El ambiente estaba opacado por nubes espesas de humo de cigarrillo. No podía evitar observar con curiosidad a las parejas que charlaban animosas en aquel lugar, sin duda este no era como los Clubs de Caballeros que había visitado en el pasado. Las copas chocaban con fuerza y profundas carcajadas acompañaban a la música que seguramente era jazz clásico, nunca fui bueno con los géneros de música.
Despues de burlar algunas mesas y a un par de personas que se paseaban con tranquilidad me senté en la barra y un chico alto de copete exagerado me sonrió como buen empleado.
- Mucho gusto, mi nombre es Kuno ¿Qué desea tomar? - Era extrañamente amable y cálido, su voz tenia algo que se me hacía conocido pero por el momento no me detuve a pensar.
- Un Whisky con soda – dije precipitadamente y volví la mirada al centro del lugar.
Mi atención se centró en una pareja de chicos que platicaban bastante cercanos y reían despreocupadamente, continúe paseando la vista, debo admitir que me encontraba algo impresionad, a continuacion me topé con más parejas de hombres, algunos charlando, otros más bebiendo y brindando con sonrisas relajadas, fumando gruesos puros y coqueteando entre sí con tal naturalidad que me ponia nervioso. En todo el establecimiento no había ninguna sola mujer, no había bailarinas con poca ropa para el entretenimiento de los "caballeros" pues parecía que todos se entretenían bastante bien entre ellos. Nunca antes había visto un ambiente tan plagado de relajación y una felicidad extraña, una felicidad sin culpa y para nada fingida.
El mesero se acercó de nuevo y dejo mi copa sobre la mesa, se retiró enseguida sin decir nada más. Di un trago profundo esperando que refrescara mis pensamientos y así poder comprender un poco lo que allí pasaba. Casi regreso todo el contenido al notar que algunas parejas se comían a besos al fondo del lugar, compartían acaloradas caricias y a nadie parecía importarle, salvo a mí. Sabía que estaba fuera de lugar pero no tenía intenciónes de retirarme, quería continuar allí sin saber exactamnte por que.
Note que a la izquierda había una escalera de caracol que estaba ocupada por parejas que lucían indecisas permaneciendo a la mitad de los escalones observando discretamente el final de la subida con miradas picaras. En lo alto había una puerta cubierta por una cortina de guirnaldas que mis suposiciones me hacían pensar con claridad a donde guiaba a las parejas que la atravesaban verdaderamente sonrientes que parecían haber olvidado que había más gente en el lugar.
Quería salir de ahí, sabía que no era mi lugar pero había una energía de tranquilidad y paz que me hacía permanecer ahí contemplando ese espectáculo tan extraño. Note que el mesero que me había atendido, Kuno si no mal recuerdo, se dejaba acariciar por los clientes mientras tomaba sus órdenes, a cambio claro de una interesante propina.
Estaba a punto de terminarme mi bebida cuando una chico de cabello castaño y ojos grises se sentó a mi lado, su rostro tenía una serena expresión, hizo un ademan de brindar al que respondí algo nervioso.
- No te había visto antes –
- Es la primera vez que vengo – dije un tanto cortante.
- Ya veo – se limitó a sonreír - Mi nombre es Ryoga Hibiki -
CONTINUARA....