Aún de esa forma... yo te amo. por Adri6

No importa a donde vaya, él está ahí, ya ha pasado un año y no deja de sorprenderme de que siempre este observándome con aquellos ojos celestes que parecen el cielo de un bello día soleado. No puedo evitar preguntarme si es verdad lo que dice, no es que me importe pero… su persistencia no es normal, debe significar algo…

“¿Kirk?” --me pregunta Vlad y le miro esperando algo… ¿qué?... no sé

Camino hacia él mientras le doy la espalda a Superman, cada vez me cuesta más trabajo seguir a Vlad, me cuesta auto convérseme de que es mi persona especial… el tiempo no ha borrado aquella sensación de dolor, de que me falta algo… de que he olvidado a alguien importante. Dejo que Vlad me abrace y una vez más, escucho sus palabras que susurra cuando nos encontramos con Hernán. “No debes permitir que te confunda… que él solo quiere engañarte… Superman es nuestro enemigo y si debes enfrentarle, debes hacerlo sin titubear”. Parece mentira que aquel hombre que expresa una y otra vez que me ama sea el mismo que describe Vlad.



Noche tras noche… él no descansa, siempre nos observa desde lo alto, desde el cielo… es como nuestro sol en plena oscuridad. Trato de no mirarle pero siempre termino haciéndolo, sigue pareciéndome extraño, fue de lo normal… único y muy terco. A veces me hace sonreír, a veces pienso en él… tiene una expresión de rabia cada vez que ve a Vlad, pero después me dirige una mirada cálida… y puede que de algo más.

Siempre le pregunto a Vlad por Hernán, le pregunto porque nos persigue y que es lo que está esperando que suceda algo, pero él se encoge de hombros, me dice que quizás Superman enloqueció y por eso hace lo que hace.

“¿Enloqueció?”  –pregunte asombrado

“Está acostumbrado a tener todo lo que quiere... como no ha logrado separarnos, enloqueció”  –camino hasta el borde del edificio y lo miro fijamente—  “¿no es así?”  –sonríe burlesco y Hernán desciende a su altura. Se observan fijamente y me parece que la luna ilumina y oculta a la vez la verdad.

Desde que lo conozco, Hernán ha atacado a Vlad infinidades de veces, tienen batallas que destrozan la cuidad sin importarles donde estén. Vlad me tiene dicho que no intervenga pero en varias oportunidades he tenido que rogar por la vida de mi pareja. Cada vez que lo hago he tenido la suerte de lograr que él se detenga.

Hoy, ambos se observan desafiantes y como siempre, yo estoy entremedio de ellos, me cansa tener que seguirles el ritmo.



En ocasiones me aparto de Vlad y voy a mi lugar especial, es un edificio abandonado pero que aún conserva su arquitectura de los años de antaño, tiene su encanto ya que nadie se atreve a entrar, supongo que es como si fuera mi casa… mi hogar. Me encierro en aquel mundo por unas horas porque a pesar de todo… yo…

“¿Estás bien?”

“Ya ni me sorprende que siempre logres encontrarme”  –le miro y el sonríe, se sienta a mi lado y ambos admiramos el poco tiempo que queda para que llegue el alba.

“… ¿Vlad te alimenta?”  –pregunto

Le mire y trate de dar con el propósito de su pregunta, ¿por qué le importa?... ¿tiene alguna importancia de que no haga o no? Aquello fue algo que no respondí, de hecho me puse de pie y camine lejos de él.

“Kirk… ¿estás molesto?... ¿es porque siempre me enfrento con Vlad?”  –sentí sus ojos en mi espalda

Voltee y le enfrente, “que extraño”  –pensé. Una brisa revoloteaba por todos lados y que finalmente nos encontró, jugó con nuestros cabellos y antes de que él pudiera preguntarme algo mas yo fui el que hablo.

“Vlad dice que has enloquecido… yo creo que sigues confundido… no pierdas tu vida esperándome… sigue adelante… tanto él como yo podemos vivir eternamente… en cambio tu…”

“Yo no soy como los humanos”  –dijo con seguridad—  “si vives una eternidad… yo también la viviré” –se puso de pie y voló hacia mí, me observo con dulzura y sin que lo prevenga, se arrodillo— “nunca me he arrodillado ante nadie y jamás lo hare con otra persona que no seas tú… sufro cada día pero a la vez, algo me dice que lo lograre… no sé cómo pero lo lograre”  –levanto la mirada y tomando mi mano fue que sentí cuan cálido era su piel.

“Es lo más bajo que llegado… prácticamente te estoy suplicando que me recuerdes… que me ames… que vuelvas conmigo… no me importa humillarme… si tengo que seguir rogando de seguro que algún día dejare de hacerlo… cuando eso suceda… seré muy feliz”   –beso mi mano y sentí una tristeza aun más dolorosa de lo habitual ¿por qué?... ¿por qué?

Cuando el horizonte estaba iluminándose, tuve que apartarme de él, tuve que tener el valor suficiente para que no me afectara su actitud. Pero al final… es mentira… siempre me afecta… siempre. Es como si me conociera, sabe cuando estoy triste, cuando tengo miedo, cuando quiero hablar… cuando quiero estar solo… cuando necesito de alguien… me conoce lo suficiente como preguntarme si en verdad no le conozco.

“…Que envidia, siento mucha envidia de que…” –susurre y él escucho perfectamente mis palabras, me observo esperando que completara la frase pero…-- “…seremos enemigos mientras sigas atacando a Vlad… eso no cambiara a menos de que te rindas. Date cuenta de que no conseguirás nada de mi”

Superman se puso de pie y mirándome fijamente fue que sonrió triste, aunque el alba estaba pisándome los talones, no pude moverme, algo me ata y mantiene cerca de él. Creo que me acostumbre a tenerlo cerca de mí, me ha seguido tanto que creo que ya forma parte de mi vida… sin tener nada a su favor ha logrado que en cierta forma, yo lo espere cada noche.

“…tienes razón… todo este tiempo no he logrado nada… todo fue en vano… ¿eso significa que debo dejarte ir?.... ¿significa que debo dejar que él te tenga?... ¿debo olvidarte como tú lo has hecho conmigo?”

No pude responderle, la verdad que no… nada nos une y todo nos separa. El sol estaba por iluminarlo todo y ese espectáculo no está reservado para mí.

“Haz lo que te haga más feliz” –solo eso dije y me fui.



Cuando llegue con Vlad, él también me estaba esperando con una sonrisa triste, cuando me abrazo lo hizo con aprensión y dolor. Me susurro que sentía que me estaba perdiendo y eso lo estaba hiriendo en lo más profundo de sus sentimientos. Entonces lo comprendí, ninguno de los tres ha podido ser feliz, ¿entonces que falta para que eso ocurra?

Le abrace como siempre lo hago, le abrace con miedo de mi mismo, lo que un principio era una verdad clara y evidente para mi, ahora es un fango, una mezcla de agua con tierra. No distingo que es real y que no. Por eso tengo miedo, miedo de equivocarme…

Nos acostamos observándonos mutuamente, acaricio mi rostro con su mano y susurro: “Prométeme que no le hablaras… prométeme que no creerás en sus palabras… prométeme que te quedaras por siempre conmigo”



Cuando espere que llegara no llego, cuando espere escuchar su voz no la escuche… cuando espere verlo no lo vi. Acabo… la confusión de Hernán por fin encontró solución y fin. Pero lo irónico, es que la mía recién está comenzando, desde ahora seré yo quien no tendrá paz, estoy atado a algo que no sé que es… estoy viviendo sin tener lo que debo tener para vivir… el vacio que siento cada noche no la llena la sangre que bebo… no puedo calmar mi corazón afligido… no puedo recordar nada porque no hay nada que recordar, mi historia es esta… y no hay mas… quizás en verdad Hernán me estaba confundiendo con alguien más o tal vez ya lo encontró… ahora será feliz mientras que yo…

¿No es esto lo que querías?... por fin te ha dejado tranquilo, solo… ahora podrás estar en paz con Vlad, como siempre debió ser… si es lo que anhelaba… ¿por qué no estoy contento?... ¿por qué le extraño?