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Summer Love por ImTheCrazyDreamer

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Notas del fanfic:

Para mí, los lyrics de una banda son muy importantes. Casi fundamentales.Y las canciones me inspiran a escribir. 

Es bastante inevitable que no mezcle la canción que estoy escuchando, con la historia. Es muy fácil adivinar que canción escuchaba.

(Por cierto, las traducciones, como siempre, fueron sacadas de FAIX. A esta gente le debo una gran parte de mi amor hacia A9, no sé que sería de mi vida sin ellas)

Notas del capitulo:

Se se, otro fic para Geno y Witch.

Las quiero <3

Ya sé que era para el finde, pero me gusta hacer sufrir al mundo (?) No mentira, hoy lo pude terminar de retocar. La idea principal era Saga como alumno, se deformó un poco la idea, pero al menos está. Me hubiera encantado poner a Tora regañandolo y azotandolo, pero no tenía tiempo para llegar a tal extremo.

Ya sé que mis fics no se comparan con los de Witch, pero medianamente pude cumplir con lo prometido (Medianamente).

Les agradezco mucho por leer a todos.

El calor húmedo y veraniego recorría las calles niponas, las fiestas duraban toda la noche, y las personas se extasiaban bailando al ritmo de la música.  Poca era la gente que dormía en una ciudad tan atestada e iluminada, a pesar de que ya era muy tarde.

-¿Podrías traerlo a mi departamento? No puedo ir a recogerlo.-  Ya no sabía que hacer con él.

-Estamos partiendo hacia allá, lo dejaré en la puerta debido a que… tengo algo  prisa.- Shou-kun sonaba realmente serio.- Pon tiene fiebre.- He aquí el motivo de su prisa. Sorpresa.

Algo que no sabía el bajista de A9, es que su amante pedía por él como un gatito pide mimos. Y se lo pedía al cantante, el cual estaba algo cansado de las borracheras del morocho.

-Los espero.- El tono de Saga era preocupado. Shou no era el único que se cansaba de ver borracho a Tora. Ya no sabía cómo hablar del tema. El mayor siempre se terminaba enojando y discutiendo a los gritos.

Sentándose en el sillón,  el castaño miró a través de la húmeda ventana de su habitación. Su suspiro empeñaba el vidrio. La lluvia se detuvo hace unos cuantos minutos atrás, logrando así, sentir la humedad aún más intensa. Se podían divisar restaurantes, hoteles, bares, gente y luces. Sobre todo luces de los autos que tocaban bocina apurados para llegar a su destino. Entre esos, reconoció el de su amigo vocalista. Pero no se movió de su lugar,  debido a que mientras el automóvil de Shou desaparecía del panorama, al bajista se le acababa de ocurrir una idea y terminaba de recrear el plan en su memoria.

Se levantó de los cómodos cojines para internarse rápidamente en su armario a buscar lo que estaba deseando. Comenzó a cambiarse. Tenía algo de tiempo porque sabía lo que le costaría al vocalista subir a un borracho de 1,82 mts.  por el ascensor.

Solo quería volver a esas épocas, donde pasar un rato juntos, lo era todo. Las lágrimas le asomaban cada vez que recordaba esos momentos, en donde por cada mínima pelea que tenía con su amante, este venía ofreciendo sus disculpas amablemente. Hoy en día apenas mantenían conversación, debido al trabajo. Y los cotidianos y aburridos besos de saludo y despedida eran la mayor pasión en la pareja.

Ordenó y perfumó todo el ambiente. A las apuradas, prendió varias velas en la habitación. Apagó todas las luces del departamento, las únicas excepciones eran las velas de su dormitorio y una muy tenue en un pequeño velador en el living.

El timbre sonó, y por el tono de voz enfurruñado del otro lado de la puerta, supo que Shou estaba junto a Tora. El castaño se alarmó, se encogió de hombros, y descubrió que no sabría que hacer en caso de que el cantante quisiera acceder al departamento. Se acobardó y se deslizó hacia la terraza, completamente horrorizado por la idea de que el pelirrojo pueda verlo en tal aspecto.

Recordó que el guitarrista siempre llevaba sus llaves encima mientras su celular vibraba.

Un mensaje del vocalista observó en el aparato, el cual anunciaba que ya se encontraban en el umbral del alojamiento. Este le respondió excusándose que no podía abrir porque estaba bañándose y que el guitarrista llevaba sus llaves en el bolsillo de su chaqueta.

Shou estaba tan intranquilo con la fiebre de Hiroto, que cuando accedió al living para depositar a su compañero de trabajo en el sillón más cercano, jamás se percató de que no se oían ruidos de agua provenientes del baño, y que las luces de este no estaban encendidas. Ni a Saga se le ocurrió dudar de la reciente enfermedad del pequeño rubio guitarrista, estando en verano.

-Puedo cuidarme solo. Gracias, mamá- vociferó el pelinegro al cantante.

-A veces no entiendo como tu ‘’amor’’ soporta todo esto. Dale un tierno y dulce beso de mi parte.- Mencionó este.

-Ni lo sueñes.- El guitarrista se sentía sofocado por la humedad del clima. Un golpe se percibió en la puerta. Shou optó por largarse.

-¿Dónde estás amor?- chilló Tora. Esperó unos segundos, y no obtuvo respuesta.

Advirtió que una pequeña y fresca brisa provenía de las escaleras. Las que conducían a la azotea.  La entrada se encontraba abierta. También alcanzó a oír unos reprimidos sollozos.  Se levantó de su lugar y escogió dirigirse hacia allí.

Al subir, distinguió a su mariposa, a su amante, sentado con ambas piernas semi-flexionadas sobre el banco de la terraza, observando las luces de la ciudad a través del enrejado.  Mientras este suspiraba entre lágrimas, pudo darse cuenta que llevaba puesto un peculiar uniforme colegial. Uno que conocía bastante bien.

-¿Qué ocurre?- Apenas logró inquirir el prominente músico.

-¿Cómo les fue hoy?- Intentó cambiar el rumbo de la conversación…

-Takashi, ¿Qué ocurre?

Unos cuantos segundos de silencio se formaron. Saga flexionó sus rodillas abrazando sus piernas, como si de esta forma lograra defenderse del dolor. 

-Extraño las épocas en donde nos quedábamos casi toda la madrugada despiertos charlando. Cuando tu amor rozaba mi piel, cuando te preocupabas por mí. Cuando sentía tu cariño en cada palabra que pronunciabas. Cuando verme todos los días era lo mej…-

Su voz fue interrumpida por Tora, este se sentó en el espacio sobrante del banco y acercó su rostro frente a sus ojos. Saga no comprendía porque el aroma ni el aliento a alcohol se hacían presentes.

-Durante todo este tiempo, creí que no me querías como antes. Supuse que necesitabas más espacio. Comencé a dudar si me amabas, así que para no ser una molestia, me distancié de ti. Cada centésima de segundo en el que sentía que debía alejarme de ti, para no ser una carga, era un suplicio para mí. Tal vez no habrá un mañana, y puedo hablar desde el corazón ahora, pero te amo y eso jamás cambió.- Largó todo. Dejó salir meses de sentimientos acumulados y reprimidos. Se sintió completamente estúpido, libre y vacío.

 

 

 

Después de unos cuantos minutos, el bajista de ojos amarronados interpretó y comprendió la actitud de su amante. Pensaba que no pudo haber estado tanto tiempo alejado por un simple malentendido.

-Yo también te amo. Y te extraño. – Tora le limpió las lágrimas del rostro con sus dedos. No podía creerlo- No vuelvas a dudar de eso, en todo caso, podemos conversarlo.

Sentía que debía cambiar de tema. No quería verlo llorar por su culpa.

-¿Porqué te has puesto el atuendo escolar? ¿No es uno de los que usamos en…- Se interrumpió debido a que viendo la media sonrisa del castaño, solo se respondió a su pregunta. Este, lentamente y sonriendo cómodamente, se sentó sobre los muslos del mayor.

-Me lo puse para que tú puedas sacármelo.- Susurró en el lóbulo de su oreja, y reposó su rostro  en este. Fue muy complejo entender los radicales sentimientos de su amante.

-Mi sensei ya no me quiere. Porque reprobé su examen- Sus pucheros son únicos

 -Merece un castigo por no haber estudiado. Yo puedo darle lecciones por horas y horas- Con sus dedos temblorosos, y conteniendo su rudeza, intentando aparentar su desesperación, Tora comenzó a desabrochar la camisa y a desaflojar la corbata del menor. El mismo le comenzó a despojar al mayor su campera de cuero, y su blusa negra.

-No te das una idea de cuánto extrañaba esto, de cuanto extrañaba tus caricias, tu cuerpo sobre mí, tus movimient…-

-Las palabras ya no son necesarias.- Hoy era el día perfecto para interrumpirse mutuamente. Al menos eso pensó el robusto pelinegro.

Un deseado y cálido beso formó Saga al unir sus labios. Tanto era el tiempo que llevaban sin tocarse, que el mayor no pudo contenerse. Sus besos comenzaban a ser mucho más profundos y salvajes. Era lo que poseía en su interior, y lo que el bajista sabía que encontraría. Era lo que deseaba.

El bajista era exageradamente sensual. Tora sentía como su corazón latía fuertemente mientras ambos se quitaban sus pantalones. Así, ambos dieron paso a una noche llena de pasión que comenzaron en la azotea de su departamento, y la terminaron acariciándose, charlando y durmiendo entre las aromáticas velas y las empañadas ventanas de su dormitorio.

Bajo las blancas y semi-húmedas sabanas de su cama, el guitarrista despertaba preguntándose donde se encontraría su amante. Rápidamente supo la respuesta al escuchar el ruido del agua caer desde el baño. Alcanzó a ver una bandeja en su mesita de noche, con su desayuno servido.

No quiero terminar este sueño.

Deseando abrazar a su amante, oyendo el sonido del agua caer, sin ganas de levantarse, y abatido por el cansancio del día anterior, el gran y dulce tigre volvió a dormirse.

 

 

 

Notas finales:

Si. Odienme. 

No le puse lemon porque no es la imagen indecente que quiero para mí (?) 

Mentira, es porque no me sentía muy inspirada. Y lo que me salió no me gustaba.

No quiero que se terminen mis vacaciones TT-TT Quiero tener semanas para escribir, pero vivo en un mundo de responsabilidades, y eso que soy joven. 

El punto es que espero que les haya gustado, y sino, odienme por twitter. Tienen todo el derecho.


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