Pingüino.
Era invierno y las vacaciones habían iniciado pero bueno… el destino le tenía planeado un día ajetreado, Nagisa Hazuki le había pedido que le acompañara a comprar un nuevo traje de baño y bueno… Rei Ryugazaki no podía negarse ante el energético chico.
Estaba sentado en la plaza comercial y por más que exhalaba vapor a sus manos estas seguían frías ¡¿Por qué hacía tanto frio?! ¡Eso no era hermoso para nada!
El tiempo seguía pasando y en una de las televisiones de una tienda estaban pasando 10 datos curiosos acerca de los pingüinos, aquello llamo la atención del peli azulado.
— ¡Rei-chan ya llegue! –anuncio el rubio mientras corría hacia el nadador con estilo mariposa que yacía impaciente en la banca de la plaza.
“En tierra, los pingüinos usan la cola para mantener el equilibrio en su típico modo de andar erguido, y también son capaces de moverse rápidamente saltando con ambos pies”
De alguna manera llego a la conclusión de que Nagisa en verdad caminaba y brincaba como un pequeño pingüino azul.
— Nagisa-kun llevo esperándolo desde hace media hora, en verdad es una falta de respeto pedir un favor y llegar tarde a una cita—dijo acomodando sus gafas mientras se levantaba
— ¿Cita?
— ¡Sí, una cita de compras! ¿Para eso estamos aquí, no? —menciono algo apenado ya que aquello podían malinterpretarlo los que estaban a su alrededor—además hace demasiado frio y eso ¡no es hermoso para nada!
— Jajajá vamos Rei-chan no te enojes~ ¿Qué hiciste mientras me esperabas? —pregunto calmado mientras caminaba a la par del miembro más reciente del club de natación.
— Mire un documental sobre pingüinos en una de las pantallas planas de la tienda de enfrente, fue algo interesante
— ¡Wah! Ellos son realmente lindos ¿no? —sonrió el más pequeño mientras Rei lo miraba de reojo y sentía un leve sonrojo asomarse en su mejilla
— Sí, lo son.
Y así el día fue avanzando mientras Nagisa seguía escogiendo trajes de baño con diseños estrafalarios que ningún otro hubiera tenido la osadía de portar.
— ¡Wah Rei-chan gracias por acompañarme!—menciono emocionado el pequeño pingüino mientras Ryugazaki se le quedaba mirando y asentía de regreso, no había sido tan malo acompañarlo— ¡Wah ven conmigo Rei-chan!—su grito repentino desubico de sus pensamientos al chico megane y se dejó jalar por el otro hasta que se ocultaron detrás de un enorme letrero de anuncios.
— ¡¿Qué pasa Nagisa-kun?!
— Shh~ es solo que allí esta Mako-chan y no quiero que nos mire
— ¡¿Por qué?!
— Bueno, eso arruinaría nuestro momento juntos ¿no?—sonrió amplio y el más alto solo pudo tragar saliva ante aquel comentario.
“Todos los pingüinos poseen un camuflaje natural contra los depredadores. El frente blanco de un pingüino los esconde de los depredadores que asechan desde abajo y sus lomos negros los oculta de los depredadores de arriba.”
— ¡Fiuu! Al fin se alejó Mako-chan… eso es bueno ¿no es así Rei-chan? —le dijo de manera vigorosa mientras Rei asentía lentamente— ¡Vayamos a tomar un café, yo pago ya que me acompañaste Rei-chan!
— Está bien
Compraron un café y se sentaron en una banca de la plaza comercial mientras Nagisa ponía las bolsas de sus compras en el suelo y se sentaba empezando a temblar con el café en las manos.
— Le dije Nagisa-kun que sería mejor quedarnos dentro del establecimiento pero nunca me hace caso—le regaño el antiguo miembro del club de atletismo mientras el contrario inflaba sus mejillas a modo de berrinche
— ¡No es necesario! ¡Rei-chan será mi calentador! —dijo de forma infantil mientras se acurrucaba en el cuerpo del nadador estilo mariposa y este se quedaba paralizado ante la cercanía
— ¡Esto es vergonzoso!
— ¡Ah, Rei-chan esta calientito!
“Los pingüinos exhiben características notables de comunidad durante los inviernos fríos de la Antártida, donde las temperaturas pueden bajar hasta -60 grados Celsius, se han observado pingüinos acurrucados en grupos para mantener calor”
Una leve sonrisa se posó en los labios de Rei y no fue desapercibida por el dinámico chico de ojos magenta.
— ¿Qué es lo que piensas Rei-chan?
— ¿Ah? Bueno… en lo parecido que es Nagisa-kun a los pingüinos—dijo algo apenado por haber dicho aquello mientras una expresión mezcolanza se apoderaba de la cara del chico animado y luego sonreía echándose a reír un poco— ¿Qué? ¿Acaso dije algo divertido?
— No… es solo que me gustan mucho los pingüinos así que… es un halago—sonrió tiernamente provocando un sonrojo mucho más escandaloso en el ex atleta—Rei-chan ¿sabías que los pingüinos tienen una única pareja en toda su vida?
— ¿Ah? No lo sabía… eso no lo vi en el documental
— ¿No? Bueno sí, ellos solo tienen una pareja en toda su vida y la aman hasta el final de sus días—menciono mientras se acomodaba mejor en el cuerpo de Ryugazaki.
— Eso suena hermoso
— ¡Lo es! ¡Además también son homosexuales!
— ¿Qué?
— Jajajá ¡Sí! Muchos tienen parejas macho
— Vaya… eso sí que es inesperado—profirió con asombro mientras Nagisa sonreía de manera juguetona, ya no podía dar más indirectas tan obvias pero parecía que simplemente Rei era más lento que el resto de las personas
— Sabes Rei-chan también me sé un dato curioso acerca de las mariposas
— ¿Cuál?
— En invierno algunas mariposas optan por ser las pretendientes para atraer a otras mariposas—sonrió el chico rubio ante su indirecta mientras el peli azulado se ruborizaba ante aquella mención
¿Acaso se había dado cuenta de la felicidad que traía consigo al estar a su lado? Pero de repente su timidez se fue al traste ya que recordaba ese dato curioso.
— ¡Espera Nagisa-kun eso solo pasa con las mariposas hembra! —dijo apenado y sintiendo como el frio se alejaba debido a como le hervía la sangre del bochorno
— Yo nunca dije que se trataba de una mariposa macho, Rei-chan—Nagisa rio a carcajadas sintiendo que tal vez ese invierno la despistada mariposa al fin se dejaría amar por el pequeño pingüino.
Fin.