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El mejor amigo de Tom Riddle por Eowyn Fitzgerald

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Druella Rosier era algo así como una niña prodigio, entró a Hogwarts con diez años y desde el principio demostró sus increíbles habilidades mágicas, y además de ser la más joven, habilidosa e inteligente de su curso también era sin lugar a dudas la más hermosa, pero Druella también tenía unos cuantos detallitos que la convertían en la más odiada y temida del segundo año.

Para empezar era una firme creyente de la superioridad de la sangre, era arrogante, altanera, grosera, molesta, bueno... simplemente era un terrible ser humano que disfrutaba haciendo miserable la vida de las personas que consideraba inferiores (que eso equivalía al noventa por ciento de los estudiantes de Hogwarts) además era tan cruel que cuando hablaba con otra chica a la que ella no aprobaba siempre terminaba creándole complejos tan grandes que la pobre podría incluso llegar a pensar en el suicidio, sólo estaba en su segundo año y ya se lo había hecho a seis chicas, si, Druella no necesitaba sacar su varita o arruinar su manicura francesa para lastimar a alguien.

También podía ser amable, encantadora y educada, pero sólo con quien le convenía.

Ella se encontraba regresando de su clase de pociones a la sala común de Slytherin cuando vio a Cygnus con la misma dirección siendo acompañado por Dorea Black, si, eran primos pero también era un hecho que los Black eran muy conocidos por practicar libremente el incesto, y Druella estaba extremadamente encaprichada con Cygnus.

Acomodo su deslumbrante cabello rubio y preparó la mirada más dulce que tenía con sus perfectos ojos azules para cuando él pasara a su lado.

- ¿Podrías hacerme el favor de dejarme en paz Dorea? - exclamó Cygnus mientras Dorea se reía de su cara de enfado - las niñas son tan fastidiosas...

- Hola Cygy - dijo Druella interponiéndose en su camino con su angelical cara - no hemos podido hablar y...

- Mi nombre es Cygnus no Cygy - la interrumpió Cygnus con enfado - y quitate de mi camino niña estúpida - dijo justo antes de apartarla por su cuenta con un empujón - ¡me dan asco!

Druella observó atentamente como es que el chico más atractivo que había conocido la empujaba y entraba a la sala común, y lo decidió, algún día se casaría con Cygnus Black.

- Druella - dijo Dorea parando con su tren de pensamientos - eres mi amiga y por eso te diré esto... Cygnus aún creé que las chicas somos asquerosas así que te recomiendo no perder tu tiempo con mi primo.

- Puede que aún no esté listo para ello pero te aseguro que cuando lo este yo estaré presente.

- Si tu lo dices.

- Necesito descargar la tensión de ser empujada por mi futuro esposo ¿has visto a Augusta?

- Oh no... Druella te lo suplico... Augusta sigue siendo de mi familia...

- No seas tonta, después de lo que pasó ya no puedes considerar a esa rata como algo tuyo.

- Aún así...

- ¡Dime donde se encuentra ahora¡ - dijo exaltada - ¿tus padres nunca te enseñaron lo que las serpientes le hacen a las ratas? ¿acaso no me lo dices porque eres una rata asustada?

- Esta cerca del lago trabajando en tarea de transformaciones - dijo Dorea con un nudo en la garganta - no seas tan dura con ella... Por favor...

- No te preocupes, sólo destrozaré un poco su espíritu.

Augusta no se sentía cómoda en la sala común de Gryffindor, además de Algie Longbottom nadie le hablaba y siempre la miraban mal como si tuviera pústulas en la cara... lo que hubiera dado por ir a Slytherin, sus viejas amigas y parientes eran aún peor que los Gryffindors pues dolÍa mucho más aquel trato de las personas que estuvieron a su lado toda la vida, tenía tantas ganas de llorar y por eso huyó de la biblioteca cuando intento acercarse a Cedrella - la que alguna vez fue su prima favorita y mejor amiga - Y está la empujó antes de darse la vuelta y retirarse, Augusta terminó sentada bajo un enorme árbol en la orilla del lago en completa soledad haciendo sus deberes.

- No puedo creer la clase de basura que permiten entrar a Hogwarts en estos días - dijo la persona que menos quería ver en todo el mundo - ¿ya les dijiste a tus padres que te enviaron a Gryffindor?

- Druella no estoy de humor para soportar tus tonterías...

- Oh tiene garras la gata, bueno eso no importa...

- ¿Podrías por una vez no meterte en esto? No te he hecho nada y estoy cansada de tener que soportar a todos jusgando a mi persona como si el lugar donde duermo me hiciera diferente.

- Pobre torpe y feo bebé - dijo Druella con dulzura mal fingida - ¿no lo entiendes? El no haber quedado en Slytherin te hace una asquerosa traidora - cambió su semblante a uno realmente espeluznante - una maldita e inmunda rata de alcantarilla que no merece compasión, amabilidad o amor, me dan ganas de vomitar con solo ver tu horripilante cara de animal atropellado y me hace realmente feliz no tener que fingir que me agradas nunca más...

- ¿Como puedes decir cosas tan horribles? ¡…ramos amigas!

- Oh cariño, yo no tengo amigos... sólo aliados útiles, ya deberías saberlo, ninguno de ustedes podría importame menos ¿de verdad creiste que todas esos cosas buenas que te decía eran verdad? Pobre e ingenua Augusta, eres una ridícula con menos valor que un Knut... creía que al menos tendrías la inteligencia como para notar que una niña tan fea, torpe y ridícula como tú jamás podría ser amiga de alguien de mi nivel pero al parecer ni siquiera puedes compensar toda tu defectuosa persona con algo de coeficiente intelectual... me das lastima.

Augusta sabía que Druella muy apenas estaba comenzando y si la dejaba continuar las cosas terminarían muy mal para ella, no, no iba a permitírselo, no podía dejar que Druella se saliera con la suya y la rompiera... y ya estaba arta de todo.

Le arrojó su bote de tinta negra a la cara para después abalanzarse sobre ella y empezar a golpearla...

- ¡No me toques con tus asquerosas manos rata inmunda! - gritó Druella mientras se cubría de los golpes de la morena - eres una vulgar cualquiera ¡sueltame maldita escoria!

En eso Charis Black la hermosa y pelirroja hermana mayor de Cedrella se encontraba paseando con sus amigos Roger Nott y Marcus Zabini y pudo observar de lejos como es que su prima Augusta se hallaba sentada sobre el estomago de la más joven de los Rosier mientras le jalaba el cabello con una mano y con la otra la golpeaba en la cara.

Los tres alumnos de séptimo año corrieron con dirección de las niñas, Roger llegó primero y cargó a Augusta para separarlas.

- ¿Que rayos te pasa? - exclamó aireado el rubio de ojos azules - no existe justificación alguna para actuar como un bárbaro.

- Roger ella me insultó - dijo Augusta con lágrimas en los ojos - y yo...

- No me interesa, comportarte de una forma tan salvaje no borrará los supuestos insultos que dijo, lo que si hace es bajar tu nivel... me has decepcionado.

- ¿Estas bien Druella? - preguntó Marcus a la rubia con preocupación - ven vamos a la sala común.

Marcus y Roger se retiraron del lugar acompañado a una Druella que dejaba salir falsas lágrimas demasiado convincentes, por otro lado Charis se quedó junto a Augusta justo bajo el árbol.

- Lo que hiciste no fue correcto.

- Lo siento mucho Charis... pero es que ya no podía más, no sabes lo que he tenido que pasar últimamente - dijo la morena entre lágrimas - ya no lo soporto, esto jamás me había pasado...

- A mi si - dijo Charis antes de suspirar y sonreír dulcemente para la menor - te entiendo perfectamente porque Caspar Crouch mi novio es considerado un traidor de la sangre en el colegio y desdé que estoy con él las cosas no han sido nada fáciles, y supongo que esta demás decir que en casa tampoco son bonitas las conversaciones con mi padres.

- Pero Caspar es un sangre pura de buena cuna...

- Si pero frecuenta mucho a personas como Weasley y chicos cuyos padres son muggles... no me importa y lo apoyaré hasta el final pero eso me pone en una situación muy complicada, te cuento esto para que entiendas algunas cosas, primero que te comprendo y que si necesitas una amiga me tienes aquí por lo tanto nunca estarás sola, segundo que hay formas de soportar el dolor, tercero que no debes tracionarte a ti misma pues si el sombrero te dejo en Gryffindor es por algo y debes aprovecharlo, y cuarto que tus verdaderos amigos terminarán volviendo a ti ¿has visto como es que sigo al lado de Roger y Marcus a pesar de que desaprueban esto?

Aquello le dio esperanzas a Augusta.

En la sala común de Slytherin sentados juntos y haciendo los deberes se encontraban Abraxas, Tom e Hyperion a la vez que los dos primeros discutían por estarle explicando a un pobre Hyperion que le comenzaba a dolerle la cabeza por la confusión e intentaba no llorar al recordar lo que le había dicho su padre en el anden.

Pero no estamos aquí por ellos está vez, Alphard se hallaba recostado en un sillón largo en una esquina de la estancia abrazando a su hermano menor Cygnus qué estaba recostado tranquilamente sobre el mismo Alphard, bueno hasta que vieron entrar a Roger, Marcus y Druella.

Cygnus se quedó mirando directamente a una Druella muy enfadada con lágrimas en los ojos, sucia, con el cabello tan desordenado como si hubiera volado sin casco por horas, y su pálida piel manchada con tinta negra, era más que claro que había estado peleando a puño limpio con alguien en especial por lo moretones y su labio partido.

Todas las chicas que conocía se portaban de una forma tan estúpida que le daban arcadas y ver a a una no actuar como una princesa ansiosa por llamar su atención... aunado a que había peleado... a Cygnus se le ocurrió que no todas las chicas eran tan desagradables, se separó rápidamente de Alphard y sintió su corazón acelerar con la velocidad de una snitch dorada, y se dirigió con una sonrisa hacía Druella.

Eso no hizo nada feliz a Alphard Black.

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