-Lamento las circunstancias pero de cualquier forma.-El alfa se levanta de su asiento, Luhan imita la acción-Bienvenido a la manada.-Junmyeon, su ahora alfa le extiende una mano, se dan un apretón leve. Luhan recibe una linda sonrisa, seguramente de consuelo o algo por el estilo pero Luhan no quiere consuelo o lastima, quiere simplemente quiere tener una nueva vida.
-Gracias.-Luhan se retira de la gran oficina. A Luhan nunca le han gustado los conflictos, mucho menos saber que él puede ser la causa de uno. No culpa a su padre por haberlo enviado a corea, no lo hace porque sabe que su padre simplemente evitaba una guerra.
Desde el momento en que Luhan toco suelo coreano, un coche lo esperaba. Fue escoltado hasta la oficina del Alfa y bueno ahora resulta que el auto en donde viajo es suyo pero mientras tanto el chico que fue por él al aeropuerto lo llevara a donde será su casa y luego a local donde pretende abrir una cafetería.
El día en que la gota rebalsó el vaso, su padre simplemente le dijo: ¨Necesitas salir de China, ¿Dónde quieres irte?¨ Luhan contesto: ¨Quiero abrir una cafetería, ¿Puede ser en Corea?¨ Su padre dijo un simple: ¨Tengo un amigo alfa por ahí, hablare con él.¨ Después todo fue demasiado rápido, en cosa de horas estaba abordando un avión privado. Su padre había hablado con el alfa Junmyeon e incluso, su padre le compró un auto, el local para la cafetería y una casa. Todo paso demasiado rápido que ahora que ha llegado a su nueva casa parece tan irreal.
Vaya que su padre logro cambiar toda su vida en cosa de horas, seguramente con un poco de ayuda de su ahora nuevo alfa. El aire del lugar parece no haber cambiado mucho, su casa tiene un lindo jardín con un par de árboles y unas flores. Luhan tiene un par de años en los que no había regresado a Corea. Todo ha pasado demasiado a prisa que no había podido conectar el lugar, es el mismo lugar donde estudio hace un par de años. La imagen de Baekhyun, Kyungsoo y un hermoso lay vienen a su cabeza, espera poder reunirse una vez más con los chicos.
-¿Quisieras quedarte en casa a descansar o prefieres ir a ver el local?-El joven que lo ha estado acompañando desde el aeropuerto interrumpe su línea de pensamientos.
-Lamento haber sido tan descortés pero, ¿Cuál es tu nombre?
-JongDae.
-Entonces mucho gusto. Mi nombre es Luhan. Olvídalo soy un tonto, tú ya sabes mi nombre.-Luhan recuerda el papel que tenía escrito su nombre con el que Jongdae lo esperó en el aeropuerto.-Quisiera ver el local y tal vez si tienes tiempo me podrías enseñar los alrededores.
-Claro. Vamos al auto.
Luhan le da una última mirada a la casa y acompaña a Jongdae. Luhan trata de aprender las calles y todo lo que Jongdae le enseña, desde mañana quiere poder manejar el auto y saber moverse por el lugar. Hay personas trabajando por el local, pintando las paredes de blanco, Luhan se presenta e interviene, comienza a dar direcciones exactas de cómo y dónde quiere las cosas, escoge más pintura y busca muebles en línea. Se sumerge por completo en su trabajo hasta que escucha el gruñir del estómago de Jongdae.
-Lo siento, olvide por completo que…
-¿Qué estaba aquí?-Luhan se sonroja por la vergüenza-Parece que solo podías ver los colores, los cuadros y nada más.
-Lo siento Jongdae.
-Chen, simplemente puedes llamarme Chen. Es más corto.
-Entonces Chen, que tal si vamos por comida.
-Pero ahora tu conduces, es tu auto después de todo.-Chen le entrega las llaves.
Conduce de forma nerviosa siguiendo las instrucciones mientras Chen ríe a carcajadas y le dice cosas como: ¨Mi abuela conduce más rápido¨ ¨Eres más lento que un enano ojón que conozco¨ Luhan bufa pero termina sonriendo, parece que Chen es un gran tipo y uno agradable. Apaga el auto y suspira de alivio.
-Oh por favor, eres una nena.
-Cállate Chen.-Luhan golpea con su puño el hombro del otro y ambos salen del auto.
Luhan descubre en medio del almuerzo que la compañía de Chen es demasiado divertida, no ha parado de reír ni por un momento desde que ambos han entrado en confianza. Chen le cuenta de todo, desde la vez que se deslizo en un tobogán hasta la última vez que se sintió avergonzado y Luhan trata de contarle anécdotas también pero oculta ciertos datos como la verdadera razón que lo trajo a Corea. Al terminar de comer, Chen paga la cuenta y se niega a recibir dinero de Luhan. Caminan hasta el parque a un par de cuadras y se relajan bajo la sombra de un árbol.
-¿Qué piensas sobre la pareja destinada?-Chen le pregunta mientras mira el cielo.
El estómago de Luhan se contrae.-Creo que existe.
-Claro que existe, bobo.-Chen intenta sonreír pero en su lugar termina suspirando-Lo que quiero decir es, ¿Quieres encontrar a tu pareja?
-¿Por qué no quería encontrarla?
-Buena pregunta.-Luhan imita a Chen. Mira las nubes blancas con formas totalmente extrañas.
-¿No quieres encontrarla?-Luhan pregunta después de un par de minutos en silencia.
-No lo sé.
Luhan quiere preguntar mas pero entiende el ambiente lleno de suspiros y tristeza, decide mejor guardar todas sus preguntas para otra ocasión. Terminan viendo las nubes en silencio, se escucha uno que otro grito de los niños al jugar. Luhan se pregunta si algún día podrá tener un hijo propio. Ahora, en silencio es cuando recuerda nuevamente a su vida en China, extraña muchas cosas pero sobre todo extraña a alguien en especial.
-Chen. Necesito comprar un teléfono.-Su padre al enviarlo a Corea le prohibió llevar su viejo móvil.
-Entonces vamos ojos de ciervo.-Chen se levanta y sacude su jeans.
-¿En serio?-Luhan eleva una de sus cejas.
-Ya sabes. Estamos en la naturaleza, simplemente salió de mis labios.
-Tonto.-Luhan le sonríe y caminan al lado del otro hasta el auto.
Después de haber obtenido un dolor de cabeza gracias a la cantidad de modelos de teléfonos, Chen lo invito a comer un helado. Termino comprando el móvil que Chen le recomendó y ahora puede disfrutar de una suave brisa mientras lleva una cucharada del fantástico postre helado.
-Deberías llamar si tanto deseas hacerlo.-La voz de Chen lo hace levantar su mirada.
-¿Ah?
-No has dejado de ver tu móvil desde que lo compraste.
-No puedo llamar, no debo hacerlo.
-Deberías llamar de todas formas.-Chen se encoge de hombros, se concentra en su helado mientras que Luhan concentra su vista en el móvil sobre la mesa. Sus dedos pican por marcar un número conocido.
Chen termina conduciendo hasta casa de Luhan, donde el último recibe las llaves de su auto. Chen le dice que en un par de horas pasara a recogerlo para llevarlo a un bar. Los bares no son sus lugares preferidos pero Luhan no puede negarse a la amable invitación de su nuevo amigo y necesita seriamente poner a su mente a trabajar en otra cosa, debe evitar marcar el número aunque su corazón se desgarre por hacerlo.