En una cama de una habitación promedio de un hotel de Nueva York, un chico se retorcía, el cabello revuelto sobre su frente húmeda, palabras indescifrables saliendo de su boca, las manos se agarraban con fuerza de las sabanas y su cadera se arqueaba de un modo salvaje. Lloraba y al mismo tiempo jadeaba. Junto a él, un chico moreno hacía su mayor esfuerzo por intentar despertarlo... ¿Con qué demonios soñaba BaekHyun?
Pero despertó, aunque no realmente porque sus ojos no distinguían a quien tenía frente a él, sus ojos veían a alguien más y aún con rastros de lagrimas en sus ojos, se apoderó de los labios abultados del chico junto a él... Pero aquellos no eran los labios de sus sueños. Sus ojos se abrieron realmente segundos después, con horror observando a JongIn, su pareja de turno. El modelo y bailarín, Kim JongIn.
No sé que ocurre conmigo, estos últimos días, el estrés, ya sabes. — Se excusó torpemente mientras sin dar más respuestas salía de la habitación, rumbo al baño, dejando al desconcertado moreno solo en la cama. Jongin podría jurar que el beso de momento atrás, ese beso, no había sido para él.
¿A quién demonios besaba BaekHyun? — La pregunta resonó en las cuatro paredes, pero en el fondo, no quería saberlo, su corazón se apretaba de sólo imaginar perderlo, prefería tenerlo así a no tenerlo.
¿Empacaste todo? Vaya, ya veo que si.. ¿No qué sólo vamos por dos semanas? Da la impresión que te fueras por meses con tanto equipaje, no quiero ni imaginar el monto agregado que nos cobrarán en el aeropuerto por tu culpa. — Jongin abría la puerta del taxi, metiendo la maleta de su novio, demasiadas para tan pocos día, el con suerte llevaba un bolso de brazo.
No seas así, es sólo que llevo muchos regalos, no todos los días se casa mi único hermano ¿No? Además Luhan estará fascinado también, debo darle una buena bienvenida a la familia Oh ¿No te parece adecuado? — Baekhyun enseñaba su adorable rostro de cachorrito, ese al que Jongin jamás decía que no.
Está bien, amor. —
Adoro cuando me das en el gusto. —
Y así, la joven pareja se dirigía al aeropuerto a reencontrarse con Corea, el hermano mayor de BaekHyun, SeHun, finalmente contraería matrimonio con su pareja de años, LuHan. Era un logro el lograr una boda como el chino siempre soñó, después de todo hablaban de Asia, de Corea, donde la homosexualidad no terminaba de ser bien vista... ¿Debía estar feliz, no? Eso era lo que Baek se repetía una y otra vez, pero estaba tan inquieto, que a pesar de que el vuelo fuera largo, no había conseguido dormir ni media hora. Regresar significaba encontrarse con su pasado, él había escapado al otro lado del mundo para dejar todo atrás de una vez, pero el destino, el destino otra vez lo estaba obligando a volver.
Tranquilo, todo saldrá bien. — La mano fuerte de su novio atrapó la suya, dandole calma... ¿Por qué simplemente no podía enamorarse de Jongin tan fuerte como lo estuvo de él? No, no podía, él mismo se negaba a sentir, porque sería traicionar el sentimiento más grande del mundo y eso iba contra las creencias románticas que el pelirojo albergaba en su mente.
¿Cómo es? — El moreno intentaba relajar a su adorado novio con una simple pregunta, pero el rostro al mayor se le desfiguró un poco, por un momento creyendo que el contrario leía sus pensamientos.
¿Cómo es qué? —
SeHun, SeHun y LuHan, nunca nos han visitado , quiero hacerme una idea de ellos, más allá de las fotografías de sus redes sociales, para saber como comportarme. — Explicó con una sonrisa amena el moreno. — ¿Crees qué también vayan esos amigos tuyos, KyungSoo y Chanyol...ChanYeol?
Para ese momento, el rostro de BaekHyun había palidecido un poco, el escuchar los nombres, aquel nombre tan directamente lo noqueaba, aún si llevaba años convenciéndose de que nada había ocurrido, que el pasado estaba dejado atrás, porque eso jamás podría ser.
Son simpáticos, se ríen y bromean mucho, esa clase de personas. — Contestó con simpleza, cambiando el tema rápidamente segundos después, porque era capaz de tomar un vuelo de regreso a Estados Unidos en el siguiente vuelo si las cosas seguían así. Después de todo, JongIn no sabía nada, nadie sabría nunca nada.