-¡Hyukjae te dije que bajaras a desayunar! ¡Se hace tarde y yo no firmo más una nota de la preceptora!- Demonios, mi madre no entendía. Quiero seguir durmiendo, no quiero ir hoy al colegio. Es el último año, ¿Qué importa si me quedo libre o repruebo?
-¡Ya va, mamá!- Si algo sabia es que no iba a convencerla de faltar, prefiero hacerle caso por hoy, mañana ya inventaría alguna excusa.
Me levanté de mi cama lo más lento posible, todavía tenia puesto el uniforme del día anterior, así que solo me eché un poco de perfume, acomodé mi rubio cabello, agarré mi mochila y bajé las escaleras cruzándome con mi hermana pequeña. No entiendo cómo hace ese pequeño monstruo para pasarse todo el día corriendo, son las seis y media de la mañana por dios.
-¿Podrías dejar de correr un poco, mocosa? No tengo ganas de soportarte hoy.- Si, estaba siendo grosero con ella pero no me importaba, con once años de diferencia no somos muy cercanos que digamos.
-¡No me importa, no me importa!- Canturreó saliendo de mi vista disparada a la cocina. Suspiré y también me dirigí hacia allí.
Mi madre estaba haciendo el desayuno, pero realmente no estaba de humor para sentarme y hablar, así que decidí irme directamente al colegio. La saludé mientras le avisaba que saldría tarde de gimnasia, seguro nos reuniríamos con los chicos en la plaza después de clases. Se quejo de que nunca desayunaba con ellas, pero aún así rió y me deseo un buen día.
Ya llegaba tarde como de costumbre, no me importaba. Recién hace un mes que comenzaron las clases y no quiero ir más. Esta bien, la segunda y tercer semana falté, pero ¿Qué esperaban? Las clases son aburridas y no hay nada que llame mi atención.
Igual todo lo aburrido ni se comparaba con lo mucho que me incomodaba el chico nuevo. No puedo ni mirarlo, me hace sentir... No lo se... Incómodo. No se logró integrar con ningún grupo y anda siempre sentado solo en el fondo del aula con sus auriculares puestos. Tiene el pelo teñido de rojo ¡Rojo! Comprendo que es difícil entrar en el ultimo año cuando ya todos tienen sus amistades formadas pero ¡Vamos! ¿Era tan difícil acercarse y hablarnos? ¡Ni que nos lo fuésemos a comer! Me desespera hasta el punto que lo miro para ver si habla con alguien o por lo menos hace algo que demuestre que esta vivo ¡Joder que se pasa toda la clase con cara de nada!
Mientras me quejaba internamente llegué al colegio. Miré mi reloj, ya era media hora tarde, me quedaba cruzar todo el campo del colegio y no pienso apurarme ahora.
Entro al aula, el profesor me felicita sarcásticamente por asistir a la clase y todos ríen. Mi mirada se va a Heechul inconscientemente, esta sentado solo en el fondo como siempre con una pequeña sonrisa de lado. ¡¿Se esta riendo de mi?! No me importa que otros lo hagan pero ¡Él no me conoce! Como me frustra. Me senté en mi banco al lado de Donghae y apoyé mi cabeza en el pupitre.
Lo hice reír... De una forma indirecta, pero al fin y al cabo gracias a mí... Nunca lo había visto reír.
-La puntualidad seguro no es lo tuyo- dijo Hae, Leeteuk y Yesung se descostillaban en el asiento de atrás. Reí con ellos. Quiero irme ya, no puedo dormir acá sin despertarme con una sanción o la cara rallada con fibra.
-El colegio no es lo mío, extraño las vacaciones- Escondí mi cara entre mis brazos y sentí que un bollo de papel me daba en la nuca.
-¡No duermas!- Escuché a Shidong gritar desde el fondo, me gire y le lancé la pelotita a él. Cuando intentó volver a pegarme le dio a Donghae, y los cuatro volteamos.
Esto solo significaba una cosa: Guerra.
Agarré mi mochila para sacar papeles viejos y me encontré con que tenia las carpetas del año pasado y los resúmenes ahí dentro. Jamás me había alegrado tanto de ver un pilón de hojas. Empecé a hacer bollos y cuando ya habían cinco volando por el aire el profesor volteó.
-¡Oigan, mocosos!- Riendo a las carcajadas miramos al profesor. Teníamos muy buena relación con él, pero le molestaba que nunca prestáramos atención.-Tanta energía desperdiciada, si tan solo le pusieran tanto entusiasmo a las materias no tendría que verlos todo el verano...- Rió junto con nosotros, observando al resto del aula.- Vamos a hacer un intento más, a ver si aprenden a prestar atención... Donghae, cambie de asiento con la señorita Yoona... Leeteuk cambie con Jessica, y Hyukjae... Usted vaya al fondo con Heechul.-
No. No, no, no y no. Miré a mis compañeros que ya estaban obedeciendo y me resigné levantándome y caminando nervioso hacia mi nuevo asiento. Él solo me miro indiferente y quito su mochila para darme espacio. En un fallido intento de actuar normal lo saludé y le di la mano. Es tan TAN incómodo, ninguno habla.
Volví a sentir un bollo de papel en mi cabeza e inmediatamente mire al profesor, que estaba de espaldas escribiendo. Era obvio que esto no iba a quedar así, parecemos críos. Esperé al momento correcto y le devolví el bollo, todos miramos al profesor y nos volvimos a mirar cómplices.
El siguiente papel pude esquivarlo pero mi maldita suerte hizo que éste le de al pelirrojo, que también rió por lo bajo y la devolvió.
Esta bien, no me esperaba esa reacción de su parte. Estaba riendo y otra vez era gracias a mi, me sentí un poco orgulloso de ello.
Entre bollo y bollo, sin querer le di un codazo en la cara a Heechul y ambos nos tentamos, él sostenía su estómago y yo tapaba mi cara, estábamos rojos como tomates por intentar contener la risa. Los otros que se habían sumado a la guerra también.
Vimos al profesor girarse e hicimos nuestro mejor intento para que no nos vean, yo volví a enterrar mi cabeza en el pupitre entre mis brazos y Heechul escondió la suya apoyándola en mi espalda.
Otra vez esa extraña sensación de que se me revuelve el estómago aparece, debe ser el orgullo de verlo hacer algo más que no sea mirar sus hojas.
Con una sonrisa inconsciente me levanté y le pregunté si se encontraba bien, él secaba las lagrimas que se le habían escapado por tanta risa.
-Estoy bien, no es nada- Respondió. Ambos reímos y vimos otro bollo caer en el banco. El profesor levanto la mirada e hicimos de cuenta que copiábamos. Miramos a nuestros enemigos de guerra y todos estaban escondiendo bollos bajo sus pupitres, entonces alcancé mi mochila nuevamente y mostré orgulloso el pilón de hojas viejas. En silencio y aun sonriendo empezamos a preparar nuestro armamento, llenando el pequeño estante de papeles.
Mire la hora y le indiqué a Hee que en diez minutos comenzaba el receso. Siempre hacíamos esto, una vez que el profesor dejaba el aula se desataba un caos de papeles, mochilas, cartucheras y todas las cosas que pudiéramos lanzar.
Esta era mi única razón para asistir al colegio, y no hablo de la guerra de papeles, sino de lo que nos divertíamos actuando como críos. Volví a mirar a Heechul que, no se en que momento, había copiado casi todo lo escrito por el profesor.
Tocó el timbre y todos los que no estaban enterados de nuestra mini guerra salieron junto con el profesor. El salón se convirtió en un desastre, volaban cosas hacia todas partes entre gritos y carcajadas. Llegó la preceptora a retarnos pero seguimos en lo nuestro. Ella sabía bien que no nos iba a frenar hasta que nos cansemos y salgamos por nuestra cuenta, así que solo nos miraba jugar sonriendo y negando con la cabeza. Después de seis años de conocernos se había encariñado con nosotros al igual que nosotros con ella.
De repente gritó que se acercaba el director y todos nos desesperamos por esconder el desorden ¿Qué clase de preceptora hacía de campana en la puerta? Era la mejor sin dudas.
Hace mucho no tenia una mañana tan divertida en el colegio, cuando llego el siguiente profesor nos sentamos todos juntos otra vez y hablamos lo que quedaba del día. Descubrimos que Hee no era ningún raro ni ningún antisocial, solo no tenia ganas de acercarse. Verlo sonreír me hace feliz, no se exactamente por qué, ahora no solo ríe por mi sino por todos... Yo quiero hacerlo reír.
No es extraño ¿A quién no le gusta ver a otros reír? Es como ver reír a un hermano. Es totalmente normal...
Nos avisaron que el profesor de gimnasia se encontraba enfermo así que nos retirábamos temprano. Compramos unos sándwiches en el bufet del colegio y fuimos a la plaza que esta a un par de cuadras. Así tirados en el piso como estábamos nos quedamos dos horas hasta que nos levantamos para irnos. Heechul esperaba el bus del lado de enfrente de la calle, y yo esperaba a que los demás se tomen el suyo de este lado para volverme caminando.
Cuando se acercaba el bus, Shindong me hizo recordar que había que pedirle el numero a "Chul" para meterlo en el chat de grupo que teníamos con los chicos. Que rápido se había integrado. Tan pronto se fueron le grité desde el otro lado de la calle.
-¡Pásame tu número!-
-¡¿Qué?!- La gente que pasa nos mira raro, pero eso solo me hace reír más.
-¡Que me pases tu número!- Lo vi hacer cara de confusión- ¡TU NÚMERO! ¡PARA EL GRUPO!-
Asintió y me lo dictó, en un error de tipeo en vez de escribir "Heechul" puse "Heenim" y así quedó, ya que vi su bus acercarse. Le mande un mensaje rápido para confirmar si era su número. Lo vi mirar su teléfono y reír, se subió saludándome por la ventana.
No pude dejar de pensar en él por el resto del día, resultó ser muy diferente a lo que yo pensaba. Cuando empezaba a hablar no paraba y su risa podía escucharse a una cuadra como mínimo, cosa que nos hacia reír más a todos. De la misma forma que a la mañana llegué al colegio, a la tarde llegué a casa: Pensando en él.
De la misma forma pero de diferentes maneras claro está, ahora no podía esperar al otro día para que sigamos hablando, teníamos bastantes cosas en común pero tenia la sensación de que me faltaban cosas por saber de él, me llena de curiosidad.
Curiosidad amistosa, como con cualquier otra persona. No es que sea muy curioso, pero... Es normal serlo a veces ¿Cierto?