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La mansión de las máscaras por Yami no Deshite

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Notas del capitulo:

Aclaración: los personajes de Gundam Wing no me pertenecen.

 

  El personaje Alistar es de Luna Shinigami no puedo evitar ponerlo, Sir Conan Donahue y Gabriel Plantagenet son míos.

 

2° Capítulo



 
Así te conocí Templario



 
 
-Mañana en el baile de máscaras si no andás con cuidado sufrirás la misma suerte que Heero y yo.- Lo miré a esas esmeraldas bellas que tiene por iris y sonreí... me hechizaba eran profundas... quería hundirme en ese lago que me invitaba... un escalofrío me recorrió... la luna comenzaba su lento e inexorable camino hacía el cenit... sus últimos rayos estaban abriendo la puerta y...
 
  Ahí me hallaba martirizándome por mi rubio bonito... por su cercanía... por la posesión de su cuerpo que como un embrujo me llamaba y al mismo tiempo impedía tocarle... aunque lo hacía pero dentro mío... sentía que debía andar con cuidado pues no quería herir su corazón... que ya estaba herido por su amante al cual adoraba mi bello Quatre... cerré mis ojos me acerqué a sus labios sentí el roce de los suyos...
 
 
  El último rayo lunar volvió a cerrar la puerta, tanto Quatre como Heero quedaron presos de sus cárceles desapareciendo del tiempo presente...
 
 
  No sentí más su calor... me abracé a mi mismo... al abrir mis ojos mi amado se había desvanecido... -¡Qué jugada maldita del destino!- Pensé en vos alta y agregando -. Apenas lo encontré ya lo perdí ¡Diablos!- Golpeando con mis puños la alfombra persa bordada a mano.
 
  -Si sigues así vas a envejecer de golpe.- Allí estaba Gabriel mirándolo.
 
  -¿Y tu que hacés aquí?- Muy molesto con esa mujer o aparición y con los dientes apretados.
 
  -Tenía curiosidad y vine a verte.- Muy sonriente la fantasma.
 
-Y digo ¡no! No tienes nada que hacer.- Todavía sentía el calor de Quatre que se disipaba poco a poco en mi piel... y ella me miraba o era lo que sentía.
 
-Que yo sepa ¡no!- Estirándose como una gata.- ¡Por qué tenés alguna idea interesante!
 
-Sí, que te vayas al infierno.- Mirándola con odio.
 
-Tanto me odias.- Se la notaba triste.
 
-¡No! Pero esto me supera.- Empezaba a sentir frío... me abracé a mi mismo y me sentí derrotado.
 
-Es feo sentirse como te sientes.- Como si le leyera el pensamiento o sus sensaciones.
 
 -Dios, ¿Qué hice para tener que aguantarla?- Rogué en voz alta.
 
 -Verme y escucharme. ¿Y sabés por qué es eso?- Gabriel mirándolo de forma seductora.
 
-No.- La miré intrigado... quería saber la razón de esa suerte si lo era.
 
-Porque Quatre te tocó y ¿sabés otra cosa? ¡Sos el único!- Sonriendo de una forma muy dulce y parecía feliz.- Que me puede ver y oír.
 
-Bingo.- Suspiré decepcionado. -¿Qué suerte la mía una fantasma solitaria y un amor desvanecido?
 
-Realmente tienes suerte y te diré por qué.- Se sentía ganadora, Gabriel.
 
-¿Por poder conversar contigo?- Sentía una sensación de desazón única y suma frustración.
 
-Sí, pero te salvará de correr la misma suerte que Heero y Quatre.- Dijo manteniendo esa sonrisa hermosa que la caracterizaba.
 
-¡Me estás mintiendo!- Señalándola con mi dedo índice y comenzando a sentir furia.
 
-No te enojes conmigo que no tengo la culpa de lo que está pasando.- Encogiéndose de hombros y borrando esa bella sonrisa.
 
-Lo siento, tenés razón.- Con culpa. La miré serio.
 
- Con aires de importancia la aparición.- Te diré que debes quitarle a Duo. Esa cruz de plata que lleva en su cuello.
 
-¿Por qué?- Comenzando a preocuparme y recordando que Heero se había llevado a Duo, a quien sabe dónde.
 
-Duo está bien.- Le dijo sin mirarlo.
 
-Puedes dejar de leerme la mente... fémina descarada.- Mirándola con odio. Me molesta tenerla dentro de mi cabeza o fuera o quien...
 
-Está bien... me iré a pasear por la mansión. Haber si puedo encontrar a Alistar.- Lo miró a Trowa con picardía.
 
-¿Quién es Alistar?- Con curiosidad.
 
-¿Estás celoso?- Sonrió y comenzó a desaparecer.
 
-Espera. ¿Podés contestarme?- Le inquirí.
 
-Es mi amor.- Con un suspiro. 
 
-¿Hay más fantasmas por aquí además de aquellos que intentaron matar a Duo?- Seguí con mis preguntas.
 
-Si, mi amor. Alistar.- Se nota su rostro tenso.
 
-Me molesta tu mutismo.- Comienzo a impacientarme.
 
-¡En qué quedamos ahora! ¿quieres que hable?- Le causó gracia a Gabriel. Todos los hombres le parecían iguales. Siémbrales la semilla de la duda y querrán saber.
 
 -Lo siento ha sido una jornada muy larga y fuera de lo común.- Le dije mirándola con cansancio y ganas de llorar.
 
-¡Te parece! Para mi no lo es. Bueno hace siglos que mi existencia es así. Simple mortal.- Largando una carcajada.
 
 -¡Loca!- Respiré hondo y aflojé mis hombros. Me sentía fatalmente cansado. Quería dormir.
 
 -¿Quieres escuchar la historia?- Volviendo a su estado natural de atención.
 
 -A ti qué te parece.- Empecé a caminar hacia la habitación de Duo.
 
 
~*~*~Flash Back~*~*~-. -. -. -
 

  En una cálida tarde de primavera en los jardines del Manor de las máscaras. Una joven muy hermosa y un caballero pelirrojo de ojos grises. (N/A: Ya saben quien es ¡no!) Conversaban animadamente. Este le entregó una rosa roja mirándola con pasión a esos ojos celestes que le quitaban el sueño.
 
  -¿Me amas, Gabriel? -Sir Alistar Mc Ewan a la dama vestida con un traje de seda azul el cual resaltaba su pálida piel. (N/A: Por lo menos varío los colores no como otras autoras que van del negro al color arena.)
 
  -Sí, mi querido Señor.- mirando con picardía a su amado pelirrojo quien se había hincado ante ella.
 
  -Más te vale, Gabriel.- Serio y clavándole sus orbes grises en esas profundamente celestes.
 
  -¿Sino que harás?- Con una sonrisa cínica.
 
  -Matarte.- Posesivo el caballero. (N/A: Me recuerda a un ojiazul de otra serie.)
 
  -Dudo que tengas las agallas para hacer tal cosa.- Manteniendo la mirada de su señor. Altiva la dama. A ella le gustaba competir con él. Lo deseaba a rabiar y lo amaba a morir.
 
  Pasaron los días en el Manor de la familia Plantagenet. Gabriel era descendiente directa de una de las casas más importantes de Inglaterra y Alistar lo era de una de las familias de Escocia. Se había arreglado su casamiento desde antes que nacieran. El destino y los sentimientos a veces se tienden la mano y el diablo hace de las suyas.
  Llega a la residencia de la familia inglesa Sir Conan Donahue un castaño de ojos azules, quien con su llegada clava en el corazón del pelirrojo la daga mortal de la duda y los celos.
En un hermoso tordillo moro cabos negros de silla inglesa, un joven de buen porte llega a la puerta de la mansión. Un caballerizo toma su caballo y este desmonta ante la mirada cautiva de Gabriel quien junto a su madre reciben al caballero de reluciente armadura. Alistar llega montando su semental azabache y desmonta a su vez. Cruzando la mirada gris con la azul, de su contrincante.
Son enemigos naturales un escocés y un irlandés.
 
Pasaron los días en la residencia y el joven Donahue no deja interesarse por Gabriel aumentando los celos del pelirrojo.
Una noche de luna llena la bella dama pasea por el jardín de la mansión y a ¿quién se encuentra? A Donahue quien intenta besarla. Llegando en ese momento Alistar quien pelea con su enemigo. Se lleva a Gabriel a su habitación donde tienen una noche de pasión. Al amanecer la hiere de muerte y ella no se queda atrás y lo mata a su vez.
El caballero Conan se quita la vida esa misma tarde al darse cuenta de su error, no amaba a Gabriel sino a Alistar...
 
 
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~
 
-Linda historia ¡no! Los Borgia no nos hacen sombra. Además no me iba a quedar con las ganas de matar al maldito bastardo.- Se la veía feliz.
 
-¿Estaré en buenas manos?- Mirándola con horror.
 
-¡Por supuesto!- Haciéndose la interesante y guiñándole un ojo a Trowa, quien a pesar de tomar conciencia de amar a Quatre. Se sonroja. Y acota Gabriel. -Soy una mujer de carácter.-
 
-Fantasma dirás...- Mirándola serio.
 
-¡Bueno nadie es perfecto...!- Tratando de justificarse y acotó.. -¿Adónde ibamos?-
 
-Yo iba a ver a Duo...- Como diciendo voy solo de forma indirecta.
 
-Recuerda quítale la cruz si no esta noche lo matarán los fantasmas. Pues claman venganza...- Cambió su sonrisa por un semblante con el seño fruncido... -Después te veo...-
 
 
 
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~ -. -.
 
 
Volví a este espacio reducido con una angustia que me oprimía el alma. Heero reencontró a su amor... eso me mata... reduce mi corazón a cenizas y parte mi ser... pero Trowa... sonreí con la inocencia del que siente por primera vez... antes de desaparecer sentí su calor que abrazaba mi piel... me abracé... lloré... experimenté el deseo inexorable del que quiere vivir...
 
 
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~ -. -. -
 
 
Heero había entrado al dormitorio de Duo, llevando a un golpeado y muy malherido trenzado en brazos al cual depositó suavemente sobre su cama. Lo observaba con adoración.
 
-¡Eres hermoso mi amor!- Dijo Heero ante ese hombre que durante siglos le había robado sus pensamiento y vivía en sus recuerdos martirizando su corazón.
 
Sabía que le quedaba poco tiempo pues la luna se estaba retirando y el hechizo se activó. La puerta nuevamente se abrió mandando al mundo mágico al templario. Este se desvaneció como lo hiciera Quatre.
 
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~-
 
Caminé decidido hacia la habitación de Duo... cansado y totalmente intrigado por todo el misterio que rodeaba la vida, si es que así se podía llamar a la existencia de esos dos seres, un violinista del siglo XIX y un templario del siglo XIII.
Llegué hasta la puerta, que se hallaba cerrada. La abrí y entré con cautela. Allí estaba acostado en su cama mi ayudante y amigo. Me acerqué, con cuidado de no despertarlo le quité la cruz de plata. La guardé en mi bolsillo. Lo observé, respiraba tranquilo. -Mejor me voy a mi dormitorio... cuando despierte seguro que vendrá a verme...- Noté los golpes en su rostro y su labio partido. Salí de su habitación y me dirigí a la mía.
Pero no pude evitar ir a ver el cuadro de Quatre... necesitaba verlo... deseaba tenerlo nuevamente entre mis brazos... con sólo ese pensamiento mis hormonas reaccionaron...
Al pie de esa hermosa obra de arte... en realidad de su contenido... noté al mirarlo que su mirada tan viva como siempre tenía un brillo distinto... que hacía que mi corazón latiera más rápido...
Y me pregunté ¿cómo llegó a esta situación tan bello ángel?
 
Al mirar el rostro de Trowa que me miraba con insistencia... sentí unas ganas que con Heero no me había pasado... la de correr a sus brazos... una desesperación que jamás experimenté... recordé la razón por la cual me encontraba en este cuadro...
 
 
 
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~-Flash Back~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~ -. -. -. -. -. -
 
 
 
La luna testigo de todos los tiempos de acontecimientos excepcionales se hallaba coronando el cielo de la Mansión de las máscaras... un violinista tocando excelso su violín... solitario en la sala de música de la residencia...
Unos bandidos se cuelan por la barda que separa las tierras del resto de la comarca. Tres en total. Llegan hasta la residencia y logran entrar.
 
Heero se para frente a su cuadro y camina perdido como siempre, con su corazón herido por la soledad y ese amor que murió en sus brazos... Su alma torturada por la ausencia de aquel al que amó. Lo convierte en un ser que asecha entre las sombras... ese sólo de violín lo llama como hace años... se acerca a la habitación y oculto observa a ese ser venido desde el cielo...
 
Llamados desde el infierno esos tres bándalos osan meterse por otra puerta en el salón...
 
-¿Quienes son ustedes?- Con temor y dejando de tocar. El más grande de esos tres individuos se me acerca de una forma que no me gusta.
 
-¡Ven aquí preciosura!- El ladrón toma del brazo a Quatre quien trata de defenderse pero a este hombre despreciable se le unen los otros dos. Quienes toman al violinista e intentan violarlo.
 
-¡No! ¡Suéltenme!- Forcejeo pero es inútil me quitan la ropa destrozándola. Como si fueran animales. Uno de ellos me golpea.
 
-¡Lo sueltan! ¡Ya!- Heero tomando a uno de un brazo y dándole un golpe que lo derriba. Toma al siguiente y le parte la mandíbula.
El primero intenta golpear al templario y este de una estocada lo mata. Logra sacar al hombre que estaba sobre el rubio bonito. El violinista trata de taparse con lo que queda de sus ropas desgarradas. Y de un derechazo duerme al que Heero le partió la mandíbula. El que estaba sobre Quatre lucha con el templario y trata de herirlo con un cuchillo. Pero la suerte está del lado del de ojos cobalto y de una estocada también lo mata.

Una noche sangrienta como tantas de las que nuestro satélite plateado fuera testigo...
 
Temblaba de los nervios... ese hombre que tantas veces había visto en el cuadro de la galería me observaba preocupado...
 
-¿Te encuentras bien... Quatre...?- Le tendió su mano para ayudar a levantarse. El rubio bonito la toma sellando su destino junto al templario.
 
-¡Gracias!- Sonrojado y sin mirarlo a sus hermosos ojos cobalto...
 
-No debes avergonzarte... no habrías podido hacer nada contra tres, tu solo...- Aprieta su mano tratando de darle confianza al que sería de ese momento en más su protegido y futuro amante...
 
-Es que nunca viví una situación de este tipo y quisieron violarme...- No pude más y me largué a llorar... sentí sus brazos que me abrazaban y su protección...
 
-Te prometo que nadie más osará tocarte... voy a protegerte con mi vida si es necesario...- Le dijo con su voz serena y segura el caballero quien recordaba a su amor...
 
-Te creo Sir Heero Yuy.- Lo miré a esos ojos que tantas veces sentí que me miraban y sonreí.
 
-Así me gusta más... un ángel debe sonreír siempre...- Tomó del mentón a Quatre y lo besó en la frente...
 
 
 
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~ -. -. -. Fin de Flash Back*~*~*~*~ -. -
 
O sea por qué después terminé en el... esta noche cuando saliera le contaría a Trowa todo con respecto a mi destino y el de él... había una profecía en las palabras del pintor y creo que esta llegando el momento de que ésta se cumpliera...
Nuestras vidas se entrecruzan en la trama tediosa del destino quien lograra desentrañarla lograría resolver este acertijo maldito en el que con nuestras vidas somos parte...
 
 

Continuará...
 
 
 
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Notas finales:

Dedicatoria a mi amaba Luna Shinigami y Axon Corvus.


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