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Dimensiones por DeviWolf137

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Notas del fanfic:

Primera historia que publico aquí, también el primer fic enfocado en esta linda pareja de Seventeen.

El día de graduación al fin había llegado. Wonwoo lucía feliz, sus amigos y él tomaban y compartían fotos de recuerdo, pues muchos de ellos tomarían rumbos diferentes. El ingreso a la Universidad tendría lugar dentro de unas semanas, y Wonwoo ya tenía un espacio reservado junto a su amigo Seokmin, o DK, como solían decirle, en una de las mejores de toda la ciudad.

—¿Sabes qué es lo mejor de todo esto? —DK mostró su enorme sonrisa mientras sus ojos se cerraban por la alegría.

—Dímelo tú —respondió Wonwoo en espera de sus palabras.

—Dentro de un mes seremos independientes, viviremos juntos y aprenderemos de las responsabilidad de mantener nuestras vidas —parecía bastante entusiasmado por la idea, y Wonwoo comenzó a contagiarse de ella.

Wonwoo y DK habían sido amigos desde preescolar, sus padres eran amigos, se conocían muy bien, casi podrían considerarse hermanos. Él fue quien habló con sus padres sobre independizarse, y finalmente convenció a los suyos para vivir juntos en un departamento pequeño cerca de la Universidad.

Ese era el motivo por el cual pasaría sus vacaciones en compañía de sus padres en un campamento familiar cerca de los bosques protegidos de Corea del Sur. Wonwoo no pudo negarse, sus padres lo apoyaban, pero también estaban un poco tristes por su partida, sobre todo su mamá.

El carraspeo de DK llamó su atención. Wonwoo miró con discreción por encima de su hombro. Varios metros atrás se encontraba aquel chico, el amor platónico de Wonwoo durante dos años ya, lo cual era sorprendente, él no solía mirar mucho a chicos, pero ese joven siempre se sentaba una mesa al frente en el comedor, cada día, y fue inevitable no tatuárselo en el cerebro.

Pero jamás dejó que sus sentimientos se salieran de su sitio, sobre todo después de saber que tenía novia. Ahí murió el poco deseo de levantarse y confesarle que soñaba con él al menos una vez por noche.

—Montaña a la vista. —Won negó apenas un segundo—. Deberías decirle, total, no estará en la misma Universidad.

—Seguimos estando en Seúl, además, decidí dejarlo atrás. No conservo alguna mirada o sonrisa de su parte hacia mí, así que no me afecta. De hecho, ni siquiera me siento mal. —DK puso una mano en su hombro.

—Hombre, esa es la actitud ganadora.

***

Esa mañana sus padres y él habían guardado las maletas en la camioneta y emprendieron viaje hacia el campamento. La imagen de la metrópolis fue sustituida por el verde natural. Las lluvias de semanas atrás habían dejado el paisaje más que resplandeciente. Wonwoo no había olvidado guardar en su mochila la cámara instantánea de fotos que le había regalado DK la navidad pasada, así que le entusiasmaba poder usarla en esa ocasión.

—¿Es aquí? —escuchó decir a su madre.

La camioneta dio un giro a la izquierda. Won pudo leer un enorme letrero que ponía “Campamento familiar Pledis” en grandes letras esculpidas en madera. Una enorme puerta de metal en color amarillo les impidió el paso. Pronto un hombre pidió el pase a su papá e inspeccionó que no se encontrara alguna otra persona más, además de ellos tres.

El auto avanzó por el camino de terracería, Wonwoo pudo distinguir el paisaje entre los árboles, pero pronto el follaje se volvió más espeso, entonces centró su atención al frente. Unos minutos más tarde, su familia y él desempacaban sus pertenencias en la cabaña número diecisiete.

—Hay una zona para acampar, si no quieren dormir en la cabaña esta noche —dijo el padre. Pero Wonwoo no quería pasar ese primer día en medio del bosque, su mamá pareció pensar lo mismo.

—Tenemos varios días de sobra, hoy me gustaría recorrer el lugar. ¿Qué les parece?

Y así lo hicieron. Sus papás y él recorrieron parte del campamento Pledis, algunas familias de su ciudad convivían fuera de lo que parecía ser una tienda de alimentos perteneciente al mismo lugar.

Wonwoo siguió caminado. Le llamó la atención un grupo de jóvenes reunidos entre algunos troncos que servían de asiento. Uno de ellos pretendía iniciar una fogata, pues pronto caería la noche.

Won deseó entonces haberse puesto algún pantalón, eso de andar con bermudas solo sería bueno para los mosquitos que probablemente había a montones. Sí, había olvidado el repelente.

—Eres un mentiroso —oyó decir a una chica.

—No, en serio. Eso es lo que dicen —se defendió un joven. Luego la chica pareció notar su presencia.

—Hola —dijo Wonwoo antes de que lo tomaran por entrometido.

—¿Qué hay?, ¿acabas de llegar? —Won asintió con timidez ante todas las miradas del grupo—. Siéntate, estamos hablando de las leyendas del campamento. ¿Has escuchado hablar de ellas?

Volvió  negar.

—Genial —pareció emocionado de contarla de nuevo—. El viejo guía nos contó a mis padres y a mí que no muy lejos de aquí hay un lago, pero que está restringida su visita. Por años asustaron a la gente diciendo que muchos visitantes se habían ahogado en el lago, pero esa no es la razón de mantener alejado a los camperos.

—¿Es porque sale Jason?

—Que estupideces dices, Seungkwan —dijo otro chico, prendiendo un cigarrillo.

—No es Jason, es Michael —interrumpió un joven más.

—No, Michael es el de Halloween, Jason es el de viernes 13, se ahogó en el lago cuando era niño —explicó esta vez una chica.

—Cállate, deja que continúe —hablo otra chica más, una castaña de cabello corto.

—Ha habido varias desapariciones en este campamento, y lo que tienen en común sus víctimas es que todas se metieron en las aguas de ese lago —lanzó un pedazo de palo a la fogata—. Trece desapariciones en total —. Comenzó a reírse—. Estuve aquí el año pasado, cuando volví a casa busqué información al respecto. En los últimos treinta años han desaparecido trece personas. Es una puta locura.

Volvió a reír. Wonwoo no sabía si tomarlo por loco, esa risa sonaba bastante perturbada. Una de las chicas volvió a decirle mentiroso.

—¿Qué les parece si vamos ahora mismo? Así dejas de llamarme mentiroso.

—Estoy aburrido, así que cualquier cosa es buena —el grupo comenzó a levantarse.

—Yo no iré, mis padres me esperan en la cabaña —dijo un joven, que Wonwoo identificó como Seungkwan.

—¿Y qué hay de ti? ¿Vienes, amigo? —Wonwoo miró a sus padres, seguían hablando con el grupo de adultos, su madre ya lo había visto sentado con todos esos chicos, así que supuso que estaba bien.

Pronto el grupo de ocho chicos, incluyendo a Wonwoo, atravesaron el bosque con lámparas en mano. Fue una suerte salir de la cabaña con la mochila al hombro, dentro llevaba algunas cosas que podrían serle útiles en ese momento, como su linterna, el celular por desgracia había tenido que apagarlo debido a la nula señal.

Fueron alrededor de veinte minutos los que caminaron, en ningún momento tropezó o pensó en volver. Jamás había hecho algo como eso, así que le resultaba emocionante de cierta manera, aunque seguía pensando que ese chico estaba loco.

—Muy bien, señoras y señores, hemos llegado. El lago maldito —dijo, para darle más dramatismo.

Wonwoo apartó la rama que tapaba su visión. Unos metros al frente estaba un enorme lago de aspecto profundo. El agua debía de estar helada. Estaba tan silencioso que parecía ser un espacio que no solía ser visitado muy a menudo, supuso que si los rumores eran ciertos, la gente prefería evitarlo.

—¿Y bien?, ¿algún voluntario? —dijo el chico loco, Eric.

—¿Estás de broma?, no vamos a meternos a ese lago.

—¿Tienes miedo?

—No, pero no voy a caer en tus juegos estúpidos —el chico del cigarro lanzó una piedra.

—¿Y tú, amiguito?, ¿quieres hacer la prueba? —Wonwoo no respondió, pero no estuvo feliz de que ese tal Eric le arrebatara la mochila de sus hombros y corriera alrededor del lago.

Wonwoo lo siguió intentando recuperarla, pero Eric se las arregló para llegar y pararse justo en la enorme piedra que bien podría servir para lanzarse al agua. El chico alzo la mochila, acercándola cada vez más a la orilla. Lejos se escuchaban los gritos de las chicas, exigiendo que dejara de molestar.

—¿La quieres? Ve por ella, amiguito —la lanzó lejos. La mochila cayó dentro del lago desde lo alto.

Tal vez fue estúpido, tal vez no debió caer en sus provocaciones, pero Wonwoo sabía que dentro de esa mochila estaba su celular, su dinero, la linterna, algunos objetos no tan importantes, y la cámara de fotos. No había tiempo que perder.

—Yo también te contaré algo —le dijo Wonwoo acercándose a él—. Sé Tae Kwon Do.

Le dio un golpe en la cabeza tan fuerte que tumbó a Eric al suelo. Entonces saltó al agua helada.

Notas finales:

Soy nueva por aquí, y es mi primer Meanie con más de un capítulo :) Agradecería saber qué les pareció el inicio.


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