XI—Florecer | !au, fantasía
Sale una flor, luego otras más. Sehun divisa su jardín, el que ha cuidado por demasiado tiempo; se pregunta por qué, pese a que la primavera pereció hace algunos meses, sus flores siguen brillando tan igual como en el primer día. Se asoma entre unos rosales, percibe luces de colores y brillos cayendo sobre margaritas. Alguien saluda.
Sehun siempre había sido escéptico sobre aquellos mágicos seres de cuentos fantasiosos. Eso, hasta que un ser luminoso se para frente a él y le saluda alegremente.
Y luego de un tiempo, puede sentir florecer algo en su solitario corazón, algo como amor.
XII—Compartir | !au, horror
En una mansión hay un gran banquete, velas resplandecen la oscuridad que yace en aquel salón sostenido por arcos repletos de flores rojas. Luhan festeja su cumpleaños. Sus padres le regalaron una cena elegante que consta de vino y carnes de alta calidad. Luhan toma una pieza de carne con un tenedor de plata. Sus dientes cortan la comida y sale un poco de sangre entre sus comisuras cuando mastica.
—¡Delicioso! —exclama—, sabía que era exquisito.
Cuando su madre pretende tomar algo de carne, la golpea con un cuchillo, pues él no quiere compartir a su gran amor: Sehun.
XIII—Suspirar | paranormal
Sehun varias veces pierde objetos justo en el momento importante en que los necesita. “En este lugar pena un espíritu”, advirtió la vendedora; decidió ignorar y se instaló en esa casa. Todo se complicó cuando tomó una ducha en la noche y escuchó a alguien suspirar cerca de su oreja; desde allí entendió que él no era el único habitante en el lugar. Luhan era ese ser que escondía sus pertenencias para jugar, suspirando detrás de él; siempre. Y aunque Sehun quiera deshacerse del chico fantasma, ya no puede, no cuando, ahora quien suspira es él; suspirando por haberse enamorado.
XIV—Caminar | apocalyptic!au
Están vagando en aquel abismo de nubes grises y edificios derrumbados. El cielo azul de hace varios años ya no existe más, solo un edén cargado de polvo y otras sustancias tóxicas para desvanecer las nulas estelas de vida. Luhan sostiene con fuerza la mano de Sehun, únicos sobrevivientes en busca de un nuevo hogar. Se preguntan si podrán llegar al ansiado lugar en donde la felicidad abarca toda una eternidad, y si es así, cuándo podrán llegar. No obstante, a ellos no les importa caminar en aquella cruda condena, pues si siempre estarán unidos, qué mejor lugar para perecer.
XV—Encontrar | sci-fi
Cuando Luhan despertó dentro de un cuarto, supo cuál era su misión: encontrar a su verdadero amor antes de que muriera. Vagó entre tiempos y mundos, vagó, vagó y vagó. Cuando daba un paso en las manecillas del reloj, se dio cuenta que 24 horas habían perecido; cuando saltaba de un suelo a otro, veía a sus espaldas planetas colapsar. Al final de su viaje regresó al mismo lugar; triste, cansado. La diferencia es que no estaba solo, a sus espaldas se encontraba el cadáver de un anciano, quien había dejado un mensaje:
“Encontré a mi amor; no estaba aquí”
(nota: ubicado en un espacio alternativo y viajes en el tiempo.)
XVI—Romper | age-gap/pedofilia, smut
Sehun es un adicto a romper reglas. Sale de su hogar para escapar de su esposa, y va directo a una fiesta llena de drogas, alcohol y sexo. Allí siempre viaja con ayuda de polvo y pastillas; es divertido. En ese lugar también colapsa en orgasmos de placer cuando la carne de un niño pasa por su lengua, manos y labios, es adictivo. Adora romper las barreras del amor con los prejuicios de la edad, teniendo agresivos orgasmos con el adolescente ahora de 14 años; él de 38. Nada cambiará, porque Sehun adora ensuciar a su fiel Luhan, su bebé.
XVII—Olvidar | drama
Diáfanas gotas caen desde el cielo y se deslizan hasta recorrer un paraguas en color negro. El joven que lo sujeta se da la vuelta sin mirar más atrás. Allí, a sus espaldas, una persona permanece de pie, y aunque pareciera congelado, no lo está; en su mente hay fragmentos y piezas de memorias moviéndose de promesas dulces con sabor a eternidad.
Olvidar, debería olvidas esos recuerdos para aferrarse al ahora. Pero es difícil, Luhan no podrá olvidarlo porque nunca y jamás estuvieron en sus tantos juramentos. Contario a Sehun, quien le ha dicho adiós a todo, sin siquiera susurrarlo.
XVIII—Esculpir | psicológico
Necesita un poco más para terminar la figura tallada en el mármol. Después de 24 horas, la inspiración lo ha abandonado. Por eso, se come un dulce cupcake azul; lo preparó y le agregó polvo de ángel; así se inspira mejor. Cierra un momento los ojos y cuando despierta, la escultura sin manos y con el rostro únicamente terminado, le sonríe.
“Despierta, termina conmigo”
Luhan se talla de inmediato los ojos y parpadea. Él sigue sonriéndole. No debería ser así. Se ve tan perfecto y hermoso. Luhan no quiere despertar, cuando lo haga, probablemente la vida de su escultura perecerá.
XIX—Bailar | !au, discriminación
Sus dedos tocan la pantalla de su nuevo celular, envía mensajes a sus amigos. No se ha dado cuenta—o más bien no quiere—, que unas pupilas color miel le siguen con amor; lo han seguido desde que entró a la fiesta.
—Sehun, no seas grosero y baila.
—No quiero mamá, me veré mal frente a las chicas.
—¡Mira cómo te ruega!
Sehun rueda los ojos cuando Luhan intenta decirle algo, pero solo salen balbuceos.
—No iré, es un maldito retrasado —murmura.
Luhan puede escuchar, no comprende bien, pero su corazón duele mucho, y no es por haber sido rechazado.
(Me inspiré en una escena que vi cuando fui a una fiesta, en serio pasó algo —muy —parecido)
XX—Desviar | fluff, escolar!au
Está detrás de los salones, los baños, el jardín y la cafetería, está siempre detrás de él. Es extraña su manera de actuar, pero no puede hacer desaparecer sus sentimientos.
Sehun percibe perfectamente a cierto alumno de anómalas maneras de actuar. No obstante, le gusta. Desde siempre deseó ser el centro de atención de Luhan, ser el chico que se refleje en sus pupilas
Raro es que no se hayan dado cuenta cuán correspondidos están, porque al pasar por el pasillo, ambos suelen desviar su mirada. Tal vez algún día, alguno dejará de desviarlos para caminar directamente hacia el otro.
(Termino con algo dulce *w*, ¡NOS VEMOS!)