LOVE ME
La vida puede cambiar en un segundo, desde milagros hasta maldiciones. Lee Seung Hyun lo entendió y quiso abrazar el pensamiento de que lo que le ocurrió fue un milagro.
— La vida siempre es mejor si vez el vaso medio lleno — afirmaba con una sonrisa efímera, sabía que ni el mismo veía la vida de ese modo.
Nadie era consciente de sus lágrimas derramadas todas las noches o de lo bien que puede soportar el dolor insufrible de sus piernas.
— ¿Te duele? — preguntó Hanna por milésima vez. Ella era plenamente consciente del sufrimiento de su hermano, cada insignificante movimiento que realizaba era causante de un sufrimiento enorme en la columna de Seung Hyun.
— No es nada del otro mundo — respondió haciendo un ademán restándole importancia, sin embargo, su mueca de dolor ahí estaba, ella no pudo evitar mirarle fijamente y soltar un par de lágrimas que pronto se convirtieron en las primeras de muchas más
— SeungRi yo…
— No lo lamentes — la interrumpió — yo no lo hago.
Por mucho que sus sonrisas fueran pasajeras, el realmente no se lamentaba de su decisión y cada vez que tenía que hablar al respecto, sonreía de una manera tan hermosa que debilitaban al corazón más débil.
Flash Back
— Deberías descansar un poco — le recomendó Ji Yong — sé que el concurso es mañana, pero… has bailado sin parar desde hace 4 horas.
— Lo siento Hyung — sonrió torpemente — realmente quiero ganar.
Ambos miraban con ilusión el cartel que anunciaba el concurso nacional de baile, después de muchos años de entrenamiento, al fin habían reconocido el talento de Lee Seung Hyun y lo invitaron al concurso de baile dando como premio una beca universitaria para perfeccionar su baile en cualquier lugar del mundo. Ji por su parte, él había acompañado a SeungRi en todos sus entrenamientos ayudándolo a perfeccionarse y que pudiera lograr su sueño.
— Toma un descanso, tu cuerpo necesita estar preparado para mañana, y cansado no llegarás a ningún lado — le regañó y juntos salieron de la academia muy emocionados.
— Nos vemos Hyung, me saludas a Seung Hyun Hyung — gritó el menor de ambos y se dirigió a su hogar, no mentiría diciendo que no estaba nervioso ¡POR DIOS! El muy bien se podría desmayar de los nervios, pero tenía que ser fuerte y valiente para poder ganar esa competencia.
Mientras caminaba tranquilamente hacia su hogar vio cómo su hermana caminaba por las calles de la colonia, probablemente a ver a una de sus amigas.
— ¡HANNA! — Gritó. Ellos casi nunca se veían, ya sea por la escuela de ella o la academia de él eran pocas las veces que se encontraban, así que los momentos que estaban juntos realmente los disfrutaban.
— ¿Oppa? — habló ella y, en cuanto lo reconoció corrió hacia el para abrazarlo “como panda” sin embargo no vieron como un conductor ebrio se dirigía hacia ellos. Cuando el mayor de ambos logró divisar el coche que se dirigía hacia su hermana, no dudó en aventarla y ser el quien recibía el impacto. — ¡OPPA! — Gritó aterrorizada la más joven, — ¡AYUDA! ¡AYUDENME! ¡OPPAAAAAA!
…
Todo pasó realmente muy rápido; tanto, que ni siquiera notaron como el ebrio conductor escapaba de la escena.
— ¿SeungRi? — Escuchó la voz de Ji Yong, quien no dudó en hablarle apenas vio cómo se movían lentamente sus ojos.
— Hyung — dijo recién lo pudo apreciar — ¿Dónde está Hanna? ¿Está bien?
— Si SeungRi, ella está bien está afuera de hecho.
— ¿Dónde estoy?
— Estás en… el hospital — trató de hablar serenamente pero su voz no pudo evitar quebrarse.
— ¿Y cuándo me darán de alta? ¡HYUNG TIENES QUE DECIRLES DEL CONCURSO!
— Ri… ellos están enterados — una lagrima traicionera adornó el rostro de Ji Yong, no sabía cómo darle la noticia.
— ¿Y por qué no me han sacado de aquí? ¡Hyung diles que ya desperté! Tengo que pararme y… ¡AHHHHHH! — Su rostro se descompuso en dolor puro cuando intentó moverse, su espalda baja le dolía horrores, y ese movimiento no se lo esperaba Ji.
— No Ri espera, no te puedes mover — corrió a acomodarlo a una posición más cómoda. — Ri tu… te quedarás por más tiempo, no podrás ir al baile.
— Bromeas ¿verdad? — sus ojos reflejaban un dolor inmenso, como si el reciente impacto de dolor no fuera nada.
— No Ri, no bromeo — por primera vez el mayor lo miró a los ojos y SeungRi pudo ver el dolor que su hyung sentía.
— No llores hyung, yo estoy en perfecto estado, cuando esos tontos doctores se den cuenta que puedo bailar como si nada se arrepentirán por dudar de Lee Seung Hyun — dijo con total confianza — solo deja que me…
— ¿Ri?
— Hyung…
— ¿Si? — el menor mantenía la boca abierta, como si dudara en hablar, pero de pronto esta comenzó a temblarle al tiempo que sus ojos destilaban desesperación, y ahí Ji Yong entendió todo, el menor recién lo sabía.
— No puedo mover mis piernas — dijo con un temor gigantesco cada palabra — ¿Por qué no puedo? ¿Estoy sedado?
— Ri… lo lamento.
Lamentos y llanto interminable inundaron la habitación y el pasillo de aquel hospital, todos los cercanos al menor se dieron cuenta de su dolor.
Al haber golpeado la espalda baja y dañado el coxis, el dolor insoportable de su cuerpo al mover las piernas su propio cerebro lo inhibió, de tal manera que, no podía moverlas, evitando de esta manera un dolor más grande a su cuerpo, y esto solo significaba una cosa.
Jamás podría cumplir su sueño.
Fin Flash Back
¿Será bueno morir? Se preguntaba cada vez que se sumergía en profundo llanto con su almohada como testigo.
Él lo intentaba, realmente que lo hacía, pero fue ahí donde descubrió que su única pasión por la vida era el baile. Se le hacia la máxima y gloriosa exposición de belleza en el mundo, cada vez que movía sus piernas al tiempo en que sus brazos se extendían para lograr una posición perfecta él se sentía completo, sentía que por fin su alma y cuerpo estaban de acuerdo en algo.
Jamás se enamoró, solo del baile y es que no encontraba a “su par” justo como nombraba Ji Yong a Seung Hyun.
Y cada vez que se veía al espejo, solo veía lo egoísta que podrían ser las personas.
Su hermana se sentía culpable por el accidente al igual que su mamá y por mucho que lo veían sufrir seguían esperanzadas de que él le encontrara sabor a la vida. ¿Por qué no dejarlo ir y que cumpla sus sueños en otro lado?
¿Existiría alguien que realmente lo amara sin egoísmo de por medio?
…
— ¡Ven SeungRi! — gritó Ji desde la sala, últimamente se la pasaba en su casa ya que estaban de vacaciones en la academia — Te va a encantar, ven a ver esto.
El aludido se acercó lentamente en la silla de ruedas en su posición favorita de la sala y miró curioso que había una persona nueva en casa.
— Oh, hola — saludó tranquilo, jamás en su vida lo había visto.
— Hola — el invitado lo miró y le sonrió de una manera preciosa, sus ojos se curvaban en medias lunas al igual que su sonrisa, sincera, honesta, sin lastima. Se quedó embelesado por un momento que no notó que se sonrojó por la insistente mirada del invitado el él.
— SeungRi, te presento a mi amigo Young Bae, él es mi amigo de infancia que te platiqué y recién nos encontramos de nuevo ¿No es grandioso?
— Si.
— SeungRi, he escuchado mucho de ti — habló de nuevo llenándolo con su suave y serena voz.
— ¡Vamos a ver la película! — intervino Ji. Haciéndonos a todos mirar la pantalla, incluso su pareja Seung Hyun viró los ojos conociendo a su pequeño.
La película se trataba de un video casero donde aparecían los enamorados de Ji Yong y Seung Hyun en un parque comprando un gran ramo de flores.
— ¡Ay no! ¡Hyuuung! No queremos ver sus cursilerías — repeló el menor, haciendo reír a los presentes llamando la atención del visitante que no dejaba de ver sus expresiones.
— Tonto Riri, espera se viene lo bueno.
— Hyung no seas exhibicionista — volvió a replicar ganándose un golpe en la nuca.
— Ya no hay respeto — dijo fingiendo enojo para volver a poner atención a la grabación.
De pronto se pone en negro la pantalla y las voces de Ji y Seung luchando con la tapa de la cámara para que empezara a grabar era lo único que se entendía. De pronto se vio como lograron por fin grabar decentemente y en la pantalla se veían los múltiples espejos, donde se apreciaba la figura del menor en diferentes ángulos bailando de manera profesional un tango demasiado sensual.
— Wow — vocalizó Young Bae, enamorado de lo que sus ojos veían.
— Hyung… — la vocecita temblorosa de Ri inundó el lugar, aun no estaba preparado para verse a sí mismo, de hecho, dudaba poder hacerlo algún día.
Con la velocidad que la misma silla de ruedas le permitía andar, salió de casa, huyendo de todo su pasado.
¿Qué podría hacer?
Su vida se había terminado ese día, el universo le había dado la oportunidad de gozar la perfección para después quitarle ese privilegio. ¿De qué sirvió todo su esfuerzo?
De igual forma ¿Alguien podría llegar a amarlo en ese estado? Se sentía tan solo e incomprendido que de manera inconsciente subió hasta la azotea del techo de la academia y se posicionó en la orilla de esta.
Esperando solo un poco más de coraje.
Sin embargo, no llegaba.
— Aléjate de ahí que podrías caer — habló Young Bae, y si bien su voz se escuchaba firme, también se podía notar todo lo ajetreado que estaba por correr detrás de él.
— ¿Y cómo sabes que no quiero caer? — preguntó aun viendo hacia abajo.
— Pues… ya lo habrías hecho — habló esta vez a un lado de él, asustándolo un poco.
— E-esto es algo privado ¡Vete!
— No puedo, ya soy parte de esto
— No eres parte de nada ¡Ni siquiera te conozco!
— Pero yo a ti sí.
— S-sabes algo, no me importa déjame tranquilo.
— No, lo siento, tengo que estar contigo todo el proceso. Todos los que planean dejar su vida es por algo, y bueno, dudo mucho que tu hayas dicho tu propósito de muerte después de que escaparas de tu casa, así que soy todo oídos. ¿Por qué te quieres ir?
— No te engañes, no te interesa.
— Oh claro que lo hace, no todos los días ves a una belleza intentar quitarse la vida.
— Oh por dios, eres de esos.
— ¿Esos?
— Si… los hombres que gustan de otros hombres y no tienen vergüenza de demostrarlo.
— Oh, claro que no me avergüenza, es decir, solo se vive una vez, pero supongo que tu no lo vez así, igual no trataré de cambiar tu opinión.
— Pensé que querrías detener mi muerte.
— No, yo solo dije que quería escuchar tus razones, de igual manera si lo tienes decidido. No hay nada que pueda hacer al respecto… tu ¿Quisieras compartirme tu historia?
Young Bae se acercó lentamente al escucharlo sollozar, él había entrado en pánico cuando el menor había huido de esa manera. Después de verlo tan perfecto y ahora al borde del colapso entró en pánico, tenía que hacer que él mismo notara lo hermoso que es la vida de una manera u otra.
— Hay muchas razones Young Bae, sin embargo, tirar la toalla y dejar a todos de lado es muy egoísta, rendirse es mucho más difícil de lo que parece, pero estoy en un punto donde si sigo adelante solo me espera sufrimiento. Mi madre no es para siempre… mi hermana, bueno ella tiene que seguir su vida y mi vida… mi vida se perdió cuando perdí la movilidad de esto y yo… yo solo quiero gritar, volver a tener lo que tuve, si fuera por mi hermana o cualquiera de los que quiero lo volvería a hacer, pero… ¿Por qué yo, que nunca le he hecho nada a nadie tuve que pagar de esta manera? Tal vez tu no lo entiendas, pero… mi vida se resume a un círculo vicioso de dolor y soledad ¿Es injusto que me ponga en esta situación queriendo escapar de todo? Sin embargo, tengo miedo, soy demasiado joven y ni siquiera me he enamorado yo solo….
— Basta — lo interrumpió el mayor separándolo de la orilla finalmente — tal vez no entienda tu dolor, ni tu soledad, ni tu supuesto egoísmo, pero sé que tienes razón en algo, y es que eres demasiado joven para morir sin darle espacio al amor — explicó mientras avanzaban hacia el elevador alejándolo de su destino.
— ¿Qué haces?
— Me hago responsable.
— ¡¿Qué demonios?!
— Te dije que soy parte de esto ahora — sonrió de frente a él en el reducido espacio del elevador — no importa cuán egoísta sean los demás o incluso tú, ahora que soy parte de esto esta es mi amenaza Lee Seung Hyun, no te daré mi permiso para que mueras, jamás lo haré, y estaré ahí, lo juro, estaré para hacer fracasar todos tus planes de huida, porque somos demasiado jóvenes y no puedes morir.
El moreno vio como el menor volvía a romper en llanto, sus ojos desesperados por fin recibieron un poco de brillo haciendo que Bae se sintiera orgulloso de su trabajo.
— Solo ter dejaré morir hasta que esté enterado de que aprecias la vida, después de que aprendas a ver el vaso medio lleno y no medio vació, cuando ames y seas amado de vuelta, solo ahí te dejaré morir.
— Bae…
— Pero seré más egoísta aun y no te daré opción, tendrás que hacerlo todo bajo una condición — le advirtió levantándole el mentón para que lo viera a los ojos.
— ¿C-cual? — balbuceó el menor mirándolo por fin, tentando al mayor quien no dudó en robarle un beso suave que recibió con sorpresa.
— Ámame.
Normalmente nos preguntamos ¿Por qué a mí? Pero nunca pasa por nuestra cabeza ¿Para qué?
Todo pasa en un segundo, incluso, se puede enamorar en uno.