“Él se fue y nunca más volverá… un ángel caído a sus alas renunció, Fue tiempo atrás cuando se enamoró, un juicio divino su vida destruyó…”
El ángel con su propia perdición, vagaba una noche cual ensoñación, herido y triste pensaba en morir, se extravió… no tenía a donde ir.
La fría noche golpeaba su cuerpo, en aquella iglesia se refugió… cubrió su cuerpo con aquellas grandes y hermosas alas blancas.
Al ser un novato no sabia sobrevivir en aquel mundo humano, su orgullo le impedía reconocer que había fracasado, y al estar solo durante días solo deseaba morir… no quería volver al cielo y decir : “he fracasado en mi primera misión”, siendo él el mas sobresaliente de los nuevos arcángeles reclutas.
Con mirada gacha, ocultando sus brillantes amatistas bajo aquel flequillo plateado como los rayos lunares… quería renunciar a su vida como un cobarde.
Pero unos pasos se acercaron hacia donde él estaba, las suelas de los zapatos de aquel ser que poco a poco se acercaban se vieron detenidos frente a aquel ser de divina presencia.
-¿A dónde vas? ¿te puedo ayudar?- una voz suave y llena de bondad hizo que el ángel perdido levantara el rostro. Su boca se entreabrió y sus ojos amatistas se abrieron por el asombro, frente a él se encontraba un apuesto joven de castaños cabellos ondulados y hermosos ojos borgoñas extendía su mano hacia el peliplata mientras tenía una cálida sonrisa en su rostro.
Sin saber por qué su mano aceptó … El pobre ángel no supo que decir, pues del chico se comenzó a enamorar…
-me llamo Kaname…¿Cuál es tu nombre?- preguntó dulcemente con aquella radiante sonrisa ayudando a aquel ser alado a ponerse de pie.
-Zero…- respondió suavemente sin salir de su ensoñación.
“no lo sabe, pero carga un pecado mortal… la caja de Pandora abierta está…”
Estos sentimientos, que no se pueden perdonar… La fruta prohibida que se oculta en él…que no descubras su impuro corazón”…
Un amor prohibido surgirá… Pero juntos no están humanos y ángeles… “¡¡IMPERDONABLE!!”
Zero ya no quería regresar a su hogar, allá en el cielo, el amor que le tenia a ese humano era mas grandes que su propio orgullo… poco a poco su puro corazón comenzó a desear a alguien que no le pertenecía… Kaname estaba comprometido con una joven de baja estatura y cabellos castaños cortos y de grandes ojos granates, su nombre… Yuuki.
Querer alcanzar a aquel castaño le era imposible, era como ir corriendo tras un cuervo de alas negras que no detenia su aleteo, alejándose cada vez más y más de su alcance.
Ver a su amado Kaname pasear con aquella muchacha con la misma sonrisa en su rostro que siempre le regalaba a él… era sumamente doloroso…
-¡no puedo más!, ¡necesito verte!, dejame sentir tu dulce mirada…- gritó el ángel de plateados cabellos por la desesperación de aquel amor manchado de impureza… estar sometido a las leyes de su dios de que el amar entre el mismo sexo era un amor vulgar y sucio hacia que poco a poco su interior comenzaba a oscurecerse y el deseo de arrancar a Kaname de los brazos de Yuuki se hacia cada vez mas intenso.
Tomando su arma sagrada, aquella pistola de plata que tenia grabada “Bloody Roses”. Fue al lugar en donde su hermoso castaño tendría su cita con aquella mujer que despertó el primer pecado en aquel bello ángel : “ IRA”.
Se acercó poco a poco, con aquella arma entre sus manos… observó a aquel chico que ocupaba gran espacio en su corazón… y levantando su arma hacia la cabeza de la chica, apretó el gatillo disparándole a sangre fría… El pequeño cuerpo de la muchacha cayó a los pies de Kaname, quien estaba estupefacto y asustado, sus orbes borgoñas se abrieron por la sorpresa al ver a aquel ser tan hermoso que consideró como su mejor amigo… Un crimen imperdonable, arrebatar la vida de otro ser… carcomido por la envidia… despertando dos pecados inhumanos negados y aborrecidos por la iglesia y el cielo.
“¡ IMPERDONABLE!”
Zero se acercó hacia el castaño que estaba en shock, sus labios curvaban una sonrisa llena de amor hacia ese humano, con sus fuertes brazos rodeó a Kaname .
-no importa lo que tenga que pagar y a mis blancas alas renunciaré por ti- pronunció, sellando así sus labios con los ajenos, probando por primera vez la frágil cascara del pecado.
Ante tal sutil contacto con otro hombre, Kaname puso ambas manos en el pecho del menor y lo empujó, apartándolo bruscamente de él, llevó ambas manos a sus labios cubriendo aquel beso… El ángel de plateados cabellos solo agachó su mirar.
Cubriendo su rostro el castaño agachó su mirada, viendo el inerte cuerpo de su prometida tirada en el suelo…
Cuando notó una pluma blanca caer, levantando su mirada borgoña vió a aquel ser celestial volar… y dejarlo.
-gastaré toda mi vida por ti, te amo…- susurró el ángel.
Pero solo lágrimas de tristeza dejaba caer aquel ángel… su castigo recibiría en el cielo.
“mi corazón no brillará, si este pecado amor se hace llamar, y poco a poco mi cuerpo caerá al mal…”
Sus alas… negros como alas de cuervos se tornaron… no renunciaría a su amor por aquel humano…
Un ángel caído… a sus blancas alas renunció.
………………
El velatorio se hizo a los días, con el pequeño cuerpo de su prometida reposando en un ataúd de rosas blancas… blancas …ese color que le recordaba a ese hermoso ser… un ser tan puro que él, un humano… llevó a cometer tales actos.
Así pasó el tiempo, de luto debía vivir…
El caballero con su traje ahora sin coloración, llegó al lugar de la consagración.
Él volvió vestido de negro, a el lugar en donde conoció al ángel.
Y encontró una tierna mirada, un extraño joven de hermosa visión.
El pobre joven no supo que decir, pues del chico… se comenzó a enamorar, su cabello pateado, ondeando al viento y aquellas orbes amatistas… pero vestido completamente de negro como él estaba parado frente suyo… su corazón comenzó a palpitar desesperado…
-¿ A dónde vas? ¿te puedo ayudar?- le habló aquel joven de cabellos de plata, con aquella sonrisa tierna en su rostro y extendiendo su mano hacia el castaño.
Sin saber por qué su mano aceptó.
… No lo sabe pero carga un pecado mortal y no se les perdonará.
“sentimientos que no se pueden perdonar, ellos traicionan todo sin dudar”.
Sin saber nada, se comenzaron a amar, y sin dudarlo él su corazón le entregó…
“lo prohibido se mezcló con amor… “
Un amor mutuo entre ellos, un amor que se expresaba físicamente en aquella habitación y en aquel lecho donde el castaño gemía sin parar bajo el cuerpo de aquel joven de cabellos plateados y mirada amatistas…
“… aquello se contaminó y desató la furia del cielo”
-ah!...t-te amo…-fue lo ultimo que se escuchó en aquel cuarto en penumbras cuando su acto de amor se vió finalizado una vez mas… hundiendo al chico de cabellos platas a otro pecado…”lujuria”.
“aquello solo era la transparencia de la pureza que traspasaron …”
Un recordatorio de un pasado lleno de pecado y ambos jóvenes el mal se seguro arrasaran, si tuvieran que vestir de luto solo caerían y serian infeliz…
Unidos están, pasado y presente, por mas que intentes nada se puede borrar… este es el fin caerán muy hondo, vistiendo de luto vivirás por siempre.
En aquel lugar, llegada la primavera, en un jardín de flores donde nadie conoce, excepto aquellos amantes que están allí sentados.
Sus miradas llena de amor y ternura, felicidad expresada con una calida sonrisa,
El chico de cabellos platas forma un anillo con esas mismas flores y se la coloca a su amado humano de cabellos castaños en la mano izquierda, en su dedo anular como muestra de su amor hacia él.
Kaname lo abrazó alegremente mientras era correspondido, besando sus labios, demostrando cuanto se amaban.
Pero desde los cielos, alguien los observaba, alguien que veía con ojos “justos” los actos de los seres vivos… ese arcángel juzgó a ese amor solo con una palabra.
-¡¡Imperdonable!!- exclamó. El arcángel que jamás sabria lo que es amar a una persona, con sus albinos cabellos y ojos rosados destellando en furia al ver tan pecaminosa unión entre dos hombres.
- cometiste un crimen…- decía aquella mujer alada al descender de los cielos con aquel brillo que representaba la “justicia”. No era solo eso, era mucho mas simple de lo que se imaginaban, ese arcángel odiaba al chico de castaños cabellos… por su culpa, un hermoso angel de cabellos plateados fue desterrado… un angel que tanto amaba y lo único que quedaba de él era esa arma…Bloody Roses.
“heridas, que duelen… ”, si dolían… Shizuka jamás tendría el amor que ese angel le entregó a un humano…
“sufriendo, pensando…sola culpándote” su culpa… y ahora… remediaría su error. Shizuka se encontraba parada de aquel joven. Apretando sus dientes al recordar el rostro sonriente de Zero.
Como una flecha fugaz, levantó aquella arma, será la que exterminará al joven humano que trajo el deseo… La bala del arma lo atraviesa en el acto, hiriendo su corazón, el cuerpo de Kaname cayó al suelo, con sus cabellos esparcidos en la hierva.
Al llegar al encuentro de su amante, las orbes amatistas vieron su cuerpo, corrió hacia él y lo estrechó entre sus brazos.
-mi amor… ya sufrió…- susurró el peliplata –gastaré toda mi vida por ti… como te juré aquel dia… mi pecado contrario…-
“aun pudiendo sus alas perder, un ángel renuncia a todo lo que fue… si verte vivir no descansaré, y así yo mi vida por ti entregaré, para que puedas vivir…”
“él se fue nunca más regresó, las alas de un ángel peligrando están, él lo amó, no quiso verlo morir…”
Los ojos de Kaname fijaron su vista a la triste sonrisa del peliplata y le escuchó decir:
-…mis alas te entrego para que puedas vivir… y nunca olvides… cuanto te amo…- con un suave susurro al viento un “lo siento”.
…El ángel desapareció rompiéndose en pedazos como un espejo de cristal… dejando atrás únicamente… una pluma negra.
“Él se fue nunca mas regresó, un caballero en espera vestido de negro, el tiempo pasó pero no renunció, dentro de él guarda aquel legado, no lo sabe pero el pecado crece dentro… buscando la fruta que nadie debe probar… esperando el día en el que puedan estar juntos otra vez.”
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-¡¡Zeroooo!!- se escuchó una chillona voz de la hija adoptiva del director, el mencionado solo levantó su mirada amatista de aquel libro, viendo a la castaña acercarse…
-eh?...¿qué lees?- preguntó curiosa… mas el contrario solo se puso de pie y contestó:- solo… un libro…- y caminó ha hacer sus guardias como era de costumbre, siendo seguido por la chica.
Los portones se abrieron …
Amatistas y borgoñas hicieron contacto visual… y sin saber por qué… una sonrisa pequeña cruzó por los labios de Zero sorprendiendo un poco al sangrepura, quien solo se sonrojó.
“ aun pudiendo sus alas perder, un ángel y manchado de sangre un joven, en los fines de la tierra buscará, uniendo aquella impura relación… él ha cometido un crimen sin perdón, el tiempo pudriendo la fruta del pecado…hasta el día en que sus miradas cruzaran…”
FIN.