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Recados. por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Fanfic hecho por un reto de 15 días, este es del catorceavo día y se hizo en Navidad para mi amiga♥


 


Día 14. LGTBIQ


Advertencias: Es justo y necesario que diga que me saldrá Ooc.


Anime/Manga: Haikyuu!!


Pareja: KageHina La Otpeh (Kageyama x Hinata)


Personajes: Daichi, Sugawara, Tsukishima, Yamaguchi, Tanaka y Nishinoya.


Palabras: 2,090 –one shot-

Recados.

Tanaka Ryunousuke había reunido a todos una hora más temprano ya que no podía soportar más tiempo las miradas indirectas que Kageyama Tobio y Hinata Shojo se lanzaban.

—       Así que… debemos de organizar algo para que esos dos terminen juntos—concluyo con una pose segura y una sonrisa arrogante

—       Mmm~ ¿y yo que hago aquí? Esto no me interesa para nada…—comento el chico rubio megane alzando su mano para hablar—A mi sinceramente me da igual si esos dos se dicen sus sentimientos o si quieren morirse

—       ¡Hey Tsukishima no seas aguafiestas! —rio el líbero del equipo mostrando esa mirada fiera en su cara—Además… ¿no quieres que Kageyama tenga como novio a alguien tan fastidioso como Hinata para que le arruine la vida? —menciono divertido mirando una pequeña chispa de interés en los ojos dorados de Kei, ya lo tenía acorralado.

—       Vamos Tsukki, será divertido—menciono Yamaguchi a su amigo para incentivarlo a unirse al plan

—       Lo que sea—se cruzó de brazos el más alto y todos soltaron un sonido de afirmación.

Esos dos no sabían lo que se les venía, era mejor que estuvieran preparados para aquel plan que el equipo de vóleibol de Karasuno les tenía preparado.

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Hinata llego en su usual bicicleta y dejo que el aire le golpeara el rostro, estaba emocionado, hoy quería golpear un montón de pelotas y clavarlas.

Noto como casi al mismo tiempo llegaba el que portaba el número 9, Kageyama Tobio.

—       Buenas

—       Buenas Kageyama—le dijo en respuesta dejando que pasara primero, le gustaba mirar el largo cuello del pelinegro aunque… despertaba unas sensaciones extrañas que nunca había sentido y eso le avergonzaba.

—       ¿Qué pasa? Tienes el rostro rojo—menciono el de semblante estoico mientras el pelirrojo negaba fervientemente con la cabeza

—       ¡Nada! Estoy perfectamente bien.

—       Hm… si tú lo dices.

Entraron en el gimnasio y miraron como todos estaban practicando como cualquier día normal.

—       ¡Buenos días a todos! —menciono animado Shojo recibiendo un saludo animado de parte de todos

—       Buenas…—ese característico tono tosco de Tobio no pasó desapercibido tampoco

—       Empiecen…—murmuro de manera casi imperceptible Tanaka a Tsukishima quien suspiro pesadamente pero de igual forma obedeció

—       Hey Yamaguchi… ¿harás lo que pidió Daichi Senpai? —disimulo “murmurar” pero hablo alto para ser escuchado por los “objetivos”.

—       ¿Qué cosa Tsukki?

—       Ya sabes… los recados que dejo en esa mesa… dijo que quien los hiciera tendría un premio~—menciono señalando lo anterior remarcado

—       Oh… deberíamos de ir a checar la lista entonces—comento el pecoso con una ligera sonrisa caminando hacia el mueble hasta que escucharon la voz chillona de Hinata

—       ¡¿De qué hablan?!

—       Oh… es solo que Daichi-san nos pidió a todos que le hiciéramos unos cuantos recados y menciono que los dos que cumplieran con ellos tendrían una recompensa—menciono Tanaka con firmeza a pesar de que todo era una mentira.

—       ¡¿Sorpresa?!

—       Sí, algo sobre… cumplir un deseo o algo así, no estoy seguro…—titubeo pero parecía que el pelirrojo era demasiado lento para captar la mentira, eso era bueno.

—       ¡Wah, Kageyama hagamos esto!

—       Olvídalo, necesitas entrenar más

—       Anda… hagámoslo

—       No

—       Anda, Bakayama—le contesto de manera insultante a lo que Tobio ponía mala cara

—       ¡No!

—       ¿Acaso te crees incapaz de hacerlo rey? —dijo el rubio entrometiéndose en la pelea de los dos tortolitos impactando a los presentes ya que no creían que el de lentes se prestara a interferir—Entonces si Yamaguchi y yo terminamos lo de esta lista primero… pediré de deseo que no te dejen ser armador en los próximos tres juegos

—       ¡¿Ah?!

—       Eso sería divertido Tsukki—dijo Tadashi siguiendo la broma, el pelinegro sentía la llama de la competitividad encenderse en él.

—       ¡No llores cuando te ganemos!

—       ¡Sí! —termino la frase Hinata a lo que un Nishinoya que se había mantenido callado empezó a reír

—       ¡Bueno, esto parece excelente! Sera una pelea de quien termina los recados antes… el equipo KageHina o el TsukiYama—rio al haber mezclado los nombres de manera tan eficaz

—       ¡¿Ah?! No mezcles así nuestros nombres es escalofriante—bramaron Kageyama y Tsukishima a la vez.

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Al final habían aceptado el reto que Tsukishima les había propuesto y caminaban rumbo al primer recado.

—       ¿Cuál es el primer recado Kageyama?

—       Ir a comprar un libro sobre las reglas del voleibol en la librería—dijo con confusión el más alto, tal vez aquel recado era para su consejero Ittetsu.

—       ¿Un libro de voleibol? ¿Existe algo como eso?

—       ¿Ah? Pues claro que sí ¿eres idiota o algo? —le dijo notando como la respuesta del más bajo era una seña infantil con la lengua.

Era refrescante estar con Hinata, de alguna manera esas actitudes que le desesperaban… le gustaban mucho.

¿Desde cuándo tenía esos sentimientos?

Sabía que era mala idea haberse dejado influenciar por las palabras de Tsukishima ya que al menos cuando practicaban podía dejar de lado sus pensamientos “impuros”, pero ahora mismo… tendrían demasiado tiempo para ellos y sin un balón de por medio.

Por otro lado… el club de los metiches espiaba detrás de una pared.

—       ¿Quién escogió apuntar esto en la hoja? ¿Cómo ayudará a que se confiesen sus sentimientos? —cuestiono Tanaka con una marca de enojo en la frente

—       Bueno… creí que podría amargar sus vidas… ¿eso era parte del asunto, no? —dijo encogiéndose de hombros el más alto obteniendo una mirada de enfado de los de segundo año

—       Pero el punto es que tengan tiempo para estar juntos ¿no? —defendió Yamaguchi la decisión de su mejor amigo

—       En eso tienen razón—menciono el más bajo con una sonrisa divertida—aunque deberíamos de involucrarnos en el asunto…

—       Que molestia—se quejó el número 11 pero a pesar de todo accedió a seguir el ridículo plan, si con ello les hacía la vida miserable a esos dos… aceptaría.

Kageyama y Hinata entraron a la librería y miraron los estantes en busca de la sección donde hubiera libros de deportes.

Era la primera vez que el pelirrojo entraba en un lugar como este y se perdía entre los ejemplares que yacían allí, Kageyama solo pudo pensar que la cara de curiosidad e inocencia del menor era la más bella que había visto.

Tal vez aceptar el reto infantil de Kei no había sido tan mala idea.

Luego escucharon la campanilla de la tienda y vieron como la alta figura de Tsukki entraba junto con Yamaguchi.

—       Oh, mira Yamaguchi… llegaron antes

—       Sí, lo veo Tsukki

—       Me pregunto si sabrán escoger un libro~ se nota que son tan idiotas que ni han de saber leer—sonrió petulante ganándose una mala mirada de los otros dos

Tanaka había dicho que era mejor que los hicieran enfadar para avivar la llama de la pasión en ellos ¿o algo así? Sinceramente el rubio solo había escuchado la parte de “hacerlos enfadar”.

—       Cállate tonto—insulto Hinata notando como la mirada de molestia de Tsukki se enfocaba en él y se escondió atrás de Kageyama como era su técnica cuando era asustado.

—       ¡No le digas a Tsukki tonto! —ataco Yamaguchi y fue la cosa de nunca acabar, de alguna manera al final el equipo KageHina gano el “reto 1” y salieron disparados hacía la locación del recado número 2.

Hinata era realmente como un su nombre lo indicaba… un cielo, un sol radiante… sí, solo tenía que mirar esa sonrisa para saber que todo estaba bien.

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—       ¿Qué es el recado número 2?

—       Conseguir unos balones de voleibol que llegaron al parque central…—dijo extrañado Tobio mirando alrededor a cualquiera que trajera unas cajas con balones

Mientras tanto detrás de un árbol estaban escondidos los cuatros fisgones.

—       ¿A que idiota se le ocurrió la idea esta vez?

—       A mí—comento Nishinoya señalándose con una sonrisa

—       ¿Por qué un parque? —cuestiono Tsukki con tono desinteresado pero obvia curiosidad

—       Es un parque… aquí hay amor en el aire… vamos Tsukishima, es demasiado obvio—suspiro el pequeño libero volviendo su vista a los dos idiotas que no decían sus sentimientos pero que se miraban disimuladamente.

Era frustrante.

Hinata miraba alrededor del parque a montones de enamorados conviviendo y riendo con miradas risueñas.

Su mirada se desvió levemente al chico de mala cara que estaba a su lado y sus orbes se cruzaron en su intento de disimulo fallido volteándose de inmediato debido a la vergüenza.

Eran tan obvios pero no decían nada.

“Estúpidos mocosos”  pensó Ryunosuke notando como el repartidor llegaba con el paquete de balones y se los entregaba a los dos, esto tenía que ser arruinado de alguna forma.

Miro como un perro caminaba tranquilamente cerca de ellos y sonrió, eso sería una buena distracción.

Se cubrió con su chaqueta poniéndose la capucha encima y corrió llamando la atención del canino quien lo persiguió animado, paso a un lado de Kageyama empujándolo levemente oyendo una que otra maldición del más alto y de repente del desastre.

El perro se pasó por entre las piernas del armador y este lanzo la caja a un lado y cayó encima del pelirrojo quien sintió como un sonrojo se asomaba por toda su cara.

Sus cuerpos se presionaban y lo único que detenía sus caras de colapsar juntas era el hecho de que Kageyama había puesto sus brazos de soporte.

—       ¡Wow Tanaka sí que se la jugó con esa técnica! —admiro Yu.

—       ¡Wah, están a unos centímetros de besarse! —exclamo con sorpresa Tadashi aferrándose de Kei

—       Aburrido…—exclamo el otro

Los corazones de ambos idiotas palpitaban y Tobio hacía una mueca indescriptible en su rostro, estaba nervioso ¿Qué debía de hacer? En serio que quería besarlo.

Los dos estaban callados, nadie hablaba.

Hasta que el ladrido del perro que tiro al “rey de la cancha” los saco de su trance y reaccionaron.

—       Perdona

—       No pasa nada, no fue tu culpa.

La vergüenza.

La timidez.

La estupidez.

Y un Tanaka haciendo un berrinche.

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Caminaron en silencio hacia Karasuno ya que la última tarea era cerrar el gimnasio, el cual había sido encomendado por Tanaka. Era el último truco para que esos dos idiotas soltaran sus sentimientos.

—       Tanaka… ¿esto en cómo ayuda a que haya un ambiente romántico? —cuestiono el de cabello castaño con notoria duda

—       ¡Wajajaja no cuestiones mis decisiones Noya! Todo está planeado para que esos idiotas se digan sus sentimientos

—       ¿Ah?

—       Tú espera…

—       De seguro todo terminara en un desastre total, lo presiento—dijo el rubio megane ganándose una colleja de parte de Ryunousuke.

Hinata no podía sacarse de su mente el calor del cuerpo de Kageyama, de alguna manera esta vez no podía ser tan sincero como lo era respecto a todo.

En verdad me gusta Bakayama, estoy perdido” pensaba estresado mirando hacia su derecha y notando como había algunos letreros colgados en los postes de la preparatoria

¿Qué?

Dile tus sentimientos.

Se hombre y declárate.

Es mejor hablar que quedarse callado.

Confiésate.

¿Pero qué…?

Por su parte Kageyama miraba la misma clase de letreros en su lado izquierdo ¿Quién carajo había puesto tal cosa?

Se miraron con disimulo y de nuevo chocaron sus ojos hasta que llegaron a su destino, una vergüenza se apoderaba de ambos y sentían como la verdad que habían guardado tanto tiempo amenazaba con salir.

—       ¡Kageyama yo…!

—       ¡Hinata veras…!

Se quedaron callados al ver como repetían el nombre del otro y por su parte los chismosos miraban detrás de un arbusto como la declaración de amor no faltaba en venir.

Nishinoya abrazaba con fuerza a Tanaka

Tsukishima y Yamaguchi miraban atentos

Los dos movían los labios nerviosos sin articular nada

A todos les latía el corazón con fuerza

Y entonces…

—       Hinata, Kageyama ¿Por qué faltaron a la práctica de hoy? —cuestiono el capitán quien era acompañado por Sugawara.

—       ¿Ah? —dijeron al mismo tiempo mirándose entre los dos con confusión

—       Estábamos haciendo los recados que encargo Daichi-san

—       ¡Eso, eso!

—       ¿Recados? Yo no deje ningún recado… ni ustedes ni Tanaka, Noya, Tsukishima y Yamaguchi asistieron a la práctica por lo que mañana harán lo doble—sonrió amable pero con ese semblante sombrío lo cual provoco un escalofrió en todos los presentes incluyendo a Sugawara y los cuatro incitadores de tal mentira.

—       ¡Te dije que esto era una molestia! —exclamo el rubio molesto

—       ¡MALDITOS CRIOS, NUNCA DIJERON NADA! —gruño Tanaka

—       Oh… con que allí andaban ocultos chicos… vengan, como castigo limpiaran y recogerán todo lo del día de hoy—menciono Sawamura de forma más terrorífica a lo que todos obedecían inmediatamente.

Al parecer aun faltaría mucho para que esos dos se dijeran lo mucho que se gustaban pero aquellos recados habían sido un buen incitador para que vieran que no eran completamente indiferentes para el otro.

Fin.

Notas finales:

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