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Into You. (KaiSoo/KaDi) por MargyTom

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Notas del fanfic:

Este es un corto fanfic one-shot, espero les guste. 

Notas del capitulo:

Enjoy! ♥♥

 

Kyungsoo siempre observó a Jongin. Siempre supo de su no correspondido amor hacia Baekhyun, siempre supo su mayor secreto: que él hacía todo lo que Baekhyun le pidiese con tal de ser correspondido, sin importarle la vergüenza, sin escrúpulos, todo por conseguir su anhelado amor. A lo lejos, en los recreos, Kyungsoo trazaba el contorno de Jogin en las hojas de leche de su libreta de dibujos. Había nacido con el talento de plasmar la vida, los pensamientos y sentimientos de una persona en una hoja, tan sólo con dibujos simples que, de alguna forma, siempre llevaban en ellos el sentir de sus modelos.

 

Jongin se había convertido, sin saberlo, en el modelo perfecto de Kyungsoo, y sus poses favoritas eran aquellas que inconscientemente hacía mientras miraba hacía un punto invisible, pensando en su amado, porque podía ver aquel brillo en su mirada, por medio del cual aseguraba que Baekhyun era el dueño de su pensar en esos instantes, pues este indicaba la fuerza de su deseo.

 

A Kyungsoo nunca le había sido difícil hacer su trabajo, sin embargo, constantemente se veía a sí mismo envuelto en frustración al no poder expresar mediante su dibujo todo lo que veía en Jongin.

 

Fueron muchos intentos, borrones, manchones, hojas arrugadas, hechas bola y echadas en el basurero lo que consiguió antes de lograr su meta; pero, al obtener el ansiado resultado, la sensación no fue la esperada, pues, después de mirar con fijeza su dibujo, todos los sentimientos de Jongin estampados en sus rasgos tomaron un corto viaje hacia su pecho; todo ese dolor agobiante, resultante de un cruel rechazo, golpeó contra su pecho y causó una inundación de lamento en sus cuencas, rebalsando su rostro, manchándolo con su brutalidad e insensibilidad; porque Kyungsoo cayó en cuenta de que estaba pasando por la misma situación de su modelo, al estar enamorado de él, sabiendo que nunca será correspondido.

 

Él lloró mucho aquella tarde, y la mañana siguiente, despertó sintiéndose algo desanimado, pero aún así, dispuesto a seguir embelleciendo su libreta con más dibujos de Jongin, sentándose en el mismo sitio de siempre, a unos cuantos metros de la mesa en la que casi con frecuencia ocupaban los dos chicos a la hora de los recreos, o bien, la mayoría de veces lo hacía sólo Jongin, no obstante, ese día no les vio, por lo que su estado de ánimo varió entre bien y mal con el pasar de las horas.

 

No ver a Jongin nunca le había desanimado tanto, al menos no desde que supo de su amor hacia él, porque ahora las ganas de verle y dibujarlo eran mayores, pues se había convertido en un hábito casi diario; había comenzado a depender de ver y dibujar una vez más a Jongin para que su día terminase bien.

 

Ellos estudiaban distintas carreras, pese a ello no podía verle más que en el único receso de treinta minutos y a la hora del almuerzo, mas aún conservaba el optimismo para verle siquiera a la hora de salida, capturar una foto suya y dibujarle al llegar a casa. Así que, al sonar el timbre, fue el primero en salir del salón ya que quería estar temprano en el portón de entrada para esperarle. Después de unos siete minutos, pudo divisarle a lo lejos, no despegando su mirada de él conforme se acercaba.

 

Kyungsoo se sentía observado mientras, y pronto descubrió a Baek, al otro extremo del portón, casi fulminándole con la mirada, al parecer, por haberle pillado mirando de tal forma a Jongin. Su corazón se aceleró, estaba asustado, y su cuerpo comenzó a tiritar levemente al compartir la mirada con el susodicho; entonces, soltó un áspero suspiro cuando Baekhyun dejó de verle para saludar a Jongin, por quien ambos habían estado esperando.

 

Esa fue la primera vez que Jongin le miró, al escuchar el sonido de la cámara de Soo en cuanto tomó la foto, ocasionando que un brillante sonrojo se apoderara de todo su rostro y ocupase esconder este en su bufanda negra, escondiendo a la vez sus manos en su espalda. Por el rabillo de sus ojos,

 

Kyungsoo apreció cómo Baekhyun susurraba algo al oído de Jongin y este volteaba a verle nuevamente, marchándose del lugar después.

 

Esa tarde, regresó muy contento a su casa luego de haberlo conseguido y, además de poder tener su dibujo del día, tener una buena foto de Jongin la cual podría imprimir y colocar en la portada de una libreta llena de retratos suyos, eso sí, eliminando antes a Baekhyun de esta...

 

El pequeño pelinegro, de piel de porcelana y mejillas regordetas, inició un nuevo día junto a una cálida sonrisa.

 

Él, siendo tan indefenso como siempre, procuraba mantenerse a una distancia de los demás que pudiese manejar. Trataba de no esforzarse mucho, tan sólo lo suficiente en sus estudios para no resaltar tanto. Se comportaba muy amable con quienes se arrimaban a él algunas veces. Hacía favores, y siempre tenía una sonrisa lista para todos. Quería ser una buena persona para no enfrentarse a problemas en un futuro, y pese a ello, Kyungsoo se preguntó internamente, al regresar a su casa, ¿qué fue lo que hizo mal?, ¿por qué Jongin le llevó a aquel salón para golpearle?

 

Su mejilla dolía, su espalda y tórax también. Sus manos y piernas temblaban y su uniforme estaba sucio, mas todo ese dolor era superficial, porque el nudo que aguardaba en su garganta era lo más doloroso, triste y desgarrador. Kyungsoo quería llorar, no por los golpes recibidos, ni porque fueran de Jongin, sino por la razón que llevó a este a cometer tal acto en contra suya. Bien podía ser o no ser verdad, pero, luego de escuchar cómo Baekhyun felicitaba a Jongin por haberle golpeado, dedujo que este le había ordenado hacer aquello, y tan sólo pensar que Jongin había llegado hasta este punto por su ''amor'' hizo que rompiese en llanto en su habitación.

 

El suceso se repitió el próximo día, y el siguiente, y el resto, por un largo tiempo... Pronto, comenzó a suceder algo en los ataques que Kyungsoo recibía. Mientras era golpeado, en los cortos segundos que podía abrir sus ojos antes de volverlos a cerrar al ser atacado de nuevo, empezó a percibir miedo en Jongin, a verle apretar los ojos y los dientes antes de golpearle nuevamente, advirtiendo de todo el peso de culpa que caía sobre su espalda por cada patada.

 

Kyungsoo quería hablar, pedirle que se detuviese, que reflexionase acerca de lo que estaba haciendo, por quien lo estaba haciendo, mas no podía. Sus palabras se volvían mudas a pesar de tener la oportunidad cada vez que, después de verse envuelto en una tremenda golpiza, Jongin le miraba fijamente, arrepentido, apretando la mandíbula para no perder la cordura y comenzar a gritar del cansancio, frustración y, sobre todo, la desilusión que tenía consigo mismo al perderse de tal manera por un tonto, iluso, perdido y manipulador amor.

 

Lloraba todas las noches, y ya eran varios los dibujos en proceso que había arruinado por las lágrimas que caían sobre el papel. Quería dejarlo todo. Quería olvidarse de Jongin, tomarse quizá un año sabático para deshacerse de todo ese sufrimiento a causa de su amor. Quería despejar su mente, arrancar todos sus dibujos y quemarlos, quería enlistarse al horario de la noche o cambiar de universidad, sin embargo, no era capaz de hacer nada de eso, porque eran mayores los deseos de frenar la situación en lugar de huir de esta; de enfrentarse a Jongin y hacerle entender la realidad del momento; y deseaba fervientemente poder mostrarle alguna vez todos sus dibujos para que descubriese sus grandes sentimientos, para que dejase de sentirse rechazado y usado, para que se sintiese amado, apreciado y valorado por alguien que de verdad lo hacía.

 

Fueron muchos días grises para Kyungsoo desde entonces, quizá demasiados, quizá más de lo que creía poder soportar.

 

Llegó un tiempo en el que se rindió ante sus deseos, estos ya no estaban, tan solo permanecía la idea de que debía aguantar todo lo que sucediese, porque no quería acusar a Jongin y hacer que le expulsasen de su facultad, y deducía que lo primero que haría Baekhyun al ser acusado de inducir al chico, sería exceptuarse de toda acusación y enfocarlas todas en Jongin lo cual vendría siendo lo mismo, así que callar, lamentarse y acostumbrarse era su única opción.

 

Después de clases, alargó un suspiro antes de salir de su salón y partir por el pasillo hacia la salida del edificio de su facultad, sabiendo que, al salir, Jongin le tomaría del brazo y le jalaría detrás de las instalaciones, junto a Baekhyun, para volver a darle una golpiza mientras el otro se reía y le ofendía. Su paso se volvió lento al aproximarse a las puertas de vidrio de la entrada del edificio y tragó duro al abrirse paso a través de ellas. Pronto sintió que le jalaban, y como siempre, a pesar de que ya era un hábito en su vida diaria, se asustó, y su mirada se llenó de miedo al tener de frente a Jongin.

 

—D... Do Kyungsoo

 

Escuchó su nombre ser titubeado por Jongin, llamando su atención luego de que hubiese estado buscando a Baekhyun por todos lados.

 

—¡Do Kyungsoo! —gritó, y sus ojos se llenaron de lágrimas—, lo lamento tanto... Perdóname, perdóname —pedía entre sollozos, y Kyungsoo pronto se vio contagiado por estos y se mostró llorando frente a Jongin también.

 

—N-no lo lamentes, Jongin... yo... No lo lamentes —balbuceaba.

 

—¿Por qué, Kyungsoo? ¿Por qué permites que lo haga? ¿¡Por qué no te defiendes!? —El chico le miró fijamente mientras preguntaba en voz alta.

 

Kyungsoo calló. Apretó sus labios y apartó la mirada, y dio un brinco cuando Jongin exigió una respuesta a gritos, desgajando su mochila de sus hombros para abrirla y buscar en ella su libreta de dibujos, entregándosela a su amado muy tembloroso. Jongin tomó esta y de inmediato la abrió, entreabriendo sus labios al ver cada línea de sí trazada perfecta y exactamente en la hoja de leche, deleitándose con la forma en la que estas estaban dibujadas y se podía ver en ellas un sinfín de palabras que hablaban, expresaban en silencio todo lo que él alguna vez sintió por Baekhyun. Era tan exacto y preciso, tal y como lo sentía.

 

Pudo notar más adelante los manchones ocasionados en algunos de los dibujos, pudo notar las lágrimas que sobre ellos se derramaron, pudo notar la sensación de dolor que emanaba de cada ilustración sólo con seguir el trazo de cada delineado. Y hubo un dibujo, el último que aquella libreta, que fue lo que llamó aún más su atención. En el se mostraba a Kyungsoo, en cuya mirada, por más irreal que sonase, se reflejaba todo lo que en la suya se hubo visto antes cada vez que veía a Baekhyun, asustándose por todo lo que unos simples de dibujos lograban causar en quienes los miraban, en este caso, él; por la magia que tenía Kyungsoo en sus manos, y su imaginación, y en el gran poder de plasmar exactamente todo lo que piensa y ve. Jongin pudo notar el amor hacia él que Kyungsoo escondía y asimismo el dolor que le hería por no sentirse correspondido, pero Jongin en ese momento sentía que podía corresponderle sin siquiera haber hablado o interactuado alguna vez con él.

 

Sus ojos volvieron a enfocarse en Kyungsoo, y este, al corresponder a su visión, esbozó una sonrisa, respondiendo al porqué que ni siquiera logró articular.

 

—Sé lo que sientes, y debes detenerte. Él no es para ti, él no te ama como yo a ti.

 

—¿E-eh? —tartamudeó.

 

—Déjame salvarte de ese amor falso, venenoso y dañino en el que vives envuelto, Jongin. Déjame demostrarte lo que es el amor en realidad.

 

Jongin quedó perplejo. No supo qué responder. Su cabeza simplemente se movió de arriba abajo un par de veces, asintiendo ante la propuesta de aquel chico fantasioso en frente de él. Su corazón latía con mucha fuerza, y fue pese a la seguridad de las palabras de Kyungsoo que fácilmente aceptó a intentar una vez más encontrar el amor, aunque estas no fuesen muchas ni fuesen un gran argumento. Porque Jongin vio el brillo en los ojos de Kyungsoo, ese mismo que en sus propios ojos hubo dibujado el pequeño en sus retratos; ese que delataba a cualquier persona cuando amaba a otra y deseaba muy ansiosa y fogosamente a esta. Jongin aceptó porque quedó encantado con la sinceridad y autenticidad de sus palabras, de sus sentimientos, de su amor.

Notas finales:

Gracias por leer. ♥♥


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