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Los Ilusionistas por Huitzil

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda hoy se acaba el año y hoy termina esta historia. gracias por acompañarme hasta el final.

Se dirigieron a la tienda, tomaron un baño y descubriendo que los dueños de esta eran parte del “ojo” fue sorprendente y muchas verdades salieron a la luz esa noche pero todos estaban fatigados y la dueña, mujer sabia y compasiva lo supo por lo que los mando a dormir a todos. Mas su casa no era para alojar a tantas personas era más como un refugio de artefactos para la magia, un almacén inmenso, no un hotel y varios tuvieron que compartir cuarto. Lula accedió después de lloriquear porque ella quería estar con el cuarto jinete en el mismo cuarto. Tenía un montón de encantos femeninos que enseñarle al moreno pero tuvo que aceptar en quedarse con la señora. Jack no le quedo de otra que dormir con Merrit y el amigable chico de la tienda y todos aceptaron el hecho de que Dylan debía compartir habitación con Daniel.

Ambos adultos se encontraban en aquel diminuto cuarto acostados en el suelo por separado. Dylan parecía distante como pensativo. Solitario como era su costumbre pero Atlas estaba muy ansioso lo que había hecho en el muelle era una clara declaración pero el quinto jinete no parecía entenderlo o no quería. Debía ser más directo.

-¿Dylan? –

- Atlas… –

- Yo… en el muelle… solo quería que…

- Lo entiendo, no te preocupes, haremos como que nada  de eso paso.-

- ¿Qué? –

- ¿no es lo que querías?

-¡No! ¡Yo quería que supieras que me enamore de ti!- había gritado y cuando se dio cuenta de lo que había dicho solo murmuro  Me gustas…

- ¿Qué? Pero yo creí que tú… me odiabas y que eras hetero el hombre más heterosexual del mundo –

- ¡No!... bueno si… al principio pero después me gustaste mucho, más de lo que yo quería  -

-¿desde cuándo?-

- No lo sé… de la nada yo ya no podía dejar de pensar en ti, porque La mejor ilusión que he visto en toda mi vida, Es aquella sonrisa que me dedicas, porque sé que no es para mí. Y el mejor engaño es esa triste mirada que siempre tienes cuando nadie te ve. ¿Cuál es la verdad tras tu sonrisa muerta y tu mirada triste?-

Hubo un aterrador silencio antes de que Dylan negara con la cabeza y puso su mano en la boca. Daniel trago grueso esperando que el otro lo vetara y lo lanzara a la Friendzone; Pero muy contrario a eso Dylan lentamente se acercó a Atlas, puso sentir su calidez, su cuerpo suave, se sorprendió un poco cuando le tomo del rostro rosando una mejilla con una de sus manos, la acariciaba con cariño y lentamente fue acercándose. No podían dejar de verse directamente hasta que al fin se juntaron los labios.

Daniel juraría que podía escuchar su corazón latir a mil por hora, como si hubiera corrido durante horas sin descanso. Tímidamente levanto su mano para tomar la de Dylan y abrió la boca para darle acceso al otro de entrar en su boca y el contrario no pregunto. Eran adultos al fin de cuentas. Su mano libre viajo al pecho del otro jinete y entonces se dio cuenta que el corazón que ahí había latía con mucha más fuerza que el suyo ahora no sabía si era el de Shrike o el suyo el que se oía rebotando en su cabeza, quizá latían al unísono.

Sin mucha prisa se fueron recostando en las sabanas sin dejar de besarse, agotando todo el oxígeno de sus pulmones, agotando toda racionalidad que les pudo haber dado el consiente. Aun así… Dylan no había contestado a los sentimientos de Atlas y este lentamente lo separo.

- ¿Ese beso es una ilusión?

- No.- contesto el moreno deslizando sus labios al cuello ajeno con cariño, sin prisas haciendo sentir especial al primero quien le abrazo fuertemente -¿quieres que lo sea? –

- No.- contesto con rapidez el jinete rubio dejándose hacer y lentamente ambos comenzaron a desvestirse entre besos, caricias y miradas. Daniel quedo solo en pantalones mientras que el hijo de Lionel solo estaba en boxers. La lengua del quinto Jinete era cálida y se deslizaba por sus pezones con gracia. Saboreándolos como si de dulces se trataran. Nadie podía culpar a Daniel si comparaba los exquisitos besos de Shrike con los salvajes y descontrolados besos de Mabry. Le encantaban esos labios suaves y tersos, como duraznos detenerse a darle placer. Jadeo por lo  bajo el rubio moviendo sus caderas, su miembro se había despertado casi desde el primer beso y necesitaba atención.

- C-creo que deberíamos parar…-

Daniel abrió los ojos sorprendido

- ¿Qué?- preguntó conmocionado - ¿Por qué? ¿Hice algo mal? 

Shrike sonrió con cariño – No. pero vine a Macau tan aprisa que no traje conmigo condones y seria mal ejemplo si no te cuido. –

Daniel se carcajeo por lo bajo sosteniendo los fuertes hombros del moreno.

- Bueno… uno de los dos tenía que estar preparado – respondió moviéndose ansioso para sacar de sus pantaloncillos un condón. El moreno lo vio quisquilloso antes de arrebatárselo fingiendo molestia.

- Casanova –

Daniel sonrió pero lo volvió a atraer a su boca para deleitarse y saborear aún más esos tersos labios que sabía bien seria uno de sus vicios. Dejo que el otro le quitara los pantalones e incluso ayudo para quitarse la ropa interior.

Dylan podía notar como el cuerpo del contrario se estremecía bajo el suyo. Nunca lo había hecho por voluntad con otro hombre pero tampoco era iluso sobre esos casos, muchos años en el cuerpo de la policía y muchos otros tratando de crearse una imagen le habían dado una idea de lo que era la vida y consideraba mucho la realidad que los hombres no secretaban nada por el ano; además con Tressler y la violación estaba seguro que debían haber maneras de preparar a un varón para el acto sexual y el ocuparía todo a su disposición para lograr darle el mismo placer al primer jinete que le había robado el corazón y la atención desde que lo había conocido ¡Había perdido mucho tiempo temiendo su rechazo que no se dio cuenta que lo estaba rechazado el mismo! No perdería tiempo. No dejaría que pasara más tiempo.  

Entre besos y delicadas  mordidas descendió hasta el miembro de Daniel provocando que el otro emitiera un sonido parecido a un ronroneo suave. Lentamente lo introdujo en su boca, succionaba y liberaba con destreza para volverlo a presionar con su lengua. Bajaba con la lengua por todo el tronco y subía para besar la punta.

- Oh… dios… - suspiro entre jadeos bajos el rubio esperando recibir un poco más, nunca nadie se la había mamado de esa manera, se sentía dichoso puesto que se sentía malditamente bien. 

Dylan aprovecho la meditación en la que estaba el rubio para tomar un poco del presemen con las yemas de los dedos e introducir un dedo en la entrada del contrario.

- Puedes meter dos – Murmuro el primer jinete sin darse cuenta que la locura lo tomaba por sorpresa. Abrió los ojos para darse cuenta que Dylan le miraba sorprendido; pero nublado por la lujuria la imagen del mayor con su pene en la boca le calentó de más, sintió su miembro punzar para correrse. “mierda yo no soy de correrme tan rápido” pensó con pesar así que se movió para sacar su miembro de esa boca diseñada por los dioses del pecado. – Yo te enseñare como – Lentamente humedeció con su boca dos dedos y los introdujo de lleno en su entrada dilatándose así mismo para Dylan.

- Eso es trampa -  murmuro el moreno viendo embobado al otro con esa expresión tan hermosa en su rostro  mientras se profanaba así mismo. Dylan se consideraba un hombre muy paciente pero no podía esperar en entrar en aquel jinete así que se deshizo de lo que le restaba de ropa, se colocó el condón para acercarse al rubio y tomarlo del rostro para besarlo  alejando sus manos para tomar su lugar.

Shrike se sentó mientras Daniel se subía a sus caderas. No pudieron evitar sonreír como tontos.

- ¿Puedo entrar?- pregunto el moreno sosteniendo con sus fuertes brazos a Atlas. El primer jinete se auto penetro con el enorme miembro del que había sido dotado su amante. Por primera vez en su vida se sentía querido, amado pero por sobre todas las cosas protegido.

Sin mediar ni una sola palabra, empezaron con ese vaivén de caricias y besos nuevamente. La entrada de Daniel le daba una facilidad a Dylan de abrirse paso entre sus caderas, era tibio y asfixiante. El otro sí que sabía cómo darle placer con las nalgas. Los movimientos lentos comenzaron a ir más a prisa. Las manos de Daniel empezaron a arañar la espalda de Dylan pero eso no importaba porque el quinto jinete le tomó por sorpresa cuando lo levanta para cambiar de posición a una más dominante. Mas a Atlas no le podía importar menos, seguía sintiendo la hombría del otro dentro de él y eso le encantaba.

- Oh si… Ah…. Ah, ah, ah…. – los suspiros comenzaron a inundar la habitación y aquellos ruidos húmedos también. – Dylan… Dylan… Más, más, ve más aprisa –

Shrike no tardo en obedecer aquella orden tomando las piernas de Daniel las puso en el aire para seguir penetrándolo, esta vez podía ver como todo su miembro podía entrar al interior de Atlas y cada vez que tocaba un rico de su interior el otro lo premiaba con jadeos húmedos o besos descontrolados.

Fue momento de Atlas de cambiar de posición. Saco todo el miembro del jinete y se dio la espalda para que el otro le montara, su rostro fue a dar a las almohadas y con ayuda de estas empezó a gritar sin controlarse esperando que estas mitigaran en mayor tiempo su voz. Sintió como el quinto jinete aprovechaba para embestirlo con más fuerzas, con más pasión.

- Si, ah, ah, sí ¡AH! ¡AH! Joder Dylan que jodes muy ¡AH! Me voy a correr, estoy a punto de….¡AAAH!

Daniel no había podido soportar más  se corrió mientras el otro daba su última arremetida en su interior puesto que le aprisiono tan fuerte por dentro que llenándolo de un placer bestial y con su orgasmo logro que Dylan también se corriera al mismo tiempo.

Ambos suspiraban agitadamente Dylan salió del interior de su novio porque eso eran ¿no?

Escucharon un fuerte golpe de la habitación de alado.

- ¡Oigan! A ver si ya le van bajando a su pasión ahí, por aquí unos queremos dormir y estamos más solteros que la loca de los gatos – Ambos se sonrojaron al darse cuenta de todo el ruido que habían hecho y al identificar la voz de Merrit tras la delgada pared que los separaba.

Alguien golpeo del otro extremo del cuarto.

- ¡No le hagan caso! ¡Ustedes continúen dándose amor toda la noche!

- ¡LULA!- gritaron todos los hombres jinetes a pesar de estar separados.

Daniel estaba sonrojado hasta las orejas mientras escuchaba el barullo de afuera, entonces sintió los fuertes brazos y el protector pecho de Dylan acorralarlo entre las sabanas.

- ¡Lo sentimos!- Grito este calmando a los demás y logrando silencio nuevamente.

- Oye ¿entonces… eres mi novio oficialmente?- Pregunto Dylan jugando con los cabellos del primer jinete quien le dio un beso en contestación.

- Si –

Contesto Daniel quedándose profundamente dormido al igual que el moreno quien por primera vez en muchos años al fin había desaparecido las pesadillas.

Notas finales:

Nota de la autora: según yo aquí debería acabar esta historia de quien sabe cuántos capítulos y quien sabe cuántas hojas. Gracias a los que leyeron y llegaron tan lejos. Sé que esta no es de las mejores parejas del mundo pero que carajos yo quería mi yaoi de ellos y aquí esta.


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