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Pétalos morados y perlas azules por Crazy Falconeri

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Me sentía caminando el un cosmos sin fin, bailando a la tonada y canto del mismo universo, siendo rozado por las pequeñas estrellas y oliendo la colonia tan fragante de las nebulosas moradas. Me sentía en mi elemento, nadie existía en mi rincón del universo, solo yo, solo mi presencia y mi materia. Sentía la tranquilidad de estar vivo. 

-Connor levántate del suelo.- escuche a lo lejos decir a un moreno. 

-Vete William.- pedí sin mas prisa. 

-Tenemos que ir a clases.- decía Willy ya irritado. -Dejame existir en el cosmos de mi ser.- dije abriendo lentamente mis ojos. 

-Tu cosmos en un pedazo de suelo Connor, mejor vamonos no quiero que tengas otro madrazo del señor Zacharius.- decía Willy alborotando un poco su cabello.

-¡Cómo te atreves a insultar a estas bellas damas!.- sentandome de un salto grite enojado alzando mi brazo para señalar el pequeño campo de hortensias moradas que tenía tras de mí. 

-Deja el drama Connor vamonos a clase.- dijo Willy extendiendo su mano derecha ofreciendo ayuda para mí. 

-No necesito tu ayuda infame bárbaro.- dije levantandome y rechazando la mano de William para irme con cabeza en alto. 

-La clase está por este lado.- escuché decir a Willy a lo lejos yendose por el lugar señalado. Yo solo asentí y me volteé rápido para seguirle el paso. 

La clase paso aburrida, como siempre. El señor Zacharius como de costumbre abría su libro lleno de polvo y nos explicaba con tanto detalle las maravillas del universo y del mismo cosmos. Estaba en mi primer semestre de Astronomia y podía decir que aunque la clase fuera aburrida y solo teorica me gustaba en cierta manera. No me sentía solo, aunque fuera el mejor de la clase no era muy sobresaliente como persona así que me sentía a gusto con mi posición social. William estaba en el salón de al lado en la clase de arquitectura, él me afirmaba querer un futuro grato como arquitecto, me hablaba de sus planes para el futuro, tenía toda su vida ya planeada. Por otro lado, yo hasta ahora aspiraba pasar en limpio este semestre y no tenía más cosas planeadas, creo que a duras penas sé cómo me llamo y eso. 

Al salir de clases me fijé si la clase de William ya terminaba, pero según algunos estudiantes la clase de arquitectura por cosas del destino estaban castigados el resto del día, perfecto. Sin preguntar más cosas me dirigí a la facultad de biologia, habian algunos estudiantes me miraban un rato y luego seguían hablando de sus asuntos. Como cada día me dirigía con William detrás de los salones de la facultad, por mi mero capricho, a visitar los campos de estrellas moradas, o en pocas palabras las plantaciones de hortensias que tenían plantadas en la facultad. Frecuentábamos el lugar para comer y charlar un poco antes de la siguiente hora, pero supongo que tenía más tiempo para mí ya que Willy no estaba. 

Otra vez sentía esa frescura de los petalos rozando mi rostro, la dulzura del aroma invadiendo mis fosas nasales y el calor de ese cosmos acogiendome en sus suaves pero delicados brazos. Esto describía mi vida. Las hortalisas eran todo para mí. 

 

-Ammm... Disculpa.- escuche una voz nerviosa de mujer cerca de mi. 

-¿Si?.- pregunté sin ningún rodeo. 

-Amm.. Esto.. Soy Allie Jonson.. y bueno yo...- la chica dejo de hablar. Me sentí irritado así que decidí abrir mis ojos y sentarme lentamente, Allie o como se llame estaba muy roja con algunas lágrimas en sus ojos y tenía una carta color rosa en sus manos, no otra vez. 

-Leea por favor.. y.. yo espero tu respuesta.- dijo antes de estamparme la carta en mi pecho y salir corriendo del lugar. Para ser una chica de pequeña estructura tenía fuerza. 

_Es la quinta esta semana_ pense. 

Abri la carta y como en todas las cartas que recibía de chicas, vomitaban sus sentimientos hacia mí y lo tanto que deseaban iniciar una relación conmigo. Saque un lapicero de mi morral y simplemente escribí " No me interesas" como en todas las cartas que tuve en mis manos. Me levante decidido a buscar a la tal Allie, aunque me di cuenta que por donde pasaba cada mujer presente estaba viendome riendo y sonrojadas, algunas muy rojas y otras tratando de ser sensuales mientras captaban mi atención por unos breves segundos. De suerte me topé con una mujer que no estaba enamorada de mi. 

-Hola Romeo.- dijo la chica acercándose a mi.

-No me llames así Ursula.- pedí. 

-¿Cuándo no captas la atención de las mujeres?.- dijo esta dándome un pequeño golpe en el brazo. 

-La verdadera pregunta es cuándo dejare de ser captado.- dije viendo al rededor. 

-¿Otra?.- me pregunto, a lo que solo asentí. 

-¿Sabes quién es Allie... emm.. creo que se apellida Jodson.- le pregunte rascando mi cabeza. 

-Es Jonson imbecil y si la conozco, otra a la lista ¿Estoy en lo correcto?- dijo Ursula arrebatándome la carta. -Haré el trabajo sucio pero espero mi recompensa.- Ursula extendió su mano. 

-Tch, que mujer más amarrada.- dije con obvio fastidio. 

Le entregue un sándwich de atún en su mano, literalmente me había dejado sin merienda. 

-Bueno, nos vemos Ursula, veré a quien le pediré limosna.- suspire. 

-Adiós Connor~.... o y mejor quítate esos pétalos del cabellos, así captas más atención.- dijo ursula riéndose antes de irse a buscar a Allie. 

_¿Qué carajo?_pense. Me pase la mano por el cabello y efectivamente, tenía en mi mano tres o cuatro pétalos morados. -Hoy será un largo día.- susurre. 

 

Ya estaba en la ultima hora de clases, como siempre muy aburrido me aplaste en mi pupitre para escuchar los discursos del señor Zacharius sobre las maravillas de los agujeros negros. Mire por la vemtana pensando en el dulce aroma de esas pequeñas estrellas amarillas. 

-Señor White, ¿Me podría describir a los agujeros negros en una palabra?.- el señor Zacharius me saco de mis pensamientos con esa pregunta. 

-Aspiradoras.- dije sin más rodeos viendo directamente los ojos del señor Zacharius. 

-Bien joven Connor.- dijo con una breve sonrisa y acomodando sus lentes. 

El señor Zacharius era un joven de mediana edad, alto con un matiz de piel morena no muy oscuro, cabello negro y lentes. Gustaf Zacharius. Mi profesor de Astronomia y consegista profesional, además de leernos sobre el cosmos ayudaba a algunos estudiante, ya que, aunque no sabía mucho, sabia de psicología. Y relativamente eso era algo muy interesante de é. 

 

 

Sali dispuesto a pedir merienda a William. 

Camine por el patio hacia la salida pero me lleve una sorpresa al ver a William a lo lejos hablando con una chica, y al parecer esta tenía algo en sus manos, una carta. William se me estaba acercando con la carta en sus manos y yo ya me  sentía entisiasmado de verlos con eso en sus manos. 

-¿El joven Willy consiguió pretendientes?, me parece excelente.- le dije a William dándole unas leves palmadas a su hombro derecho. 

-Yo no diría eso, ya que la carta es para ti.- dijo Willy estampándome la carta en el pecho. 

-Que mierda hombre, y yo pensando que te conseguiste una novia al fin.- le dije desepcionado. Tome la carta pero está era diferente a todas las demás que había recibido, está carta tenía un sobre de color negro, me sentí extrañado. 

-Pues ábrela ¿No?.- me pidio William. 

-A ver, a ver... ¿Qué mierda?- dije en voz alta y pronunciada al ver que la carta era tambien de color negro y para ser putos estaba escrita con tinta negra. -No puedo leer esta cagada.- le dije a William estampando la carta en su pecho. 

-Vamos hombre, ni que fuera.... ¿Qué clase de mierda es está?.- dijo Willy con claro asompro. -Te lo dije Willy, pero como no cree.- dije sacando un cigarrillo de mi pantalón. 

-No deberías fumar aquí.- me dijo William sacando un encendedor. 

-Ellos no lo notan de igual manera.- dije. 

-Bueno nos vemos Connor necesito llegar a hacer una maqueta de mierda.- me dijo William antes de darme otra vez la carta e irse rapidamente. -Supongo que también me iré. 

 

De camino a casa decidí pasar por la floristería con el simple capricho de preguntar si tenían ramos de hortensias en venta, ya me conocían en la tienda como "El chico Hortensias" ya que todos los días sin excepción alguna visitaba la tienda para decir la misma pregunta todos los días, pero como yo no puedo ser más necio no proceso que las hortensias llegaran hasta dos meses más. Salí de la tienda y saque otro cigarrillo, pero William no estaba conmigo así que no tenía fuego. Guarde el cigarrillo decepcionado dispuesto empezar a caminar hacia mi casa, pero algo empezo a caer. No era cualquier cosa, el aire se empezó a llenar de un aroma muy conocido para mí, mire hacia arriba y parecía como si estuvieran lloviendo pétalos encima de mi, mire alrededor y literalmente solo era a mi. Eran pétalos de hortensias, me sentí tranquilo, me sentí en mi elemento y desee acostarme en el pavimento y dejarme llevar por ese aroma tan perfecto que era para mí. 

-Oye, ¿Estás bien?.- escuche decir tenuemente a alguien esas palabras, me desperte de mi baile cósmico por la mano de alguíen posándome en mi hombro. 

-Yo...-quería terminar mi oración pero de pronto me fijé en la cara de la persona que me estaba hablando. Era un hombre. Era joven, en mi opinión no tenía más de veintitrés años, mucho más alto que yo con cabello azabache, ojos azulados que tenían una línea pálida bajo sus ojos, tenía ojeras, se le denotaban bastante ya que su matiz de piel era mucho más clara que la mía. Tenía una expresión algo preocupada pero a la vez estaba tranquilo, tenía rasgos atractivos. 

Tenia que decir algo, ya pasaban unos minutos y se ponía incomodo pero, no podía  hablar, simplemente no podia, mi corazón latia rápido y mis manos las sentia temblar, mi respiración estaba demasiado agotada y sentía que mi vista se nublaba. No sé qué demonios me pasaba pero no me sentía bien, sentía un fuerte dolor en mi pecho y sentía que mi corazón iba a explotar de tanto latir.

Lo último que recuerdo es una lluvia morada, mi corazón palpitando y un rostro de grandes ojos azules viéndome fijamente. 

 

Desperte en una cama desconocida. Me senté lentamente para divisar mi panorama, parecía una habitacion rústica y cálida, voltee hacia mi derecha y me encontré con una mirada azulada y penetrante. Me agite y sentí que me sonroje. 

-Ya despertaste ¿Eh?, ¿Cómo te sientes?.- me preguntó el muchacho dejando una taza de café en la mesita de al lado de la cama. 

-Yo... lo lamento.- no se porque me disculpaba. 

-¿Porque te disculpas?.- dijo el muchacho riéndose ligeramente a lo que me sonroje mas. -Yo le he causado problemas, no lo conozco además, me iré enseguida.- dije sin más rodeos tratando de levantarme pero no pude ya que el muchacho se sentó a mi lado.

-Tranquilo, hice, en mi parecer, que te desmayara, yo debería disculparme además no me causas problemas ya que vivo solo, así que quédate el tiempo que gustes en recuperarte- dijo acariciando mi cabello como si fuera un niño pequeño, su mano era grande y fría pero... se sentía bien ese trato. -Oh, por cierto, soy Jordan Black.- dijo Jordan extendiendo su mano hacia mi. 

-Je, soy Connor White.- dije riéndome un poco por la tal coincidencia, puse mi mano encima de la de él para estrechar su mano amistosamente. 

-Que coincidencia más rara- dijo Jordan riéndose igualmente. -Connor me quiero disculpar contigo.- dijo él mirando hacia otro lado.

-¿Porque te escusas conmigo?.- pregunté.

-Fui yo quien por accidente dejo caer los pétalos, supongo que eres alérgico a ellos ya que terminaste desmayándose, mierda soy tan descuidado, perdóname Connor.- decia Jordan muy constipado. 

-Oye no te ahogues, al contrario amo las hortensias solo que no he comido nada en todo el día, supongo que por eso me desmayé.- dije riéndome un poco. 

Jordan se empezó a acercar a mi rostro lentamente a lo cual yo me alarme, el puso su frente contra la mía por unos segundos y luego dijo -Tienes fiebre-, luego puso sus manos alrededor de mi cuello, yo solo me mantuve quieto sin decir nada, solo me sonroje, -Estas helado hombre- dijo Jordan soltando mi cuello y levantandose de la cama. 

-Tómate ese café, prepararé algo caliente.- dijo Jordan pasándome el café. -Lo tomare.- dije. 

-No te sobre esfuerces- dijo Jordan mientras ponía su mano en mi frente y ponía mi cabello de lado, no sé cuál era su intención pero luego puso su boca en mi frente y dijo -¿Entendido?, a lo cual yo solo asentí, no sé porqué pero sentí como si Jordan me hubiera dado un leve beso antes de salir de la habitación. Me siento agitado y sonrojado por tal acción departe de Jordan, pero al mismo tiempo me siento bien. 

Me siento como un imbecil sonrojándome por tales cosas, si Jordan y yo s dos hombres, pero.... mierda ¡No lo sé!, solo quiero que la tierra me trague. ¿Esto es amor a primera vista?, me siento tarado. Deje la taza de café a un lado y me quite las sabanas de encima para poder levantarme, me dolían las piernas de tanto estar acostado. 

Tenia una erección. 

Soy de lo peor. 

Me exite por Jordan. 

Notas finales:

Hola!

¡Agradesco de ante mano a las personas que lean mis estupideces! 

Saludos y un cordial saludo a todos 

Primer capítulo de ¿Aprendoendo a amar? 

Me despido

Crazy Falconeri


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