Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lie With Me por SweetandCoffe

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Tengo el honor de publicar un fanfic de esta hermosa pareja.

Gracias a tu por estar aquí.

Notas del capitulo:

Hola, hola... ¿mi primera vez publicando en amor yaoi así? 

¡vaya problema! 

Oía decir que cada instante tenía una canción para su momento, y sentía lo ridículo de ello.

 

Detestaba tener que aceptar la situación en la que se encontraba, y aunque se enredaba con su trabajo, no tenía comparación.

 

Yacía en una sala de espera, aguardando a su turno para ver al presidente de dicha empresa, algo absurdo, lo piensa.

 

Un ticket rojo, M-25, jugueteaba en sus manos, maldecía una vez más y dejaba de removerse en su asiento.

 

Pero qué asunto más ridículo ¿quién necesita tomar turno para ver a aquel hombre? Estaba seguro que ni con el mismo presidente sería así.

 

Escucha a lo lejos una canción, empieza a recordar la letra, la había escuchado antes.

 

Sia «Cheap Thrills»

 

Vuelve a maldecir, detesta esas canciones.

 

I don't need dollar bills to have fun tonight. I love cheap thrills!

 

Lo molesta aquello, pero es en lo único que puede pensar.

 

Sabe que el mundo no funciona así, nadie quiere nada de nadie sin algo a cambio, sin dinero o interés detrás, aunque pensaría en su vida amorosa en otro momento.

 

Revisa la enorme pantalla al frente suyo, marca el turno, M-37, y ahora revisa su reloj, ha perdido una hora entera con 38 minutos de su ocupada vida en aquel lugar.

 

Sentado en un sillón sólo él,

 

Maldice por enésima vez, y se aproxima a información, se ha hartado de esperar.

 

— ¿En qué lo puedo ayudar? — sonríe una mujer joven y rubia, levantando su hombro para sostener el teléfono parece hablar con alguien allí también.

 

— Estoy aquí hace horas, tengo una cita agendada y no pienso esperar más — responde demandante.

 

— ¿Señor Stark, cierto? — continúa la chica aún con el teléfono en su hombro.

 

— Así es.

 

— Su turno expiró... — responde.

 

Aquel hombre, Tony por cierto, hace una pausa que no fue notada por la mujer, que seguía colgada en su dispositivo.

 

— Disculpa — empieza Tony —. ¿Cuál es tu nombre?

 

La mujer todavía no se inmuta, y tras escuchar la pregunta, mueve su mano removiendo el carné que tenía en su pecho y vuelve sus manos al computador frente a ella, Sharon, su nombre.

 

— Perdona, Sharon, dile a tu jefazo que no pienso esperar más, que puede irse al diablo... — y rompió el ticket frente a ella.

 

No dio espacio para ver su reacción, sólo dio media vuelta y salió del gran edificio que se lucía.

 

Caminaba a paso medio hasta su automóvil, se sube en él y se quita las gafas que se había puesto antes de salir, observa unos ojos marrones en el retrovisor, se lanza una sonrisa para el mismo y enciende el auto retorno a su torre.

 

Prende el radio en cualquier emisora, suena una canción desconocida para él, aunque le resulta vagamente familiar.

 

« It's all the ones... How could it hurt? »

 

Llega a lo que algunos llaman "hogar"

 

Desata el nudo en su corbata y se genera uno en su garganta al primer sorbo de alcohol que ingiere.

 

¿Desde cuándo su vida se basa en eso?

 

Ha terminado con estantes completos de licor y no le es vasto.

 

Queja en voz alta, más de tres pisos como su hogar y se halla sólo, completamente en soledad, esa sensación le da un amargo sabor en su paladar, otra copa y pasará.

 

Recordaba de nuevo algunas palabras, quizá si debía tomarlas en cuenta.

 

Salir de su empolvado taller un rato no le haría daño ¿o sí?

 

Sale de la torre a pie, con una gorra para cubrirse de la multitud, que hoy en día se torna más peligrosa que el sol.

 

Llega a una plaza, la había conocido, de hecho, la había visitado con... Pepper...

 

Reniega mentalmente y sigue su trayectoria.

 

Se sienta en el banco más cercano, ¿desde cuándo su vida pasó del éxito a verse obligado a alimentar palomas para mantener su equilibrio mental?

 

Y era verdad, sentía que se volvería loco si no hacía cosas insignificantes, pero lo ayudaban mucho.

 

« If we only have our hand behind our backs »

 

Cerró sus ojos en busca de algo en su mente, cualquier señal, pero nada llegaba.

 

La monotonía lo estaba asesinando, y lo sabía.

 

Un golpe lo distrajo de su objetivo mental, quizá pidió demasiada emoción, aquello había dolido.

 

— ¡Lo lamento! — escuchó un gritó a lo lejos.

 

Trató de girar para revisar qué clase de puberto hormonal lo había pegado con un balón "por accidente"

 

Apenas dio vuelta, sintió que toda su energía se iba abajo, cayendo en total inconsciencia.

 

« I told you once, I don't need her»

 

Despertó lenta y detalladamente, se sentía raramente feliz, hace mucho que no había sentido esa sensación de haber dormido lo suficiente.

 

No recuerda con detalle, a más del golpe que recibió.

 

Un fuerte olor a chocolate invade su mente, parece que proviene de la cocina.

 

Atrae con sus descalzos pies sus zapatos y va en busca del cómplice en aquello.

 

Despacio y con cautela prosigue, aunque es su casa, no le molestaría llevarse una sorpresa en ese momento.

 

Entrecerrada la puerta de la cocina, se puede escuchar una fuerte canción puesta y a una persona moviéndose al ritmo de esta de una manera sutil.

 

« It's been better ever since I got her back »

 

Asoma más su cabeza, pero sus pies fallan haciéndole tropezar con una olla en el suelo claramente fuera de lugar.

 

Ese sonido llama la atención de aquella persona, que con el mismo sigilo va hacia el ruido.

 

— ¡Oh! — exclama al ver a Tony —. ¡Pero si eras tú! ¿Has despertado?

 

Es un chico, está seguro de eso, alza su mirada, ojos azules, cabello rubio y una mirada que jamás podrá olvidar.

 

Aclara su garganta.

 

— ¿Quién eres y qué haces en mi casa? — preguntó molesto Tony.

 

— ¿Apenas me conoces y ya me estás echando? — agregó divertido.

 

— Ese es el punto... No te conozco...

 

— ¡Tienes razón! — exclama eufórico —. Te di un buen golpe en la cabeza y te has desmayado en plena plaza... No quería dejarte ahí, así que busque entre tus cosas y te lleve a tu casa...

 

— Eso no explica por qué sigues aquí...

 

Aquel rubio río.

 

— ¿No querías que te hiciera algo de desayunar?

 

— ¿Desayunar?

 

— Si, te has dormido toda la noche, hoy llegué en la mañana a comprobar tu estado, si aún no despertabas estaba en problemas...

 

— Ya lo estás...

 

— ¡Anda! ¡No seas pesado! — forma un puchero.

 

Tony no sabe cómo reaccionar ante esto, algo tan nuevo.

 

Repasa las cosas que sucedieron, salió de casa, fue golpeado, y ahora despierta en su habitación con un rubio en la cocina preparando chocolate caliente.

 

Claro, le pasa todos los días.

 

« Cause I got caught up on fire. But no more... »

 

— ¿Podrías irte a tu casa? — indica Tony —. Tus padres deben de estar preocupados...

 

— No lo creo, se fueron de vacaciones y ni siquiera me avisaron, yo también quiero hacerles eso... — comenta mientras remueve el chocolate apenas vuelve a la cocina.

 

— Espera... ¿Quieres venir a mi casa?

 

— Si, por qué no, ahora que tú lo dices suena mejor... — sonríe.

 

— Tú... Maldito...

 

— Steve — lo interrumpe el rubio —. Me llamo Steve, gracias por preguntar...

 

— Es un placer — renegó con molestia —. Mira, Steve, no puedes venir a casa de un extraño sólo por haberle golpeado la cabeza.

 

« Though it took a while to finally I think I get it »

 

— ¿Estás seguro? — Ríe mientras toma un poco de chocolate y lo sirve —. ¿Qué tal? Rico... ¿No?

 

— ¡Ni siquiera estás prestando atención a lo que te digo! — exasperó.

 

Steve soltó una de las tantas risas que había dejado antes y siguió sirviendo lo propuesto.

 

— ¿Sabes? Me agradas, por eso me quedé... — confesó —. Además me sentó terrible al verte así y decidí estar contigo un tiempo...

 

— Ajá, ¿con permiso de quién?

 

— La vida nos da permisos, tenemos que ganárnoslos Tony...

 

— Está bien, ya me asustaste, vete de mi casa...

 

Señaló la puerta mientras lanzaba una mirada de total desagrado hacia aquella persona... ¿Quién se creía?

 

« Why you wanna make me... blue? »

 

Ni con todas esas miradas de odio podía disolver de nuevo esa sonrisa perfecta.

 

— ¿Sabes? A veces quiero golpearte en esos perfectos dientes que tienes... — comentó Tony al verlo sonreír otra vez.

 

Steve dejó a un lado el chocolate, junto a una tostada y pasó por frente a Tony, tomando su chaqueta.

 

— Ganaste ¿vale? — volvió a reír —. Tengo entrenamiento, llegaré tarde si no me apresuro, estaré de vuelta como por la cena... ¡Me esperas!

 

No tuvo la oportunidad de decir algo antes, porque aquel, ya se había ido.

 

No tenía que regresar, de hecho, nunca debía estar ahí, lo odiaba, odiaba a ese rubio tanto, llegó a un odio tan incondicional, que se sentó con enojo a tomar aquel caliente chocolate hecho por él.

Notas finales:

El primer capítulo está basado en la canción Make me blue de Pierce Fulton, así que si quereís oirla con junto al texto, ayudaría mucho


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).