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De demonio a ángel. por DarkSweetLady

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Notas del capitulo:

Hola gente preciosa!! 

Siento mucho pero mucho el haberme retrasado >.< le excusa (porque siempre he de tener una) es que fui a un concierto el marte pasado y pues se me movio todo y aparte debia cap del otro fic y un desorden, ya ven que no soy la persona más organizada 

Bueno dije que publicaría en miercoles (o jueves) y pues ahora en mi país estoy a minutos de que sea Jueves xD así que estoy dentro del plazo(?) xD 

Mil gracias por sus rw!! me alegra saber que les gusta! 

Y una disculpa por las faltas ortográficas >.< 

 

Llevaban una hora vigilando al objetivo; sabían perfectamente la distribución de sus hombres, las chicas que le servían, que le servían y cada cuánto. Izuki tomo de su copa y luego miro su reloj.

-¿Tienes todo listo? – Pregunto Himuro

-Sí, solo busco una oportunidad – Izuki le sonrió - ¿Sabes por qué quieren matar a ese sujeto?

-Da lo mismo, es un yakuza, siempre se están quebrando entre ellos – Himuro miro de reojo al objetivo – Seguramente fue de soplón o simplemente hizo algo que a Yamamoto no le gusto.

-Mmmm bueno son yakuzas ¿no? Sea como sea deben ser unos malditos todos – Izuki también miro al objetivo, que por cierto era bastante joven – Aunque parezca muy chico debe ser alguien malo.

-Seguro que sí, aparte como dices, parece muy chico, entre más jóvenes son más prepotentes y malditos.

-Parece que has tratado mucho con ellos.

-Sí, soy uno de los principales asesinos de Yamamoto, la paga es buena.

-Voy al baño.

Izuki se levantó y camino en dirección al baño, en el camino chocó contra un mesero pidió disculpas y prosiguió. Himuro quien no había parado de observarlo solo pudo sonreír, justamente porque lo había estado mirando embobado fue que se dio cuenta, Shun había aprovechado aquel sutil choque para vaciar alguna cosa en una de las cubas que llevaba, había sido tan rápido que incluso él no estaba seguro de si había pasado o no hasta que vio al objetivo convulsionarse después de beber la cuba.

Entre los hombres que lo protegían se armó un alboroto y Shun regreso del baño, se dedicaron una sonrisa antes de ponerse de pie. Himuro no ignoró el hecho de que Izuki estaba bastante pálido. Un par de disparos se escucharon antes de que pudieran llegar a la puerta del bar.

-¡Nadie se va de aquí hasta que nos quebremos al perro que mato a nuestro jefe! – Grito uno de los tipos mientras hacía que todos los comensales se arrinconaran, Himuro e Izuki entre ellos – Ahora traigan al mesero.

EL mesero llego temblando junto con el barman de turno. Los revisaron y los declararon culpables aun sin pruebas de nada, eran mafiosos no policías, les apuntaron con el arma hasta que el mesero hablo.

-Él se chocó conmigo – acuso el mesero señalando a Izuki – Él también podría ser culpable.

Izuki se puso aún más pálido y camino hacía donde el tipo, imitaron el mismo procedimiento. Apuntaron a la cabeza de Shun y este solo pudo cerrar los ojos esperando la hora de su muerte. El disparo resonó en todo el bar, Shun abrió los ojos espantado. La bala había sido desviada y el hombre que casi lo mata tenía ahora en la mano un cuchillo atravesado. Las cosas sucedieron muy rápido. Antes de pensar nada, los disparos y los golpes habían comenzado contra Himuro, quien había sido el atacante, y él. Shun sabía se venenos y sustancias toxicas, incluso de medicinas pero no sabía tanto de golpes, siempre había sido muy tranquilo y apenas sabía lo básico en defensa personal. Pero bastaron unos simples minutos para darse cuenta que Himuro era su caso contrario, daba patadas y golpes certeros, apuñalo a unos cuantos hombres más con una pequeña navaja y logro quitarle incluso un arma a alguien.

Llenos de sudor y algo de sangre salieron los dos para huir lo más rápido que pudieron. Subieron al auto de Himuro e intentaron recuperar el aire.

-¿Te encuentras bien? – Pregunto Himuro después de un rato – Te ves muy pálido.

-Sí, solo que no me esperaba que reaccionarían así, creí que moriría – Izuki lo volteo a ver – Gracias Himuro.

-Son yakuzas siempre hacen lo mismo – Himuro alargo su mano para tomar el pulso de Shun, comprobando que comenzaba a normalizarse – ¿Cuántas personas has matado?

-¿Por qué lo preguntas? – Shun retiro la mano de Tatsuya – Eso no importa.

-Por tu aspecto supuse que era de las primeras veces – Himuro tomo un pañuelo y se lo paso a Shun, tomo otro para él – Estabas pálido desde antes de salir del bar.

-¿Qué? ¿Tú has matado a muchos? – Pregunto mientras se limpiaba con el pañuelo, luego suspiro – Es la cuarta persona a la que mato, aun no me acostumbro.

-Con razón. Supuse que eras bastante novato, con razón Tooru me ha enviado – Himuro sonrió al notar el ceño fruncido del peli negro – No te ofendas Shun, solo pensaba que es clara la diferencia de experiencia, puedo apostarte que he matado más personas que la cantidad de años que tienes.

-¿Eso crees? – Izuki lo miro incrédulo – Tengo 25 años.

-Yo tengo 27 y he matado unas treinta personas aprox., tal vez más o menos, no sé, solo cuento a la gente que mate desde que estoy con Tooru – Himuro encendió el auto y comenzó a conducir – ¿Te asuste?

-Solo estoy… un poco… impresionado, no creí que fueran tantos... ¿No sientes culpa?

-La culpa es un demonio muy fuerte, pero no en todos conviven con él – Himuro se quedó callado un instante – Concéntrate en matar personas malditas y entonces sabrás que aunque seas un monstruo por lo menos eliminas unos peores, da un poco de calma.

-Entonces… Tu no sientes culpa – concluyo Izuki – Siempre te deshaces de los tipos malos.

-Nunca dije que yo era de los que se salvan de la culpa.

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Takao termino de comer su almuerzo, se dirigía a su salón de clase cuando sonó su teléfono.

-¿Diga? – contesto alegre.

-“Takao, siento llamarte, pero ocurrió un problema con tu historial médico, se borraron unos datos y tenemos que ordenar los expedientes esta noche, de verdad siento las molestias pero ¿Podrías venir en la tarde?” – Le dijo Midorima del otro lado de la línea

-¿Eh? Ah sí claro, está bien, solo dime a qué hora y ahí estaré – Takao tomo una hoja y comenzó a rayar – Puedo ir después del trabajo.

-“Gracias Takao, después de las cuatro estará perfecto”

-Está bien, no vemos en la tarde Shin-chan.

Takao colgó el teléfono, tomo las copias que se encontraban pulcramente ordenadas en su escritorio y se dirigió a su salón de clases para poder aplicarles el examen sorpresa a sus alumnos, estaban a mitad de bimestre* y siempre era bueno ver que tal iban sus niños.

Entro al salón y dejo los exámenes en el escritorio, disfrutando de como los niños hacían cara de perdición al ver las copias.

-Bien niños, solo un lápiz y goma en la mesa – índico Takao mientras repartía las copias recibiendo las exclamaciones de perdición de sus alumnos – No se quejen, los harán de todas formas, tienen 50 minutos. Comiencen.

Mientras los pequeños hacían examen, le llegó un mensaje a Takao, al principio lo ignoro, ya que sacar el celular en examen podría hacer que los niños se distrajeran, pero fue una misión casi imposible cuando su celular comenzó a vibrar en su bolsillo anunciando la llegada de más mensajes.

-Quedan 10 minutos – les aviso, disfrutando ver los rostros preocupados de algunos alumnos – Listo se acabó el tiempo, entreguen sus exámenes.

Takao pasó a recoger los exámenes, los niños entregaban enseguida y se tomaban unos minutos para mirar la panza de su profesor, que aunque apenas se estaba notando, no dejaba de ser algo sorprendente. ¡Qué rápido había engordado su maestro! Pensaban mucho niños mientras lo veían.

-Muy bien niños, abran sus libros en la página 147, lean el texto y después responderemos el primer ejercicio juntos – Les indico Takao mientras guardaba los exámenes en una bolsa de plástico – Ya saben que si tienen alguna duda, deben preguntarme.

Apenas termino de decir aquella frase uno de sus alumnos levanto la mano y Kazunari le dio la palabra.

-Takao-sensei ¿es cierto que se tragó a  un niño y por eso tiene una panza grande? – pregunto el niño, en seguida sus compañeros comenzaron a decir sus propias especulaciones, Takao tuvo que callarlos antes de que se les ocurriera alguna tontería

-No me he tragado ningún niño, más bien voy a tener a uno, dentro de mí crece un bebé.

-¿Cómo nacen los bebes? – pregunto una niña esta vez.

-Eh bueno… varas – comenzó a explicar Takao sin saber que decir exactamente, hasta que una idea cruzó su mente – Después de que el bebé pasa nueve meses dentro de su mamá, entonces se tiene que ir al hospital y ahí un doctor se encarga de que nazca el bebé.

-¿Y cómo se hacen los bebes? – pregunto otro chiquillo y Takao quería morir de la vergüenza ¿No se supone que esas palabras se las tienen que hacer a sus padres?

-Bueno… los bebés se hacen – Takao se aclaró la garganta para buscar tiempo y pensar en algo – Cuando dos personas se quieren mucho, entonces – Takao volvió a aclarar su garganta, ya eran niños de 10 años ¿no habían visto aun eso? – Entonces ellos juntan dos células especiales de su cuerpo, formando una célula más grande que es puesta en el vientre de mamá donde tiene que crecer durante nueve meses. Por cierto niños hablando de células ese es el tema de hoy, No sabía que estaban tan entusiasmados ¿Eso quiere decir que ya terminaron el ejercicio?

Los chiquillos hicieron cara de fingir demencia y disimuladamente miraron hacía sus libros comenzando a leer. Takao aprovechó el momento para revisar el celular, encontrando montones de mensajes de Ôshima, el primero (al cual por cierto le costó llegar) decía que pasaría por él, y todos los demás eran simples emojis. El peli negro suspiro con frustración, él había creído que era algo importante, se alegró de no haberlo atendido antes y respondió con un simple ok, seguido de que tenía que ir al hospital. Tooru le respondió con otro ok y diez emojis. Takao suspiro y retomo su clase.

Tal como había dicho, Tooru lo esperaba fuera de la escuela, Kazunari de verdad agradecía que su amigo se tomara las molestias ya que viajar en auto era mucho más cómodo que ir en transporte público.

-¿Qué tal el trabajo? – pregunto Tooru con una sonrisa cuando el pelinegro subió al auto.

-Bien, tengo que llegar a calificar exámenes – Kazunari se abrochó el cinturón de seguridad - ¿Gustas ayudarme?

-Sabes que con gusto, pero yo igual tengo que calificar informes de mis alumnos – Tooru alargo su mano para tocar el vientre de Kazunari – ¿Te dio mucha lata mi sobrino?

-No, aun no puedo sentirlo tal vez cuando sea más grande.

-¿Por eso vamos al hospital?

-No, Shin-chan dijo que el bebé estaba bien, quiere que vaya por algo de unos datos para mi expediente o algo así – Kazunari se encogió de hombros – Alguna cosa que seguro no puede preguntar por teléfono.

Tooru asintió y condujo hasta el hospital. Como Midorima le había citado a las 4 y todavía tenían tiempo aprovecharon para hacer algunas compras, así como para llamar a Tatsuya para saber a qué hora deberían estar por él para las dichosas clases. Tooru y Tatsuya habían acordado acompañar a Kazunari ya que las clases eran en pareja, ellos serían un trío.

Llegaron al hospital a la hora indicada y Shintaro los recibió enseguida, sorprendiéndose de ver al castaño, ya que había pensado que estaría a solas con el pelinegro.

-Lamento haberte hecho venir – Se disculpó Midorima, mientras les indicaba que tomaran asiento – ¿Él es tu esposo? – Pregunto refiriéndose a Tooru.

-No, solo soy un gran amigo que trata de que Kazunari no meta la pata con sus tonteras – Tooru le tendió la mano a forma de saludo – Soy Ôshima Tooru, un gusto.

-Soy Midorima Shintaro, es un placer – dijo el médico imitando el saludo.

-Entonces ¿qué tengo que responder Shin-chan? – pregunto Kazunari con una sonrisa.

-La verdad es que te he mentido Takao – comenzó a explicar Midorima – Te he llamado porque quiero hablar de un asunto personal contigo.

Takao se tensó en su asiento y espero a que el peli verde continuara.

-Se trata del padre de tu hijo.

-No tiene, lo cuidare solo, la verdad es que es producto de una noche de copas, ni siquiera recuerdo el nombre del tipo – excuso Kazunari con calma.

-Miente completamente – contradijo Ôshima enseguida – La verdad es que Kazu habló con el padre pero hubo un malentendido, el tipo insinuó que Kazu mentía solo para enjaretarle al niño, y no ha vuelto a hablar con él.

-Veo que sigues igual de orgulloso y testarudo Bakao – dijo Midorima negando levemente con la cabeza – Conozco bien al padre de tu hijo, me ha pedido que le de tu dirección, está muy desesperado por hablar contigo. Kagami no es un mal hombre, algo idiota claro pero dentro de todo es… decente, por supuesto primero quería consultarte a ti, no sé realmente como es que terminaron así.

-Qué hables bien de él dice mucho Shin-chan, yo sé que tu no hablarías bien de alguien si no valiera la pena, pero no quiero hablar con Kagami – Dijo Kazunari con calma – Aparte si no me equivoco él está casado, no quiero ser un estorbo o un colado en su vida. Se muy bien lo bueno que puede ser, así que solo me haré a un lado.

-Solo habla con él Takao y deja de ser tan testarudo, quiere hacerse cargo de su hijo, justo ahora ese niño es lo único que tiene y por lo único que sigue aquí – Dijo una voz a sus espaldas, al voltear se encontraron con un rubio de ojos miel, cargando a una nena rubia pero de ojos verdes – Conocemos bien a Kagami, sería un gran padre.

-¡Miyaji-senpai qué milagro! – Le saludo Takao con una sonrisa – ¿Qué hace por acá?

-Deje de ser Miyaji hace cuatro años Takao, solo dime Kiyoshi – El rubio bajo a la nena, quien corrió hasta donde estaba el peli verde – Y solo he venido a traer unos documentos de mi descuidado esposo.

-Papi ¿ya melo sales? – habló la pequeña.

-No, todavía no princesa – respondió cargando a la niña.

La cara de sorpresa de Takao era insuperable, si mirada pasada del rubio al peli verde sin poderse creer que ese par habían terminado casados y ahora con una adorable niña.

-Bueno estas personas parecen agradables y sinceras Kazu, deberías hacerles caso y buscar a Kagami – Dijo Tooru después de un rato en el que nadie dijo nada – Parecen conocerlo bien.

-Disculpa que maleducado, soy Midorima Kiyoshi – se presentó el rubio – ella es nuestra hija Yuri.

-Un placer, soy Ôshima Tooru – correspondió el castaño con una sonrisa – Gracias por tomarse la molestia de hablar con Kazu, es un necio cuando se lo propone.

-No hay de qué, de cualquier forma nos preocupamos tanto por Takao como por Kagami, y ese niño necesita conocer a su padre – dijo Kiyoshi con una sonrisa – Vamos Yuri, es hora de ir a casa. – La nena bajo del regazo de su padre y corrió hasta donde el rubio la llamaba – Como sea, Takao solo piénsalo.

EL rubio se despidió y los dejo solos.

-Creo que sería buena idea que hables con él ahora – dijo Midorima con celular en mano – Si le llamo no tardará en llegar.

-No lo sé – Kazunari busco la mirada de Tooru y al encontrarse con los ojos del castaños, que lo veían tan insistentemente, suspiro – Está bien, llámale pero necesito hablar con Tooru-chan a solas mientras tanto.

-Está bien – Midorima salió del consultorio dejándolos solos.

-¿Qué sucede Kazunari? – Pregunto Tooru confundido

-Te voy a pedir una locura….

Notas finales:

Espero que les haya gustado! 

Nos leemos!! 


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