“Eres mí todo… mi primer pensamiento, mi último suspiro.
La luz en mi día y la oscuridad en mi noche,
El latir de mi corazón y el aire que sale de mi respiración,
Te amo como ninguno, mi pequeño amor”
-¡Que romántico! esto sí que es intenso- exclamo al terminar de leer aquella nota- Está persona realmente te adora ¿no?
La mirada del pelirrojo era burlona al notar lo sonrojado que se encontraba su amigo pues al parecer le avergonzaba mostrar aquella carta de su admirador secreto.
-¡No te burles Hiro!- regaño al arrebatarle el papel de las manos- No sé cómo me convenciste de que te la mostrará.
-Pues necesitas mi ayuda- murmuro aun sonriendo.
El cantante volvió a tomar asiento en el sofá de dos plazas de la sala, su casa no era muy grande pero si acogedora, y justo ese día invito a su amigo para pedirle consejo sobre una extraña situación en su vida.
-Aunque es normal para las celebridades recibir este tipo de cartas- continúo sorbiendo un poco del té que le ofrecieran antes- ¿Qué es lo que realmente te preocupa, Shu?
-Hace ya 3 años que recibo notas de la misma persona.
-¡¿3 años?! ¿Por qué no me lo habías contado antes? Y ¿Acaso sabe que eres casado?- grito realmente sorprendido- ¿Cómo que de la misma persona?
Suspiro con cansancio, tendría que explicar todo con calma para que su amigo dejara de gritarle cuanta pregunta le llegará a la mente.
-Pues lo mencionaste antes, es normal recibir toda clase de correspondencia y supuse al inicio que como todo admirador, se cansaría de mandar cartas sin recibir ninguna respuesta pero…- respiro hondamente antes de proseguir- después de tantos años siguen llegando, sé que es la misma persona pues el color del papel y la letra de las notas es la misma.
-Como si esperara que siempre lo reconozca- dedujo- pero ¿Se lo has contado a Eiri?
El menor desvió la mirada, su expresión denotaba cierta tristeza.
-Sí…
-¿Y? ¿No comento nada al respecto?
***** Flash Back *****
-¿Cartas?
-Así es, he recibido este tipo de mensajes desde hace unos meses y me preocupa un poco.
-¿Por qué?- indago al tiempo que regresaba la vista a su laptop- No ha pasado más allá de las cartas ¿no?
Aquella actitud hizo sentir mal al cantante, era consciente que su marido no era del todo romántico o sentimental, pero esperaba que en ese tipo de situaciones mostrara algún signo de preocupación o interés.
-No pero podría pasar algo y quisiera saber ¿Qué debemos hacer?
-Absolutamente nada- suspiro con fastidio, se quitó los lentes y miro seriamente a su pareja- Si no ha pasado a mayores no tiene caso involucrar a la policía, de hecho me sorprende que un mocoso sin talento como tú aun tenga personas interesadas en la basura que compones.
-Eiri… yo, realmente estoy asustado.
-Ya te lo dije, no podemos hacer nada así que déjalo estar.
Aquel tono frío y autoritario logro que el chico no agregara nada al tema.
-Perdón yo me…- ni siquiera termino la oración, el escritor le estaba ignorando mientras continuaba escribiendo.
***** END FLASH BACK *****
-Bueno es típico de él ser así- murmuro con una sonrisa que pretendía animar al cantante- además tiene algo de razón, no hay manera de acusar a alguien que ni siquiera sabes como es.
-Tan solo me gustaría que fuera más atento, realmente seria agradable que por un momento se preocupara por mí.
Ante ello miro con más atención a su amigo.
-No es que te asuste el asunto del admirador- afirmo- ¿acaso te gusta recibir las cartas?
-¡Claro que me gusta!- refuto un poco tímido- pero no son de mi Eiri… Hiro, ¿soy malo por ser feliz al pensar que alguien me quiere tan intensamente?
Por fin comprendió la angustia en su amigo y vio a verdadera naturaleza de su miedo, también comprendía que no era totalmente culpa del chico pues el escritor tras 7 largos años de matrimonio, no había demostrado real interés por su pareja.
-No eres malo- reconforto al tomarle la mano y sonreírle- es natural que tengas ganas de sentirte amado y más si estas con una persona tan indiferente como tu marido. De igual manera no es que le seas infiel por sentirte alegre porque alguien piense en ti.
-Yo sé que amo a Eiri con todo mi corazón pero me duele pensar que él no siente lo mismo por mí.
-No digas eso ni en broma-contradijo de inmediato- todos nos sorprendimos el día en que te propuso matrimonio y más todo el tiempo que han durado juntos, eso no puede ser otra cosa sino amor.
-Me eligió por ser la mejor opción- contesto con nostalgia- dijo que las mujeres son problemáticas y que este matrimonio potenciaría nuestras carreras.
No sabía que objetar ante eso, no tenía idea ni siquiera de cómo ayudar al chico pues era cierto que fue una de las personas que se había opuesto inicialmente a esa unión.
-Todos los matrimonios tienen sus malas rachas-comento al recordar su situación-pero por lo que siempre alardeas los momentos de intimidad entre los dos son estupendos.
-Huuuuh, lo hacemos cuando él tiene ganas- cada palabra que salía de sus labios lastimaba su corazón, su amigo trataba de animarle pero cada aspecto que mencionaba tenía su contra, ese algo que tenía que contarle a alguien o estallaría- si está escribiendo o trabajando hasta tarde no importa cuanto lo desee… no me presta atención.
-¿Por qué no me lo has contado antes?
-Me avergüenza admitir que mi “perfecto” matrimonio no es más que un cascarón vacío con solo unos cuantos momentos apasionados.
¿Qué podía decir? ¿Qué podía hacer? La solución era clara en su opinión “DIVORCIO”, más también era consciente que sin importar cuanto se lo dijera su amigo respondería NO.
-Bueno uno o dos problemas alimentan y engrandecen la relación- menciono al recordar los recientes problemas en su casa- incluso mi esposa y yo, discutimos continuamente.
-No es verdad, ustedes son la pareja más linda que he visto.
-No tienes idea- murmuro – últimamente Ayaka no para de amenazarme con irse y llevarse a Mayu con ella a la casa de sus padres. Nuestras riñas terminan muy mal y pasamos horas antes de solucionarlo.
-¿Por qué? Eres una persona extraordinaria y amorosa con ellas.
-Gracias amigo, la verdad es que hago lo mejor que puedo por hacerlas felices- murmuró con una débil sonrisa- pero ella se siente insegura por el tiempo que paso fuera de casa, piensa que puedo fijarme en alguien más y abandonarla.
-¡Eso nunca pasara!
-Estoy seguro que su madre no deja de meterle esas ideas- acoto con tristeza- sabes que no le agrado la idea de que su hija se casara con un don nadie como yo.
-¿Don nadie? Pero si nuestra banda es una de las más populares en los últimos años, ganas más que su familia con esa posada en Hokkaido-su tristeza paso a enojo al enterarse de lo que atormentaba a su amigo.
-Bueno al final terminamos hablando y solucionando las cosas, eso es a lo que quería llegar… tal vez solo necesitas hablar con tú marido al respecto.
-Quizás tengas razón, pero temo que termine fastidiándose… y me deje.
No pudo decir lo que paso por su mente, se le hizo demasiado cruel pero para él… quizás los dos separados era lo mejor.
-Todo estará bien.
**********
-Shiza Akimoto- susurro con una sensual voz, mientras acariciaba la mejilla de la joven actriz- tienes mucho talento y una gran belleza.
Shiza, esa joven chica de ojos celeste y rojizos cabellos estaba totalmente embelesada con el rubio escritor. Mucho sabía del gran Yuki Eiri por revistas y programas televisivos donde se hablaba de sus novelas, más nunca imagino que fuera tan atractivo y apasionado.
-He sabido que has logrado proezas en el medio artístico al saltar a la fama en tan solo 4 años y con tan sólo dos series televisivas y unos cuantos comerciales- murmuro mientras una de sus manos se deslizaba por sus ensortijados cabellos.
-Mnnn- un dulce suspiro salió de sus labios al sentir aquellas suaves caricias- No imagine que alguien tan famoso como usted estaría tan interesado en una novata como yo.
Su expresión paso a asombro cuando el rubio la giro y apreso contra la pared, sujetando firmemente las manos a sus costados.
-¿Cómo no notaría tal belleza?- espeto muy cerca de su rostro- Más aún cuando coqueteas descaradamente en público con mi pareja.
-¿Ah?- esas palabras la llevaron de vuelta a la realidad y al volver a posar la mirada en ese hombre noto unos fieros ojos sobre su persona-¿Qué esta…?
-¡Oh! ¿No recuerdas aquella entrevista en el programa Sound CTX?-su agarre se hizo más tosco y su voz perdió todo signo de amabilidad.
-No sé de qué está hablando y suélteme- intento zafarse pues comenzaba a temer aquella extraña situación.
“Hoy nos hemos vestido de gala con dos grandes promesas del mundo artístico…”
Shiza giro el rostro a la pantalla donde aquel programa de música al que asistió se estaba transmitiendo.
“Por último Shiza, te vemos muy entusiasmada con este proyecto y creemos que debe ser por algo que pueda estar pasando en tú vida ¿acaso algún romance?
-No exactamente, pero trabajar con un genio musical como lo es el joven Shindou ha hecho de este trabajo un sueño.
-¡Qué gran revelación! Pero debería tener cuidado con sus palabras pues no olvidemos que el joven Shuichi está casado con el afamado escritor Yuki Eiri ¿no es así?
-Perdón pero nos estamos saliendo del tema, agradezco su interés en mi vida pero en este momento solo puedo agradecer las palabras de la señorita Shiza y prometerles un gran espectáculo este fin de semana.
-Muchas gracias jóvenes y éxito en su show”
-Además cometiste un gran error- espeto para atraer una vez más la atención de la joven- es Shuichi Uesugi.
-¡Déjeme aquello fue un simple comentario! ¡Si no se aleja lo demandaré por abuso!- grito tan fuerte como pudo intentando atraer la atención de alguien pues se encontraban en el estudio HIZ donde la chica grababa un comercial- Aunque sea un afamado escritor la prensa estará encantada con saber de esta retorcida faceta suya.
-Eiri, detente.
Escucharon la puerta abrirse y al girar su rostro a esta pudieron notar a alguien acercarse a ellos.
-Ayuda, este hombre quiere lastimarme… por favor.
-Seguchi… tsk- no pudo ocultar su cara de fastidio ante la frustración de su plan de intimidación.
-Señor Tohma, que bueno que vino- corrió a él cuando sintió el agarre del escritor más débil- este sujeto está loco, tenemos que hacer algo.
-Shizu cálmate- le sugirió mientras le sonreía amablemente.
-Entonces encárgate del resto- acoto saliendo sin prestar interés en sus acompañantes.
-¿Encargarse?
-Siempre me deja el trabajo duro-murmuro con fingido pesar.
-¿Qué está pasando? ¿Señor Tohma?
-Sabes eres una chica inteligente y te has movido ágilmente en este medio, tus elecciones siempre han sido acertadas- hablaba con un tono por demás gentil.
-¿Qué está diciendo?-se aterro al notar como no había hecho nada para ayudarla y por el contrario había dejado marchar al escritor- no querrá…
-Aléjate de Shuichi, no me sería difícil encontrar una nueva cara bonita que poner en los espectaculares- sentencio aun con una sonrisa pero llena de frialdad.
-Solo somos amigos- murmuro con miedo, nadie en la farándula desearía al genio Tohma como su enemigo.
-Los amigos no se hacen visitas nocturnas.
En ese momento recordó cuando busco en su cuarto de hotel al pelirrosa y este se había negado a recibirla.
-Pero ¿Cómo?- nadie más la había visto o eso pensaba.
-Espero tomes otra sabia decisión.
Sin más salió de la habitación en busca de su cuñado para finalmente encontrarlo en un palco fumando.
-Eiri no deberías fumar tanto- reprocho mientras ambos comenzaban a caminar a la salida- no me molesta ayudarte pero…
-Si vas a decir algo estúpido mejor cierra la boca.
Sonrió ante aquel brusco comentario, así era y adoraba a su rubio cuñado.
-De saber que ni cansadote con aquel chico se iban a ir tus celos, no te lo habría sugerido.
-Arg, ese mocoso no hace más de darme dolores de cabeza- agrego irritado, no podía quitarle ni un segundo la mirada a su esposo o cualquier idiota se le acercaría.
Pensaba en que él tampoco entendía la razón de sus celos, no es que fuera un romántico o algo por el estilo pero con su llegada, tuvo que replantearse tantas cosas como el porque se enfurecía de ver al chico sonriéndole a alguien más.
Como castigo trataba indiferente y cruelmente al menor, aun cuando este no se quejaba ni le cuestionaba su actitud.
Levanto la vista y encontró un local que le hizo sonreír de medio lado, sin decir nada a su acompañante entro.
-¿Eiri?- se extrañó por aquel comportamiento, por lo que levanto la vista para ver el anuncio de aquel lugar- Ahí va otra vez-suspiro con resignación.
**********
La banda se encontraba en uno de los mejores estudios de grabación en NG’Records, llevaban más 4 horas ensayando pues pronto tendrían una gira y tenían que estar bien preparados.
Suguro estaba tocando los últimos acordes cuando escucharon que alguien abría la puerta.
-Good job, boys-anuncio el americano al tiempo que entraba en el estudio con dos pequeños niños.
-¡Papi!- grito la pequeña pelirroja de ojos castaños- eres lo máximo.
-Bienvenida Mayu- saludo al alzar a su pequeña de 5 años- ¿te portaste bien hoy?
-Sí, Michel y yo fuimos al parque hoy a alimentar patos- relato sumamente emocionada.
Por su parte el niño continuaba devorando su paleta de caramelo al lado de su padre.
-Gracias por traerla K.
-No problem- respondió con una gran sonrisa- es mejor ahora que ambos asisten a la misma escuela.
-Bueno es hora de retirarnos- agrego Suguro al ver a cada quien en su mundo- mañana de nuevo tendremos que ensayar así que sean puntuales… ¿escuchaste Shindou?
Miro al chico pelirrosa el cual no se había movido ni un ápice, seguía sosteniendo el micrófono y su vista estaba perdida en algún lugar desconocido.
-¿Shuichi?- le llamo al notar a su amigo totalmente perdido.
-¿Ah? ¿Terminamos?- agrego al salir de sus pensamientos- buen trabajo a todos, hoy lo hicimos espectacular, mañana será aún mejor.
-¿Estas bien?- indago aun cuando el chico regreso a la normalidad.
-Por supuesto, tan solo pensaba lo de esta mañana- agrego sonriendo- no te preocupes estoy muy bien.
Sin decir más todos comenzaron a recoger sus cosas cuando nuevamente el sonido de la puerta les hizo detenerse para ver quién era.
-¿Se encuentra Uesugi Shuichi por aquí?- indago un joven repartidor, el cual estaba algo perdido con las indicaciones de las personas que encontró en el camino.
-Sí, es él- señalo Suguro antes de pasar al lado del muchacho para irse.
-Es demasiado serio para ser tan joven- acoto Hiro, pues como era su costumbre se fue sin siquiera despedirse.
-Señor Uesugi, esto es para usted- agrego el chico emocionado al finalmente encontrar al cantante- necesito su firma aquí.
Shuichi miro el hermoso ramo de rosas, extrañado por quien se lo podría haber mandado y sumamente emocionado pensando que había sido su amado.
-Con gusto- puso su elegante firma en el papel que le ofrecían.
-Con permiso-reverencio antes de salir.
-¡Wow! Mira papi que bonitas.
-Lo son Mayu- comento algo serio esperando no fuera el famoso “admirador”
-¿Who sent it?- indago al no estar al tanto de la situación.
Miro aquel arreglo y deslizo sus manos por los suaves pétalos de las flores antes de toparse con un pequeño sobre blanco, lo tomo con cuidado de no dañar ninguna rosa y se lo extendió a su amigo para que lo sujetara mientras abría la tarjeta.
Una vez logro despegar el sobre extrajo el papel que decía:
“Es tu sonrisa el camino que me lleva a ti,
Recuerda eso mi querido amor,
No permitas que se extinga,
Que nadie se robe su dulzura y candor”
Por un instante sonrió al leer encantadoras palabras, más su corazón se estrujo al notar que si… aquel obsequio no era de él… su Yuki.
-Es de un admirador secreto K- respondió tranquilamente para que su amigo quitara esa preocupada expresión- creo que me iré ahora.
Dicho aquello tomo sus cosas de prisa y salió de ahí.
-¿Ocurrió algo?
-No estoy muy seguro de ello.
-¿Por qué se fue tío Shuichi?- indago Michel halando el pantalón de su padre.
-Tenia cosas que hacer pero será mejor que también salgamos de aquí o llegaremos tarde a casa- agrego cargando al chico en hombros- ¿También te vas?
-No lo sé, Ayaka se fue a casa de sus padres a una ceremonia familiar- agrego con molestia- no tengo ganas de ir al departamento.
Realmente a Hiroshi le molestaba que ese costoso y gran lugar se encontrara en uno de los mejores distritos de Tokio, el cual por tales razones se ubicaba bastante lejos de la disquera.
-¿Entonces pueden venir con nosotros?- cuestiono el pequeño rubio con una enorme sonrisa- así podremos jugar aún más Mayu y yo.
-¡Si, es una gran idea! ¿Verdad papi?
-Nena, no podemos aprovecharnos más de Mrs. Kraud el día de hoy –agrego recordando que ya había hecho bastante con traer a su pequeña - ¿Por qué no vamos con tío Yuji?
-Para mí no es molestia y lo sabes, Hiroshi- agrego con un tono por demás seductor.
El guitarrista se tensiono al escuchar esa oración y más por la forma en que había sido dicha.
-¡Lo ves! ¡Vamos, vamos!- agrego con emoción- Por favor…
Dudaba de ir, sabía lo que pasaría… de nuevo, pero no debía, no podía… había sido un error… ¿lo era?
-Ok, vamos con ellos.
Los niños saltaron felices y Michel pidió bajarse de su padre para ir al lado de su amiga, ambos hablando animadamente de lo que harían al llegar a casa.
-Sabía decisión- agrego juguetón mientras deslizaba su dedo índice por las caderas del pelirrojo.
-Basta, no voy por tus absurdos juegos- agrego sumamente sonrojado.
-Unh- su sonrisa no desapareció pues noto perfectamente la reacción que provocaba en el menor.
**********
Se quitó su saco cuando llego a casa y lo colgó en el perchero de la entrada, tras cambiarse de zapatos por pantuflas ingreso al lugar notando que su pareja ya había llegado y no sólo eso, se encontraba poniendo un arreglo de rosas en un florero.
-Otra vez gastando en tonterías- sentencio caminando a la cocina-al final se marchitarán y tendrás que tirarlas.
-¡Eiri! Llegaste- se giró para mirar a su esposo el cual tras decirle unas cuantas palabras crueles, se fue sin siquiera saludarle.
Suspiro un poco deprimido antes de ver nuevamente su obsequio y sonreír tontamente al imaginar que alguien le amaba tanto como para darle cosas tan hermosas aunque efímeras.
-Las hace especiales- refuto con alegría en su voz- están en su máximo esplendor ahora, el momento correcto para admirarlas… nada puede ser eterno Eiri.
Por su parte el escritor sonrió al escuchar la felicidad de su amado y al imaginar su hermosa sonrisa, en sus palabras podía notarlo tan enamorado, que él no podía detener el fuerte latir de su corazón.
Con el suficiente autocontrol que tenía se calmó para salir con su humeante taza de café y aparentar indiferencia ante lo que el chico decía.
-Serán solo basura en una semana, deja de perder el tiempo y has la cena.
-Sí, lo siento…- agrego cabizbajo.
No podía hacer nada, así era su personalidad, retorcida, despiada, por demás posesiva y apasionada.
Pero mientras el cantante siguiera recibiendo sus obsequios, sus cartas y los tratara con tanto cuidado, él no podía pedir nada más.
Lo sabía todo, él era su amante secreto, su eterno enamorado, aquel que le dedicaría el infinito en poemas, versos o dulces frases, no necesitaba que su pareja se lo dijera… así podría seguir amándolo en secreto, tan cursi, tan apasionado, tan como era él en realidad.
Cuando el chico paso cerca suyo, dejo su taza en una repisa y jalo a su esposo lo suficientemente fuerte para que cayera sobre sus piernas.
-Es hora de cenar- murmuro en su oído, permitiendo que su aliento acariciara la piel de aquel apetecible cuello.
-S-si.
“Te amo Shuichi”
¿Fin?