Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My Angel. por luky_luze

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Pues... se trata de un Au OBVIAMENTE -.- del manga/anime.

No tengo mucho que decir respecto a lo demas.

Estoy pensando seriamente en si dejarlo como One-shot o manejarlo a su tiempo como long-fic.

KAGAKURO IS LOVE, KAGAKURO IS LIFE :3 <3

 

Notas del capitulo:

Ñee... Buenas madrugadas mina!

Feliz porque ya soy pre-universitaria -llora :'3-

Paso a compartirles este pequeño escrito en el que estuve trabajando en mis ultimas semanas de bachiller :'D

Ya estrañaba escribir de estos dos :3

Ya saben, son bienvenidos los tomatazos y piedrazos uwu.

¡Qué el KagaKuro siga tan vivo como siempre! <3

Disfrutenlo y nos vemos abajito >333<

Ante sus ojos la ciudad de se encontraba la capital de un gran estado. El ajetreo de la ciudad y las luces de la misma alumbraban su mirada. Buscaba con desespero y discreción el ser que tenía que proteger.

El que se juró proteger.

Pero tantos seres corrompidos, ultrajados, lastimados le hacían la misión imposible.

“¿Dónde podrá estar?” se preguntaba internamente, buscando velozmente lo que tanto ha anhelado por más de dos siglos de existencia. Y no era el único que buscaba hacerse dueño de aquel indefenso y puro ser.

-No pierdas tu tiempo, Taiga- frunció el ceño al identificar a la persona que le hablaba. Si no tuviera ese par de alas, con gusto lo empujaría desde el techo en el que estaba parado, pensó, sonriendo con malicia –jamás encontraras a tu protegido en tanta basura de sociedad- añadió con diversión, a él le parecía lo más sensato del mundo, su mundo.

-¿No tienes trabajo que hacer, Himuro?- el peli negro sonrió complacido, jugando con el mechón de cabello que cubría la mitad de su rostro –además, lo que haga o deje de hacer no es asunto tuyo ni de tu clase- añadió, viendo desafiante al otro.

-¿Esa es manera de tratar a tu hermano?- se quejó el otro haciendo un pequeño puchero.

-Tú y yo no somos hermanos, me lo dejaste claro cuando me traicionaste- refuto el peli rojo, viendo con desdén al más bajo, preguntándose porque aun lo dejaba respirar.

-Si traicionarte para ti significa salvarte de hacer que provocaras una guerra entre demonios y ángeles por un simple mortal. Lo es, Taiga. Lo haría de nuevo con tal de que tu mera existencia se mantuviera así- explico, mostrando las hermosas alas negras, casi rasgadas ante la mira expectante de Kagami –asesinaría cuantas veces fuera necesario a Kuroko para que el equilibrio de las cosas entre las tres razas* se mantuvieran en armonía-

-¡Me quitaste a mi alma gemela!- grito, mostrando las grandes y hermosas alas blancas de las que era poseedor, desvainando la katana que usaba de arma, poniendo la filosa y delgada hoja en el cuello de Himuro –hace doscientos años cometí el error en creer en ti, creyendo que al igual que yo compartías la idea de que Kuroko era la clave para que existiera una completa armonía entre las tres razas. Pero me equivoque, tu sangre solo busca adueñarse de la pureza de un ser inocente- siguió, tentado en atravesar el cuello de Tatsuya con su arma –cuando sea el momento, te asesinare, pero no será en esta ocasión- reprimió su impulso guardado su katana, ya había tenido suficiente de esa conversación.

Después de estar separados por dos siglos, lo había encontrado al fin.

-Lo estaré esperando, Taiga- murmuro el de ojos grises con una pequeña sonrisa burlona en los labios. Desapareció en un movimiento rápido, la torre de Tokio fue su encuentro, la batalla por la supervivencia de un chico que desconocía su pasado, había comenzado.

Y esta vez, estaba preparado para morir.

.

.

.

Un año después.

Un rayo irrumpió la tranquilidad de la noche. La lluvia comenzó a caer con fuerza sobre la ciudad alarmando y apresurando a sus habitantes. Dos chicos, uno de complexión alta y robusta, cabello y ojos de color rojo caminaba al frente con su mochila y uniforme deportivo, importándole poco la lluvia que caía sobre el, latente y precavido ante el peligro. El otro chico, este de complexión baja y delgada, su cabello y ojos celestes brillaban con intensidad, llevaba consigo su mochila y una malteada de vainilla entre sus labios, pero a comparación del otro chico, el sí llevaba un paraguas. Veía con atención a su compañero, su espalda y brazos, su nuca y cabello mojados. Todo en él le parecía interesante y atrayente.

Como una luz cegadora e hipnotizante.

No podía explicar el sentimiento que sentía hacia él, ni porque le atraía tanto.

¿O quizá sí?

-Kagami-kun se resfriara si continua caminando bajo la lluvia- murmuro el peli celeste, sin dejar de ver a su compañero.

-No importa- respondió sin girarse a encarar al otro –yo nuca me enfermo- y era verdad, nunca se enfermaba –no te preocupes Kuroko-

El peli celeste inflo sus mejillas molesto, no le gustaba que sus comentarios fueran tomados a la ligera –me preocupo por Kagami-kun. Sin él, posiblemente el equipo perdería en la semi final de la Winter Cup. Y eso sería problemático para todos- explico, cerrando la sombrilla que traía consigo para después proceder a golpear la cabeza del más alto, importándole poco las maldiciones que este soltara –por favor, se mas considerado con nosotros y con tu salud Kagami-kun-

-Eres un…- exclamo molesto el otro, tomando por la solapa de la chamarra al peli celeste, cargándolo hasta sus rostros estuvieran lo suficientemente cerca uno del otro –tienes suerte de que tu poder está despertando, de lo contrario te asesinaría aquí sin importarme quien seas Kuroko-

Tetsuya puso sus manos sobre las muñecas de Kagami, logrando tranquilizarlo inmediatamente. Lentamente fue puesto en el suelo de nuevo, pero con la diferencia de que la lluvia no tocaba sus ropas o las de Kagami –odio tener que recurrir a mi poder para que te tranquilices Kagami-kun- murmuro, sin apartar la mirada de la del peli rojo, aun sin soltar sus muñecas, con un movimiento rápido hizo que el pequeño escudo donde estaban los dos dentro se expandiera lo suficiente para abrir el cielo, deteniendo la lluvia en su proceso.

-Odio que te metas en mi cabeza, Tetsuya- le recrimino ceñudo –no te sobre esfuerces, si te desmayas me pones en desventaja con los demás- agrego, poniendo su mano sobre la cabeza de Kuroko, feliz de que la lluvia al fin se hubiera detenido.

-Disculpa…- murmuro cansado el de ojos color cielo –pero lo que menos quiero es que salgas lastimado por mí. O que enfermes por mi culpa- siguió, cayendo lentamente inconsciente por la cantidad de energía invertida para entrar en la mente de su compañero.

-Te lo dije- le reprendió el peli rojo, sosteniéndole antes de que tocara el suelo -¿Por qué tienes que ser tan terco?- murmuro, acariciando con cuidado una de las mejillas del inconsciente peli celeste que llevaba en sus brazos, tentado de robar un beso de aquellos finos y suaves labios.

Uno antes de terminar con su objetivo principal.

-Creí haberte dicho que te quería lejos de Tetsuya, Taiga- puso al peli celeste en suelo, poniendo su cabeza sobre su mochila. Mostro sus alas de ángel y con un ágil movimiento tomo posición de pelea, listo para atacar a quien se atreviera a tocar a Kuroko. La firmeza con la que tomaba su arma y la fiereza que su mirada vislumbraba daba la impresión de que iba enserio de asesinar lo primero que se le pasara enfrente.

-Y yo te creí muerto… Akashi- respondió tajante, sin dejar su posición de defensa -¿Qué quieres? ¿Terminar con lo que no hiciste hace doscientos años?- siguió, concentrándose únicamente en proteger al peli celeste, importándole poco que resultara herido o muerto en el proceso.

-Para ser un ángel tienes demasiado resentimiento en tu corazón- una sonrisa maliciosa apareció en los labios del otro, dándole mala espina a Kagami –creí haberte ordenado que te quería lejos de la protección de este mortal, me decepcionas- siguió acercándose con elegancia en cada uno de sus movimientos al peli rojo, mostrando igual un par de alas blancas, manchadas con un color negro entre sus plumas.

Un ángel corrompido.

Un posible rescatado, sin embargo…

-Creí que como mi jefe estarías de acuerdo en que las tres razas tenían salvación. Los humanos han cambiado en los últimos años, no podemos seguir condenándolos por las batallas entre nosotros- explico, desenfundando su arma, poniendo la punta de esta en el cuello de Akashi –si lo que quieres es corromper a Kuroko, no dudare en atravesarte el cuello, Seijuuro-

-Ese mortal ya está roto por dentro, Taiga- siguió el otro, mostrando un particular brillo en su ojo izquierdo -¿ya olvidaste lo que los demás y yo hicimos con él hace tres años? ¿Olvidas los que paso hace dos siglos? La bestia está viva, más fuerte y poderosa que nunca. Es solo cuestión de presionar para que destruya aquello que lo vuelve débil e incompetente- explico, viendo con indiferencia a quien tenía frente suyo –los humanos no tienen salvación, un ser que se destruye y lastima entre si no tiene el derecho de ser salvado. Los animales, animales son. Y si no quieres sufrir el destino que sufrió Tetsuya cuando te conoció pase contigo, te sugiero que dejes de hacerte el héroe con escoria que no ve por su igual. Es simple pérdida de tiempo-

-Hablas peor que un demonio- añadió ceñudo -¿Qué te hizo la humanidad para que te expreses así de ellos?-

-Lo suficiente para odiarlos el resto de mi vida- contesto, desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos de la vista de Kagami, dejándolo solo y confundido.

“Posiblemente solo se trate de mi imaginación” pensó, regresando a su forma original. Llevando en brazos al inconsciente Kuroko que era ausente de lo que había pasado minutos atrás.

-Lo mejor será que te lleve a mi departamento, sigues débil- murmuro, llevando las cosas de ambos en sus hombros, caminando a paso lento por las calles de Tokio, tenía que aminorar la carga que tenía en sobre su espalda, pero necesitaba tiempo, mucho tiempo.

“Tendré que entrenarte para cuando llegue el momento”

.

.

.

Lo primero que vio al abrir los ojos fue un techo blanco, lo segundo una deslumbrante luz cortesía de la ventana que estaba abierta, la tercera… un par de blancas y hermosas alas blancas cubiertas por suaves y delicadas plumas, frágiles y deslumbrantes al tacto.

Su cintura fue abrazada con mayor fuerza, siendo su cuerpo atraído por aquel ángel de complexión alta.Se dejó envolver por aquel abrazador y cálido calor, se sentía tan afortunado al verse protegido por aquella persona.

A su lado era capaz de vencer todo y a todos los que le desafiaban.

Después de mucho tiempo, se sentía completo.

Vivo.

Feliz.

Con un propósito en la vida.

Y no iba a dejar que se le escapara de las manos.

Ya no.

Tenía una causa por la cual pelear y continuar con vida. Un ser ahora dependía de él, alguien le amaba por lo que era y no por su poder, por la maldición que le fue concedido desde el momento en el que la ruleta del destino comenzó a tomarlo en su camino.

Debía proteger a Kagami Taiga. Fuera por las razones correctas o no.

Como tuvo que haber sido su destino desde el principio de los tiempos.

Notas finales:

*Tres razas: demonios, angeles, mortales (humanos)

Creo que se entendio desde el principio pero no hace mal aclararlo nwn.

Gracias por leer >///<

Okey, tengo mi obsesion por Kagami ángel, tan bonito y bello, tan masculino que asdfg -se muere :/-

Tenia tantas ganas de escribir algo asi que no me resisti, me gusto el resultado despues de estos dias, espero que a ustedes tambien les haya gustado.

Nos estamos viendo luego mina

Abrazo de osito panda para todos /(*3*)/

Luky

P.D. Sé que debo actualizaciones de muchos fics, pero me estoy poniendo al corriente, espero en esta semana subir al menos una de todos mis fics pendientes, gracias por su espera y paciencia nwn.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).