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What would I do without you? por Onny

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Notas del fanfic:

Bueno, este es un Yoonmin que he borrado con anterioridad y cambiado completamente porque es de estas cosas que no te convencían. Igualmente con todas las vueltas que le he dado y todos los cambios que he hecho, ¡Espero que lo disfrutéis!

¡Argh, era tan complicado! La imaginación de Yoongi no estaba colaborando en lo absoluto a pesar de que tenía una idea muy clara de lo que quería componer. ¿Por qué tenían que existir esos días en los que no eres capaz de concentrarte ni de hacer nada a derechas?


Se llevó las manos a la cara en un gesto de desesperacion y gritó frustrado.

 

— ¡Joder! — exclamó.

 

Miles de pensamientos pesimistas empezaron a corroer su mente. Inútil, Min Yoongi, eres inútil. Una decepcoón. Un fracaso. Sabes que no eres capaz de seguir adelante. Abandona. Se un egoísta. Y, de repente, todo pensamiento quedó reducido a uno. Jimin.

 

El más joven había rodeado el cuello de Suga con sus brazos y había hundido la cada en el hueco el mismo.

 

— Hyung... — murmuró.

 

El mayor se estremeció al notar el aliento hacerle cosquillas.

 

— ¿Qué quieres, Jimin? — preguntó intentando parecer desganado, aburrido, cansado... Suga.

 

— Que no intentes espantarme porque sabes que no dará resultado — aclaró el moreno con tono irritado — y que no te martirices — esta vez sonó dulce y suave.

 

Yoongi suspiró y cerró los ojos durante una fracción de segundo. Jimin siempre había sido capaz de descifrarlo. Había deslizado las yemas de los dedos sobre él y había resuelto todas sus facetas como si de un cubo de Rubik se tratase.

 

— Lo siento, Jimin, hoy es uno de esos días.

 

— Te entiendo, hyung. Hace no mucho tuve un día en el que no podía realizar ni dos pasos de la coreografía seguidos sin equivocarme. Todos nosotros, incluídos los más profesionales, ¡O hasta JungKook! podemos tener un mal día — al acabar, el menor depositó un beso en el pelo de Suga.

 

Este asintió, pero aun así no se veía muy convencido del hecho. Jimin deslizó los dedos a través de la cabellera del mayor y a lo largo de su cuello y entonces se sentó a horcajadas sobre su regazo.

 

No había nadie en el estudio a parte de ellos dos, por lo que Jimin se aprovechó de la situación, Las miradas de ambos muchachos se quedaron fijas, estáticas, profuntas, penetrantes.
El corazón del más joven se aceleró, en su cara apareció un gracioso rubor y sus labios se resecaron de repente. De cualquier manera, habló.

 

— Bésame, hyung.

 

Suga sonrió de lado y agarró a Jimin de la cintura.

 

— ¿Qué ha sido eso, Jiminnie? ¿Estás avergonzado? Dime — acercó su rostro poco a poco hasta el de cabello negro pero no cerró la distancia al completo.

 

Jimin podía sentir la cálida respiración de su compañero en sus labios. Tenía el paraíso tan cerca y a la vez tan lejos. Se había acostumbrado a ignorar las palabras burlonas del de pelo gris y a hacer las cosas por su cuenta, así que agarró mechones de cabello gris entre sus dedos y selló sus labios con los del otro en un beso presionado.

 

— Si vas a besarme, hazlo bien Park Jimin — sonrió Suga en el beso.

 

El muchacho ya ni siquiera recordaba estar agobiado por tener un mal día. Jimin tenía ese efecto en él.

 

De esa manera, y burlándose de él, Yoongi aprovechó la boca abierta de Jimin dispuesta a quejarse para introducir su lengua y dar un beso de los que quitan el aliento.

 

Jimin ya estaba duro, y eso solo tenía una solución. Se lamió los labios y le dedicó a Suga una mirada cuajada de lujuria. Cuando el menor empezó a deslizarse desde sus piernas hasta el suelo, el de cabello gris lo miró desde arriba curioso, con los ojos chispeantes como pocas veces, casi parecido a cuando estaba sobre el escenario.

 

Y eso solo encendía más a Jimin, el cual dirigió las manos al botón de los vaqueros de Yoongi, lo desabrochó con sensual lentitud y bajó la cremallera de igual manera. Bajo el pantaón, los bóxer seguían privando a Jimin del contaco piel con piel así que los bajó lo suficiente como para que el miembro medio erecto de Suga saliera a saludar.

 

El moreno presionó ligeramente el glande de Yoongi con el dedo índice y entonces recorrió toda la extensión en una suave caricia. El mayor tenía una vista espléndida con Jimin de rodillas entre sus piernas, excitándolo de maneras que solo el vocal conocía.

 

Por otro lado, no importaba cuantas veces el menor viera el cuerpo del otro, cada una de sus partes lo hacían babear, su miembro más que nada. De hecho ya estaba empezando a pensar en el sabor salado del presemen y la ligera amargura de su liberación. Todo eso mezclado con el sabor propio de la blanca y tersa piel de Min Yoongi creaba una delicia exclusiva para Jimin.

 

El más joven centró de nuevo sus pensamientos en la tarea que estaba realizando y rodeó el diámetro del miembro del de pelo gris con su mano para empezar un suave y placentero vaivén. En respuesta al estímulo, el pene de Yoongi se hinchó un poco más y las gruesas venas se marcaron bajo la piel.

 

Jimin siempre había pensado que el hecho de que la piel tapara el glande del mayor era condenadamente sexy y se lo demostraba cada vez que le hacía una felación.

 

Se relamió los labios una vez más y mordió su labio inferior antes de engullir la erección del mayor. Con la mano derecha rodeó la base y comenzó un movimiento hacia delante y hacia atrás.

 

Yoongi siseó y agarró el pelo de Jimin en dos puñados, El susodicho retiró la cabeza dejando tras de sí un resto de saliva y miró al mayor. Este le devolvió la mirada, sonrió socarronamente y le guiñó un ojo.

 

En respuesta, Jimin sacó la lengua, y no precisamente con la intención de burlarse del otro. Estiró la piel de la erección de Yoongi hacia atrás con cuidado e introdujo la lengua en la hendidura.

 

La sensación hizo que el de pelo gris tomara aire de manera brusca y gruñera de placer. Apretó el agarre en el pelo de Jimin y dejó caer la cabeza hacia atrás, la nuca apoyada en el respaldo de la silla de escritorio.

 

— ¡Joder! ¡Jimin! — Yoongi se mordió el labio inferior y dejó salir un profundo y ronco gemido de su garganta.

 

El moreno sonrió aun con el miembro del rapero en su boca y lo masturbó en cortas ráfagas. Pronto, Suga notó un cosquilleo en la parte baja de la columna. Ese cosquilleo que le indicaba que estaba a punto de correrse.

 

>> Jimin, voy a...

 

Al escucharlo, el chico aumentó la velocidad de los movimientos de su mano y la intensidad de sus golpes de lengua.

 

Gracias a eso, Yoongi a penas necesitó un par de sacudidas de parte de la mano de Jimin para acabar en su boca.

 

El menor tragó el líquido y cuando se retiró del miembro atrapó la piel de este con los labios y tiró de ella con gentileza. Al soltarlo dio un pequeño latigazo que hizo a Yoongi soltar un último gemido.

 

— Ven aquí, Jimin — jadeó saliendo de su placer.

 

Jimin se lamió los labios atrapando cualquier posible gota a la fuga y entonces volvió a montarse sobre el regazo de su hyung.

 

— ¿Ha estado bien? — preguntó con una enorme y adorable sonrisa.

 

— Sabes que sí, enano.

 

— ¡No me llames enano! ¡Solo soy un puñetero centímetro más bajo que tú!

 

El de pelo gris soltó una carcajada antes de besar a Jimin para acallar sus quejas e introducir ambas manos en sus pantalones de deporte. Eso hizo que el más joven saltase en su regazo, sorprendido, cosa que no duró mucho al notar las finas y huesudas manos acariciar sobre su ropa interior la parte delantera y la trasera.

 

— Estás muy duro, Jimin.

 

— Claro que lo estoy, ¿Qué persona sana no lo estaría? — Un quejido placentero abandonó sus labios.

 

Con una sonrisa pícara en los labios, Yoongi metió la mano izquierda en los calzoncillos de Jimin y agarró su miembro para empezar a masturbarlo con tortuosa lentitud. Por otro lado, saco la mano derecha del pantalón y acercó tres dedos a la boca del otro.

 

El moreno no necesitó palabras para comenzar a lamer y humedecer los dedos del otro de manera sensual, como si estuviera lamiendo su miembro otra vez, En el momento en el que Yoongi supo que sus dedos ya estaban lo bastante lubricados llevó su mano al interior de la parte trasera de los bóxer de Jimin y deslizó un dedo sobre la fruncida y rosada entrada.

 

El vocal gimió y se empujó hacia los dedos, consiguiendo que Suga insertase el primero en su interior. Jugueteó y picó al más joven introduciendo solo la punta y sacándola hasta hacerlo gemir en desacuerdo y desesperación y solo entonces metió el dígito todo el camino hasta el nudillo en un rápoido movimiento. Jimin tomó aire en una bocanada y dejó caer la cabeza sobre el hombro de Yoongi, el cual aumentó la velocidad de la masturbación de Jimin a la vez que empezaba a mover el dedo en su interior, que fue rápidamente acompañado por un segundo y un tercero.

 

La dual sensación acrecentó el placer del más joven, el cual no necesitó mucho tiempo para yacer sin fuerzas y moviendo sus caderas de goma involuntaria en el regazo de Suga. Este hundió por completo los dedos en el canal de Jimin y acarició la cabeza bulbosa e hinchada de su pene con el pulgar en movimientos circulares.

 

El volumen de sus gemidos se intensificó momento a momento y clavó las uñas cortas en la espalda de Yoongi aún encima de la camiseta cuando el rapero golpeó el punto mágico en su interior.

 

— ¿Es ahí? — preguntó el mayor.

 

Jimin no pudo hacer otra cosa más que asentir absorto en el placer y arquear la espalda buscando más. Cosa que se le concedió.

 

Un par de golpes más en la próstata y la estimulación en su glande fueron suficiente para gritar el nombre de Yoongi en placer.

 

Después de eso cayó sin fuerzas ningunas sobre el cuerpo del mayor y escondió la cara en el hueco de su cuello mientras recuperaba el aliento, casi quedándose dormido.

 

Suga sonrió, se limpió las manos con pañuelos que abundaban en el estudio y acomodó su ropa y la de Jimin. Su compañero parecía haberse quedado dormido y el no tenía calor para despertarlo al verlo así de tranquilo y cómodo.

 

Recolocó el cuerpo del menor sobre el propio de manera que puediera inclinarse sobre la mesa para poder seguir componiendo y, milagrosamente, acabó.

 

Leyó un par de veces lo que había escrito para cerciorarse de que no había ningún error y entonces supiró y se relajó en la silla.
Llevó las manos a la espalda de Jimin y lo abrazó con ternura.

 

— ¿Qué haría yo sin ti? — preguntó al chico dormido — Gracias, ChimChim.

 

Jimin sonrió en el hueco del cuello de Suga.

Notas finales:

Bueno, se aceptan tomates, abucheos, patatas pochas y cualquier fruta pasada, también reviews por si queréis xD


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