#29. Captura.
500 palabras | G
Cuando llegó a su templo lo primero que vio fue una enorme manzana en medio del pasillo. Su curiosidad fue tanta que por un momento olvidó por completo el cansancio que sentía y se acercó para tocar la superficie lisa. Era dura. Tocó un poco sintiendo que estaba algo hueca y miró el pedacito de papel que estaba colgado en el tallo. Al leer sintió como un leve cosquilleo recorrió su vientre y con el corazón latiendo con fuerza siguió el camino de… ¿lirios? Que conducían directamente a su habitación.
Al abrir la puerta un enorme peluche de escorpión encima del signo de Géminis le hizo soltar una carcajada.
—Es lo más extraño que has hecho Saga —murmuró.
—Pero es original ¿no?
Dio media vuelta y con una sonrisa negó.
—Solo es extraño… —susurró mientras se acercaba— ¿Qué es todo eso? ¿Un recuerdo de nuestro pasado?
—Tal vez —susurró mientras se acercaba y extendía su mano— Soy Saga de Géminis, sufro de esquizofrenia, pero aun así me gustaría tener una relación seria contigo, sin secretos ni mentiras.
Milo se mordió el labio inferior evitando soltar una carcajada y tomó la mano ofrecida.
—Soy Milo de Escorpio y… me encantaría conocerlo más señor Géminis.
Se miraron luego de unos segundos para poder fundirse en un abrazo.
—En verdad te extrañé Milo. Fueron los días más tortuosos para mí.
—No te pongas meloso Saga que realmente me harás llorar —susurró mientras sentía la fragancia de su pareja— También te extrañé Saga, supongo que esto responde a mi pregunta ¿eh?
—Nunca te vi como un niño —respondió con firmeza— Creo que desde que te vi un sentimiento ya se había instalado en mí. Llámame pervertido o pederasta, pero te sentí mío desde que pisaste el santuario.
—Podría llamarte acosador sexual y a la vez posesivo enfermizo —Saga soltó una carcajada y lo aferró más a su cuerpo— ¿Recuerdas cuando saliste desnudo cuando Aioros me llevó a tu templo?
—En mi defensa Kanon se había llevado mi ropa —comentó recordando— Aioros tenía que lanzarme por la ventana para evitar que siguieras viendo “mis atributos”.
—No era tanto lo que vi —susurró con una sonrisa— La tenías muy chiquita, me sorprende que ahora se te creciera…
— ¡Milo!
—Es la verdad —se defendió— Incluso yo a los quince ya la tenía grande.
—No mientas —bufó.
—Pregúntale a Camus —Saga lo miró con sorpresa pero Milo volvió a carcajearse— ¡Era broma!
—Pues Aioros siempre decía que la tenía grande.
— ¿Qué?
Ahora fue el turno de Saga de sonreír victorioso al ver los celos del menor relucir. Sin embargo lejos de negar o afirmar pellizcó las mejillas, divertido.
—No seas celoso, soy mayor que tú, de algún lado tenía que experimentar ¿no crees?
—Saga —susurró en advertencia. El mayor lo miró unos segundos expectante— Hoy duermes en el sofá.
— Era una broma Milo… —trató de persuadir pero Milo giró indignado mostrando una sonrisa— ¡Milo!
Pero Milo solo sonrió ampliamente. A partir de ahora ambos forjarían un futuro, juntos.
#30. Héroe.
500 palabras | G
— ¡Mas rápido Saga!
—No seas impaciente Milo.
Saga intentó alcanzar a Milo que ya había empezado a correr, atrás de él Perseo también trataba de darles alcance. Cuando llegaron al salón del patriarca, éste ya los esperaba con Athena que lucía emocionada al igual que sus compañeros. Cuando apenas llegaron Kanon soltó una risa burlona que fue callada por un gruñido de Perseo y él.
—Llegan a tiempo —habló Shion mientras sujetaba el bultito de los brazos de Milo— Esperen un momento.
—Si —dijo con una sonrisa mientras que Perseo saludaba a Camus que estaba mirando en dirección donde el mayor se había ido con Dohko.
—Creo que debería felicitarte Milo ¡Ya eres abuelo!
—Si —continúo Kanon sin quitar su sonrisa burlona y giró hacia Saga que estaba cerca de Camus— Y ustedes dos ¡Felicidades! ¡Serán consuegros!
—Púdrete Kanon —soltaron ambos con veneno mientras cada uno se posicionaba a un lado de Milo, luciendo molestos.
La razón por la cual todos los dorados estaban ahí era por el nacimiento de los cachorros de Lila quien ya tenía un año y medio. A pesar del comienzo que tuvieron ambos canes con el paso del tiempo tuvieron una conexión que fue del agrado de Milo a excepción de Camus y por supuesto de Saga que veía en Lila como una hija. El grito que soltaron cuando el patriarca les dio la noticia fue un evento que nadie podría olvidar, en especial Milo que se quedó sin templo por la pelea.
—Entonces… —volvió a hablar Kanon— ¿Dónde dormirán los cachorros? No creo que a los dos les agrada la idea de que se queden en el templo del otro.
—Son los cachorros de Perseo, se quedarán en i templo —dijo firme Camus.
—Pero Lila es la madre se quedará en Géminis —replicó molesto Saga.
—Estarán en Acuario.
—En Géminis.
— ¡Acuario!
— ¡Géminis!
—Se quedarán en mi templo y fin de la discusión —habló el patriarca que regresaba sin Dohko— Milo ven para que los conozcas —sonrió al menor que asintió emocionado.
— ¿Cuántos son maestro? —habló Mu.
—Catorce cachorros… —susurró observando como el rostro de la mayoría se iluminaba.
Milo los miró y suspiró aun sonriendo. Sabía que sus compañeros cuidarían al cachorro que les tocaría, pero esa vena protectora le pedía soltar a los recién nacidos.
Caminando hacia la habitación donde estaban Lila y sus cachorros no pudo evitar recordar la última vez que había pasado por ese pasillo y una emoción creció en él.
— ¿Sabes? En verdad creí que no llegarías a tiempo —comentó el patriarca— Esos cachorros se salvaron gracias a ti ¿ya le dirás a Saga lo que hablamos?
—Sabía que tocaría ese tema… —susurró con una pequeña sonrisa.
— ¿Milo? —Se detuvo antes de verlo— ¿Le dirás?
— ¡Por supuesto! Pero por ahora dejaré que siga emocionado con la llegada de los cachorros. Tanta emoción podría causarle un infarto.
—Bueno hay que cuidar su salud ¿no? —Dijo con burla Shion— El bebé estará en buenas manos.
—Shhh —calló con picardía y entraron.