-¡Haruki!- exclamó en cuanto lo vio sentado en su cama -¡Haruki!-
El chico solamente lo miró, sorprendido por la manera en la que corría precipitosamente hasta que llegaba a su lado y sujetaba sus manos con fuerza.
-Haruki- sollozó su nombre –Lo siento, de verdad lo lamento… lamento todo lo que te dije, todo lo que te hice, nunca fue mi intención… yo no quería- lloró desesperado –Cuando me llamaron del hospital no podía creerlo ¡Me sentí horrible! Tuve mucho miedo… creí que todo había acabado ¡Me sentí como un maldito! Deseé que me hubiera accidentado yo en tu lugar, quería que me tragara la tierra en ese momento…-
Era irremediable, Zinan pensaba que todo lo que había sucedido era por culpa suya y lo único que podía hacer era tratar de no sentirse tan mal al disculparse sinceramente con Haruki. Sabía que debía hacerlo, pero como suele pasar, no encontraba las palabras correctas para expresar lo que sentía en ese momento.
Después de que habían discutido aquel día, Haruki había regresado a su casa, pero quizá si no hubiera tenido que atravesar esas calles a esas horas, el auto que impactó su vehículo nunca lo hubiera alcanzado. Tal vez si Zinan lo hubiera detenido tan solo unos segundos aquello nunca hubiera ocurrido.
-Por favor perdóname Haruki, perdóname- continuó llorando mientras llevaba las manos del chico a su rostro. Quería sentirlo, asegurarse de que en verdad estaba a salvo y que todo había sido solo una terrible pesadilla… una que duró alrededor de dos meses.
Al ver a Haruki de esa manera, al creer que ya nunca lo iba a ver, el miedo de perderlo, de perder lo único que en verdad le importaba ahora, lo que hacía que valiera la pena, lo que tanto dolor le había causado aceptar, lo aterró al grado querer terminar consigo mismo al no poder tener al chico a su lado de nuevo.
-Te amo Haruki- sollozó mirándolo de frente -¡Te amo en verdad! Perdóname…-
Sin embargo, el rostro de Haruki tenía una expresión completamente diferente a la esperada. Estaba confundido y asustado a la vez. Todo aquel alboroto solo logró inquietarlo a pesar de que el doctor le había prohibido tener toda clase de emociones fuertes siendo que apenas había despertado del coma que lo había dejado inconsciente durante esas ocho semanas. Miró a Zinan llorando frente a él y notó la angustia en su rostro, pero seguía sin entender lo que sucedía.
-Haitani-san- le respondió –Yo… no puedo escuchar lo que me dices-
Epílogo
Traumatismo craneal cerrado: ese fue el diagnóstico.
El golpe había sido tal que el cráneo de Haruki no había podido soportar la presión y se había fragmentado en tres partes, pero afortunadamente estaba en recuperación progresiva y dentro de pocos días salió finalmente del hospital, aunque no de la mejor manera posible.
El choque había sido tal que se había perforado la membrana timpánica en ambos oídos, lo que había perjudicado de manera completa su audición; el daño interno había sido tal que los médicos no daban esperanzas a que Haruki sanara como era debido.
Para Zinan era como si todo lo malo que hubiera hecho en su vida se le regresara en ese momento. Como siempre suele suceder, no se había dado cuenta de lo que tenía hasta que casi lo pierde.
En incontables ocasiones Haruki le había dicho que lo amaba, que lo quería en verdad y que estaba dispuesto a llevar una relación formal con él a pesar de la opinión general, y Zinan no había puesto atención a sus palabras. Ahora ya no había nada que pudiera hacer.
Como la audición de Haruki era nula también había perdido las intenciones de hablar, por lo que Zinan solo había escuchado quizá un par de cosas provenientes de boca del chico a lo largo de esos tres meses, los cuales había sido una tortura bien merecida para él.
En un principio Haruki se rehusó a tener su ayuda. Tanta era su decepción por lo que habían discutido antes que le prohibió a Zinan estar cerca, pero el abatimiento del chico y el pesar tan grande que denotaba su rostro ante cada fallido intento por no alejarse de él terminaron por conmover a Haruki, quien lo aceptó de nuevo además de que lo creyó necesario después de que Zinan lo estuvo cuidando todo ese tiempo, pero esta vez lo aceptó como un amigo solamente, lo que cayó en Zinan como una punzada en el pecho puesto que ya se había enamorado tan profundamente de él. Quizá lo que había movido a Haruki era la lástima, porque a esas alturas dudaba en verdad sobre sus sentimientos hacia Zinan a pesar de haberle asegurado que siempre lo iba a amar.
Ahora, ambos tomaban un vuelo hacia la capital del país para asistir a una consulta con un médico que probablemente podría hacer algo para ayudar a Haruki; todo, como era obvio, corría por cuenta de Zinan, quien había cancelado su papel en la película que tantos problemas le causó para poder cuidar de Haruki en el tiempo que estuvo en coma.
El dolor, la frustración, en realidad se sentía muy mal, tanto, que incluso había dejado la que era su verdadera vocación con tal de cuidar de Haruki a pesar de que éste insistiera en no necesitar de su ayuda. Zinan simplemente sabía que debía estar con él, que debía reponer todo el tiempo y principalmente dejarle en claro, de una manera u otra, que ahora las cosas iban en serio.
Pero tal vez la tortura más grande para Zinan era que Haruki no podía escuchar cuanto lamentaba haberse comportado como un imbécil y principalmente cuanto lo amaba en realidad.
Quizá ese sería su castigo por siempre.
~FIN