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Christmas Day por RinneRaccoon

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Las navidades habían llegado con un ritmo lento, pero muy festivo. En las calles se respiraba un ambiente navideño, las farolas y las copas de los árboles estaban llenos de luces de colores muy llamativos, con adornos típicos como figuras de renos, bolas de navidad, muérdago y ángeles, entre palitos de caramelo y otros adornos temáticos. Por fin BaekHyun era libre de los exámenes, había estado esperando con ansias el día en que el instituto entregaba el boletín de notas ya que su madre le daría dinero como premio si aprobaba todas y así podría comprar la última entrega del juego más famoso y popular del siglo XXIII. Espera.


BaekHyun se paró en seco sumido en sus más profundos pensamientos en medio de la calle y rio como un loco desquiciado hasta que notó muchas miradas encima de él. Se lamió los labios, nervioso, y se arregló el cabello, carraspeó levemente y siguió adelante, en dirección a la tienda de videojuegos de su ciudad. Sonrió divertido, conteniéndose levemente. Por supuesto que el videojuego no era el más famoso del siglo XXIII porque era el año 2013, pronto 2014 y… definitivamente BaekHyun hizo cuentas y se quedó en blanco, se llevó las manos a la cara simulando ser el hombre del cuadro de “El grito” de Munch.


-¡¿En qué siglo vivo?! ¡¿En el XX o en el XXI…?! O…espera, ¡¿XXII?! Y-yo ya no sé…-seguía haciendo su propio drama mientras recibía más miradas incrédulas hasta que sus hermosos y finos oídos oyeron algo interesante, demasiado tentativo para pasarlo por alto.


Sí, BaekHyun era conocido por ser algo…bastante narcisista. Pero sí, a lo que íbamos. BaekHyun captó por esas orejitas una interesante conversación, casi parecía que podía moverlas en busca de una buena señal. Por fin encontró el foco de su curiosidad: eran dos chicas que hablaban sentadas tranquilamente en la parada del autobús.


-Sí, sí, lo que oyes…¡¡mi novio ahora sí que no me dejará!! Estaremos juntos para siempre, muajajaja.-la chica se rio de forma malvada y BaekHyun hizo un gesto de asco pues la chica le recordó a una bruja y aún más al ver que su nariz estaba adornada por una gran verruga con dos pelos.


“Uach…normal que el novio quiera dejarla, ni con la magia de la cirugía se le quitaría lo de bruja…” pensó BaekHyun mientras reía bajito tapándose la boca hasta que sus orejitas, moviéndose aún, captaron algo más.


-¿Y eso por qué? O sea…-su amiga intentó rectificar, pero en el acto recibió una mirada de víbora por parte de la bruja.


-Pues eso, que le he conseguido el último juego, ese fabuloso y popular del siglo…eh…esto… ¿XXI? ¿XXII? ¿XXIII?...Bueno, lo que sea, ya no quedan más en esta ciudad, muajajaja.


BaekHyun ya no oía nada más, en su cabeza solo sonaba un eco, el cual le repetía que no tenía nada que hacer. Ese juego ya estaba en manos de esa bruja-víbora. Estuvo a punto de tirarse encima de ella y golpearla hasta arrancarle esa horrible verruga de la nariz, pero justo cuando en su imaginación había ganado y conseguía su apreciado juego, el bus ya se las llevaba cuando se disponía a atacarla cuando.


-¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!! –gritó exageradamente cayendo al suelo de rodillas y alzó las manos al cielo, dramatizando la escena y volviendo a notar miles de ojos encima de él, la gente comenzó a murmurar y hacer comentarios sobre la pobre enfermedad mental que el chico tendría.


Después de media hora pataleando y haciendo berrinches, BaekHyun se levantó y corrió a la tienda antes de que esta cerrara. No podía creer lo que aquella bruja había dicho, se secó las lágrimas y se paró jadeando del cansancio, antes de entrar tomó aire y carraspeó abriendo la puerta, en cuanto entró un pequeño dispositivo se activó e hizo que sonase una pequeña melodía, como el aullido de un lobo. BaekHyun se quedó estático y se giró varias veces a todos lados asustado y se tiró al suelo gritando “¡¡HOMBRES LOBO, A CUBIERTO!!”. Los dependientes que estaban preparándose para recoger, miraron la escena sintiendo vergüenza ajena, uno de ellos carraspeó y le ofreció al recién llegado una leve sonrisa, quien se levantaba del suelo sacudiéndose la ropa. Miró a su alrededor y sonrió aliviado al ver que no había nadie en la tienda, avanzó carraspeando levemente abochornado mientras se acercaba al mostrador.


-Ehm…hola, quería saber si tenían en stock el juego…¡más molón del siglo XXII! Eh…¿o era…XXI, XXII…? ¿O XX?


-No tenemos, largo –susurró el chico más alto y rubio, parecía un armario aparte de que imponía bastante, demasiado para el joven muchacho, casi parecía un mafioso, imponía demasiado para trabajar en una tienda de videojuegos.


-¡Kris! Es un cliente, sé amable –murmuró el otro chico, casi igual de alto que el primero y también con un aspecto intimidante aunque cuando habló, BaekHyun no pudo evitar reír suavemente porque su voz era la de una niña, iba a imitarle, pero abortó misión cuando recibió una mirada amenazante del señor mafioso.


-Ya hemos cerrado, son las nueve.-respondió Kris poniéndose una chaqueta de cuero.


-Tsk, adelántate tú, pues. –dijo el chico de la ojeras y cabello azabache, ahora que BaekHyun se fijaba parecía un panda.-Espera un momento, voy a llamar a ver si hay stock en otra sucursal.-sonrió amablemente y cogió el móvil mientras cruzaba los dedos esperando que al otro lado le respondiesen.


BaekHyun asintió mientras murmuraba un leve “sí, señor panda”, Kris alzó una ceja y chasqueó la lengua molesto. Tao seguía hablando por el teléfono y asintió varias veces, mientras chasqueaba la lengua molesto.


-Oh, vamos, ¿no puedes reservarlo o separarlo? No me hagas tener que hacer zumo de naranja contigo, tsk…¡¡Yaaah!! –se quejó y le enseñó la lengua a alguien invisible ante la respuesta, miró a Baek y se encogió de hombros suspirando resignado- Lo siento, no ha querido reservarlo…seguro que alguien no le da lo que le tiene que dar…-masculló Tao molesto masajeándose la sien.


 Kris comenzó a reírse a carcajadas haciendo mucho ruido al escuchar el comentario de su compañero, BaekHyun sonrió inocentemente sin entender nada, casi parecía que le crecía una flor en la cabeza, carraspeó un poco y habló seguro, con fuego saliéndole por los ojos.


-¿Me puedes apuntar la dirección de la tienda en un papel?


-Claro, aquí tienes. –dijo Tao mientras escribía en un pequeño papel la dirección de la tienda en la otra ciudad, se la entregó al más bajo y sonrió suavemente.


Con una ligera reverencia, BaekHyun tomó el papel con la dirección de la tienda y salió corriendo de allí sin abrir la boca, cuando salió por la puerta se volvió a oír el aullido de lobo e inconscientemente el castaño rodó por el suelo y echó a correr hacia su casa sin detenerse ante nada, bueno, vale…Sí, se paró en los pasos de peatón cuando el semáforo estaba en rojo y…bueno, también en su tienda de cosméticos favorita, Mirada sensual, para reponer sus reservas de lápiz de ojo, o como él solía llamarla, Baekliner. Sin hacer más paradas, excepto para comprar ramen instantáneo para cenar esa noche, volvió a su casa donde vivía con sus padres, los señores Byun.


Sin decir nada y con una cara de bacon enfadado, rebelde e indignado entró en la cocina para empezar a preparar su ramen mientras farfullaba cosas sobre brujas, dragones y pandas, hombres lobos y a saber qué más cosas sin sentido. Sus padres lo observaban como si el chico fuese la criatura más extraña del mundo y, bueno, lo era, para qué negarlo. Ambos progenitores se miraron entre sí y se susurraron mutuamente “es clavadito a ti…de tal palo tal astilla” y se hicieron burla entre ellos, demostrando su gran madurez. BaekHyun había terminado de preparar su cena y ahora observaba a sus padres con los brazos cruzados y puso los ojos en blanco mientras carraspeaba.


-Puedo escucharos –dijo con un tono de diva natural y con una expresión molesta- En fin, daddy, mommy, necesito que me llevéis mañana a la ciudad de al lado.


-Hmm…hijo, cariño…-comenzó su padre con una voz suave y eso solo podía significar una cosa: BaekHyun iba a armar un gran escándalo- No podemos…ya sabes, mañana es la boda que organizamos de esa gran actriz y aquel modelo extranjero y…


-¡¿QUÉ?! ¡¿CÓMO OSÁIS HACER ESTO AL GRAN, FABULOSO, MARAVILLOSO, PERFECTO Y DEMÁS CALIFICACIONES POSITIVAS…BYUN BAEKHYUN?!-gritó todo seguido, sin tomar aire y con una gran vena hinchada en el cuello.


 Los ojos se le pusieron de color rojo y los pelos de punta y empezó a echar maldiciones por esa boca de víbora envenenada que tenía hasta que se mordió la lengua y se tiró al suelo lloriqueando mientras gritaba y rodaba cual croqueta por el suelo de la cocina. Su madre se levantó rápido con ese instinto de mamá oso para proteger a su pequeña cría, se agachó en el suelo y lo abrazó meciéndolo suavemente mientras trataba de tranquilizarlo cantando canciones de su girlband favorita: SNSD, o lo que era lo mismo, Girl’s Generation. Su padre, como buen fotógrafo y organizador de eventos que era, comenzó a grabar la situación con su cámara último modelo que llevaba a todas partes, buscando el mejor ángulo mientras daba órdenes a su mujer e hijo para que la situación fuese más dramática.


-¡¡PAPÁ!! –gritó BaekHyun cuando por fin pudo articular palabra y le tiró una de sus zapatillas de andar por casa, con forma de un lindo cachorro. Esta dio de lleno en toda la cámara parando la filmación.


Su madre lo regañó y fue a socorrer a su querido marido, pero antes corrió a su habitación privada y volvió vestida de enfermera sexy para exclusivamente salvar a su marido de una forma muy original. La mujer le tiró la cámara a BaekHyun, quien la cogió al vuelo, pues ya estaba acostumbrado a vivir esas situaciones a diario.


-¡Baekkie! ¡Grábame salvando a tu padre! –ordenó la mujer repasando su maquillaje mirándose en un espejo de bolsillo mientras se ponía más carmín en los labios.


-¡Mamaaaaaá! –se quejó el chico haciendo pucheros, pero desgraciadamente sabía que si no hacía caso a su mamá…su cabello podría sufrir malas consecuencias mientras dormía.


Al final terminó grabando la escena hasta que su padre, con un hilillo de sangre saliendo por su nariz, reaccionó y se levantó como un zombi hasta acercarse a su hijo, quien dejó de grabar viendo la escena aterrado mientras daba un paso atrás. Su padre murmuró una serie de palabras inentendibles y sacó su cartera buscando dinero, la señora Byun y BaekHyun no entendieron nada, pero la mujer sacó su móvil último modelo con la aplicación de traductor más potente del mercado. Seleccionó la opción o idioma “Daddy traductor” y le pidió a su marido que repitiese lo que había dicho, este lo hizo obediente y antes de que cayese al suelo rendido y desmayado, el teléfono móvil habló con una voz en off y robótica: “Toma dinero y coge el tren, mi tocinito precioso”. BaekHyun palideció aún más y luego se puso rojo hasta las orejas, avanzó hasta su padre y le arrancó el dinero de la mano mientras murmuraba indignado.


-¡¿Cómo esa cosa ha podido traducir “tocinitio precioso”?! ¡Deshazte de ese producto del mal, mamá!


-Ay, ya, ya, no te enfades, mi tocinito precioso…kekekeke.


BaekHyun fulminó con la mirada a su madre y cogió su frío ramen caminando con la cabeza bien alta hacia su cuarto, dejando olvidada una de sus zapatillas con forma de cachorrito en la cocina, una vez dentro de su habitación cerró la puerta dando un sonoro portazo y un grito de diva indignada.


            A la mañana siguiente, con la luz del alba a su espalda, BaekHyun salió con una enorme mochila de acampada y un semblante decidido de su cuarto. Vale, no era la luz del alba ni del amanecer ni de las farolas de la calle…Era la luz de su gusanito Lulú. Sí, sí, ese que cantaba nanas y brillaba, su tesoro más preciado, aunque si le daban a elegir entre Lulú y su Baekliner


Bueno, el chico carraspeó ligeramente y siguió caminando hasta la escalera y se subió a la barandilla como un niño pequeño para luego deslizarse por ella y llegar hasta el final de la escalera. Dio una triple voltereta en el aire y cayó con ambos pies pegados y los brazos estirados hacia arriba, como si estuviese en los Juegos Olímpicos. De repente oyó unos fuertes aplausos e hizo una reverencia satisfecho para después ver a sus padres con unos folios A-DIN4, los cuales tenían unas cifras dibujados en grande. Su padre le había puesto un gran y hermoso diez con una coronita en el cero, marcando la realeza de su querido heredero, sin embargo, su madre…bueno, ella le había puesto un 9’9 solo para fastidiar. Esta sonrió ampliamente y le enseñó la lengua divertida a su retoño. BaekHyun le hizo burla y se despidió de ambos, estos lo acompañaron hasta la puerta para despedirlo.


-Hijo, ¿seguro que tienes todo? ¿El spray de pimienta? ¿Baekliner? ¿La cantimplora con agua? ¿El mata mosquitos? ¿Llevas…?-preguntó a la velocidad de la luz, sin hacer ningún paro para tomar aire, pero cuando iba a preguntar lo más importante, si llevaba “protección”, fue interrumpido por su hijo.


-Ay, ya, ya. Papá…que no me voy al Amazonas.


-Ojalá…así tu padre y yo tendríamos más intimidad…-se quejó su madre de forma indiferente mientras se miraba sus perfectas uñas, alabando el trabajo de su estilista.


BaekHyun la miró mal y mientras ponía los ojos en blanco, pisó uno de sus pies, ¡uno de sus hermosos y delicados pies! El tocino, digo el chico, salió corriendo de allí mientras su madre, tan amable y amorosa como siempre, le tiraba tomates recién cogidos de la huerta clandestina del vecino y, por otro lado, su padre, tan dramático como siempre, lo despedía con un pañuelo blanco desde la puerta mientras se secaba unas lagrimillas que aparecían indiscretamente por sus pequeños ojos.


BaekHyun corrió unas cuantas cuadras más mientras dejaba atrás ese nido de locos donde había nacido y vivía. Cuando sintió que estaba lo suficiente lejos y a salvo se paró en medio de la acera apoyando las manos en sus rodillas, jadeando por la falta de aire y tratando de recuperar el aliento. Tras unos minutos de recuperación se pasó la mano por la frente secando el sudor y siguió caminando tranquilamente hasta la próxima parada de autobús para coger la línea que lo llevase directamente a la estación de tren.


Sacó de su bolsillo el móvil y los cascos, se sentó en un banco de la parada, justo en frente de la tienda de videojuegos, de donde salían unos ruidos muy raros…como si un dragón matara a un pequeño panda. Negó con la cabeza y se rio por su propia ocurrencia, la locura de sus padres se comenzaba a pegar –ya, claro, como si el pobre ya no estuviese loco-. Se puso los cascos y activó la reproducción aleatoria comenzando a escuchar música mientras esperaba tranquilamente como un niño bueno al autobús. No se hizo demorar más y al cabo de unos cuantos minutos el vehículo estacionó delante de él, subió a este y pagó el boleto para luego caminar hasta la parte trasera buscando un cómodo y buen asiento. No prestó atención a la gente que estaba allí mientras caminaba hasta su sitio, obviamente la diva allí era él. Él era quien destacaba, por lo tanto, los demás eran quienes tenían que mirarle sí o sí.


Sin planearlo se quedó dormido todo el camino, se había pasado toda la noche trazando estrategias y formas de matar al encargado que no quiso reservarle su maravilloso, fabuloso y súper, ultra, mega adorado juego para la WEXO88. El autobús se paró en la estación, el conductor abrió las puertas del vehículo esperando a que todos bajaran, alzó una ceja al ver que había un extraño bulto que producían unos extraños ruidos de cachorro. El hombre, de edad avanzada ya, se levantó y resopló varias veces, caminó hasta el chico y comenzó a zarandearlo suavemente y con “paciencia” hasta que sacó su móvil y con una sonrisa malvada puso la banda sonora de Psicosis. BaekHyun saltó en el asiento y abrazó con fuerza su mochila mientras abría los ojos como un búho y empezaba a gritar como una niña, hiperventilando. El hombre se rio a carcajada limpia y le palmeó el hombro varias veces mientras murmuraba un “Vaya, vaya. Ya pasó, ya pasó, ea, ea”.


BaekHyun se sonrojó y sin decir nada salió corriendo de allí, tras bajarse en la estación de tren caminó hasta unas máquinas al fondo del lugar, una vez allí seleccionó su destino y sacó el billete. Tras comprarlo caminó tarareando y a veces cantando a todo pulmón mientras se marcaba unos pasos de baile muy extraños. Después de entretenerse y mostrar su magnífico Diva show a esos pobres diablos de la estación, caminó hasta el andén del tren que debía coger.


A las 14:35 pm, tras comerse un sabroso bocadillo de pollo cortesía del restaurante Chicken isn’t my style, arribó en puerto y se bajó del tren al más puro estilo princesa. Agitó su mano suavemente, con un ligero giro de muñeca y alzó el mentón, bajó del tren y lanzó besos al aire. La gente, para no variar, lo miraba muy raro y rezaba plegarías para poder salvar la poca cordura que parecía quedarle, si es que alguna vez la tuvo.


El chico se paró delante de un mapa pensativo y observó el plano desde todos los ángulos posibles, literalmente. Tras un rato de meditación, se sentó en el suelo con las piernas cruzadas en posición de indio y sacó su móvil robando el wifi de la estación. Teclea con suma rapidez en su GPS la dirección de la tienda del papel arrugado que el chico panda le había dado y espera, mientras el aparato electrónico hacia trabajo, aburrido. Miró a la gente de su alrededor, analizando su vestimenta y haciendo caras de asco o aprobación, según los complementos y la ropa que llevaban tanto chicos como chicas. Algunas veces incluso guiñó el ojo a algún mozo bien vestido y con estilo. De repente, su móvil empezó a pitar, BaekHyun lo miró asombrado, abriendo tanto ojos como boca de la sorpresa.


-Usted está en la estación de tren. –dijo la voz metálica y robotizada del móvil.


-Oh my god…-susurro BaekHyun asombrado de las nuevas tecnologías que pueblan nuestro mundo, sin embargo, al terminar de escucharlo rueda los ojos molesto.- ¿No? ¿En serio? No sabía dónde estaba…Máquina inútil.


-El inútil es usted que precisa de mis indicaciones.


-¡¿Qué?! –preguntó con los ojos abiertos y un gesto de indignación se adueñó de su rostro- Bastardo…


-Cuide su lenguaje, ¿quiere que lo guíe o no? No puedo perder todo el día con usted.


-Pero…¡aigo, máquina del demonio! –gritó exasperado, ajeno una vez más a las extrañas miradas que le dirigían los transeúntes.- Sí, quiero ir a…la tienda de videojuegos –rebuscó en sus bolsillos de nuevo aquel papel arrugado y leyó- Baozi’s games. ¿Quién le pondría un nombre así a una tienda de videojuegos? Como no vendan juegos de comida… -empezó a reírse como un loco de su propio chiste mientras la máquina calculaba la latitud y demás cálculos matemáticos que BaekHyun no entendía. Esperó en silencio cuando notó que nadie se reía de su chiste chasqueó la lengua molesto.


-Salga de la estación todo recto, latitud norte y siga 90º nordeste.-indicó la máquina en menos de cinco segundos, el chico saltó sobre sí mismo y se puso en pie con cara de confusión.


-¡¿Cómo quieres que sepa seguir esas indicaciones, trasto inútil?!-preguntó exasperado haciendo un berrinche y pataleando por todo el lugar. Si la máquina hubiese podido suspirar, seguramente lo hubiese hecho, sin ninguna duda.


-¿Qué os enseñan hoy en día en la escuela? –preguntó la máquina, luego hizo una pausa y volvió a hablar con su voz robótica.-Salga por la puerta principal y siga recto hasta el restaurante “Dodo’s house”, luego gire a la izquierda y siga recto al menos dos calles más hasta que vea la tienda de bubble tea “Oh & Xi”, mire juste en frente, en la otra calle y allí verá el cartel con luces de neón que reza “Baozi’s games”-dijo la máquina de tirón sin dejar al chico procesar toda la información.


Cuando terminó de dar las indicaciones el chico pasó un minuto sin decir nada, debatiéndose sobre si se había caído al nacer de la cuna o si la máquina era la retrasada en esta historia, obviamente su orgullo dijo que más bien era la segunda opción.


-Ehm…-empezó a hablar con un hilillo de voz y carraspeó suavemente, se colocó bien su mochila a su espalda y caminó mirando a todos lados inseguro.


-Recuerde, primero salga de aquí.


-Ya, ya, eso sí lo entendí…-murmuró entre dientes buscando el cartel que le indicase “EXIT”.


Tras encontrarlo sonrió ampliamente y comenzó a caminar por el laberinto de ciudad que era, cada vez se ponía nervioso y cuando no recordaba qué dirección tomar, la máquina siempre lo guiaba por el buen camino hasta que llegó a la tienda de bubble tea, una vez allí miró al frente y allí se encontraba la maldita tienda de videojuegos. Una sonrisa muy amplia y brillante adornó su pálido rostro y saltó en el aire con un grito de victoria, sin esperar más corrió para cruzar la carretera que lo separaba de su destino, ni si quiera se dignó a mirar si venía algún coche, gracias al cielo que no pasaba ninguno y logró llegar a salvo a la puerta de entrada.


Observó el lugar por el cristal, atento a cualquier movimiento sospechoso, al no ver ni detectar nada extraño entró por la puerta automática y lo recibió una fresca corriente de aire, sonrió al ver las estanterías de juegos. Comenzó a deslizar sus manos por los juegos, leyendo las carátulas y su contenido, estaba tan emocionado que no podía dejar de sonreír. Miró hacia la caja registradora y allí estaba un chico con unos pómulos estilizados y de baja estatura, realmente no estaba haciendo nada solo daba órdenes a otro chico que estaba en el almacén a través de un pinganillo mientras observaba el ordenador donde seguramente tendría las cámaras de vigilancia. BaekHyun se acercó a él algo nervioso, no sabía por qué, pero había algo en la expresión del chico que no le daba buena espina y, sí, cuando se acercó casi deseó no haberse acercado nunca.


-¡Yah, Seokkie! Mueve la caja un poco más allá…sí, sí, donde pueda ver tu lindo trasero…-murmuró esto último lascivamente mientras se lamía los labios lentamente, de una forma seductora y provocativa, con gran cantidad de saliva.


-Ejem –dijo BaekHyun intentando llamar la atención del chico y alejando todo pensamiento sobre los labios tan apetitosos del dependiente.- Disculpa, ¿podrías…?


-No, ¿no ves que estoy ocupado viéndole el culo a alguien? –le contestó el chico sin despejar la mirada de la pantalla del ordenador hasta que recibió una colleja de parte de otro chico.


-¡Chen, sucio y asqueroso pervertido! –gritó detrás de él un chico bajito y con unos ojos hermosos sin doble párpado.


-¡¿Y tú de dónde saliste?! –preguntó alterado y asustado dándose la vuelta con los ojos desorbitados, intercambiando miradas entre el chico y el ordenador.


-Agh –suspiró pesadamente y contó mentalmente hasta diez para no perder la poca paciencia que le quedaba y cometer un homicidio “involuntario”, negó con la cabeza y luego miró al pobre BaekHyun que miraba todo interrogante y sin entender nada.- Discúlpanos, ¿qué deseabas? –preguntó el chico del almacén con una sincera y amplia sonrisa.


-Eh..sí –respondió BaekHyun saliendo de su mundo colorido y lleno de Baekliner- Vengo de la tienda de videojuegos de la ciudad de al lado y bueno…-comenzó a hablar aunque su vista fue a parar a unas grandes manos que sostenían con fuerza su principal objetivo: el maravilloso y perfecto juego del año.


-¡Muchas gracias por su compra! –contestó Chen animado mientras esbozaba una amplia sonrisa- Me debes una, orejotas –dijo mientras le guiñaba un ojo a su amigo.


-Sí, sí. Gracias por guardarme el último juego, Chen troll –respondió con una amplia sonrisa, ilusionado, y abrazó el juego envuelto dentro de la bolsa dispuesto a irse.


-EH…EH…WHAT?! ¡SERÁS CAPULLO! –gritó BaekHyun de improviso dejando de prestar atención al chico que lo atendía para señalar a Chen-. ¡¡Y TÚ, MALDITO GIGANTE!! ¡NI SE TE OCURRA MOVERTE!


            Los tres chicos se quedaron estáticos en su sitio abriendo la boca a más no poder sorprendidos, ¿qué mosca le había picado al chico que parecía un cachorro rabioso? BaekHyun deslizó su mirada por el alto cuerpo del chico que correspondía al mote de “orejotas” y alzó una ceja mientras deslizaba la lengua por sus labios. “Not bad” pensó al instante, luego miró al que correspondía al nombre de Chen y su mirada se tornó aún más hostil, tanto que acabó subiéndose al mostrador para agarrarlo por el cuello de la camisa y sacudirlo varias veces.


-¡TÚ! Apuesto a que el chico panda hablaba contigo, ¡tú eres el mal de todos mis problemas! ¡Por tu culpa he venido desde la ciudad de al lado para conseguir ese juego porque no quisiste reservármelo! ¡Serás…! ¡Maldito enano, naranja podrida! –empezó a gritar como un poseso sin importarle el escándalo que estaba montando en la tienda y la vergüenza que les estaba haciendo pasar a todos los reunidos allí.


-¡Hey, hey! –dijo el más alto reaccionando por fin ante las escena que tenía delante de sus narices, cogió al castaño por la cintura y lo sacó de encima del mostrador mientras este daba patadas y seguía gritando insultos de los más inusuales y raros, la verdad, deberían darle un premio por la desbordante imaginación que tenía para insultar.


-¡¿Pero qué te pasa, estúpido desalmado?! –preguntó Chen molesto mientras se sobaba el cuello que estaba algo dolorido y rojo.


-¡SÚELTAME, ESTÚPIDO GIGANTE! –gritó pataleando más y más, como un pequeño pez que se convulsiona fuera del agua.


-Eh…a ver, por favor, relájate y entonces podremos hablar, ¿sí? –habló amablemente el otro chico, quien se sobaba la cien dejando escapar un suspiro de sus labios. BaekHyun se apiadó y asintió relajando su cuerpo, solo entonces el más alto lo posó en el suelo de nuevo.


-Lo siento…-se disculpó BaekHyun con el chico pelirrojo e hizo una leve reverencia.


-No te preocupes, quien debería disculparse es este imbécil –respondió mirando a su compañero de trabajo, quien hizo una mueca de incredulidad y luego resopló enfadado- Soy XiuMin, encantado y –añadió mirando despectivamente al chico que estaba a su lado cruzado de brazos- lo siento, este imbécil no sabe lo que hace, ya me encargaré de que sufra –dijo haciendo una reverencia de noventa grados a modo de disculpa con el chico cuando una carcajada interrumpió la disculpa.


-¿Qué me vas a hacer, baozi del mal? –preguntó Chen con una sonrisa ladeada mientras alzaba una ceja, XiuMin se acercó a su oído y le susurró lo que haría, se separó sonriente y tapó la boca del otro cuando iba a gritar.


-Bien, lamentándolo mucho…esa es la última existencia y se la hemos vendido a él, así que…no podemos hacer nada. Discúlpame, aquí mi compañero le dará un vale regalo en compensación –sonrió amablemente apartando la mano del otro.


-¡OH, NO! Kim MinSeok, ¡no puedes dejarme sin sexo durante DOS MALDITOS MESES POR ESTO! –gritó indignado Chen una vez su boca fue liberada, el pelirrojo lo miró rojo y con rabia mientras toda la tienda los miraba sorprendidos, algunas chicas rieron pues habían apostado que aquellos dos eran o no pareja.


-Que sean cinco –añadió XiuMin con un tono frío mientras se despedía de los clientes y volvía al almacén a comprobar el stock que les quedaba mientras Chen le dirigió una mirada de odio profundo a BaekHyun, quien sentía que iba a morir en cualquier segundo si no salía de ahí enseguida.


-Esto…-carraspeó el chico de largas piernas y esbozó una amplia, pero amable sonrisa- Soy Park ChanYeol –hizo una pequeña referencia y se rascó la nuca algo incómodo, pero de repente BaekHyun tiró de su mano y ambos salieron corriendo sin pararse hasta dos cuadras más allá del local.


-Ah…lo siento –se disculpó el más bajo jadeando y resoplando intentando recuperar el aliento- Byun BaekHyun –dijo de repente estrechando la mano con el otro- Lo siento, pero mis instintos supervivientes se activaron cuando ese zorro me amenazó con su horrible mirada.


-¿Zorro? ¿Matar? Eh…creo que no entiendo nada, pero eres muy divertido –dijo asintiendo varias veces sin perder la amplia sonrisa que adornaba su perfecto rostro-. Bueno, BaekHyun siento mucho lo del juego…Te lo daría, pero es un regalo para el hijo de una amiga de mi madre, porque…bueno, pronto me voy a mudar a su casa ya que empiezo el próximo curso en un instituto de la ciudad de al lado y no conozco a nadie y todo está muy caro…y como me mudo en las vacaciones pues es feo que vaya con las manos vacías, ¿no? Así que…


-¡Hey, hey, frena vaquero! No he pedido que me cuentes toda tu vida, ¿vale? Ni si quiera nos conocemos, ehm…¿ChanHyun?


-ChanYeol –respondió automáticamente con una sonrisa asintiendo levemente-. Lo que podemos hacer es…que vengas a mi casa y, bueno, probar el juego juntos –sonrió con las mejillas algo rosáceas, esperando que el más bajo aceptase.


-¿Eres un violador? ¿Pederasta? ¿Mafioso? ¿Un playboy? ¿Qué eres? ¿EH? ¿EH? ¡Seguro que quieres aprovecharte del buen cuerpo que mis padres me dieron cuando nací, tan perfecto que todo el barrio vino a traerme regalos! –comenzó a hablar de una forma extraña, diciendo bobadas sin parar, casi contando su vida, aunque realmente la contaba como él la veía dentro de su imaginación.


-Ehm…no, pero es cierto que eres hermoso –sonrió ampliamente con las mejillas algo más sonrojadas mientras observaba con intensidad las reacciones del otro, quien primero abrió la boca perplejo, luego desvió la mirada a sus pies y jugó con ellos avergonzados y terminó sonriendo como un tonto.


-Bueno…esto, ChanYeol…supongo que si eres tú, no me importa que seas todo lo de antes. Menos playboy, si tienes que jugar que sea solo conmigo –sonrió coquetamente cuando alzó la cabeza y lo miró directamente a los ojos mientras se lamía los labios hablando en doble sentido.


-Pues juguemos a este maravilloso juego, ¡rápido! –gritó con su gruesa voz emocionado y tiró del brazo del chico en dirección a su casa, la cual se encontraba a tres calles de distancia.


            Tras una amena caminata de risas y charlas, ambos se pararon frente al portal de un humilde edificio de apartamentos, ChanYeol sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta dejando pasar al otro chico, quien sonrió avergonzado y entró esperando al otro para seguirlo hasta el apartamento correcto. El más alto no tardó en guiarlo hasta el ascensor y subir al piso cuarto, donde estaba el apartamento que compartía con sus padres y hermana mayor, quienes casualmente estaban trabajando muy ocupados en un restaurante que tenían en un centro comercial. Una vez entraron BaekHyun pudo comprobar que era una casa pequeña y modesta, demasiado diferente a la suya, sin embargo, eso no le importó, es más, le pareció lindo y acogedor. ChanYeol, por su parte, se quedó observando al mayor con una sonrisa embobada y es que no sabía si creer en el amor a primera vista o a primera conversación, pero ese chico le estaba empezando a agradar bastante.


-Bueno, hyung, ¿jugamos? –preguntó avanzando hasta la televisión en el salón abriendo con sumo cuidado el juego, sin embargo, BaekHyun se tiró encima de él gritando horrorizado.


-¡¡NOOOO!! ¡Quiero abrirlo yo! –gritó arrebatando el juego de las grandes manos del elfo gigante y se abrazó a la carátula como si fuese su tesoro, solo le faltaba caer en la maldad y transformarse en Gollum porque lo de hobbit ya lo tenía.


-Ehhh…no –dijo simplemente ChanYeol ceñudo y sin dejar de mirarlo fijamente mientras el otro hacía infinitos pucheros, finalmente suspiró y cedió, pero con una condición:- Lo abrimos juntos, no te atrevas a timarme, eh.


            BaekHyun asintió y se levantó como un niño pequeño tras ser regañado para sentarse al lado del más alto, puso el juego en frente y cada uno empezó a devalarlo por un lado diferente. Cuando retiraron el plástico el mayor abrió la carátula y ambos se quedaron observando la maravilla que era el juego.


-Por favor –susurró BaekHyun en un tono solemne, haciendo uso una vez más de sus dotes interpretativas y le tendió la carátula con una leve inclinación- Haga los honores, Mr. ChanYeol, nos queda una larga batalla por delante en la que fracasaremos como perdedores o ganaremos como verdaderos héroes –terminó de decir con una expresión muy seria mientras el más alto trataba de contener la carcajada que se le atoraba en la garganta.


Este carraspeó levemente y con otra reverencia cogió la reliquia con sumo cuidado poniendo el CD en la consola, rápido cogió los mandos y corrió a sentarse junto al mayor, aunque por el camino casi se mata enredándose con los cables. Se sentó, a salvo, y suspiró profundamente para mirar a BaekHyun con una emocionada sonrisa, este le devolvió el gesto y se quedaron unos segundos observándose el uno al otro, casi grabando a fuego sus rostros. El más alto inconscientemente se fue acercando al mayor poco a poco, estaban a unos escasos centímetros y tan concentrados en los labios ajenos que ambos dieron un pequeño salto cuando el juego comenzó con una grave voz: “When the skies and the grounds were one legends…”. Ambos se miraron avergonzados, con las mejillas tiñéndose de un rojo muy fuerte, los dos carraspearon a la vez y sonriendo tímidos desviaron la mirada a la pantalla para comenzar su ansiada y esperada aventura por los parajes exóticos de EXOPlanet, solo que esta vez era muy diferente a como lo habían imaginado: harían esa aventura juntos y por primera vez.


La tarde pasó como una exhalación, tan rápida y amena que rápidamente el cielo estaba oscureciendo, ninguno se dio cuenta hasta que lograron desbloquear al último personaje de la saga “la llama Ace”, ambos se miraron y se abrazaron fuertemente emocionados.


-¡Lo hemos logrado, Channie! ¡Ya tenemos a todos los personajes! –gritó emocionado BaekHyun sin poderlo evitar, ambos rieron como dos locos y se dejaron caer sobre la mullida alfombra donde estaban sentados.


-Baek, ¿tienes que irte ya…? –preguntó algo triste el gigante, borrándosele rápidamente la sonrisa que había tenido toda la tarde, el mayor suspiró pesadamente y miró el reloj para luego asentir.


-Lo siento mucho…pero sí, ya es muy tarde –suspiró levantándose pesadamente al igual que su anfitrión, ambos se miraron durante un largo tiempo perdidos en sus pensamientos, era obvio que ambos chicos habían conectado de una forma asombrosa y no solo como amigos, sino quizás como algo más…


Los dos se comían con la mirada, deseando besarse desesperadamente, tanto que varias veces durante el juego sus personajes fueron eliminados por estar perdidos en sus pensamientos. Una vez más, durante toda la tarde, se acercaron el uno al otro, sin embargo, esta vez ChanYeol fue más atrevido y pasó sus brazos por la cintura del mayor, atrayéndolo a sí mismo de una forma posesiva y demandante. BaekHyun se dejó hacer perdido en los ojos del más alto, quien no los apartaba del perfecto rostro del chico y sonrió inconscientemente poniéndose de puntillas para llegar a los labios ajenos. Estaban cada vez más cerca, tanto que notaban sus respiraciones chocar entre sí, ambos entrecerraron los ojos despacio sin dejar de mirarse y entreabrieron los labios a un milisegundo de juntarlos. Pero como una broma del destino, una vez más, los interrumpieron y esta vez era el móvil del más bajo, del que sonaba la insistente canción de I got a boy de Girl’s Generation.


-¡Oh, oh, ohhh! –empezó BaekHyun entusiasmado sin darse cuenta hasta que resopló enfadado mordiéndose el labio fuertemente y cogió el teléfono sin ni si quiera fijarse de quién era la llamada- ¡¿QUIÉN NARICES SE ATREVE A INTERRUMPIRNOS UNA VEZ MÁS?! ¡¿ES QUE YA NO SÉ PUEDE LIGAR TRANQUILAMENTE?! –gritó separándose de ChanYeol mientras caminaba por la habitación con un espíritu verdulero, gritando por cualquier cosa- ME DA IGUAL QUIÉN SEAS: LA SM ENTERTAIMENT PARA DECIRME QUE HE PASADO, EL PAPA O DIOS, ¡¡NADIE INTERRUMPE Y SABOTEA LAS INTENCIONES DE BYUN BAEKHYUN!! YA HE TENIDO BASTANTE PACIENCIA PORQUE, YO, EL FABULOSO, MAGNÍFICO…-su voz fue descendiendo poco a poco hasta quedarse mudo y pálido, empezó a temblar y rápido apartó el teléfono antes de que su madre gritase claramente: “¡Byun BaekHyun, ¿quién te crees para gritarle así a tu hermosa y joven madre?! ¡Yo no te he criado como a un verdulero!”.


            ChanYeol observaba toda la escena divertido y sin poderlo evitar se tiró al suelo entre sonoras carcajadas, el mayor lo miró molesto y le dio varias patadas en el trasero mientras oía los gritos incesantes de su madre al otro lado de la línea, quien solo llamaba para saber cómo estaba su tocinito precioso y se encontraba con ese recibimiento. La llamada finalizó con un “si no mueves tu redondo culito a esta casa en los próximos treinta minutos, y me da igual cómo lo hagas, te desheredo”. BaekHyun suspiró y miró al otro, quien se secaba las lágrimas aún tirado cuan largo en el piso, este se incorporó y cogiendo aire le besó la mejilla.


-Vamos, te acompaño a la estación…tocinito –dijo esto último con una estruendosa carcajada que no pudo controlar a tiempo, el mayor lo miró con odio y le dio un fuerte codazo mientras fruncía los labios para luego enseñarle la lengua.


            En pocos minutos llegaron a la estación justo a tiempo para coger el último tren en dirección a la ciudad de al lado, BaekHyun sonrió tristemente y subió al vagón despidiéndose del elfo gigante con un beso en la mejilla, luego le guiñó un ojo. ChanYeol se había sonrojado poniéndose nervioso mientras sonreía como un idiota agitando la mano a modo de despedida. Las puertas del tren se cerraron y el revisor pasó checando los tickets de los pasajeros, BaekHyun miraba por la ventana al chico y le hizo un gesto de que lo llamara, pero pronto ambos chicos abrieron los ojos ampliamente dándose cuenta de su gran error.


BaekHyun se levantó rápido de su asiento alarmado, pero el tren se puso en marcha y miró a ChanYeol asustado y en shock, el más alto empezó a correr tras el tren intentando mantenerse al lado de la ventana del chico, pero era imposible. El más alto dio una última mirada y sonrisa mientras gesticulaba algo, ambos se dedicaron una triste sonrisa y BaekHyun desapareció en el tren. Ambos se habían dado cuenta de su error: no habían intercambiado números de teléfono y lo único que sabían eran sus nombres, que vivían en ciudades diferentes y que, aunque ChanYeol se iba a mudar dentro de unos días a la misma ciudad que BaekHyun, esta era muy grande y no había forma de que pudiesen encontrarse de nuevo, ¿o sí?


Esa noche fue demasiado larga para ambos, BaekHyun se quedó dormido en la madruga rodeado de pañuelos con lágrimas y mocos, parecía imposible que en tan solo unas horas un chico pudiese gustarle tanto y…¿si era el indicado?, ¿y si estaban destinados para toda la eternidad? BaekHyun no podía evitar sacar a flote sus pensamientos de chica adolescente enamorada y todo empeoró cuando comenzó a ver dramas románticos en un intento por quedarse dormido, sin embargo, eso solo hacía que su pecho doliese más y más. Por otro lado, ChanYeol andaba en las nubes, esa noche tenía que ayudar en el restaurante de sus padres y si de por sí ya era torpe, en ese instante era una gran masa humana que no servía para nada, solo para crear bulto, así que sus padres lo mandaron de vuelta al apartamento. Sin embargo, cuando llegó no mejoró ya que haciendo su propia cena se quemó con el envase del ramen al sacarlo del microondas, se le cayó encima de la ropa quemándolo y más tarde se resbaló en la ducha junto con una infinidad de accidentes domésticos que lo dejaron destrozado y agotado. Por fin decidió que el lugar más seguro era su cómoda cama, pero allí solo pensaba en BaekHyun, en su rostro y sonrisa. Cerró los ojos con fuerza deseando mudarse enseguida y rastrear toda la ciudad de al lado en busca de su adorado tocinito.


            La semana había pasado rápidamente y ChanYeol se encontraba parado delante de la puerta de la que sería ahora su nuevo hogar. La verdad es que era muy grande y tenían un extenso y cuidado jardín, se notaba que había sido diseñada por algún famoso arquitecto, ya que era un diseño muy extraño, parecía un castillo europeo moderno y un apartamento cualquiera del centro de lo que podría ser Seúl. Asintió sorprendido y pensó que la mezcla era interesante. Tocó el portero y esperó a que alguien le abriese la puerta, se encontró con una mujer delgada y de estatura media, esta lo vio y sonrió al instante gritando como una adolescente en celo y se abrazó a él con mucha fuerza.


-¡Como has crecido! –gritó al recibirlo, sin darle tiempo a saludarla formalmente ni agradecerle por acogerlo, rápidamente lo arrastró dentro de la extraña y grande casa gritando por todos lados que su nuevo inquilino había llegado.


Entraron al salón y se encontró con que estaba decorado especialmente para su bienvenida, con comida y refrescos, parecía la fiesta de cumpleaños de un niño mimado por toda la comida que había aunque solo habían cuatro personas con él: los señores de la casa, él y…espera, ¿su hijo? Espera, espera, no podía ser.


ChanYeol abrió la boca ampliamente sorprendido, no podía ser. El otro chico lo miró desinteresado, tenía unas grandes ojeras y una expresión muy cansada, casi parecía que no quería estar allí y no lo estaría si su herencia no estuviese en juego. Este se levantó de golpe con los ojos aún más abiertos, si es que era posible, que el elfo gigante, se señalaron mutuamente y empezaron a balbucear a la vez sin dar crédito a lo que sus ojos veían. Byun BaekHyun. Park ChanYeol. Ambos vivirían ahora bajo el mismo techo, la distancia que era tan larga, de varios kilómetros –por no decir miles-, se había reducido a unos cuantos metros, incluso centímetros si se lo proponían.


-¡Baekkie, hijo! Te presento al hijo de mi amiga, ¿no te acuerdas de él? Erais inseparables de niños –dijo emocionada su madre al tener nueva sangre en la casa a la que molestar.


-No, no lo recuerdo…-susurró BaekHyun con una amplia sonrisa, una que hizo que todo el cuerpo de ChanYeol se estremeciera, poniéndole los pelos de punta- Pero podemos volver a ser inseparables –susurró en un tono meloso y le guiñó un ojo.


Sin pensarlo mucho y sin dejar que su madre lo entretuviese más, cogió de la mano a ChanYeol dejando las maletas tiradas en el suelo y tiró de su brazo llevándolo por las escaleras hasta su cuarto. Una vez allí lo empujó dentro y cerró la puerta tras su espalda, el más bajo se quedó un rato observándolo para procesar toda esta nueva información.


-Por favor…dime que no estoy soñando -susurró con una expresión desconcertada, ChanYeol sonrió ampliamente y sacó un juego de su mochila.


-¿Quieres comprobar que no es un sueño? ¡No me lo puedo creer! Al final tendrás el juego que tanto querías, era un regalo para el hijo de la amiga de mi madre y…resulta que eres tú –dijo emocionado como un niño pequeño al resolver el puzzle de cuatro pieza más difícil de la historia.


-Park ChanYeol –susurró acercándose al más alto sin apartar los ojos de los del otro, esbozó una leve sonrisa que poco a poco, a medida que se acercaba al otro, se iba ampliando- Tú eres el mejor regalo que podría tener…-dijo poniéndose de puntillas y pasando los brazos por el cuello del más alto para, al fin, juntar ambos pares de labios tras tantos intentos y sin ninguna interrupción o eso era lo que creían.


-¡¡Baekkie!! –gritó su madre feliz entrando en la habitación, aunque se calló de repente al ver la escena. No tardó ni un segundo en tirarse encima de su hijo y tirarle de los pelos- No, no, no, ¡aleja tus sucias manos de tocino de Yeollie! ¡Mi plan era seducirlo para que fuese mi joven amante! ¡No es juuuuusto! –empezó a hacer una rabieta infantil mientras BaekHyun se quejaba e intentaba quitársela de encima a como diese lugar, le echaba miradas suplicantes a ChanYeol, pero este se estaba riendo como un loco desquiciado.


Quizás la convivencia a partir de ese momento fuese algo más complicada de lo que ambos jóvenes pudiesen pensar, sin duda, su madre convertiría esos centímetros de distancia en metros siempre que pudiese hacerlo, sin importar el momento y la hora. Ahora era cuando BaekHyun conocería el verdadero lado psicópata y sasaeng de su madre. Y temía, temía mucho. Sin embargo, ChanYeol era su regalo de Navidad y no permitiría que nadie, absolutamente nadie, lo apartase de su lado, nunca. 


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