontraba a Daichi, que hacía lo mismo pero evitando al dúo dinámico Bokuto-Kuroo. Uno de esos días terminó almorzando con Daichi en un banco apartado del patio.

 

—Juegan bien juntos —comentó el antiguo capitán de Karasuno.

 

—¿Quiénes? —preguntó Tooru dándole un mordisco a su pan de leche.

 

—Ushijima y tú —su interlocutor se atragantó y Daichi le dio unas palmadas en la espalda para desahogarlo.— Lo digo en serio.

 

Tooru tosió y resopló.

 

—El maldito es bueno en el volley, eso no puedo negarlo —se encogió de hombros.— Eso no quita que siga queriendo derrotarlo, solo que ahora no puedo.

 

Daichi reposó la espalda en el banco, mirando al cielo. Sonrió con nostalgia.

 

—Ahhh, esto me trae recuerdos del primer día de Kageyama en Karasuno.

 

—¿Podrías dejar de mencionar gente que me causa indigestión mientras como? —pidió Oikawa.

 

—Kageyama y Hinata se llevaban como los mil demonios —continuó Daichi como si nada.— Hinata estaba obsesionado con vencer a Kageyama, y de golpe no podía porque eran compañeros.

 

—¿Quieres que forme un grupo de auto ayuda con Chibi-chan? —le dio otro mordisco molesto a su pan.— ¿”Traicionados por el Destino Anónimos”?

 

Daichi largó una breve risa.

 

—No, Hinata ya no está obsesionado con su rivalidad con Kageyama —repuso.— Al menos no negativamente. Siguen compitiendo entre ellos, creo que siempre lo harán, pero solo para mejorar. No se ven más como antagonistas.

 

—Bien por Chibi-chan, ¡hurra por él! —replicó Oikawa sarcásticamente, levantando su caja de jugo en un brindis al aire.— ¿Cómo lo logró? ¿Tobio-chan lo amedrentó hasta que el terror lo lobotomizó?

 

—No, un buen día Hinata comprendió que un rival formidable también puede ser un aliado formidable —sonrió casi con orgullo paterno al hablar de sus kohais.

 

Oikawa no respondió nada y le dio un largo sorbo al jugo, hasta terminarlo.

 

—Quizá podrías tratar de derrotarlo en algo más que no sea volley —sugirió Daichi.— Así al menos una parte tuya se sentiría vencedora sobre él —Oikawa lo miró muy serio.— Es una idea estúpida, lo sé.

 

—No, ¡es la mejor idea que he escuchado en varios días! —Tooru se puso en pie de un salto.— ¡Lo venceré en todo lo demás! ¡Prepárate para morder el polvo de la derrota moral, Ushiwaka!

 

—¿Sí?

 

Los dos muchachos se giraron para encontrar a Ushijima parado detrás del banco.

 

—Maldito acosador —murmuró Tooru.

 

Como hacía varios días que lo evitaba tanto en los pasillos como en los entrenamientos, casi había olvidado que el Ushijima real existía allí mismo, acosando entre las sombras.

 

—Oikawa —lo llamó con su tono circunspecto de siempre.

 

Tooru hizo una mueca de abierto fastidio.

 

—¿Qué? ¿Quieres un autógrafo?

 

Ushijima lo observó unos momentos, Tooru llegó a pensar que estaba considerando lo de conseguir un autógrafo, hasta que por fin dijo con total seriedad:

 

—Debiste venir a mi universidad.

 

Aquello colmó la poca paciencia de Tooru a estas alturas.

 

—¡ESTAMOS EN LA MISMA UNIVERSIDAD, MALDITO IDIOTA!

 

—Cierto. Lo siento, es la costumbre —repuso Ushijima, aún serio, pero apartó la mirada hacia un punto indefinido.

 

—¡NO TE SONROJES COMO COLEGIALA, ES DESAGRADABLE! —Toruu le lanzó por la cabeza la caja vacía de jugo.

 

—De acuerdo —recogió la caja de jugo y la tiró al cesto.

 

Tooru permaneció resoplando con los puños cerrados a los lados hasta que Daichi carraspeó.

 

—Ushiwaka, vamos, hay algo importante que debes aprender —le dijo Oikawa mientras tomaba su mochila del banco.

 

—¿Qué es?

 

Tooru sonrió ladinamente.

 

—A perder contra mí.

 

Durante las semanas siguientes, siempre que no estuviesen en clases o en entrenamiento, Tooru arrastró a Ushijima a competir en toda clase de cosas. Primero partió por disciplinas deportivas, pero desde el ping-pong, pasando por natación y hasta el básquet, no había forma de que derrotara la fuerza bestial de Ushijima. Pasaron por todos los clubes deportivos de la universidad, y cuando eso no fue suficiente, siguieron por los culturales.

 

—¡¿Cómo puedes ser tan ridículamente bueno preparando la ceremonia del té con esas manotas de gorila? —se exasperó Oikawa mientras se quitaban los kimonos que les habían prestado las integrantes de ese club. Todas habían presenciado extasiadas su presentación, aplaudiendo embelesadas.

 

Lo mismo pasó en el club de Ikebana, en el de shogi, en el de caligrafía y hasta en el de arte (los dos dibujaban horrible, pero los sempais del club aprobaron el arte abstracto de Ushijima por sobre el de Oikawa.)

 

Lo positivo era que esas competencias por fuera del volley, distendían el enojo de Oikawa y mejoraban su rendimiento durante los entrenamientos, aunque tuviese que jugar como armador para Ushijima.

 

—Últimamente pasamos mucho tiempo con Ushiwaka, y yo que pensaba que lo detestabas —comentó Bokuto al terminar la práctica del día.

 

—Es solo temporal, no te dejes llevar, es un idiota irritante exageradamente bueno en todo —renegó Tooru secándose el sudor de la cara con la sudadera.— Tienes que estar de mi lado, no del suyo.

 

—¡Descuida, Oiwaka, estoy de tu lado! —aseguró Bokuto con una ancha sonrisa.

 

—Tu remate cruzado es muy bueno, Bokuto —dijo una voz detrás de ellos. Era Ushijima, claro.

 

—¿T-t-tú cres? ¿En serio? —replicó el chico búho, riéndose nervioso. Entonces puso las manos en la cadera en pose confiada, sacando pecho.— ¿Lo es, verdad? ¡Es mi arma letal! ¡Mi Súper Bowla Cruzada! —y rió con orgullo.— ¡Tú también eres genial, Ushiwaka!

 

—Traidor —murmuró Tooru.

 

Ahora la ronda de competencias se había trasladado más allá de las actividades universitarias. Tooru no se rendía en buscar el área en el que lo superara a Ushijima, así fuese en el estúpido baile de la silla. Por eso terminaron yendo todos en grupo a los locales de juegos arcade, al karaoke, a las apuestas de caballo. Y nada, Tooru siempre perdía.

 

De alguna forma aquello derivó en que Ushijima también estuviese presente en la casa de Kuroo y Bokutoo para ver videos de partidos de los futuros rivales (y también la novela de la noche.) Una de esas tardes, mientras Kuroo y Daichi ayudaban a Bokuto con una tarea que no entendía, Tooru perdió por octava vez al Monopoly contra Ushijima.

 

—Maldita vaca capitalista —murmuró muy frustrado.

 

—Ya ríndete de una vez, Oiwaka —le aconsejó Bokuto.— El Ushibro es imbatible para ti.

 

—¿Desde cuándo es UshiBRO? —siseó Kuroo tirándole de una oreja a Bokuto.

 

—¡Jamás me rendiré! —juró Tooru poniéndose de pie.— ¡Enciende el Play Station, hoy conseguí el juego definitivo para vencerlo!

 

Con cara de malicia abrió su mochila, mientras los demás lo observaban expectante.

 

—¡TACHÁN! —sacó la caja con gesto triunfal.

 

—¿Super Girl Love Deluxe Edition? —leyó el título Daichi.

 

—¿Un juego de citas? —preguntó Kuroo, alzando una ceja.

 

—¡Exacto! ¡Él… —señaló a Ushijima, sentado sobre su cojín con el fajo de billetes falsos que acababa de ganar en la mano—… es un idiota para relacionarse! ¡Seguro no podrá ganarle al gran Oikawa en lo que a conquistar mujeres se refiere! —y rió malignamente.

 

—Mujeres 2D —puntualizó Kuroo.— ¿No sería más coherente competir por conseguir una chica real, a ver quién conquista primero?

 

—Nah, no me interesa —replicó Tooru mientras preparaba el juego para empezar.

 

—Es mejor así —dijo Ushijima.— Así no hay riesgo de embarazo.

 

Daichi escupió el té que estaba bebiendo y Kuroo se estiró de espaldas en el suelo para reírse.

 

—¿Quién está embarazado? —preguntó Bokuto, extrañado.— ¿Ushibro? ¡Qué le hiciste, Oiwaka!

 

—Tú cállate y termina con las derivadas de una vez —le reprendió Tooru lanzándole un cojín por la cabeza.— Ven, Ushivaca, el que mejor puntaje saque consiguiendo a una chica del juego, será el ganador definitivo de todo, el master supremo de la vida y el mundo.

 

Ushijima asintió con seriedad y se acomodó frente a la TV junto a Oikawa.

 

Una hora y media más tarde todos estaban concentrados en la partida de Ushijima.

 

—¿Cómo puede enamorarse de ti? —exclamaba Tooru, incrédulo.— ¡Eres un bruto con las respuestas!

 

—Soy honesto.

 

—¡No, eres una bestia! Te acaba de preguntar qué piensas de su nuevo corte de pelo y elegiste la opción: “¿Qué corte? Te ves con el mismo nido de siempre en la cabeza” ¡Y GANASTE UN CORAZÓN DE SU PARTE!

 

—No me interesa, no apunto a ese personaje —replicó Ushijima.

 

—¿Ah, no? —Tooru miró el menú de chicas en la pantalla.— ¿Y entonces a cuál?

 

—Esa —señaló la que estaba bajo el nombre de Torii. Kuroo volvió a reírse.

 

—¿Por qué esa? —se extrañó Oikawa, leyendo los indicadores del juego.— Es con la que peor indicador de relación llevas, prácticamente llamará a la policía para ponerte una orden de alejamiento.

 

—Es buena en los deportes —explicó Ushijima.— Le pediré que se una a mi club.

 

—¡Estás conquistándola, no reclutándola! —Toruu se acercó a la pantalla, donde el personaje femenino aparecía narrando su siguiente diálogo.— ¡Corre, Torii, correeee! ¡No te quiere a ti, quiere tus habilidades! ¡Correeee! ¡ES INSOPORTABLE! ¡HUYE POR TU VIDA Y TU JUVENTUD!

 

Siguieron jugando durante toda la madrugada de ese sábado. Fue un empate técnico. Ushijima terminó en la friendzone cuando la chica del juego aceptó que le caía muy bien pero no se uniría a su club, y la chica tsundere a la que apuntó Oikawa tenía el indicador de relación 10/10, pero la presionó demasiado y huyó del país después de dejarlo en hospitalizado de un golpe, tras la nonagésima confesión de Oikawa.

 

Era muy tarde. Kuroo, Bokuto y Daichi se habían quedado dormidos en el suelo, junto a ellos.

 

—Las mujeres son complicadas —concluyó Oikawa, ojeroso.

 

—Es mejor el volley —asintió Ushijima.

 

Fue la primera vez que estuvieron profundamente de acuerdo en algo.

 

 

Notas finales:

Le tengo una estima especial a Ushijima, al menos al que escribo yo xD por ser tan idiotamente plano de mente jajajaja gracias por leer ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).