Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi rival, mi pasión por Sakura015

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes le pertenecen a YandereDev. 

 

Notas del capitulo:

Fanaticos del Yaoi, aca les dejó el OneShot reescrito. No me gustó el otro y lo borré. Espero que este sea mejor.

Sin mas que decir... a leer.

No puedo sentir nada. Hasta dónde puede recordar, no soy capaz de sentir emociones. Pretendo ser normal cuando estoy cerca de otras personas. Pero en el interior... no siento nada. No es tan malo como puede parecer... Sé que estoy rota... pero no me importa, esto es normal para mí. Pero todo cambió... cuando lo conocí a él.”.

Mi nombre es Ayano, pero me conocen como “Yandere-chan”. Vivo sola, porque mis padres están de viaje. Sé manejarme muy bien. Estoy perdidamente enamorada de mí Senpai. Es un chico con cabello negro, cual noche sin luna y ojos de igual color. Se ve como un chico solitario. Mientras otros hablan, él siempre está sentado en la fuente, leyendo. Cada vez que me acercó, mi corazón late desesperadamente y no soy capaz de nada. Jamás en mi vida había sentido algo así.

-Senpai, yo matare por ti. Hare te enamores de mí-susurré, espiándolo detrás de un árbol.

Parecía que el libro que leía era interesante, porque no despegaba la vista de él.

Vi como Kokona, mi rival (una chica de cabello en espiral, color violeta y ojos de igual color), lo miraba. Ella estaba enamorada de él. Hasta un día en el que iba a almorzar, dijo que se le declararía bajo el cerezo. Eso me hizo recordar las palabras de Info-chan.

-Él aceptara la confesión de CUALQUIER chica que se le declare bajo el cerezo-fue lo que ella dijo.

Eso me hacia desilusionar, porque podía perderlo... No, de ninguna manera. No va a pasar.

Una mañana que llegué al instituto, lo vi hablando con Kokona. Ella estaba sujetando sus manos y Senpai estaba cruzado de brazos.

-Se-Senpai, que-quería preguntarte si querías ir conmigo a la ciudad.

-Lo siento, Kokona-chan, debo estar con mi hermana-respondió él-. Tal vez en otra ocasión.

-Oh... Bien, no importa-respondió bajando levemente la cabeza.

Senpai se fue y ella se quedó parada.

-¿Por qué no lo notas?-se preguntó.

Kokona no me lo iba a robar. Y yo ya tenía un plan. Pero primero, debía saber que era lo que ella haría.

El lunes a las 7:30, Kokona miró su celular y fue corriendo a la puerta. La seguí para ver de qué hablaba.

-¿Hola?... Te dije que no me llames cuando estoy en la escuela... Me da igual... Fue una vez, no quiero hacerlo de nuevo... ¿Cuánto?... Oh, entonces... si solo es una vez más, creo que puedo... ¿En dónde? ¿En Sisuta town?... Bien, hasta la noche-colgó y se llevó las manos a la cara-. *Suspiro* No puedo creer que esté haciendo.

Se dio la vuelta y volvió al grupo. Yo llevé una mano a mi mentón y mi idea apareció de la nada.

Esa noche, use mi computador para publicar mi idea. Pero antes, hice anónimo mi perfil.

Hoy vi a Kokona Haruka en Sisuta Town y estaba en una cita con compensación”-fue el rumor que escribí.

No tardo en hacerse viral. Nadie podía creerlo. Una pequeñísima sonrisa de satisfacción se formó en mis labios. Apagué el computador y fui a dormir.

A la mañana siguiente, me levante y fui en bicicleta al instituto. Al llegar, vi que todos se cambiaron los zapatos y fueron a sus acostumbrados lugares. Todos excepto Kokona. No la vi en el grupo. Me acerqué a Saki para preguntarle.

-Creo que fue a la azota, pero la verdad no me importa-respondió.

Vaya amiga, pensé. Dice que nunca la juzgaría y le da la espalda por un asunto así.

En fin, fui a la azotea y ahí la vi. Solita. Estaba sentada con las manos en su regazo y la cabeza baja. Algo en mí dolió, pero lo ignoré completamente. Debía hacer la segunda base de mí plan. Me acerqué y me senté a su lado.

-Hola, Kokona-dijo sin cambiar mi expresión seria.

-Oh... Hola, Yan-chan-dijo sin mirarme.

-Se lo de los rumores.

-Todos lo saben. ¡Qué vergüenza! Todos me miran como si fuera un ser de otro mundo-dijo con la voz quebrada.

Eso me dolió. Me sentí mal por dentro. Pero tampoco iba a dejar que me alejara de Senpai. Solo debó seguir con mi plan. No es complicado.

-No vengo para insultarte o burlarme. Seguro debes tener razones para hacerlo. Pero no quiero saber cuáles son, solo déjame decirte que no te daré la espalda.

Ella me miró con brillo de felicidad en sus ojos, que estaban algo rojos. -¿De verdad?-preguntó. Asentí-. ¡Gracias!-me abrazó.

Me sorprendí muchisimo. Jamás me habían abrazado. Con mucha duda, la correspondí.

El resto de la tarde, ella no se separó de mí. No me molestaba. Era parte del plan. Cuando hablábamos en el pasillo, todos nos miraban extrañados. Eso se debía a dos razones:

1: sabían que no era muy sociable.
2: por los rumores sobre ella.

Pero bueno, eso a mí no me importaba. Ella solo trataba de evitar las miradas que los estudiantes le lanzaban. Yo solo la tomé de la mano y salimos rápido del instituto. Decidimos pasar por la heladería más cercana. Pagué yo. Quería que creyera que podía confiar en mí. Estuvimos hablando cerca de 35 minutos. Luego, la acompañé a su casa y luego fui a la mía.

Así fueron las próximas tres semanas: ella y yo juntas en el instituto, y luego yendo a algún lugar al salir de éste. Ella parecía tan feliz... Siempre me regalaba una sonrisa sincera y yo apenas una sonrisita. Pero Kokona sabía que no era de sonreír mucho.

-Yan-chan, ¿puedo confesarte algo?

-Claro que sí. Sabes que no te juzgare.

-Pues...-su rostro se puso colorado-... estoy enamorada de Senpai.

-Oh... Si, lo sé-exclamé. Ella mi miró, interrogante-. He visto como lo miras. No es difícil notar.

-Sí, bueno... Planeo declararme este viernes. ¿Crees que deba?

Por alguna razón, eso me causo dolor. Pero no dolor de que ella se lo llevara. Un dolor en el pecho hizo que llevara la mano a éste.

-Tú... debes hacerlo si te sientes lista... “¿Pero que estoy diciendo?

-Veré si lo hago-contestó mirando hacia otro lado.

Estaba en mi cuarto, tirada en la cama. Sentía que no tenía fuerzas para moverme. ¿Ella se le declararía? Esperaba que no; que no fuera cierto. Pero todo era más que real. ¿Cuándo? ¿Cuándo cambiaron tanto los planes? Ni yo puedo saberlo. Y pensar... que dije que solo sentí eso con una persona. Como me equivoqué.

-¡Ella no lo hará!... ¡No la dejare!

Decidí invitarla a mi casa y poder acabar con todo. Lo necesitaba. Necesitaba aclarar todas mis dudas. Cuando llegó, la invite a sentarse y le di un vaso con gaseosa.

-¡Linda casa, Yan-chan!-dijo mirando hacia todos lados, como queriendo examinar cada rincón.

-Muchas gracias-contesté haciendo un gesto con la cabeza.

-¿Y tus padres?

-En el extranjero. Volverán en algunas semanas.

-¿Te cuidas sola? ¡Genial! Pero debe ser duro, ¿verdad?

-Sé arreglármelas-dije con una sonrisa.

Ella también lo hizo, mientras cerraba los ojos. Se veía tan inocente... Terminó de beber la gaseosa y dejó el vaso en la mesa.

-¿Has pensado en que harás el viernes?-pregunté.

-Lo pensé, pero no se qué...-se calló a la vez que se tambaleaba un poco.

-¿Qué ocurre?

-Yo... Yan-chan...

Se cayó de espaldas. Estuvo por golpearse contra el suelo, pero la sujeté de la cintura, evitando el impacto. Contemplé su rostro dormido unos minutos. Luego la tomé en brazos, la dejé en la cama de mis padres, le quité la camisa y amarré sus muñecas en la cabecera de la cama y sus tobillos en el otro lado. El sedante duraba al menos una hora, por lo que me tocó esperar hasta que abriera los ojos. Me senté en la silla que estaba en una esquina.

Pasada la hora, Kokona comenzó a despertar. Se intentaba retorcer, pero le era difícil al estar atada. Abrió los ojos y se percató de que lo estaba.

-¿Qué es esto?-miró hacia donde yo estaba-. Yan-chan...

-Al fin te despiertas-dijo acercándome a la cama. Me arrodillé al costado.

-¿Q-qué pasó?

-Digamos que el sedante hizo efecto más rápido de lo que pensé.

-¿Cómo dices?

-Veras, tú, al igual que yo, estás enamorada de Senpai. Tenía un plan: acercarme a ti para después “quitarte del camino”. Pero hubo un cambio de último minuto... No quiero. No quiero que te declares y que él te aleje de mí.

-Pero... Eso es ridículo... Por favor, desátame... Esto no es divertido-exclamó volteado el rostro para no verme.

Me paré y la tomé del mentón suavemente para girar su cabeza. Como se resistió, me puse a horcajadas sobre ella.

-Déjame hacerte mía-susurré con tono lujurioso.

-No... No, por favor-de uno de sus hermosos ojos violetas salió una lágrima.

-Shhh... Te encantara. No será como con esos sujetos. Te lo prometo-susurré en su oído. Me levanté un poco para secar su lágrima.

-Yan-chan... ah-soltó un gemido cuando pasé mi lengua por el lóbulo de su oreja. Luego lamí toda su oreja.

Pasé a besar y morder su cuello, dejando marcas casi nada visibles.

-Ahh... P-para...Ahh...Mm...Detente...Por... favor...Ahh Ah-dijo entre gemidos.

-¿Por qué? Si te gusta.

-No es... ah...Ahh... cierto... Yan-chan, por favor... ¡Ya!-eso fue casi un grito. Pero me daba cuenta que si sus palabras detonaban rechazo, su cuerpo no.

Bajé hasta esos enormes pechos y hundí mi cara entre ellos, embriagándome con su aroma. Su sostén comenzó a estorbarme, por lo que metí mis manos en su espalda y lo desabroche. Se lo quite, soltando los elásticos de sus hombros, porque al estar atada...

-¡No! Te lo suplico, déjame ir.

Me acerqué a su oído para susurrarle:

-No voy a lastimarte como ellos.

Rápidamente, estrujé sus senos. Su cuerpo tembló, pero de placer. Sus manos apretaban la cabecera de la cama. Masajeé sus senos, deleitándome con sus gemidos. Antes de seguir, me quité la camisa y la falta, quedando en ropa interior. Ella me examinó con la mirada. A su lado me sentí como una tabla. No pensé en eso y acerqué mi boca a su pezón derecho. Di leves mordiscos y lo lubriqué de saliva.

-¡Ahh! Ah...Y-Yan-chan-el que gimiera eso me excitó más-. Ahh... Más...

Bajé besando su pecho hasta su vientre. Lamí y di besos en su vientre. Kokona se suspiraba y gemía.

-¿Aun quieres que pare?-pregunté con tono juguetón.

-N-no...Ahh...No... pares-dijo con la cara roja.

Seguí así, hasta que disidí volver a subir y besarla con pasión y deseo. Lamí y mordí gentilmente su labio inferior. Colé mi lengua y ella la “absorbió”. Fue perfecto. Jamás experimente algo así. Nos separamos y ambas jadeábamos.

-Parece que me dejaste un regalo-exclamé tocando su zona, que estaba húmeda.

Me puse entre sus piernas y le quité la falda y las braguitas. Acaricié su zona con un dedo. Pude sentir como casi se tensó y trató de juntar sus piernas, pero no pudo. Acerqué mi rostro a su zona y húmeda y comencé a estimularla con mi lengua. El gemido que salió de su boca fue épico. Me deleité cuando la escuché pedir por más. Estaba completamente rendida al placer que le otorgaba. Tomé su clítoris entre mis dientes y absorbí cuidadosamente, mientras ella se mojaba más. Me quité y relamí mis labios.

-Créeme, esto no queda así.

-¿Qué? ¡AH! No... Eso ah... Ah no-intenté introducir un dedo en su zona y éste entró fácilmente.

-Hare que sientas el cielo y el infierno... Te encantara.

De un dedo pasé a dos y luego a tres. Me encantaba escucharla pedir más. Comencé a estimularme a mí misma por debajo de la tela de mis bragas, porque necesitaba tocarme con urgencia. La velocidad con la que nos masturbaba iba aumentando conforme las manecillas del reloj. Sentía que el sudor corría por mi frente, y desde mi posición pude ver el sudor de ella. No obstante, cuando sentí que estábamos por alcanzar el órganos, retire los dedos y me los llevé a la altura de la boca para poder lamerlos.

-Mmm... Eres deliciosa-dijo, siguiendo con lo que estaba haciendo.

-Pero... aun no alcanzamos el orgasmo-dijo con el ceño algo fruncido. Sonreí divertida.

-Tranquila, podemos alcanzarlo de manera más placentera-Dije quitandome la ropa interior. Me miró confusa. Pero luego lo entendió.

Antes que nada, desate sus manos y sus tobillos. Se sentó en la cama. Kokona inició un beso llenó de deseo.

-¿Qué propones? ¿La tijerita?-preguntó ella entre besos.

-Vi que esa es la mejor-susurré.

Ambos nos pusimos de un modo que una pierna de cada una quedara encima de la otra de la contraria. Ambas gemimos al sentir el roce de nuestros clítoris. Comenzamos moviendo nuestras caderas de forma algo lenta. Pero luego aumentamos el ritmo de las “estocadas”. Fue perfecto y sumamente placentero. Jamás experimente algo así. Nuestros gemidos y jadeos resonaban en toda la habitación. La temperatura subió rápidamente y final gotas de sudor corrían por nuestros cuerpos. No dejamos de mover nuestras caderas velozmente. Ambas tuvimos nuestro orgasmo. Arqueamos nuestras espaldas, sintiendo un recorrido eléctrico en todo el cuerpo y gemimos más fuerte que otras veces.

Nos separamos y ambas nos acomodamos como es debido en la cama. Ella se abrazó a mí, con su cabeza en mi pequeño escote.

-Te amo, Kokona-declaré.

-Ta-también yo... Ayano-correspondió.

Me llenó de felicidad que me correspondiera y me llamara por mi nombre. Nos quedamos dormidas.

Al día siguiente, ambas fuimos juntas al instituto. Ibas conversando animadamente. Apenas cruzó la puerta, las miradas de desprecio se posaron en ella. Eso si era “rencor” o lo que sea. Un aura de ira me rodeó. La tomé de la mano y nos coloqué en medio del pasillo.

-Quien se atreva a molestarla o tratarla mal, se va arrepentir de por vida-sentencié con una mirada que asustó hasta a los de karate y a los de ocultismos.

Kokona sonrió y me abrazó por el cuello. Le devolví la sonrisa y, para molestarla un poco, la levanté en brazos. Ella se sonrojó notablemente.

-Ayano, esto se ve raro. ¡Bájeme!

-¿Por qué? Es divertido.

-Déjame bajar. La gente nos mira.

-¿Tú crees que me importa?

Ella suspiró con pesadez y escondió su cara en mi cuello, mientras yo iba al club de jardinería, que era como nuestro lugar. Se quedó tranquila en mis brazos mientras sus labios lo rozaban, haciéndome sentir así, la chica más feliz que hubiera podido existir.

FIN.  

Notas finales:

Espero que les haya gustado. Si quieren dejen sus reviews.

Es mi segunda vez escribiendo Yuri. Un regalo para que se entretengan mientras comienzon con la historia de Kisa X Yukina.

Chauchis.  


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).