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Mi joven amo BrightPendulumShipping por LizzieVidal

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Notas del capitulo:

Ni Yu-Gi-Oh! ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi♥.

Hoy estoy de cumpleaños y este es un regalo de mí para mí *-* un buen lemon de mis amados BrightPendulum♥, ojalá a ustedes también les guste ¬u¬

 

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“A tu lado cualquier lugar se convierte en un pedazo de cielo”.

 

Los años han pasado y no cabe duda que desde ese beso con mi joven amo las cosas se han vuelto cada vez más difíciles, es como si Yuya-san demandara con todas sus fuerzas una mayor cercanía entre nosotros, ahora que posee 18 años lo entiendo perfectamente, está en esa etapa de querer conocer nuevas sensaciones, pero también hay veces en las que ante todo pienso fríamente, no es tan fácil responder a sus caricias, tengo que admitir que muchas veces el inocente niño del que he cuidado durante toda mi vida desaparece dejando a un inhibido muchacho demandando ser tratado como todo un adulto, a veces no sé qué hacer… no sé cómo suprimir mis propios demonios, me es tan fácil caer en su juego, yo también lo deseo, pero soy un caballero y como tal siempre he procurado respetarlo.

Aún puedo recordar el último incidente de hace una semana…

 

----Flashback----

—Hoshiyomi, podrías llevarme un té a mi recamara, me duele la cabeza -Mencionó Yuya-san comenzando a subir las escaleras.

—Claro Yuya-san, en seguida se lo llevo -Mencioné haciendo una pequeña inclinación, luego lo vi marchar con una sonrisa en mis labios por las escaleras, al verlo perderse por el pasillo de las habitaciones fui a hacer lo pedido.

Me dirigí a la cocina y comencé a recoger los ingredientes del té, optaría por hacerle uno con varios ingredientes como hierba de limón y también le pondría un poco de manzanilla, de esa forma el dolor de cabeza pasaría más rápido, además no había nada que un buen baño caliente y tal vez un masaje antes de dormir no arreglara para que se sintiera mejor.

Yuya-san estaba algo estresado por cosas de su escuela y en ocasiones casi no dormía por hacer diversos trabajos, era seguro que todo eso le estaba comenzando a pasar factura, nada me costaba hacer algo bueno por él y ayúdalo a relajarse para que se sintiera mejor.

Mientras hacía el té mi madre entró a la cocina llevando una charola en brazos junto a un par de tazas y un par de pequeños platos.

—Parece que esta noche los amos no dormirán, tienen mucho trabajo que hacer -Mencionó pesadamente dejando las cosas en el lavabo.

—Eso es malo para ellos, deberían descansar un poco -Mencioné algo preocupado, ya llevaban un par de días sin dormir bien.

—Lo saben, pero deben terminar el trabajo pendiente según me dijo Yoko-sama, aunque no sé porque -Mencionó mi madre suspirando, por cierto, Hoshiyomi, dentro de unos días, iré a ver a tu abuela ya que estará en la ciudad en casa de tu tía Rica, ya le pedí permiso a los amos -Mencionó sonriéndome -Me iré el viernes por la mañana y regresaré el domingo por la tarde.

—Claro, yo me quedaré aquí por lo que se ofrezca, si no estás tú me corresponderá hacer la comida de los amos -Respondí sonriéndole, mi madre asintió.

—Espero que no sea mucha molestia -Mencionó sonriendo, yo solo negué con una sonrisa y seguí con lo mío.

Cuando el té estuvo en su punto lo saqué del fuego y lo serví en la taza favorita de Yuya-san, posteriormente subí a su habitación para entregárselo.

Cuando me encontraba fuera de la habitación de Yuya-san toqué levemente la puerta no quería que el ruido fuerte fuera a hacer que su cabeza le doliera más o peor aún que terminara convirtiéndose en una migraña.

—Yuya-san, le traigo su té -Mencioné en voz baja.

—Pasa por favor -Al escucharlo abrí cuidadosamente la puerta, él estaba recostado en su cama con su brazo izquierdo cubriendo sus ojos.

—Aquí tiene Yuya-san -Mencioné poniendo la bandeja del té en su mesita de noche -¿Quiere que le prepare una ducha caliente?, estoy seguro que con eso se sentirá mejor -Mencioné sonriéndole aunque este no me estaba viendo.

—Sí, gracias -Mencionó débilmente, yo asentí.

—Pero por favor, tómese su té -Mencioné sonriendo.

—Ahorita lo haré -Mencionó asintiendo con su cabeza, fue entonces cuando me dirigí al cuarto de baño.

Entré y me dirigí a la parte de abajo del lavabo donde se guardaban algunas sales de baño, posteriormente me acerqué a la tina, me arremangué las mangas de mi camisa blanca y abrí el grifo para que el agua caliente comenzara a llenarla mientras esparcía uniformemente las sales, una vez que el baño estuvo preparado acomodé la ropa de baño del joven amo y salí de este para avisarle que estaba listo.

—Yuya-san su baño está listo -Mencioné sonriéndole mientras secaba con una toalla unas cuantas gotas de agua que habían caído en mi camisa.

—Gracias Hoshiyomi -Mencionó acercándose a mí parándose en puntas para atrapar mi cuello y posar sus labios sobre los mío, yo solo dejé caer a un lado la toalla pasando mis brazos por su cintura y correspondí el gesto dulcemente, sus labios cada día eran más expertos en cuanto a la materia, Yuya-san enredaba su mano derecha en mi cabello mientras mis manos se dedicaban a enmarcar su cadera, nuestro dulce beso cada vez se volvía mucho más demandante hasta que el aire comenzó a hacer falta, bendito oxigeno que me hacía regresar al mundo real.

—Yuya-san, debe ir a darse su baño -Mencioné muy a regañadientes, él solo me sonrió asintiendo.

—Claro, ya voy -Mencionó sonriendo soltándome para dirigirse al cuarto de baño, yo solo me dispuse a recoger la bandeja con la taza para llevarla a la cocina, posteriormente regresaría para el masaje que había pensado darle antes de dormir, sin embargo, sus palabras me hicieron dejar todo lo que estaba haciendo -Hoshiyomi puedes venir un momento -Mencionó desde dentro del baño, supuse que necesitaba algo y por eso me llamaba.

—Enseguida voy Yuya-san -Mencioné dejando todo donde estaba y me dirigí al baño, al tomar el picaporte de la puerta me di cuenta que no estaba cerrada así que solo la empujé un poco y esta se abrió, Yuya-san estaba sentado con su bata de baño puesta en el borde de la tina.

—Hoshiyomi, ¿me lavarías la espalda? -Cuestionó sonriéndome levantándose de la tina dándome la espalda, posteriormente se quitó la bata de baño dejándola caer en el suelo, entrando a la bañera, al ver su cuerpo desnudo una oleada de sensaciones recorrió mi cuerpo, sentí como de mi nariz quería salir un gran chorro de sangre como si se tratase de un géiser.

—Claro Yuya-san -Mencioné acercándome lentamente a él, seguramente él no era consciente de lo que estaba haciendo, estaba seguro que no, Dios, quería creer que no lo era -Por favor hágase un poco hacia enfrente -Mencioné acomodándome a un lado para así poder tallar su espalda sin problema.

—Si -Respondió él sonriendo, comencé a tallar su espalda con una esponja, pasaba suavemente con movimientos circulares sobre su piel deteniéndome en veces en sus hombros para así poder darle el masaje que había pensado, también tallaba gentilmente su cuello y bajaba por su espalda hasta su cadera después volvía a subir una y otra vez, sentí como poco a poco los músculos de Yuya-san comenzaron a relajarse hasta que suaves suspiros comenzaron a salir de sus labios.

—Creo que está listo Yuya-san -Mencioné sonriendo una vez que vi mi trabajo realizado, habrán pasado unos veinte minutos desde que había comenzado.

—Gracias, tus manos son maravillosas -Mencionó poniendo una de sus manos en su hombro izquierdo pasándola suavemente desde su cuello hasta el hombro pasando por sobre su pecho repitiendo la acción en su hombro derecho, yo solo lo miraba detenidamente, Yuya-san había dejado de ser un niño, ahora era todo un joven, uno muy apuesto y sin duda alguna con un cuerpo hermoso y una suave piel de porcelana, una piel que moría por acariciar suavemente con mis manos y mis labios centímetro por centímetro, pero… era mejor dejar de pensar en esas cosas antes de que tuviera un problema que no iba a poder solucionar en ese momento.

—Yuya-san, con su permiso me retiro -Mencioné haciendo una leve reverencia sintiendo mis mejillas arden ante mis corrompidos pensamientos.

—Hoshiyomi… -Mencionó débilmente volteando a verme, yo solo esperé que dijera algo, pero solo me extendió su mano para que la tomara, yo me extrañé, pero así lo hice, tomé suavemente su mano entonces él me jaló haciendo que me hincara a un lado de la tina atrayéndome a él para besarme mientras sus manos recorrían mi espalda -No, te vayas… -Mencionó entra sus beso despegando por segundos sus labios de mis labios, mis manos comenzaron a acariciar su piel desnuda poco a poco, comenzando con sus hombros hasta llegar a su suave espalda y a su cadera, mis manos viajaban por su piel suavemente y al llegar a su cadera la sujetaba con fuerza, Yuya-san enmarcó mis rostro con sus manos profundizando nuestro beso, poco a poco comencé a tomar el control de sus carias dándome paso entre sus labios para que mi lengua jugara sensualmente con la suya, poco a poco las manos de Yuya-san bajaron hasta mi camisa para desabotonarla delicadamente, yo subí una de mis manos para enredarla en su cabello y así profundizar mucho más nuestras caricias, también pasé mi mano libre a su pecho y atrapé uno de sus botoncitos y comencé a acariciarlo gentilmente provocando que la piel de Yuya-san se erizara y un pequeño gemido saliera de sus labios cuando nuestros labios se separaron para recuperar algo de oxígeno -Ho-shi-yo-mi -Mencionó cerrando uno de sus ojos mientras miraba como mi mano derecha acariciaba su botoncito izquierdo y como mis labios habían descendido desde su mentón hasta su pecho dejando un ligero rastro de saliva por su piel tomando su otro botoncito con mis labios a quien dedicaba toda mi atención rodeándolo con mi lengua y succionándolo en ocasiones -Ahhg Hoshi-yo-mi… -Mencionó con su voz algo ronca.

—Yu-ya-san -Mencioné con mi voz igual de entre cortada dejando la labor que tenía para volver a degustar sus labios, mis instintos estaban aflorando y mi cordura se había largado hasta que se escuchó la voz de Yoko-sama llamándolo desde afuera de la habitación.

—Yuya, ¡Abre la puerta jovencito! -Exclamó Yoko-sama con un tono algo molesto, seguramente porque llevaba tocando la puerta algunos segundos extra de lo habitual, yo solo atiné a levantarme rápido del suelo para que Yuya-san hiciera lo mismo.

—Voy má -Gritó mi amo, yo solo le alcancé su bata de baño volteándome para que este se la pusiera y para que saliera rápidamente del baño, yo no estaba seguro si debía salir o no -No salgas -Mencionó antes de salir del cuarto de baño cerrando la puerta, yo solo me acerqué a esta para escuchar lo que pasaba fuera.

—¡Vaya hasta que abres! -Exclamó Yoko-sama sarcásticamente.

—Lo siento má, estaba en la tina, estaba algo tenso y casi me quedaba dormido -Mencionó Yuya-san rápidamente.

—¿Huh?, ten más cuidado, no puedes quedarte dormido en la bañera, qué tal si te pasa algo Yuya, por favor sé más cuidadoso -Pidió algo frustrada.

—Sí, lo haré la próxima vez -Mencionó Yuya-san apenado.

—Bueno, solo venía a darte las buenas noches -Mencionó ella con un tono más calmado.

—Bien, buenas noches má -Mencionó sin más.

—¿Y esa bandeja? -Cuestionó haciendo que mi corazón comenzara a latir fuertemente.

—Ah, Hoshiyomi me trajo un té hace un rato, pero le pedí que me lo dejara ahí y que después lo llamaría para que se llevara las cosas -Mencionó Yuya-san nerviosamente, podía reconocer su tono nervioso en su voz.

—Bien, dile que venga a recoger las cosas -Mencionó Yoko-sama despreocupada.

—Claro má -Mencionó él sin más, a los segundos escuché que Yoko-sama volvió a despedirse y salió de la habitación, Yuya-san rápidamente se acercó a la puerta del cuarto de baño y la abrió -Estuvo cerca -Mencionó sonriendo apenado.

—Más que cerca -Mencioné soltando un hondo suspiro -Será mejor que descanse, Yuya-san, tendrá un atareado día mañana -Mencioné saliendo del cuarto de baño.

—Pero… -Comenzó a decir, pero no lo dejé continuar. Atrapé sus labios en un dulce beso.

—Buenas noches, Yuya-san, que descanse -Mencioné al separarnos soltándolo para ir a recoger las cosas y posteriormente salir de su habitación dejándolo un poco descolocado con mi accionar.

Al salir de su habitación me recargué un segundo en la puerta sintiendo como mi corazón latía fuertemente, estuve a punto de… ni siquiera quería pensarlo, la verdad si quería, pero no estaba tan bien, debía poder contenerme mucho más, pero era obvio que él me hacía perder todos mis estribos.

----Fin del Flashback----

 

Solo pensar en eso hace que mi cuerpo arda poco a poco, recordar sus besos, sus suaves manos recorriendo mi espalda y las mías surcando por su delicada piel… Debo dejar de pensar en estas cosas, el día ni siquiera ha comenzado y yo ya estoy aquí con estos inmorales pensamientos.

—Hoshiyomi, es hora de irme, pero recuerda que el domingo por la tarde estaré de regreso -Mencionó mi madre sonriendo.

—Claro madre, saluda a la abuela y a mi tía -Mencioné sonriéndole, ella me dio un suave beso en la frente y se retiró por la puerta de la cocina para no incomodar a los amos con el sonido de la puerta frontal.

Después de que se marchó pensé en volver a mi habitación y dormir unas horas más, eran las cinco de la mañana y el movimiento de la casa comenzaba hasta las siete ya que el amo Yuya-san iba a la escuela y los amos a su trabajo, así lo hice, regresé a mi habitación y me recosté en mi cama mirando el cielo raso, después de algunos intentos de conciliar el sueño y darme cuenta que no podría me rendí, además Yuya-san no había dejado de dar vueltas en mi cabeza ni un solo segundo… cómo poder dormir con tan perfecto chico dando vueltas en mi cabeza, mientras pensaba en Yuya-san y en todos los pequeños incidentes sentí como mi hombría comenzaba a despertar poco a poco, así que me levanté rápidamente de mi cómodo lecho y fui a darme una ducha fría para solucionar mi problema, entré a la ducha y abrí el grifo del agua fría, esta comenzó a caer en mi cuerpo calmando todo mi libido, daba gracias al cielo de haber encontrado este método cuando siento que estoy por perder la cordura.

Al salir de la ducha busqué mi uniforme que estaba planchado y acomodado en el armario y me vestí, miré la hora en el reloj de la mesita de noche, eran las seis y treinta, después de secar y cepillar mi larga y rubia cabellera salí de mi habitación y me dirigí a la cocina donde Yoko-sama ya se encontraba totalmente arreglada.

—Buenos días Yoko-sama, ¿se le ofrece algo de desayunar? -Cuestioné sonriéndole cálidamente.

—Sí, gracias Hoshiyomi -Mencionó sonriéndome -También necesito que las maletas de mi habitación las bajen de allá y las suban al auto, las de mi esposo también.

—¿Saldrán de viaje? -Cuestioné extrañado, los amos no habían comentado nada.

—Sí, se me había olvidado mencionarlo -Reveló apenada -Nos iremos en una hora y media, iremos a cerrar un trato con una empresa en Tokio, regresaremos el lunes por la mañana.

—Entonces les prepararé un desayuno rápido -Mencioné comenzando a buscar las cosas para el desayuno de los amos.

—Te encargamos la casa en nuestra ausencia, también a mi pequeño Yuya -Mencionó soltando un suspiro -Esto es cuestión de trabajo así que es impensable que vaya.

—Entiendo, no se preocupe, con los demás nos encargaremos de cuidarlo bien -Mencioné sonriéndole.

—No, recuerda que hoy comienza el descanso de las mucamas y no regresarán hasta dentro de una semana -Por eso te lo encargo a ti, prácticamente se quedarán solos, pero sé que contigo a cargo no tengo de que preocuparme -Mencionó sonriéndome, es verdad, cómo había podido olvidarlo, las chicas del servicio comenzaban su pequeño receso ese día, realmente sería un poco más pesado puesto que también tendría que hacer el trabajo de ellas, aunque sin tanta gente en la mansión Sakaki las cosas serían más sencillas.

—Gracias por la confianza Yoko-sama -Mencioné sonriéndole.

—No tienes nada que agradecer -Mencionó tomando una manzana la cual limpio con una servilleta y posteriormente la comenzó a comer -Esperamos el desayuno -Mencionó sonriéndome mientras se dirigía a la salida de la cocina.

—En seguida -Mencioné sonriendo, posteriormente tomé el teléfono para llamarle al chofer y pedirle que fuera por las maletas de los amos y que preparara el auto para salir a su viaje, en segundos lo vi entrar a la cocina dirigiéndose a dicho lugar, era bueno que fuera tan eficiente en su trabajo.

Cuando el desayuno estuvo listo lo llevé al comedor para que los amos pudieran desayunar antes de ir a su viaje, al llegar Yuya-san también estaba sentado en la mesa, me daba gusto también haber preparado el desayuno para él, así no tendría que esperar y podría desayunar junto a sus padres.

—Gracias por la comida -Mencionaron al unísono y posteriormente comenzaron a degustar sus alimentos, yo solo los miraba con una sonrisa.

—Con su permiso -Mencioné haciendo una pequeña reverencia y me retiré del lugar, era su momento familiar nada tenía que hacer yo ahí.

Fui y me senté en la pequeña mesa de la cocina y me serví un poco de café mientras hacía lo habitual en mí, contemplar el día que comenzaba por la ventana, cada vez que hacía eso los minutos pasaban sorprendentemente rápido.

—Hoshiyomi, mis padres ya se van -Mencionó Yuya-san entrando a la cocina llegando hasta mí para tomarme de la mano y dirigirnos hasta la salida.

—Se cuidan mucho -Mencionó Yoko-sama sonriéndonos depositando un beso en la frente de Yuya-san y dándome un beso en la mejilla.

—Nos veremos en unos días hijo, Hoshiyomi -Mencionó Yusho-sama feliz.

—Que tengan un buen viaje -Mencioné sonriéndoles mientras hacía un ademán de despedida, los amos subieron al auto y emprendieron su camino.

—Será un largo fin de semana -Mencionó Yuya-san sonriéndome.

—Eso parece -Mencioné devolviéndole la sonrisa -Yuya-san, ¿ya termino de desayunar?, recuerde que antes de las ocho debe estar listo para que lo lleven a la escuela -Mencioné mirándolo fijamente, él solo hice un puchero.

—No quiero ir, estoy fastidiado de la escuela, además es viernes -Mencionó entrando a la casa.

—Sí, pero no está enfermo, así que no hay manera de que lo deje faltar -Mencioné algo fastidiado.

—¿Entonces si estuviera enfermo podría faltar? -Cuestionó volteando a verme con una sonrisa -Ou, creo que me duele el estómago y la cabeza me da vueltas -Mencionó fingiendo el malestar.

—Yuya-san, por favor, debe prepararse para la escuela, deje el drama de lado -Mencioné poniendo mi mano derecha en mi cabeza sintiendo la frustración.

—No es justo, nunca falto -Mencionó fastidiado.

—De eso se trata ir a la escuela -Mencioné mirándolo fijamente.

—Bien, iré, pero necesitaré mucha energía para ir -Mencionó encaminándose hacia donde yo estaba para jalarme del uniforme y así quedar a la misma altura y besarme dulcemente mientras su beso poco a poco se volvía mucho más demandante, su lengua jugaba hábilmente con la mía mientras sus manos pasaban de arriba abajo por mi espalda, nuestros labios se separaron hasta que el nulo oxígeno reclamó acto de presencia -Aún no es suficiente -Mencionó mirándome con sus hermosas mejillas sonrojadas.

—Yuya-san, ese no es el lugar correcto -Mencioné pensando en que alguien podría vernos.

—Tienes razón -Mencionó empujándome levemente para que diera varios pasos hacia atrás entrando al armario que estaba a un lado del recibidor, me caí sobre unas cosas, daba gracias de que nada era algo que se pudiera romper o algo así, Yuya-san cerró con seguro la puerta tras él y se abalanzó sobre mi cuerpo poniéndose a horcajadas sobre mí para seguirnos besando.

—Yuya-san… por favor, deten-gase, esto… no es-tá bien -Mencioné tratando de pararlo, sus labios comenzaban a recorrer la piel de mi cuello y su lengua degustaba todo a su paso, sentía como mi libido aumentaba, pero no era correcto ceder, tenía que respetarlo.

—Hoshiyomi, ¿podrías dejar de respetarme por un momento?, en estos momentos tu respeto es lo que menos quiero -Mencionó sonriéndome ladinamente con una extraña pasión brillando en sus bellos ojos carmesí, sus mejillas seguían sonrojadas, su hermosa cara de “Tómame de una vez” me puso a mil, no entendía como un chico tan tierno podía tener facetas tan condenadamente sexys.

—Si ese es el deseo de mi amo -Mencioné pasando mi mano tras su cuello para pegarlo más a mí y comenzar un demandante y jugoso beso mientras mis manos pasaban desde su espalda hasta llegar a sus glúteos los cuales acaricie con firmeza haciendo que su miembro rozara con el mío que ya se encontraba algo despierto gracias a las caricias de la lengua de Yuya-san en mi cuello.

—Ahhg Hoshi-yomi -Jadeó al sentir mi miembro rozar con el suyo, sin más metí mis manos dentro de su pantalón para poder acariciar sus lindos glúteos de una manera más satisfactoria para mí, mientras los acariciaba firmemente Yuya-san había comenzado a refregarse contra mi cuerpo haciendo que mi miembro y el suyo comenzaran a despertar totalmente haciéndonos sentir una deliciosa sensación cada vez que se rozaban.

Descendí con mis labios por el cuello de Yuya hasta llegar a la estorbosa tela, dejé unos momentos sus glúteos solo para subir mis manos junto con su playera y dejarla a un lado, en ese momento lo contemplé por unos segundos, el color de su piel, su suavidad, su encantador aroma.

—Yuya-san… es hermoso -Mencioné sinceramente con una sonrisa, posteriormente pasé mis labios sobre su pecho dejando rastros de mi saliva, mis labios buscaron sus botoncitos los cuales comencé a besar y acariciar como si fueran lo más preciado para mí, Yuya-san llevó sus manos a mi camisa para quitarla de una sola vez haciendo que soltara sus caderas que en donde estaban descansando mis manos para poder quitar la estorbosa tela, ahora estábamos en iguales condiciones, mi adorado amo comenzó a pasar sus cálidas manos por mi piel haciéndome sentir una sensación deliciosa.

—Ahhg ¡Hoshi-yomi! -Mencionó entre sus jadeos cuando apreté con un poco más de fuerza una de sus tetillas, su rostro estaba más sonrojado que al principio, él era una total belleza.

—Hoy será mío -Sentencié mirándolo directamente a los ojos, mis mar azul se estaba fundiendo con el fuego carmesí de sus ojos.

—Siempre lo he sido -Mencionó mirándome con una sonrisita, yo solo asentí cambiando la posición, ahora yo era el que estaba sobre él, volví a sus labios para besarlos con ímpetu descendiendo poco a poco por su pecho y su estómago hasta llegar a la altura de su pelvis, podía notar la erección de su miembro, rápidamente lo descalcé y lo despojé de su pantalón dejándolo únicamente con su ropa interior, llevaba puestos uso boxers muy pegados de color negro, sin pensar mucho mi accionar pase mi lengua sobre la tela de una manera muy lenta, provocándole deseo -Ahhg Hosi-yomi -Gimió débilmente, seguí pasando mi lengua mientras también acariciaba su miembro con mi mano, pude notar la impaciencia de mi amo de sentir mi lengua a flor de piel así que sin más lo despojé de la última prenda que cubría su cuerpo, no podía existir cosa más hermosa en este universo que él, o tal vez solo era yo amándolo más que a nada que por eso me parecía el mejor manjar del mundo, al ver libre su miembro lo tomé gentilmente con mi mano y comencé a subir y bajar mi mano una y otra vez, primero lentamente y después de una forma más rápida, también posé mi lengua en el glande comenzando a degustarlo como si se tratase de un dulce, subía y bajaba mi lengua junto con mi mano enrollándolo en ocasiones y después volviéndolo a soltar, Yuya-san solo se mantenía gimiendo mientras se sostenía fuertemente de la alfombra del armario, a pesar de ser un lugar poco convencional para una primera vez debía admitir que era una de mis tantas fantasías cumplidas -Ahhg -Mientras sus gemidos más se intensificaban más continuaba animadamente mi labor, bajaba desde la punta hasta la base mientras con mi mano acariciaba sus gónadas y en ocasiones también pasaba mi lengua en estas haciendo que el amo pudiera disfrutar mucho más -Ho-shiyo-mi… por fa-vor -Pidió cerrando uno de sus ojos mientras mantenía su mano sobre sus labios respirando entrecortadamente.

—Dígame lo que desea, amo -Mencioné sensualmente despegando mi lengua de su miembro, sabía muy bien lo que quería, pero quería oir pedirlo de sus propios labios.

—Mete… ahhg mételo a tu boca -Pidió entre gemidos sacándome una gran sonrisa.

—Como usted ordene -Mencioné engullendo su miembro comenzando a succionarlo rápidamente, Yuya-san solo trataba de marcarme un ritmo con su mano, pero yo seguía en lo mío tratando de que disfrutara lo más que pudiera y yo también, después de unos minutos mi labor fue recompensada con la semilla de mi joven amo -Es delicioso Yuya-san -Mencioné tragando todo lo que había brotado y lo que había caído en mii mano lo limpie sensualmente con mi lengua mirándolo fijamente.

—Tu boca es maravillosa -Mencionó atrayéndome hacía sus labios para besarme con ímpetu, después de unos minutos abandoné sus labios para subir una de mis manos a sus labios para que Yuya-san lamiera mis dedos y posteriormente comenzara a lubricar su entrada, mi dulce amo los lamio sensualmente mientras yo mantenía una sonrisa en mis labios, una vez que estuvieron lubricados los dirigí a su entrada la cual comencé a masajear suavemente, Yuya-san buscó despojarme de mi pantalón y de mi bóxer para tomar mi miembro entre sus manos el cual comenzó a palpitar al sentir la calidez de esta.

—Yuya-san… -Mencioné con mi voz entrecortada y ronca por la excitación, seguí en lo mío comenzando a dilatar su entrada mientras mi amo seguía otorgándome placer, me acerqué a sus labios para besarlo y así acallar mis gemidos, poco a poco fui introduciendo uno de mis dedos en su entrada comenzando a simular embestidas lentas que cada vez se hacían más fuertes mientras mi amo gemía mi nombre.

—Hoshi-yo ahhg mi –Seguí moviendo mis dedos tratando de abrir lo más que podía su entrada para que no fuera a sentir tanto la incomodidad al momento de ser uno con él hasta que sentí que estaba listo, antes de que pudiera hacer más, Yuya-san me empujó haciéndome que me fuera hacía atrás y él se posicionó a horcajadas sobre mi nuevamente, comenzó a tallarse sobre mi hombría que ya estaba más que despierta y comenzaba a tener en el glande la presencia de líquido preseminal, sentía que no podía más, debía poseerlo de una vez por todas, lo tomé de sus caderas y lo apegué más a mí, Yuya-san sonrió al verme –Eres mío –Mencionó sensualmente acercándose a mi oído pasando su lengua por el borde de mi oreja, yo solo sentía un gran escalofrío recorrer mi cuerpo, antes de poder reaccionar sentí como Yuya-san había comenzado a introducir mi miembro en su entrada mientras mantenía sus manos en mi pecho para apoyarse, una vez que mi miembro estuvo por completo dentro de él sentí las paredes de su recto apretar mi miembro, su estrechez era la gloria, Yuya-san seguía con su rostro sonrojado y pequeñas y finas gotas de sudor caías sobre su rostro como si se tratase de rocío matutino, Yuya-san era hermoso, era la persona más hermosa de este mundo, no, de este universo y de todos los habidos y por haber, nunca nadie iba a ser tan perfecto como él, traté de poner recta mi espalda para tomarlo de sus mejillas y besarlo con ímpetu, mi corazón se sentía tan emocionado, por fin éramos unos.

—Lo amo –Mencioné al separar nuestros labios mirándolo fijamente a los ojos, sus ojos carmesí eran un par de hermosas joyas, nunca nada se compararía al brillo de sus ojos justamente en ese momento.

—Yo también te amo –Mencionó mi amado amo sonriéndome sinceramente enmarcando mi rostro entre sus manos, solo nos sonreímos y a los segundos Yuya-san comenzó a mover sus caderas sensualmente, bajé mis manos de nuevo a estás para hacer que subiera y bajara sobre mi miembro, cada vez podía sentir como la temperatura de su cuerpo aumentaba, tanto había soñado con esto, pero era mejor de todo lo que hubiera podido pensar, soñar o imaginar.

Sin que mi amo se lo esperará cambié de posición haciendo que ahora él estuviera recostado y yo sobre él, pasé su pierna izquierda tras mi cadera y comencé a embestirlo con más fuerza, con cada estocada sentía como mi miembro entraba cada vez más, Yuya-san gemía suavemente mientras disfrutaba de nuestro momento, seguí embistiéndolo hasta que di en su punto, al tocar su próstata sus gemidos aumentaron, yo solo me recosté un poco sobre él para besarlo.

—¿Puede sentir mi amor? –Cuestioné mirándolo con una sonrisa.

—Puedo sentir cuánto me amas –Respondió quitando un poco de mis cabellos que se habían pegado a mi rostro debido al sudor, seguí embistiéndolo con más fuerza mientras con mi mano libre masturbaba su miembro que ya estaba de nuevo muy despierto y pidiendo toda mi atención, después de unos cuantos minutos más sentí que ya no podía más, estaba por correrme

—Yuya-san, no puedo más… -Mencioné dando las últimas.

—Y-yo tampoco –Mencionó con su voz más entrecortada aún, pensé en salirme para correrme fuera de él pero no me fue posible –¡No! –Mencionó Yuya-san dejándome extrañado -¡No te atrevas a correrte fuera! –Mencionó apenado tapando su boca con su mano, yo solo sonreí haciendo lo pedido, después de unas cuantas embestidas más y de aumentar el ritmo de mi mano en su miembro ambos nos corrimos yo en su interior y él entre nuestros miembros, sentí mi cuerpo liviano no podía dar crédito a lo que había pasado, estaba muy emocionado, mi corazón estaba tan feliz latía debido a todo el amor que sentía por mi dulce Yuya, lo atraje hacía mí haciendo que se acostara sobre mi pecho, el lugar era grande para ser un armario así que no habíamos sufrido incomodidad de ningún tipo.

—Esto fue una locura –Mencioné pesadamente mientras lo abrazaba por la cintura mientras Yuya-san descansaba su cabeza en mi pecho, al escucharme me miró extrañado.

—¿Crees que hacer el amor conmigo fue una locura? –Cuestionó pesadamente, sentí el pesar de sus palabras, yo solo sonreí.

—Me refiero al lugar, alguien como usted merece ser tratado como un rey y no pasar por lugares así –Mencioné tomándolo de su mentón subiendo su rostro para que me mirara fijamente, sus ojos estaban dilatados, tal parece que me había mal entendido y por eso iba a llorar, yo solo le sonreí cálidamente –Hacer el amor con usted es lo más bello que me pasó en la vida –Mencioné depositando un suave beso en su frente.

—A mí no me importa el lugar mientras esté contigo –Mencionó el sonriéndome más calmadamente.

—La próxima vez me aseguraré que todo sea perfecto para usted –Mencioné sonriéndole, él solo se sonrojo hermosamente ante mis palabras.

—¿Próxima vez? –Cuestionó muy sonrojado y no por toda la acción que habíamos tenido.

—Solo si usted quiere –Mencioné feliz.

—Eso es lo mejor que puedo escuchar –Mencionó sonriéndome cálidamente, yo solo asentí, Yuya-san se acercó a mis labios y deposito un casto beso que correspondí con todo mi amor.

—¡Yuya-saaaaaan! ¡¿Dónde está?! –Cuestionó alguien afuera, esa era la voz del chofer, nosotros nos miramos y rápidamente nos levantamos, daba gracias que Yuya-san podía mantenerse en pie sin problema, mi trabajo al dilatarlo había estado bien, nos vestimos rápidamente y cuando escuchamos que la voz se alejó salimos rápidamente del armario.

—Eso estuvo cerca –Mencioné pesadamente.

—Tal vez –Mencionó el sonriéndome.

—Yuya-san por fin lo encuentro –Mencionó el chofer llegando al lugar encontrándonos a un lado de la escalera, él solo atinó a tomar sus rodillas entre sus manos tratando de tomar un poco de aire.

—Aquí he estado todo este tiempo –Mencionó mi amo haciéndose el desinteresado.

—Lo siento, es tarde y debe ir a la escuela –Mencionó apresuradamente.

—No, hoy no iré, me siento un poco fatigado así que mejor descansaré en mi habitación todo el día –Mencionó dándose la vuelta –Por cierto… si eso es todo lo que debías hacer hoy puedes volver a tu casa o tomarte el resto del día de hoy y de mañana, no necesitaré salir a ningún lugar mientras no estén mis padres –Mencionó finalmente.

—Muchas gracias Yuya-san, entonces con su permiso, iré a mi casa –Mencionó haciendo una reverencia con una sonrisa y salió de la casa.

—¿Por qué ha hecho eso? –Cuestioné extrañado.

—Porque si él no anda por ahí merodeando, con la mucamas en su descanso y tu madre en casa de tu tía entonces te tendré totalmente para mí, así que pienso secuestraré –Mencionó tomándome de mi camisa dándome un demandante beso en los labios, sentí como un gran sonrojo surcó mis mejillas al escucharlo.

—No necesita secuestrarme, yo con gusto acepto ir con usted –Mencioné sonriéndole cuando nuestros labios se separaron.

—Entonces ven conmigo desde ahora –Mencionó mirándome fijamente a los ojos, sus ojos nuevamente brillaban con ese hermoso brillo que poseían cuando la pasión lo inundaba –Será un largo fin de semana –Mencionó tomando mi mano para subir escaleras arriba.

—Será un largo fin… -Mencioné dejándome llevar por él besándolo cada tres escalones mientras subíamos las escaleras,

Este solo el inicio de un gran fin de semana que pasaría completamente a solas con mi dulce y amado amo.

----Fin----

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Notas finales:

Asdfghjk no pues me encantó xD, espero que les haya gustado, sin más me despido que iré a seguir comiendo pastel je :$ oh si... publicaré las continuaciones de los fic mañana así que esperenlos, nos leemos pronto, cya :D

 


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