Así lo conocí.
Antes de conocerlo era algo así como… una zorra… Bueno tampoco es como que me fuera acostando con el primer hijo de la vecina que se me cruzaba por enfrente, sin embargo si tuve más de un par de parejas sexuales. En fin hoy día después de acostarte con uno ya te vuelves zorra, hay que ver lo que la gente chismorrea.
Se me ha olvidado presentarme, mi nombre es Takao Kazunari y esta es la historia de cómo conocí al amor de mi vida.
Lo conocí en el primer año de preparatoria, el asistía a un colegio distinto y formaba parte del equipo de baloncesto de su escuela, yo era miembro del club de básquet, obvio de la mía. Cuando lo conocí, en realidad no le di demasiada importancia. Andaba cegado por el amor hacía uno de mis compañeros de equipo que al final terminaría siendo mi mejor amigo.
Bueno lo que va de la preparatoria, no lo contare, porque no tiene mucha relevancia. Todo puede resumirse en que éramos rivales en la cancha, conocidos fuera de ella, nada más. Si hay algo importante a mencionar de aquella época, es mi primer encuentro sexual, ese que después me acarrearía un montón de chismes a la larga.
Mi primera vez, fue como la de la mayoría, dolorosa. Fue más auch auch auch que ahh ahh ahh. Tampoco fue romántica. Con las hormonas alborotadas, las ganas a mil y con el que creía el “amor de mi vida” el lugar poco me importo, las circunstancias tampoco me importaron, que más daba, perderla en las duchas de la escuela o en un hotel cinco estrellas. Midorima Shintaro y yo tuvimos nuestra primera vez en la ducha del gimnasio, no fue romántico y estoy cien por ciento seguro que él lo disfruto más, claro porque él no tenía nada en el culo. Lo malo aquí es que al parecer uno de los de primer año nos escuchó, y esparció el rumor por toda la escuela, para mi desgracia y para la fortuna de Shin-chan el único nombre que se coló en aquel rumor fue el mío.
Shin-chan y yo terminamos al par de meses, básicamente porque después del rumor me llovieron pretendientes y no es por presumir, pero de feo no tengo nada, así que incluso antes de eso ya tenía un par de admiradores, que por supuesto mi querido cabeza de alfalfa no soportaba. Como imaginaran la situación no hizo más que empeorar. Shintaro dijo que simplemente no podía soportar a todos esos tipos queriéndome ligar. Lo comprendo soy demasiado irresistible para ser suyo, broma, pero en fin, los celos no son buenos aliados y no me basto con los de Shin-chan para comprenderlo. Lamentablemente.
Con ese chisme por toda la escuela y con un Kazunari destrozado por la ruptura amorosa, no faltaron quienes me quisieron consolar. El primero fue Miyaji Yuya, quien en ese tiempo era el capitán del equipo. Me invito a su casa, vimos películas, comimos frituras, lo normal. Su hermano mayor, Kiyoshi, era un ex sempai, también fue mi segundo encuentro sexual.
Debo decir que Miyaji-sempai me gustaba mucho. Era guapo, inteligente, esforzado y bueno en la cama. Con el me acosté varias veces, todas buenas. Al salir de la preparatoria comencé a estudiar enfermería en la universidad de Tokio. Esto su es muy importante.
En la universidad, volví a hablarme bien con Shin-chan, el cabeza de brócoli ya salía con quien ahora es su esposa, y yo me alegre por él, y le desee suerte a ella. Es que hay que tenerla cuando se trata de Midorima Horóscopos locos. Shin-chan y yo volvimos a hacernos los mejore amigos cuando me pidió ayuda para llegarle a su esposa.
Otro suceso importantísimo de la universidad, fue conocerlo a él, si ya sé, ya dije que lo había conocido en preparatoria, pero es que en realidad aun no lo conocía, sabía su nombre y donde vivía, pero nada más, en esos tiempos andaba cegado por Shin-chan. Irónico estaba cegado por un ciego.
Me encontré con él en la peor de las circunstancias. Literalmente mientras lo hacía con su hermano putativo. Himuro Tatsuya, el cuarto hombre en mi vida sexual. Si se preguntan dónde está el tercero, solo les diré que no sé quién es, estaba demasiado ebrio como para recordar su nombre, pero el tipo estaba bueno, obvio.
Conocía a Himuro de la preparatoria, al entrar a la universidad, más específicamente en la primer fiesta de fin de semestre me reencontré con él. Tatsu-chan es guapo, divertido, culto, tiene cuerpo de dios, y dios se le queda corto cuando se trata del acto sexual.
Como dije me encontré con él en aquella primer fiesta, recuerdo que estaba con Miyaji-sempai esa noche, un par de copas, coqueteos toda la noche, más alcohol, bailes sensuales y ya estaba en su cama. El caso es que Himuro es demasiado bueno como para no repetir. Y uff sí que repetí.
Les diré que hasta tríos hice con él. Ya fuera con otro chico o con alguna chica. No importa, sea como sea te la pasa bomba si estas con Tatsuya. En una de esas repeticiones, fue que me reencontré con Taiga. Creo que había olvidado mencionar el nombre de mi ángel.
Kagami Taiga, el chico más dulce de la vida. Aunque cuidadito que es solo mío. Cuando me reencontré con Taiga, yo estaba haciéndolo con Himuro, fue de lo más embarazoso. Mi pobre pelirrojo se quedó todo sonrojado y sin saber qué hacer, nosotros tampoco sabíamos que hacer. Al final, Taiga se fue y Tatsuya y yo nos fuimos…. Con eso quiero decir que nos venimos, por si no queda claro.
Lo sé, la forma más romántica de reencontrarte con tu amor. Pero a partir de eso, nos fuimos haciendo más cercanos. Tatsuya vivía con Taiga, así que un par de noches la pase ahí como amante de Himuro, a Taiga no le importaba mientras no lo hiciéramos en la sala. ¿Ya mencione que estábamos en la sala cuando nos encontró? Bueno pues ahí estábamos.
En fin, con las veces que me quede, me bastaron para caer rendido ante Taiga, casi siempre después de mi noche con Tatsu, me levantaba para desayunar, Taiga hacia lo mismo y terminábamos almorzando juntos. Como yo comenzaba a vivir solo pues le pedí muchos consejos de cocina, el me respondía siempre amable. Es un ángel, ya lo he dicho.
Después comenzamos a quedar para ir de compras, intercambiábamos recetas, le llamaba si quería saber cómo preparar algo en especial, y después lo llamaba solo para escucharlo. En cuanto menos me di cuanta estaba enamorado, enamorado de Taiga y sus cejas partidas, de sus brazos bronceados y fuertes, de su torso bien formado, de su sonrisa de comercial, de sus cabellos bicolores, de sus ojos borgoña, de su amabilidad, de sus temores, de sus pasiones, de él.
Y deje de acostarme con Tatsuya y con mi sempai. Deje de hacer el tonto y me concentre en mi carrera, en mi departamento y en él. Shin-chan quien ya florecía cual árbol en primavera por su amor con Momoi-chan, me dijo que era un tonto y que me rindiera, con esa clase de amigos para que necesito enemigos ¿no? Pero la verdad yo tampoco tenía mucha esperanza de conquistarlo, Taiga era en extremo inocente y yo no me sentía con el derecho de pervertirlo.
Pero como todo diablo, me salí con la mía. Taiga me dio su primera vez. No fue lo mejor de la vida, era su primera vez, yo tuve que decirle que hacer, pero el tigre no tardo en aprender, pronto nos hicimos novios, él se volvió un experto en la cama y a mí me encantaba como podía pasar de minino a tigre salvaje.
Éramos, no, más bien somos la pareja ideal. La única vez que alguna vez peleamos fue por culpa de Yuya-kun, quien borracho me llamo para pedirme un polvo, ahí Taiga descubrió que de ángel no tenía nada y que yo nunca fui novio de Tatsuya, pues él pensaba eso (también fue uno de los impedimentos para salir, Taiga no acepto hasta que Tatsuya le dijo que no había problema con él) en fin, se armó la grande, se enteró de todos los chismes que venía acarreando de la preparatoria, discutimos y estuvimos a nada de terminar, fueron las peores semanas de mi vida. Pero al final, como siempre, triunfo el amor.
“No me importa con cuantos chicos has estado, solo tengo que ser el último Kazu, y es que te amo demasiado como para renunciar a ti”
Eso me había dicho aquella vez, todo sonrojado, tartamudeando, tan adorable como solo él podía serlo.
-¿En que piensas Kazu? – me pregunta mientras besa mi hombro desnudo.
-Solo pensaba que te amo mucho, tanto que no crea que haya palabras para expresarlo – le digo al tiempo que siento como esconde su cara en mi cuello. Me encanta cuando se avergüenza.
-Yo también te amo mucho Kazu – susurra contra mi piel.
Yo no puedo evitar voltearme, entrelazar mis brazos alrededor de su cuello y besarlo.
Lo conocí de la forma más casual, me reencontré con él de la forma más embarazosa, me enamore de él, mientras me acostaba con su hermano, era un diablo, él es mi ángel. Y justo como el ying y el yang, solo estando juntos estamos en equilibrio, estamos bien, no podría soportar la idea de perderlo, y sé que él no podría soportar la idea de estar sin mí. “Par de idiotas” así no llama Shin-chan, Tatsu-chan y bueno, todo el mundo. Y sí, lo somos, somos un par de idiotas bien enamorados. Siempre agradeceré a la vida, haberlo conocido.