Taiga tiene novio. Mi Taiga tiene novio, vaya ridiculez. Lo peor de todo es que me ha invitado a conocerlo, a mí, que fui su primer amor, su primera vez en todo. Taiga es un desconsiderado. Pero no puedo negarme, esto es importante para él, y yo no quiero verlo triste así que me meto en mi papel de hermano y me aguanto. Nunca debí dejar que Taiga y yo termináramos, fue una completa burrada de mi parte, debería de aprender a ignorar los escotes y las minifaldas. Taiga había aguantado mucho mis juegos y comprendo lo que hizo. Es demasiado bueno para mí, pero si no es mío, no es de nadie, ya lo he dicho.
Abro los primero botones de mi camisa y tocó el timbre del departamento de Taiga. Diez segundos después mi apuesto pelirrojo me abre la puerta.
-Tatsuya al fin llegas te estábamos esperando – me dice Taiga con una sonrisa.
Yo me lo quiero comer a besos y llevarlo a la cama. Atrás de Taiga hay un moreno peli azul, debe ser el dichoso novio, yo abrazo a Taiga después de dejar mis zapatos en la entrada y le doy un beso en la comisura de los labios.
-Es bueno verte Taiga – Lo abrazo por los hombros y sonrió – ¿Cómo has estado?
-Bien Tatsuya – Taiga no se ha dado cuenta de mis intenciones, es un ángel cuando se lo propone – Déjame presentarte a Aomine Daiki, mi novio.
-Un gusto – me dice el moreno
He acertado en efecto es el novio, perfecto, parece un salvaje, ya se ha enojado y eso que solo hice la primer jugada, esto podría ser más fácil de lo que me esperaba. Le estrecho la mano y le sonrió. Taiga parece feliz, Daiki parece molesto.
Nos sentamos en el pequeño antecomedor, Taiga ya ha servido la comida. Aomine mantiene una charla sobre básquet. Eso mantiene toda la atención de Taiga en él, aunque constantemente voltea conmigo para preguntar mi opinión sobre esto y aquello. Daiki tienes que hacerlo mejor si quieres acaparar toda su atención.
Mira y aprende.
-Taiga ¿Recuerdas el equipo para el que solíamos jugar en Los Ángeles? – le pregunto con una sonrisa, Taiga voltea enseguida, esperando que agregue algo – He hablado con ellos al parecer han hecho de los torneos una tradición semanal.
Taiga sonríe y pronto platicamos de todas nuestras aventuras en América, un recuerdo tras otro dejan a Daiki de lado. Taiga ríe, continúa mi plática, sigue riendo y yo sonrió de forma ladina mirando a Daiki. 1-0 a mi favor.
Pero el teléfono suena. Al parecer han llamado a Taiga para que vaya por una emergencia. Mi tigre es un bombero, uno muy generoso y sexy, siempre ha sido de ayudar a los demás no me sorprende que eligiera tal profesión, aparte es bueno en lo que hace y mucha gente le admira.
-Lo siento chicos, es una emergencia, de verdad tengo que ir.
Sus ojos parecen preocupados, se cuánto le importa hacer bien su trabajo. Tiene vocación para ser bombero.
-¿Tienes que ir? – Se queja Daiki – hemos planeado esto por mucho, pero siempre el trabajo, tu puto trabajo.
La expresión de Taiga se vuelve triste, al parecer este troglodita le gusta mucho.
-No te preocupes Taiga – le digo con calma – Hay gente que te necesita, nosotros esperaremos aquí a tu regreso, solo trata de no herirte.
Lo abrazo, vuelvo a besar la comisura de sus labios. Aomine hierve en cólera. Taiga lo abraza y antes de irse vuelve a abrazarme a mí. Daiki quien siente que he ganado de nuevo, lo retiene e intenta besarlo, pero Taiga es penoso cuando se trata de mí y rechaza su beso en los labios para cambiarlo por uno en la mejilla. 2-0 aún a mi favor.
Apenas se va Taiga la estancia se vuelve tensa, yo me giro hacia Daiki, le señalo el sofá y ambos no sentamos.
-¿Quieres una cerveza? – le pregunto con falsa amabilidad.
El moreno solo asiente un par de veces. Yo voy a la cocina tomo un par de latas de cervezas y de paso tomo un poco de las frituras que Taiga guarda en la alacena. Dejo las latas y las frituras en la mesa de centro.
-Andas como si fuera tu casa ¿no? – me dice Daiki. Puedo ver un deje de enojo en su frase.
-La costumbre, antes vivía con Taiga así que sé muy bien como acomoda todo, no ha cambiado.
Noto que mi respuesta lo deja un poco confundido ¿Acaso Taiga no le ha dicho que antes éramos pareja? De ser así me dolería mucho.
-Vivías con Taiga… eso no me lo dijo…
-Detalles, tal vez se le pasó por alto decirlo – yo hago como que aquello no tiene mucha importancia.
-¿Vivieron mucho tiempo juntos?
Las dudas están comenzando a taladrar esa cabeza peli azulada, puedo notarlo. Le sonrió antes de tomar un sorbo de mi cerveza.
-Unos años, cuando terminamos decidí dejar el departamento, era más cómodo así – le digo con naturalidad, él se muestra algo sorprendido, tal vez Taiga no le había contado de lo nuestro y eso a mí me hace sentir mal, yo no oculto ese tipo de cosas. Bueno tampoco tengo a quien darle explicaciones – Ya sabes – continuó – Aunque termináramos bien hay hábitos difíciles de dejar, los besos de despedida, de bienvenida, los abrazos, dormir juntos, ese tipo de cosas cuando terminas con alguien son difíciles de dejar, más si siguen viviendo juntos, por eso me fui, aparte el cambio me sentó bien, mi actual casa está más cerca de mi trabajo.
-¿Incluso después de terminar seguían haciendo todo eso?
Yo tome otro sorbo de mi cerveza, Daiki me miraba serio.
-No lo malinterpretes – le aclaré e iba a decir algo más cuando el comenzó a hablar.
-Claro, era costumbre ¿no? No tiene importancia, Taiga ya no siente nada por ti, aparte de amistad.
Aomine parece feliz con aquellas conclusiones, yo le sonrió.
-No me refería eso – termino mi cerveza y aplasto la lata antes de continuar – lo que quería decir es que no malinterpretaras los sentimientos que tiene Taiga hacia ti.
-¿Qué quieres decir?
Su cara parece molesta de nuevo, este chico es fácil de enojar. Tiene el carácter de una bestia, me sorprende que Taiga se fijara en él.
-Quiero decir que aunque ahora estén juntos eso no dudara mucho – aclare mi garganta antes de continuar – Conozco a la perfección a Taiga, sé que muy dentro de él me sigue amando solo a mí. Y no hablo por hablar, si le preguntases que a quien prefiere me elegirá sin pensarlo mucho. Así es Taiga.
-Te estás dando mucha importancia, Taiga no volverá a ti después de lo que le hiciste.
La mirada azul de Aomine se ve furiosa, yo le sonrió un poco más. Este chico es divertido, fácil de molestar, será un juego de niños hacer que rompa con Taiga.
-¿Hablas de cuando le fui infiel? – mi pregunta lo deja sorprendido, supongo que no esperaba tanta sinceridad, eso o tal vez Taiga no fue especifico al decirle el por qué rompimos – Si hablas de eso, debes saber que antes de eso, nunca le fui exactamente fiel, errores míos, pero Taiga los perdonaría sin pensarlos, a mí me perdonaría todo, lo sé muy bien.
-Entonces tal vez no le importas micho, digo si le importaras tanto no te dejaría hacer todo eso, te monopolizaría, a mí me tiene prohíbo siquiera mirar otro trasero.
-Eso crees tú, pero a decir verdad después de las infidelidades Taiga se volvía una bestia en la cama, como si se esforzara en borrar cualquier rastro de otra en mi cuerpo. Como sea, la tienes difícil si lo que buscas es sacarme de su mente. Siempre estará pensando en mí.
Ahh si los ojos de Daiki fueran pistolas yo mínimo sería coladera, pero sus ojos no pueden intimidarme, tengo las de ganar. Lo sé y lo sabe.
-Lo haré sentir como tú nunca pudiste.
Su frase me hace mucha gracia. No puedo evitar soltar una carcajada.
-No importa lo que hagas, no puedes llegarme ni a los talones – le dije después de reír en su cara - ¿Sabes por qué?
Daiki no contesta. Su seriedad es tan graciosa pero debo mantenerme serio si quiero dejarle las cosas en claro. Aunque la verdad me resulta de lo más divertido. ¿Hacerlo sentir como yo nunca pude? Yo a Taiga le he hecho sentir de todo, por todo el cuerpo.
-¿Sabes? Ahora te compadezco un poco, a mí no me gustaría tener que superar a alguien como yo, que le ha hecho y dado de todo a Taiga, tienes un saco muy grande que llenar.
-Eso crees, pero la verdad ese saco no me queda para nada grande, le daré nuevas experiencias inolvidables, que importa si lo hizo contigo en unas cuantas posiciones, yo puedo enseñarle más.
No puedo evitar soltar otra risotada. ¿Unas cuantas posiciones? Yo de Taiga se me cada una de sus expresiones al llegar al orgasmo, cada uno de sus gemidos los tengo grabados a fuego en mi memoria, cada parte sensible de su cuerpo, se cuales con sus posiciones favoritas dependiendo del lugar donde este, ya sea en el cuarto o en la azotea o en la sala o en la cocina o… la lista era larga.
-Mira Daiki no importa que tan bueno seas, pera superarme la tendrás fácil, yo que tú me resignaría, puedes pensar en cualquier lugar para hacerle el amor, yo ya lo he llevado y le he hecho probar el cielo cada una de las veces – Debo admitirlo, me gusta hacer enfadar a este tipo – He recorrido todo el cuerpo de Taiga, cada centímetro, en todas posiciones, en todos lugares, vamos piensa en un lugar te diré si ya lo he llevado, pero lo más seguro es que sí.
Daiki no dijo nada, se quedó callado con el ceño fruncido y temblando de la rabia. Creo que mi sinceridad lo ha abrumado. Y como el no parece tener las agallas de hablar, decido seguir hablando yo.
-Escucha bien, yo con Taiga lo ha probado todo, me ha complacido con todo tipo de fantasías y yo lo he complacido a él las suyas. Sus labios han tragado mi esencia. Mis labios han tragado la suya. Me sabe mal decírtelo, pero aquellos labios que besas por las noches han besado con mimo y devoción mi pene muchas otras.
Veo como los ojos de Daiki comienzan a llenarse de furia. Estoy seguro que Taiga no se la ha mamado ni una sola vez. Me lo dice su expresión y mi intuición, y ninguna de las dos parecen estar equivocadas. Aparte cuando Taiga me la chupo por primera vez me dijo que no se veía haciéndole algo tan íntimo a alguien más y lo que dice Taiga siempre es cierto. La primera vez…. En realidad le he dado a Taiga muchas primeras veces. Todas y cada una de sus experiencias sexuales me pertenecen, también he sido su primer amor, su primero en muchas cosas más.
Daiki sigue furioso en su lugar apretando los puños, agarra su lata de cerveza y sorpresa me la vacía en la cara y la ropa. Es un mal momento para atacarme de forma tan infantil, Taiga viene entrando.
-¿Qué paso? – pregunta Taiga confundido. Yo solo me quedo callado, Aomine explotara.
-¡Maldición! Dime Taiga. Pero piénsalo bien ¿Él o yo? Elige. Yo no puedo soportar que lo sigas viendo – le grita Daiki.
Taiga primero se sorprende luego pone cara de estar pensando algo con detenimiento, yo sé que solo está fingiendo.
-Elijo a Tatsuya.
La cara de Aomine es como para retratar, parece tan indignado, mucho más que ese peli verde que antes salía con Taiga, incluso parece más molesto que el peli morado que logro un par de citas con mi pelirrojo. Sí, esta no es la primera vez que hago que una relación de Taiga termine. Si fuera un deporte interferir en las relaciones de Taiga, yo sería el campeón mundial.
Daiki toma sus cosas y sale enojado del departamento. Yo me quito la camisa mojada y me quedo semidesnudo esperando la reprimenda de Taiga. Pero no llega, lo único que llega son sus labios contra los míos.
Nos separamos del beso, yo le sonrió de lado y él suelta un suspiro resignado.
-Parece que ya has entendido que no hay nadie como yo. Tengo que ser el único en tu vida.
-¿Entenderlo? Me has echado a todos los novios potenciales, mejor dicho me he resignado.
-Te gusta que los eche a todos, no lo niegues.
-Bueno en eso tienes razón, veo que no importa como tu seguirás aquí luchando y eso me hace seguir amándote un poquito más.
-Entonces regresa conmigo.
-Soy demasiado bueno para ti, tú lo has dicho Tatsuya.
-Sí, lo eres, pero si eres demasiado bueno para mí, eres un imposible para los demás, soy el más digno de ser tu novio, ¿acaso no te lo he mostrado todo este tiempo?
-En eso también tienes razón.
Taiga volvió a besarme y yo hice lo más inteligente que se puede hacer cuando se esta en una situación así: lo lleve a la cama.